Mundo independiente: Cuando las tortugas reinaban el mundo.

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Llevamos semanas analizando las series más importantes del mundo editorial independiente. Hemos estudiado las gratas consecuencias de sus adaptaciones cinematográficas y hemos hecho especial hincapié en Los muertos vivientes porque cada día nos sorprenden con una noticia que demuestra la inconmensurable fuerza de la creación de Robert Kirkman. Sin embargo, hoy, por fin, voy a analizar el producto estrella del mundo independiente… aquello con lo que sueña crear todo guionista y dibujante… el Santo Grial de los cómics autopublicados… obviamente (sobre todo porque a estas alturas ya habréis leído el título) hablo de… ¡¡¡las Tortugas Ninja!!!

Antes de continuar con el artículo debo hacer un anuncio a navegantes. Si sólo conocéis a las Tortugas Ninja por la serie de animación clásica será mejor que olvidéis todo lo que creéis saber de ellas. Como en España el cómic original llegó de manera tardía, acostumbramos a tener una imagen de estos personajes bastante infantil, pero lo cierto es que sus orígenes no son los de un producto dedicado a los menores, más bien lo contrario. Así que lo mejor será que dejemos los prejuicios a un lado y descubramos el fascinante mundo de las Tortugas Ninja…

El cómic original

A inicios de 1984, Kevin Eastman y Peter Laird decidieron publicar una parodia de los tebeos del momento protagonizada por cuatro tortugas ninja mutantes adolescentes y, de hecho, lo llamaron así, tal cual: Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes. Nunca un nombre había sido tan descriptivo… Lo curioso es que este número iba a ser un especial unitario que simplemente pensaban vender en una convención como primer producto de su recién creada editorial: Mirage Studios, pero un anuncio en el núm. 545 del Comic Buyer’s Guide y el boca a boca bastaron para que esta primera tirada se agotase y empezase un movimiento que aún perdura hoy en día.

Por lo que se refiere al origen de las tortugas, tal como cuenta Splinter en el primer número de Teenage Mutant Ninja Turtles, la rata era la mascota de Hamato Yoshi y aprendió artes marciales observando al maestro desde su jaula. Yoshi era un miembro del famoso clan de asesinos Pie, y tenía cierta enemistad con un compañero, Oroku Nagi, pues ambos amaban a la misma mujer: Tang Shen. La chica decidió entregar su corazón a Yoshi pero Nagi no lo aceptó e intentó matarla. Yoshi llegó justo cuando Nagi estaba a punto de asesinar a Shen y no solo la salvó, también mató a su compañero. Con este acto, Yoshi se ganó la perdición. Las leyes del honor establecían que Yoshi debía hacerse el harakiri por haber acabado con la vida de un compañero, pero el maestro prefirió escapar y empezar una nueva vida en otro país. Y la cosa habría funcionado bien si la familia de Nagi no hubiese decidido vengarse. Todos los hermanos del difunto estudiaron artes marciales y el menor de ellos, Oroku Saki, voló hasta EE.UU. para asesinar a Hamato. Allí se estableció como un importante criminal, también conocido como Shredder, y un buen día cumplió con su cometido y mató a Yoshi. La jaula de Splinter se abrió en la trifulca y la rata huyó, presa de la pena y la desolación. En los meses siguientes, Splinter vivió rodeado de la miseria, como si fuese una alimaña.

Un fortuito día, Splinter presenció un accidente de tráfico, y es que un camión estuvo a punto de atropellar a un ciego, pero un joven lo salvó con tan mala suerte que un recipiente le golpeó la cabeza. La botella salió disparada y rompió una pecera con cuatro tortugas que llevaba un niño en las manos justamente cuando estaba mirando el accidente… y el niño estaba colocado delante de una boca de alcantarilla… de manera que las tortugas cayeron a la alcantarilla, la botella también cayó y se rompió y las tortugas se bañaron en el líquido verde de la botella. Pues bien… Splinter, sin saber por qué (y yo tampoco tengo muy claro cómo a pesar de haberlo visto dibujado), las metió en un cubo y se las llevó después de que tanto él como ellas se hubiesen bañado en un bonito líquido verde (salido de la botella que perdió el camión). Con el paso del tiempo, tanto Splinter como las tortugas adquirieron sus formas antropomórficas, de manera que la rata les puso el nombre de cuatro artistas italianos, les enseñó artes marciales y les dejó que se encargasen de Shredder por él.


