In memoriam, Ramón Bernardó

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Hace unos meses llegó la noticia, vía redes sociales y grupos especializados en tebeos de éstas, del fallecimiento del dibujante José Ramón Bernardó Neff, artísticamente conocido como Ramón Bernardó. La inesperada nueva era ciertamente mala, por cuanto si bien nada hay más seguro que la muerte (y los impuestos, pero esto no para todo el mundo) ésta había llegado al autor vilanovino con apenas cincuenta y ocho años.

La noticia me hizo retroceder treinta años en el tiempo y plantarme a mediados de los noventa del siglo pasado, cuando el nombre de Ramón Bernardó empezó a aparecer en los títulos de créditos de los tebeos de aquella Marvel en pleno proceso de implosión. Fiel a la tradición de promocionar a los artistas españoles que lograban cruzar el charco, Forum dedicó especial atención a un ilustrador cuyo estilo se alejaba de las influencias hegemónicas del momento para tomar como fuente de inspiración al gran John Buscema. Un agradable respiro clásico en medio de la transición entre el pinuperismo leefeldiero y el amerimanga madureiro. Durante tres años, Bernardó dejaría muestras de su talento más allá de la casa de las ideas en editoriales como Malibú o DC, hasta llegar a un especial anual co-protagonizado por Estela Plateada y Thor, que Marvel publicaría en 1998 y llegaría a estos pagos un año después. El dios nórdico y el filósofo de las estrellas habían sido dos personajes particularmente mimados por el talento del Gran John, de modo que resultaba interesante descubrir qué podía hacer uno de sus discípulos aventajados. Sorprendentemente, el dibujante cambió radicalmente de estilo para la ocasión, recibiendo fuertes críticas por ello y desapareciendo de la escena de los súper-pijamas. La experiencia le había permitido descubrir las draconianas condiciones en las que, a veces, había que desarrollar el trabajo. Desde la perspectiva de alguien que leyera tebeos superheroicos, había sido una estrella fugaz de tantas que pasaban con penas y glorias variables por una industria con tendencia a triturar a sus currantes. Sin embargo, en la carrera de Bernardó había más, mucho más.

Antes de recalar en Marvel, don Ramón había sido fancinero y había publicado sus propias obras en editoriales nacionales como Norma, pasando también por el mundo de la animación. Quienes recuerden la serie Mofli, el último koala habrán visto uno de los resultados de su colaboración en este campo. También estuvo presente en Bruguera cuando la editorial del gato negro afrontaba sus agónicos años finales. Se le atribuye la realización de algunas aventuras apócrifas de Mortadelo y Filemón, de la mano de cuyo creador, Francisco Ibáñez, recalaría en Grijalbo y su publicación Guai! donde se encargaría durante un año de los lápices de la serie Chicha, Tato y Clodoveo: de profesión sin empleo.

Aparte de las variadas experiencias profesionales precedentes, la relación más prolífica de Bernardó fue con la compañía Disney, cuyos personajes dibujó para los tebeos que de la llamada factoría de sueños se editaban en diversos países europeos. En este sector desarrolló su actividad profesional durante el presente siglo, pudiendo encontrarse muestras de la misma en su página caralibrera.

Con su más que prematura marcha desaparece otro protagonista de la historia de los tebeos y de la animación de los últimos cuarenta años, así como un testigo del fin de una época -la de la hegemonía del tebeo patrio- y el inicio de otra, marcada por la preeminencia de las publicaciones foráneas.

Portada del especial de 1998 que reunión a Thor con Estela Plateada.
Ilustración de Ramón Bernardó.

Ramón Bernardó en Tebeosfera.

Ramón Bernardó en Universo Marvel.

Página de Ramón Bernardó en Facebook.

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Sith
Sith
Lector
3 septiembre, 2024 15:26

Triste noticia.

Hacia muchas años que le había perdido el rastro a este artista y como dato de color termine conociendo a este autor gracias a la compra de ese Anual de Thor y Silver Surfer.