Ascenso y Caída de la Casa Osborn
«Norman, ahora eres el hombre al mando, y hay cosas que un hombre al mando hace»
Hablar hoy en día del legado de Brian Michael Bendis en Marvel Comics resulta ya innecesario e incluso superfluo por lo indudable de su existencia. Gusten o no gusten sus cómics, lo que depende de cada lector, Bendis fue sinónimo de Marvel durante los diecisiete años en los que el guionista de Cleveland trabajó para la compañía.
Sobre sus hombros descansó no solo la total renovación par el Siglo XXI que se hizo de dicho universo, si no también el futuro del mismo.
No podríamos hablar de Imperio Secreto si antes no hubiera existido una Guerra Secreta, una Invasión Secreta, o incluso una Civil War II, como tampoco podemos hablar de Los Vengadores tal cual los conocemos si no fuera por la labor de Bendis en sus distintas colecciones. De hecho, el Universo Cinematográfico Marvel que tantas alabanzas recibe cada año es, en gran medida, fruto de la labor de Bendis en la compañía, al menos en lo que al espíritu y espectacularidad de las historias que narra se refiere.
Lo que empezó como una relación con la editorial más bien circunstancial, en la que este guionista abandonaba la escena independiente en favor de la Casa de las Ideas haciéndose cargo de series como Alias, protagonizada por un personaje nuevo, Daredevil que no dejaba de ser una serie menor, o Ultimate Spiderman, una colección que al desarrollarse dentro de un universo alternativo podía fracasar sin que ello hiciera mella en la compañía, terminó gracias a la labor de Bendis en una absoluta confianza hacia el escritor.
Las llaves del Universo Marvel le habían sido entregadas, y Bendis se convirtió en su arquitecto, construyendo sus colecciones y eventos en torno a una idea que comenzó en Guerra Secreta y cuyas consecuencias se hacían sentir en el resto de series Marvel durante años, llegando a afectar incluso a la actualidad de este universo.
Pues bien, en el caso de Asedio, evento que en 2010 Brian Michael Bendis desarrollo junto con Olivier Coipel, con quien también llevó a cabo Dinastía de M en el año 2005, Bendis ponía fin a la época del Reinado Oscuro, y a esa rivalidad persistente entre Iron Man y Capitán América que ya por sí sola no servía de nada y que necesitaba avanzar para que también lo hicieran las historias en las que ambos personajes tomaban parte.
Lógicamente, si se quería dar ese siguiente paso en el Universo Marvel era necesario hacerlo a través de un evento que sirviera de excusa al cambio de paradigma que iba a suponer la edad heroica, y ello por cuanto lo que se narraba en Asedio tenía la suficiente entidad e importancia para Marvel como Universo que no podía pasar desapercibido, lo que corría el riesgo de ocurrir si se contaba en una serie regular determinada.
Haciendo un poco de memoria, cuando Asedio arranca tenemos un Norman Osborn que gobierna SHIELD, renombrada como HAMMER, al haber ganado la confianza del pueblo americano y de su gobierno tras terminar con la Invasión Secreta Skrull. Bendis con esta maniobra, no hizo si no seguir las consecuencias lógicas y estela de lo que Warren Ellis había narrado en Thunderbolts, grupo liderado por Osborn prácticamente desde su regreso a la vida en la infame Saga del Clon de Spiderman.
Y es que, podemos discutir acerca de lo cansino e innecesario que resulta resucitar constantemente a personajes que llevaban décadas muertos, pero lo que está claro es que, si se va a hacer algo así, lo justo y lógico es aprovechar las posibilidades que da ese regreso a la vida de un personaje determinado.
De este modo, Bendis sacó a Osborn de la esfera exclusivamente arácnida y le dio una importancia como gran villano maquinador y conspirador del Universo Marvel, lo que ya demostró en el primero número de su The Pulse y que llevaba a rajatabla en Vengadores Oscuros.