¡¡¡Haced click en la imagen para agrandar!!!

A pesar de algunos fallos argumentales, lo cierto es que el primer ejemplar de Teenage Mutant Ninja Turtles marcó el tono de lo que sería la serie en los años venideros y no es para nada lo que pensaríamos después de visionar la primera de las series animadas de la televisión. Para empezar, el apartado gráfico es muy oscuro. Los dibujos de Eastman y Laird suelen ser primitivos, con mucho dinamismo (sobre todo en las escenas de acción) pero con bastantes defectos en las expresiones de los humanos. Eso no es algo malo en sí mismo porque todo dibujante en sus inicios comete este tipo de fallos, pero no deja de ser extraño si comparamos los dibujos de estos autores con la perfección que se mostró en las sucesivas series televisivas. Otra de las grandes diferencias entre este tebeo y la serie de animación la encontramos sobre todo en el coloreado. Pensada inicialmente para ser publicada en blanco y negro, Teenage Mutant Ninja Turtles no diferencia a las tortugas por los colores de sus antifaces, de manera que en ocasiones es casi imposible saber quién es quién. El tratamiento de los personajes tampoco ayuda demasiado pues todas las tortugas parecen salidas del mismo molde…

Por lo que respecta al guion… Teenage Mutant Ninja Turtles nació como una parodia y no puede tomarse muy en serio en algunas ocasiones. Desde luego, no es un cómic infantil. Las historias tratan sobre una monstruosa rata de más de un metro de alto que cuida a cuatro monstruosas tortugas entrenadas en el arte de matar. El mejor amigo de las tortugas es un chico que pasea por las calles escondiendo su cara con una máscara de hockey, un hecho que recuerda al psicópata asesino protagonista de las sagas de Viernes 13… Los malvados son seres más monstruosos que los protagonistas: desde robots asesinos a alienígenas asesinos, pasando por mutantes asesinos y por cualquier otra cosa que se les ocurriese a los creadores de las tortugas. En definitiva, la mayoría de los ingredientes de Teenage Mutant Ninja Turtles corresponden a series y películas de terror (en ocasiones de ciencia ficción), muy a pesar del toque ninja de los héroes de media concha. Dado el tratamiento del guionista, el resultado se acerca a un tebeo de acción más que de terror, pero jamás a un tebeo infantil. (Aunque en ocasiones tiene sus toques infantiloides…).

Una de las grandes ventajas de esta serie es su potencial, que posteriormente sería explotado al máximo. Teenage Mutant Ninja Turtles conjuga ciencia ficción con monstruos, artes marciales y misterio, de manera que es difícil encasillarla en un único género. En algunas historias se enfatiza una faceta de las tortugas, en otras se hace justo lo contrario. Por otro lado, una de las grandes desventajas de esta cabecera es que en ocasiones se tratan temas bastante serios (como las bandas callejeras, los sin hogar, etc.) de una manera un poco superficial.

Aunque Teenage Mutant Ninja Turtles nació como un número unitario, lo cierto es que se prolongó como colección durante mucho tiempo. Mirage publicó esta primera cabecera desde mayo de 1984 hasta agosto de 1993 (62 números). En octubre de 1993 la relanzó con un nuevo volumen que solo duraría 15 números, hasta octubre de 1995. Entonces Image Comics adquirió los derechos y en junio de 1996 lanzó una tercera colección que fue cancelada en octubre de 1999, tras una andadura de 23 números (extrañamente, recientemente se distribuyeron de forma gratuita unos pocos ejemplares de los núms. 24 y 25 que sirvieron para concluir esta etapa). Sea como sea, los creadores de las tortugas dicen que la era Image está fuera de continuidad, o sea que podéis olvidaros de ella. Finalmente, Mirage relanzó y renombró la colección a TNMT y en diciembre de 2001 sacó a la luz una nueva serie inicialmente bimensual que sería cancelada en octubre de 2011 tras publicar 31 ejemplares. Como es de suponer, los creadores estuvieron presentes en las primeras sagas pero llegó un momento en el que se vieron obligados a delegar y contratar a otros autores para que escribiesen y dibujasen las aventuras de las tortugas por ellos… (Nota informativa: Norma editorial publicó cinco volúmenes con los episodios clásicos de Eastman y Laird)

