Cambio de conductor
En el volumen anterior, titulado de forma nada sugerente al respecto de lo que podíamos encontrar en su interior, La Muerte de Marc Spector, el más conocido y habitual de los múltiples alter ego del Puño de Khonshu nos decía adiós para siempre (ósea hasta dentro de un rato).
Ello podía hacer suponer a algún lector que, o bien la serie del Caballero Luna finalizaba en su volumen 5, o bien que la misma continuaría sin Marc Spector. Pues bien, esto es más o menos lo que nos encontramos en este tomo en el que el Caballero Luna sigue haciendo de las suyas, pero sin contar con su personalidad más mercenaria y camorrista alojada en su cerebro.
En este punto, tan solo el playboy Steven Grant y el caradura Jake Lockley sobreviven en la fracturada mente del vigilante de la media luna, expurgando por tanto a la faceta más violenta de éste.
Pero ¿Cómo funciona un individuo con personalidad múltiple cuando una de sus personalidades ha fallecido? Pues utilizando a otra de ellas, siendo en este caso Jake Lockley quien únicamente toma las riendas, sin que Steven Grant decida aparecer para hacerse cargo en ningún momento.
De este modo se justifica el cambio de aires del que hace gala la colección una vez que Marc Spector ya no figura en ella. Es por eso que, apartándose de las ensoñaciones de un Khonshu vengativo y con la cara mutilada de Bushman, se nos presenta a un Jake Lockley que decide emprender un viaje a México para alejarse durante una buena temporada del caos que había sido su vida durante los veinticinco números anteriores a este tomo en los que se desarrollaba la presente etapa.
Es precisamente en México, en lugar en el que el siempre buscavidas Lockley se topará con una red de policías corruptos que ha participado en el secuestro de una niña pequeña, lo que hará que cambie las ropas de civil por las de superhéroe para… cruzarse en el camino del Castigador.
De este modo se gesta un team up de la vieja escuela, con su enfrentamiento previo, para llegar a un tenso entendimiento mutuo con pullas constantes, entre dos personajes que al menos, en este momento editorial del Caballero Luna encarnan la forma más brutal y extrema de enfrentarse a los delincuentes.
Si a ello le sumamos villanos con iconografía indígena, y lucha libre mexicana, estamos ante no una de las mejores historias del Caballero Luna pero sí de las más divertidas.
Mike Benson pone así fin a la etapa que inició su amigo personal Charlie Houston.
Y lo hace acompañado de un Jefte Palo que cambia el estilo gráfico habitual del cómic para ofrecernos un arte mucho más personal y de toques independientes o incluso underground que hacían al Caballero Luna lo que fue en origen, ese héroe distinto y extraño de Marvel al que como lector podías acudir cuando estabas cansado de lo mismo de siempre.
En el horizonte quedan el resto de las etapas del personaje en el Siglo XXI, las cuales poco a poco serán recopiladas en formato Marvel Saga.
Todo ello hasta completar el recorrido de un personaje que a pesar de no tener demasiados cómics, y quizás por su estatus tan terciario dentro de la editorial, cambia radicalmente de enfoque de una etapa a otra. Algo que en mayor o menor medida afecta a casi todo el plantel de Marvel o DC pero que, en Caballero Luna es más patente que en ninguna otra serie.
Lo mejor
• Mike Benson cierra el volumen del Caballero Luna sin ceñirse a lo convencional.
Lo peor
• Como arco argumental de cierre de etapa este cómic no pasa de lo entretenido.
Guión - 5
Dibujo - 7
Interés - 5
5.7
Entretenido
Mike Benson y Jefte Palo ponen punto y final a un volumen del Caballero Luna en esta aventura ambientada en México.
