I am a Hero 11

 

Edición original: I am a Hero Nº 11 JAP
Edición nacional/ España: Norma Editorial
Guión: Kengo Hanazawa
Dibujo: Kengo Hanazawa
Formato: Tomo manga rústica de 224 páginas
Precio:8,5€

 

El grupo nuevo que Kanazawa nos presenta está formado por diez miembros que vamos a repasar brevemente. La primera es Kizuki una chica joven ataviada con un uniforme de instituto. Sabe que su familia se refugió en una escuela de la zona, pero desconoce si están vivos o no. Con ella siempre va Haruki, un chico poco más mayor que ella. Tía es una mujer de mediana edad a la cual, la mayoría de veces, veremos cocinando. A continuación, tenemos el brazo militar formado por Tomabechi encargado de los elementos de inteligencia: estrategias y comunicaciones. Kurusu y Kowayashi son la artillería pesada. Protegiendo la guarida des de una localización estratégica están Hanyu y su hermana Fukiko. Finalmente, el grupo lo cierra Ezaki, el nuevo miembro, y una chica misteriosa de la cual no se nos da ninguna información en este volumen.

Kurusu tiene una mente entre salvaje e infantil que le hace muy impulsivo y poco reflexivo. A causa de ello, Haruki puede manipularle para que quiera ir a la escuela donde debería estar la familia de Kizuki. Dado que los demás miembros no contradicen a Kurusu, Kowayashi acaba cediendo a realizar una escaramuza. Ahora bien, parece que hay una razón oculta: esa zona está dominada por un grupo enemigo.

Cada historia posapocalíptica juega con una serie de elementos contextuales que establecen un marco literario propio. La existencia (o no) de electricidad, agua corriente, fuerzas de seguridad, medios de comunicación, organizaciones políticas, etc. A medida que la historia va desarrollándose nos encontramos (o no) con ellos. De hecho, en muchas ocasiones, saber si continúan existiendo constituye parte del hilo argumental de la serie. En I am a Hero no ha sido así. La lucha por la supervivencia, las idas y venidas entre los focos de infección, ha establecido la evolución del argumento. Pero, aún así, hemos pasado por viñetas en las cuales se hacía referencia a estos recursos. Por ejemplo, en el Gotenba Outlet Mall se cargaban las baterías de los teléfonos móviles. ¿Cómo era ello posible? Para contestar a esta pregunta, y otras de similares, Hanazawa introduce a Tomabechi.

Respecto al tema de la electricidad, Tomabechi teoriza que esta podría durar indefinidamente mientras no haya ningún incidente en las centrales nucleares ni en el cableado. Básicamente, Hanazawa quiere decirnos que dejará a nuestros protagonistas cargar sus móviles y navegar por Internet hasta que un ZQN torpe se cargue la central de turno. En cambio, no se pueden realizar llamadas de teléfono, porqué cuando empezó a cundir el pánico se colapsaron las líneas. Pero, pasado el tiempo, ya no quedaba nadie para volver a levantarlas. Tomabechi llega a afirmar que si las principales infraestructuras del país no han sido dañadas, se podrá volver al nivel de tecnificación anterior al caos ZQN. Pero él ignora que la infección a cruzado las fronteras de Japón. Tomabechi no sabe que nadie vendrá a acabar con los infectados ni a rescatarles.

Las últimas revelaciones que Tomabechi nos brinda son acerca de los ZQN. En primer lugar, hasta ahora sabíamos que los infectados reproducen sus acciones cotidianas, cómo coger el tren, tirar la basura, saltar… Pero nuestro protagonista ha descubierto un patrón común entre todos: se desplazan hacia el sur. Esto indica que más allá de una voluntad propia, los ZQN poseen una supraconsciencia colectiva. En segundo lugar, las ZQN tienen sensibilidad al tacto así como una especie de periodo menstrual. Por tanto, aunque carecen de latido y respiración, mantienen las funciones reproductoras. La pregunta que Tomabechi se hace es… ¿Qué pretenden estos seres?¿Qué es lo que quieren engendrar un puñado de muertos? Cuestiones que a nosotros nos evocan la obligada pregunta de… ¿Hacía dónde nos está llevando Hanazawa? A raíz de la publicación de los últimos tomos, las malas críticas están empezando a abalanzarse sobre Kengo Hanazawa. Parece que lo que tenía que ser una historia de zombies está evolucionando hacia algo que no acaba de cuajar entre los lectores. Ya iremos viendo qué pasa, de momento carpe diem.

Hacia el final del tomo, Tomabechi consigue contactar por radio con Nakako, un radioaficionado de Tokio. Según él, la situación en la capital es crítica dada la proliferación de grupos violentos y la progresiva desaparición de policías, militares y personal sanitario. Al mismo tiempo, el desequilibro entre vivos y muertos, causa estampidas de ZQN cuando estos van de caza. Pero, nuestros protagonistas no tienen claro que esta comunicación sea real. Quizás son el grupo de la zona de la escuela que quieren hacerles bajar la guardia. Habrá que esperar al próximo tomo para ver cómo evoluciona la misión de reconocimiento.