Dado el éxito de la primera serie de televisión, la vida editorial de las Tortugas Ninja no se limita a lo que acabo de comentar. Eso es la base de las tortugas, luego están las adaptaciones de la adaptación televisiva, es decir, los cómics publicados a raíz de las series de televisión. De todos estos, quizá el más relevante sean los que publicó la editorial Archie Comics (casi un centenar de ejemplares juntando todas las colecciones) que aquí llegaron de la mano de Ediciones Zinco con una extraña jugada: el material publicado por Zinco corresponde a la edición de la editorial inglesa Fleetway, de manera que el contenido no es exactamente el de Archie, de ahí que las portadas y la numeración sean diferentes. Si queréis saber qué contenido tiene el material de Zinco podéis dar un vistazo a esta interesante página rusa. Ahora mismo no os puedo decir hasta qué número publicó Zinco, pero me consta que el núm. 50 español corresponde al 54 de Fleetway…

Por supuesto, con las siguientes series de televisión aparecieron nuevos cómics publicados por otras editoriales, pero no nos vamos a adentrar tanto en la historia de las tortugas. No es mi intención hacer una guía de lectura exhaustiva porque justo en este caso carece de sentido. Teenage Mutant Ninja Turtles y otros productos relacionados como las historias de Archie son tan diferentes que es difícil que a una misma persona le pueda gustar ambos… Y tampoco os voy a decir nada sobre la nueva andadura de las tortugas, porque eso corresponde a la reseña de mañana…

El salto a la pequeña pantalla

Aunque el cómic original se convirtió en todo un fenómeno de masas con las múltiples reediciones del primer número y el espectacular seguimiento de los siguientes, el verdadero fenómeno pop (que en su día llegó a llamarse incluso tortugamanía) surgió a partir de la serie de televisión de los ochenta y, ya puestos, de las excelentes figuras de acción de las Tortugas Ninja.

Vayamos por partes, la primera serie de animación de las Tortugas Ninja (que actualmente se está emitiendo en algunos canales autonómicos) se estrenó en diciembre de 1987 y fue cancelada en noviembre de 1996 tras 194 episodios y diez temporadas. La serie en sí se convirtió en un fenómeno en casi todos los países que se estrenó y popularizó a las tortugas hasta niveles insospechados. Visto en retrospectiva, no es de extrañar. La productora encargada de la realización de la serie cogió un producto con muchísimo potencial, desgranó todo lo que hacía popular a ese producto y lo modificó para un público decididamente infantil (aunque dada la controversia que tuvo la serie por su “exceso de violencia” quizás sería más adecuado decir juvenil). Los implicados desecharon todos los factores adultos del tebeo y suavizaron y estilizaron las figuras y las localizaciones hasta el punto que llegaron a conseguir que las cloacas pareciesen acogedoras. El producto final fue una de las series de animación mejor conseguidas de todos los tiempos, con unos potentes personajes que se entienden nada más verlos y unas aventuras que mezclan lo mejor de varios mundos (ciencia ficción, artes marciales, etc.). Además, la proliferación de merchandising y material relacionado con la serie (como los tebeos de Archie) ayudaron a asentar un producto que ya de por sí era capaz de convertirse en todo un fenómeno.

