Historietas desde Latinoamérica #119 – El Oro del Zar

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Después de casi medio año de inactividad, vuelve la sección de Historietas desde Latinoamérica y con un nuevo replanteo a sostener al menos durante este año. Por cuestiones diversas (tiempos, motivaciones, deseos, etcétera), desde ahora la sección se dedicará casi exclusivamente a reseñar la mucha producción historietística reciente de este parte del mundo, intentando abarcar lo más posible. Es decir, a diferencia del año pasado en el cual nos dedicamos por entero al seguimiento de las noticias de cómics a publicarse o eventos a realizarse, a partir de ahora nos abocaremos a lo ya hecho: la reseña del libro publicado, la crónica del evento realizado (siempre que pueda llegar a nuestras manos y que podamos asistir, respectivamente).

La primera medida será ponerse al día con muchísimo material acumulado en la pila de “para reseñar”, comenzando ahora mismo con un título que combina autoría y edición de Argentina y Uruguay, pero nos lleva a otra punta del globo: Rusia.

El Oro del zar

 

Edición original: El Oro del Zar (Loco Rabia, Estuario, Grupo Belerofonte); 2015.
Guión: Rodolfo Santullo.
Dibujo: Marcos Vergara.
Entintado: Marcos Vergara.
Color: Marcos Vergara.
Formato: Rústica, 120 páginas,.

 

21 de julio de 1904, Moscú. Parte el primer viaje del Transiberiano con destino a Vladivostok, atravesando todo el territorio del Imperio Ruso con una extensión de casi 10 mil kilómetros y una duración de 9 días. El momento es crítico: la Rusia zarista se encuentra en guerra con el Japón (también imperial) en pugna por controlar territorios que serían estratégicos comercial y militarmente para ambos bandos.

Ese contexto es el que elige Rodolfo Santullo para narrar esta historia, en la que para una vez más (y como es común en su amplia bibliografía) en un hecho histórico real y lo ficcionaliza permitiéndose licencias narrativas y agregándole elementos de su propia creatividad a lo que cuentan los libros y las enciclopedias. Esa combinación se le probó más que efectiva en otros trabajos que llevan su firma (como Malandras, Tacuara o Los últimos días del Graf Spee) y funciona de igual manera en El Oro del Zar, que resultó no solo en un buen libro sino también en su segundo Premio Trillo consecutivo al mejor guionista de la historieta publicada en Argentina (con la curiosidad de portar ciudadanía uruguaya).

La mera mezcla de ficción e historia real no es suficiente, no obstante, para lograr una buena historia que atrape y entretenga como lo hace este volumen. Para llegar a ese objetivo hace falta mucho más y El Oro del Zar lo tiene: en el planteo de desarrollarse en un espacio limitado y con un período igualmente acotado (nueve días a bordo de un tren); en el objeto preciado y deseado (las arcas del Imperio Ruso para financiar la dura guerra en el extremo oriente); en varios bandos con la mira fija en el mismo objetivo, ya sea para robárselo como para protegerlo de las manos ajenas.

La trama se desarrolla así, con un ritmo narrativo ágil y varios cambios en la relación en torno al preciado metal, según se van preparando los intentos de robar el tren y según van fracasando (o no) de una escena a la otra hasta el final. Las diferentes motivaciones y también las diversas características de los que revolotean sobre el tesoro sazonan la historia, jugando con tipos de personajes comunes pero bien presentados: aventurero, femme fatal, espías, militares de los dos bandos en guerra, más un tercer grupo que lucha contra la opresión de esos dos; y todos ellos arriba de un mismo tren de un punto al otro del continente. Con esos estereotipos sabe manejarse muy bien el guionista uruguayo denotando su pasión por varios géneros a la misma vez: las de aventuras, los western, las de espionaje, las históricas.

En efecto, El Oro del Zar tiene mucho de homenaje a esos tipos de historias, y con ello también al modo en que solían presentarse: el folletín, el pulp. En ese sentido, cabe notar el hecho de que originalmente este cómic se publicó serializado en la web Historietas Reales de a varias páginas por vez, y que esta edición en papel coeditada por Loco Rabia, Estuario y Grupo Belerofonte como un guiño a todo esos clásicos formatos en las márgenes tiene fingidas “fallas de impresión” y “desgastes del papel”. En este punto es donde criticaría la edición física en lo que refiere a la elección del papel ilustración, ya que habría sido más apropiado a este juego optar por otro tipo como ser un papel ahuesado lo cual además habría mejorado el resultado final del cómic.

Volviendo a la narrativa de esta historieta, es de destacar por un lado la capacidad de Santullo para ir poniendo en situación al lector sin necesidad de contar con otros datos, informando de la guerra de Rusia y Japón y más detalles del contexto histórico en los diálogos de los personajes, así como de las intenciones de cada uno conforme va avanzando la historia. Igualmente destacable es la tarea del dibujante Marcos Vergara, quien trabaja muy bien en la transición de una página a la otra, en particular cuando debe pasarse a diferentes escenarios y subtramas jugando, por ejemplo, con el humo del tren o el vuelo de una paloma mensajera para guiar la lectura.

Fruto de ese trabajo conjunto, entonces, El Oro del Zar es una historieta muy bien lograda y cautivadora en su lectura, que se lee muy bien de un tirón como también se disfrutaba con la entrega por páginas original, disfrutándose de la aventura, la acción, la intriga y el suspenso, en pugna por el oro del Zar Nicolás II cuyo destino (y el de quienes lo codician) no se conocerá hasta el final de la historia.

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