Osborn gobernaba HAMMER con mano de hierro mientras trataba de utilizar a la organización así como sus recursos gubernamentales par llevar su locura y villanía a un nuevo nivel en el que nadie se le pudiera oponer, al contar con un indudable poder institucional que lo respaldaba.
El problema venía, porque en la colección de Thor, concretamente en la etapa de Joe Michael Straczyinski, Asgard se había trasladado a la Tierra, concretamente a Broxton, Oklahoma, existiendo por tanto un territorio soberano perteneciente a poderosos dioses en suelo americano.
La presencia asgardiana en EEUU no solo podía dar al traste con los planes de Osborn, si no que diplomáticamente constituía un auténtico grano en el culo que el bueno de Norman tenía que extirpar para poder campar a sus anchas en un mundo en el que sin proponérselo, los héroes que se le oponían estaban lo suficientemente divididos por sus tensiones internas para no prestarle atención.
Por ello, Osborn solicita permiso al gobierno para invadir Asgard, y al no conseguirlo, y gracias a las maquinaciones de Loki, crea un incidente similar al de Stanford que le sirva de excusa para lanzar un ataque armado contra la Asgard de Broxton, sin ni siquiera esperar a que el gobierno estadounidense le de luz verde a su ataque.
Como es lógico, los héroes consiguen superar sus diferencias previas y acuden a la ayuda del reino dorado, revelando Osborn en el último momento que su locura duende jamás había remitido y que siempre había estado ahí.
Ello precipita el fin de su Reinado Oscuro y el comienzo de una Era Heroica en la que la Trinidad Vengadora compuesta por Iron Man, Thor y el Capitán América ha conseguido a duras penas, volver a esa relación de amistad que les unió en el pasado, con Steve Rogers como líder de la reconstituida SHIELD y el Acta de Registro abolida y enterrada.
Como evento, Asedio deja mucho que desear con un guion sencillo, facilón y muy predecible. Sin embargo, como pieza integrante de la historia río construida por Bendis desde Guerra Secreta, resulta una delicia el ver como consigue hilar todo lo contado en sus distintas series, y el que sea capaz de salir del revulsivo que supuso Reinado Oscuro sin acudir a excusas de tipo mágico o místico que habrían empañado la grandeza de toda esta etapa.
En cuanto al dibujo, en el tomo Must Have objeto de este análisis no solo tenemos a Olivier Coipel, con su estilo preciosista y esas escenas de acción que quitan el hipo, si no que también podemos disfrutar del dibujo de Michael Lark, quien dota de excelencia al número especial en el que Osborn explica sus planes al resto de su cábala.
En cuanto a la edición de Panini en sí, Asedio es un componente más de esa recopilación casi integral del Siglo XXI en Marvel que está realizando Panini a través de este sello y que en un par de años, no mucho más, conseguirá que nuestras estanterías estén repletas de los eventos más definitorios de la primera década de esta centuria, así como de las colecciones más influyentes de dichos años, y todo ello por un precio bastante asequible.
Lo mejor
• La pieza importante que constituye dentro de la historia río en clave Marvel de Bendis.
Lo peor
• Un guión ramplón y predecible que significa más por lo que supone que por lo que cuenta.
Guión - 5
Dibujo - 8
Interés - 8
7
Entretenido
Aprovechamos la última edición de esta obra para opinar acerca del evento Marvel del año 2010.
A mí me gustó. A pesar de que es una mera excusa para terminar con Osborn y no deja de ser una batalla prolongada cuatro números es entretenido y tiene momentos bastante memorables y espectaculares. Además no te engaña, no pretende ser la última coca cola del desierto como algunos otros eventos que prometen mucho y luego se quedan en nada.
Asedio sirve para cerrar la etapa de Osborn y la de El Vigia, aunque ambos volvieran más adelante, poco más.
Eso sí, el despachurramiento de Ares a manos de El Vigia quedó guay, pero hundió al Dios de la Guerra como personaje del que aun se podía sacarse algo de provecho.