Una de las mejoras respecto al cómic es el desarrollo de los personajes. Hay cuatro tortugas con cuatro personalidades bien diferenciadas, hasta en la canción del inicio. Veamos:

– Leonardo es el que lleva la máscara azul y las dos katanas. Como es el líder del grupo es el más serio y fuerte.
– Michelangelo: tiene máscara naranja y está armado con nunchakus. Es el más tranquilo y el que más frases molonas dice…
– Donatello: con el antifaz púrpura y el bastón. Es el científico.
– Raphael: rojo con sais. Es el bromista del grupo.

Es fácil elegir una de las cuatro como preferida… Sea como sea, los cambios no se quedaron aquí. Dado que este producto fue creado para un público más infantil, también se modificó el origen. Ahora, Splinter era en realidad un ser humano llamado Hamato Yoshi. Un enemigo de Yoshi, Oroku Saki, se las apañó para que Yoshi fuese expulsado del Clan Pie por no arrodillarse ante el maestro, de manera que Yoshi se vio obligado a marchar del país. Yoshi huyó a Nueva York y vivió en las alcantarillas… Allí se hizo amigo de las ratas y un día se encontró cuatro tortugas que un despistado perdió justo después de comprarlas. Más adelante, Yoshi volvió de sus quehaceres cuando se encontró con las tortugas bañándose en un líquido verde. Al intentar sacarlas también se manchó con el líquido y… ¡oh, milagro! Las tortugas adquirieron forma humanoide y él se transformó en un hombre rata. Yoshi se cambió el nombre por el de Splinter, llamó a las tortugas según sus pintores del renacimiento favoritos, y les enseñó artes marciales. A partir de es momento, los cinco vivieron grandes aventuras, sobre todo enfrentándose a Shredder (anteriormente conocido como Oroku Saki) y a un alienígena de la Dimension X llamado Krang.

Como veis, hemos dicho adiós a la historia de amor, o sea que la serie de televisión era más sencilla (o más bien menos épica) que el tebeo original. Por otro lado, tiene más sentido que Splinter sepa artes marciales por haber sido un hombre anteriormente que no por haber estudiado a su maestro desde una jaula. Sea como sea, el hecho de que esta serie difiera del original es puramente anecdótico, sobre todo si tenemos en cuenta que Teenage Mutant Ninja Turtles fue seguida de otra serie de televisión de idéntico nombre que versionó los personajes de Mirage Comics de una manera más fidedigna. Eso supuso perder el bis cómico de su predecesora, pero el producto resultante no es para nada menospreciable. De hecho, tuvo una andadura bastante similar (si bien no tan popular) a la de la serie del ’87. La nueva Teenage Mutant Ninja Turtles se estrenó en febrero del 2003 y fue cancelada en mayo de 2009, tras siete temporadas y 156 episodios. Además, el 2009 se estrenó una película de animación de este título que reunía las nuevas tortugas con las de la serie de animación clásica (y, ya puestos, todas las otras encarnaciones). ¡Un crossover en toda regla!

Y la historia de las series de animación de las tortugas no acaba aquí. Actualmente se está emitiendo una nueva serie llamada Teenage Mutant Ninja Turtles (¡qué original!), que está siendo producida por el canal Nickelodeon. Aunque a día de hoy solo se han emitido 10 episodios, la serie ya ha sido renovada por una segunda temporada, así que a las tortugas les depara una larga vida televisiva (ahora mismo, un mínimo de cerca de 50 episodios).

El salto a la gran pantalla

Ya hemos visto que el cómic se convirtió en todo un fenómeno y abrió las puertas a la serie de televisión. Ésta convirtió a las tortugas en iconos pop idolatrados por jóvenes de todo el mundo y posibilitó que se grabase la película de imagen real. Y de ahí a la controversia hay un paso…

Vayamos por partes (reprise), en 1989 decidieron filmar una película de imagen real con personas disfrazadas de animales. Aunque poca gente daba mucho por este producto (aún estaba reciente el fracaso de Howard the Duck), los productores lanzaron la casa por la ventana y gastaron nada más y nada menos que trece millones y medio para grabar la película. ¿Cuál fue el resultado? El film recaudó más de 135 millones en EE.UU. y cerca de 67 en el resto del mundo. En total recaudaron unos 202 millones de dólares. Tal como expliqué la semana pasada, para saber qué beneficios se obtuvo se debe restar a estos 202 millones los costes de producción, publicidad y todo lo que no sean ingresos reales para la productora (lo que se llevan las distribuidoras, la gente de las salas de cine, etc.) Aun así, no es necesario tener un master en matemáticas y económicas para deducir que la primera película de imagen real de las Tortugas Ninja fue un éxito comercial en mayúsculas.

Como era de esperar, esta primera película fue seguida de dos secuelas, aunque no repitieron el éxito de la primera (eso sí, se defendieron). Lo curioso de este film es la parte de la controversia. Veamos, se estrenó en marzo de 1990, cuando la serie de animación casi infantil se estaba emitiendo por la televisión. Las tortugas eran muy populares, pero solo los lectores de cómic sabían lo que escondían en realidad, así que cuando se empezó a publicitar una película de imagen real en la que las adorables tortugas de los dibujos animados utilizaban expresiones tan “infantiles” como “¡De puta madre!”, pues… digamos que las madres no saltaron de sus asientos para llevar a los menores de catorce años a ver cómo hombres vestidos de tortuga golpeaban a gente sin parar mientras soltaban todo tipo de improperios. Por otro lado, los adolescentes sí llenaron las salas de cine. Echando la vista atrás se puede decir que el tratamiento de los personajes fue todo un acierto, no solo por los beneficios comerciales que se obtuvieron, sino porque se explicó al mundo que las tortugas eran algo más que cuatro seres adorables. Las Tortugas Ninja son uno de esos conceptos únicos que encontramos en el mundo del cómic que funcionan bien a no ser que hagas algo extremadamente malo con ellos. Y aun así, es posible que sigan funcionando bien.

Los iconos pop

Un icono pop es una figura de la cultura popular que es ampliamente reconocida por todo el mundo sin necesidad de que alguien haya adquirido o utilizado el producto que lo vio nacer. En el mundo del cómic, el mayor icono pop de todos los tiempos es Superman y eso no se debe sólo a que el Hombre de Acero sea importante para el noveno arte. Efectivamente, Clark Kent marcó el nacimiento del género superheroico y sus cómics se vendieron desde sus inicios a cantidades industriales. Sin embargo, Superman llegó al nivel de icono pop porque un año después de su aparición debutó en una tira diaria que se publicó en multitud de periódicos. En 1940, Superman protagonizó su propio serial radiofónico (algo que por aquel entonces era el equivalente de los culebrones que ahora miran nuestras madres y abuelas en la sobremesa televisiva). En 1941 se estrenaron varios cortos de animación en las salas de cine. En 1948, Clark volvió al cine pero con un serial de imagen real. En 1951, Superman disfrutó de su primera serie de televisión… En definitiva, poco después de su creación, el Hombre de Acero traspasó las barreras del papel y se coló en las casas de todos los norteamericanos, convirtiéndose en uno de los personajes más reconocibles de todos los tiempos. Lo niños leían los cómics, los padres ojeaban sus aventuras en los periódicos, las madres escuchaban las historias radiofónicas y toda la familia se sentaba delante del televisor para ver la serie de los cincuenta. 25 años después de su creación, Superman era todo un fenómeno. Eso es un icono pop.

¿Cuántos iconos pop ha creado la industria del cómic? Unos cuantos. Son muchos los personajes que han traspasado la barrera del papel y ahora mismo son reconocidos por todo el mundo. Sin embargo, si replanteamos la pregunta, la respuesta es muy diferente. ¿Cuántos iconos pop han surgido de la industria del cómic del mismo nivel de Superman? Es decir, ¿cuántos iconos han conseguido traspasar todas las barreras mediáticas y llegar a ser conocidos por todo el mundo en sus primeros 25 años de vida? La verdad es que podemos contarlos con los dedos de una mano y si no me equivoco sobra un dedo. Superman es uno de ellos, obviamente. Y las Tortugas Ninja son otro.

Recapitulemos, a sus 25 años de historia, se han emitido casi 400 episodios de televisión si sumamos todas las series de animación de las Tortugas Ninja. Estos seres han disfrutado de 4 películas, y una de ellas continúa siendo una de las adaptaciones de cómic con mayor recaudación de todos los tiempos (sobre todo si hacemos la comparación con los precios ajustados a los actuales), y eso es mucho teniendo en cuenta lo que ha venido después. Las Tortugas llegaron a tener su propio tour de conciertos (esto equivaldría al musical). Los japoneses hicieron un anime de las tortugas. Los mutantes verdes son una franquicia de videojuegos que ya cuenta con decenas de títulos a sus espaldas y que ha vendido millones de juegos. Y, por supuesto, las Tortugas Ninja han protagonizado centenares de cómics, siendo protagonistas incluso de una tira cómica que llegó a publicarse en 250 diarios. Y eso sin contar el merchandising, que no he querido entrar en el tema porque da para un post entero más largo que el que estoy escribiendo. Si sumamos todo eso y el efecto lógico resultante, es decir, cualquier persona de cualquier edad sabe en estos momentos quienes son las Tortugas Ninja sin necesidad de haberse leído un cómic o de haber visto un episodio de las series de televisión… entonces, puedo afirmar que las Tortugas Ninja son una creación tan importante como Superman.

Supongo que ha quedado claro pero lo repito. Cuando hablamos de iconos pop tenemos que analizar la gente que no lee cómics. En los años noventa, había muchos personajes de cómic que vendían más que las tortugas y para nosotros seguramente eran lo mejor que podía ofrecer el mercado. Sin embargo, casi ninguno de ellos tenía una repercusión fuera del mercado de los tebeos tan grande como las Tortugas. O, poniendo ejemplos, nadie discutirá que la etapa clásica de los Nuevos Titanes de Marv Wolfman y George Pérez es una obra maestra del mundo de la historieta que en su día vendió como rosquillas, pero… en los años noventa, todo el mundo fuera del círculo comiquero sabía quién era Donatello y hoy en día, solo los lectores de cómic sabemos quién es Starfire.

El destino de los autores

Y todo esto viene a cuento porque al inicio dije que las Tortugas Ninja son el Santo Grial del cómic independiente y no exageraba en absoluto. Ahora que ya he explicado el porqué, hay que analizar las consecuencias. Volvamos al inicio de todo. A Kevin Eastman y Peter Laird se les ocurrió escribir y dibujar el cómic de las tortugas una noche que estaban compartiendo ideas. Como no tenían dinero para autopublicarse, el tío de Eastman les prestó 1000 dólares de los 1200 que necesitaban para la primera tirada del por aquel entonces número unitario titulado Teenage Mutant Ninja Turtles. Eastman y Laird pusieron un anuncio en el Comic Buyers Guide núm. 545, y el resto es historia: de deudores a millonarios en muy poco tiempo…

Evidentemente, visto desde fuera, eso cambió las reglas del juego en el mundo editorial. Eastman y Laird demostraron que cualquier persona puede triunfar en los cómics si se le ocurre una buena idea y, además, sabe explotarla. Dada toda la repercusión mediática, ellos son el gran ejemplo de hasta donde se puede llegar explotando los derechos de los personajes. Es más, se demostró fehacientemente que no era necesario estar a la sombra de DC y Marvel…

¿Cuáles fueron las consecuencias de crear una franquicia? Aparte del dinero que consiguieron estos autores, hay que pensar en el cambio de mentalidad. Eastman y Laird pasaron de tener un trabajo puramente creativo a convertirse en ejecutivos que explotan una franquicia como mejor saben. Dada su preparación inicial (no me consta que sean economistas o empresarios de renombre), eso podría haber resultado en un rotundo éxito o en el más estrepitoso fracaso. Tuvieron suerte y fue lo primero. Aunque lo de la suerte es relativo. Tal como cuentan ellos, no estaban preparados para el éxito y tuvieron que dejar de lado lo que realmente les gustaba para llevar las riendas de un negocio por el que sueña mucha gente…

Lo curioso de este caso es que tanto Eastman como Laird intentaron devolver lo que consiguieron a la sociedad. Eastman fundó la editorial Tundra en 1990 para ayudar a otros creadores a publicar sus propios tebeos. Tanto Eastman como Laird eran conscientes de la inmensa suerte que habían tenido porque si no se hubiesen autopublicado el tebeo, jamás habrían obtenido los beneficios que obtuvieron. A mediados de los años 80, eso era una anomalía. Laird, mediante Tundra y otras iniciativas, intentó generar facilidades para que los creadores independientes pudiesen autopublicarse o, como mínimo, mantener los derechos sobre sus creaciones. La idea era buena, pero Eastman no supo llevar la editorial y vendió Tundra a Kitchen Sink Press en 1993 tras asumir unas terribles pérdidas.

El caso de Laird es incluso más interesante. Laird fundó la Xeric Foundation para donar dinero a aquellos artistas que lo necesitasen, en contraposición de Eastman, que creó una plataforma para publicar tebeos. La idea le surgió por el mismo origen de Teenage Mutant Ninja Turtles: si el tío de Eastman no les hubiese prestado 1000 dólares, ¿qué habría sucedido con las tortugas? A veces algunos proyectos se quedan en punto muerto por no poder financiarse…

La Xeric Foundation funciona mediante concursos. Cada año se dona dinero a aquellos autores que ganan los Xeric Grant. Los premios varían según el año. Por ejemplo, en 1992 hubo cuatro beneficiarios, y en 1998 los afortunados fueron once. Esto depende también del dinero que Laird dispone para donar. En el 2004 fueron 24.889 $ y este año han sido 74.510 $. Curiosamente, a partir del 2011 se han ampliado los temas por los que se puede acceder a los premios ya que Laird considera que es más fácil autopublicarse en la era de internet, así que también quiere donar a la literatura, las artes y la protección medioambiental.

Y hasta aquí mi pequeño repaso al pasado de las Tortuga Ninja. Mañana visitaré el presente con la reseña de la última cabecera de estos héroes.

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@Mister_Air
@Mister_Air
Lector
20 noviembre, 2012 12:36

Kowabunga!!!!!

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
20 noviembre, 2012 13:11

 Qué tiempos, recuerdo que me grababa todos los capítulos de la serie porque quería tenerlos para siempre. Y con la peli flipé, durante mucho tiempo de mi infancia fue mi película favorita rivalizando con Batman. Eso sí, debo admitir que jamás he leido un solo comic de ellas.

Por cierto, si no mal recuerdo el gracioso del grupo era Michelangelo, no Rafael.

batlander
batlander
Lector
20 noviembre, 2012 13:32

 Yo me estoy comprando la coleccion original que ahora estan sacando en la Ultimate Colection y me ha parecido una grandisima serie.

Javié
Javié
Lector
20 noviembre, 2012 13:32

 Grandísimo articulo, una de las cosas que mas me gustaba de las TMNT era la estética propia de los 80, parece que estaba viendo Los Warriors, recuerdo que los malos del clan del pie reclutaban chavales por toda la ciudad para que robasen de todo y luego llegaban a una especie de cuartel general donde comían pizza, pintaban grafitti, montaban en monopatín y jugaban al basket, Mi sueño infantil era pertenecer al clan del pie, XD.

Pachinko
Pachinko
Lector
20 noviembre, 2012 13:54

 Yo todos los años voy a las romerias de la virgen de Cowabunga…

Yo tengo por algun archivador perdido unos cuantos numeros de la edicion de Zinco, creo que cuando los saco en tomos retapados, que recuerdos…

Michelangelo era el payasete del grupo, pero eso no significa que hiciera gracia, Rafael era el cinico y el sarcastico, a mi me resultaba mucho mas gracioso. Sobre todo cuando de vez en cuando en la serie de dibujos rompia la 4ª pared…

Elokoyo
Elokoyo
Lector
20 noviembre, 2012 15:39

Y recordar que por esta colección pasaron artistas tan ilustres como Richard Corben y Simon Bisley, entre otros…

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
20 noviembre, 2012 15:52

 Raphael es el rebelde, no el chistoso. ^^ Y los tebeos que están sacando ahora no están mal, tienen su gracia.

Ah, y para todos los que echen de menos la serie, les recomiendo ver la peli «Turtles Forever»: las Tortugas Ninjas tó molona de la última serie se encuentra con las tontorronas de toda la vida. Me resultó de lo más graciosa y divertida.

Pachosuchus
Pachosuchus
Lector
20 noviembre, 2012 16:58

Grandioso artículo que agradezco sobremanera que hayan publicado, mucha gente debe conocer lo que esta gran franquicia ha significado para el mundo del comic y de la animación.

Bueno, no tengo palabras para expresar lo mucho que significan las TMNT para mí. Son el corazón y médula de mi vida friki y hasta puedo decir que de mi vida en general. Me enganché desde la niñez ya que fueron la respuesta a mi súplica por super-héroes reptilianos (desde que tengo memoria he estado obsesionado con ellos y  siempre me ofendía que fueran usados siempre como villanos) pero me quedé para siempre debido a los personajes molones, absurdos y pintorescos y todo ese rollo de ciencia ficción, misticismo y homenaje a películas clase B que maneja. Hasta el día de hoy conservo mis viejas figuras y sigo comprando las que salen y todo el merchandising que pueda.

Algunas notas:

-El artículo hace parecer que las TMNT del comic original no tenían personalidades individuales y que estas fueron creadas para la 1a serie animada. Si bien esto es cierto en el 1er número, a partir del 2º ya la cosa cambia y vemos las características propias de cada tortuga, por no mencionar los one-shots dedicados a cada personaje que se publicaron paralelamente a los primeros números. Por cierto, Michelangelo es el «gracioso» y Raphael es el «rudo y rebelde». En la 1a serie animada lo convirtieron en el sarcástico y posteriores encarnaciones mezclan ambos aspectos.

– Las primeras 5 temporadas de la 2a serie animada son simplemente estupendas y algunos episodios son de las adaptaciones más fieles de comic a animación que existen. Las 2 últimas temporadas supusieron un considerable descenso de calidad.

-Debo recomendar encarecidamente el visionado de Turtles Forever, donde las Tortugas de la 2a serie animada se cruzan con las de la 1a y finalmente con las del comic original. Es de los mejores y más creativos crossovers en la historia de la animación.

-La nueva serie de Nick me está gustando bastante. Tiene un tono intermedio entre las dos series anteriores. Discutiré mas sobre ella en el artículo de mañana.

Pachosuchus
Pachosuchus
Lector
20 noviembre, 2012 17:36

 Y otra cosa, en el número 1 si mostraban que hacían cuatro tortugas en la calle. Las llevaba un chico en una pecera.

bgd1977
bgd1977
Lector
21 noviembre, 2012 11:57

 Muy bueno el articulo. Solo una puntualizacion, hablas de Peter Laird como si fuera el dibujante y de Kevin Eastman como si fuera el guionista, pero es que otra de las particularidades de TMNT es que tanto Laird como Eastman dibujaban y guionizaban todas sus aventuras. De hecho en la edicion ultimate Kevin Eastman explica que uno de los mayores retos fue precisamente ese, dibujar los dos como si fueran una sola persona.

Sierra
Sierra
Lector
21 noviembre, 2012 14:19

 No tenía ni idea de la peli de turtles forever, la acabo de ver y es la leche, muy muy recomendable!!

Lord Westenra
Lord Westenra
Lector
21 noviembre, 2012 15:55

 Si me permites, falta reseñar también la divertida película CGI del 2007, dirigida por Kevin Munroe.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
18 noviembre, 2014 16:50

Aprovecho esta vieja entrada para dejar constancia de que acabo de conseguir la serie de Las Tortugas Ninja de Zinco (60 números) por 150 euracos, que seais testigos de que me costará matrimonio. ..