Repasando un poco, la obra literaria de Howard Phillips Lovecraft ha tenido más presencia en el cómic de la que uno a priori pueda pensar. No solo tenemos magistrales adaptaciones de sus terroríficos relatos como las que nos brindaron en su día Alberto Breccia, Richard Corben, Bernie Wrightson o Esteban Maroto, sino que por ejemplo podemos encontrar más recientemente también las de I.N.J. Culdbard, o los toques cthuloideos de la actualización de la bruja adolescente Sabrina de Archie Comics, o la prodigiosa reinvención de los mitos del escritor de Rhode Island que ha llevado a cabo Alan Moore en Providence. Eso por no hablar de su influencia sutil o apartada de los focos en los universos superheroicos norteamericanos, tanto el de Marvel (con los seres que el Doctor Extraño suele encontrarse y que son fundamentales en la cosmogonía de este cosmos) como en el de DC. Después de todo, como ha resaltado el propio Moore en alguna ocasión, la primera aventura de la Liga de la Justicia de América, allá por los años cincuenta, fue auspiciada por el editor Julie Schwartz (que fue agente y representante literario de Lovecraft en los años 30), y en ella aquellos brillantes héroes se enfrentaban a Starro, una gigantesca criatura marina (cuya fisionomía, para más inri, estaba patentemente inspirada por la representación más célebre del Símbolo Arcano del cosmos esotérico de HPL: una estrella con un ojo en su centro) que controlaba mentalmente una población costera de Nueva Inglaterra. A pesar del lógicamente predominante tono naive de esa historia, los guiños lovecraftianos resultan obvios a quien quiera verlos.
Uniéndose a esta lista, cosa por cierto facilitada por el hecho de que hace unos años la obra de Lovecraft quedó en el dominio público de la propiedad intelectual, el autor holandés Erik Kriek adaptó en 2012 un puñado de sus historias de horror que en 2017 Ediciones La Cúpula publicó en castellano, en este tomo del que hoy vamos a hablar.
En Desde el más allá y otras historias, Kriek coge cinco pesadillescas historias del escritor de La llamada de Cthulhu, y como figura en la portada, las “edita e ilustra”: una precisa elección de palabras, dado que la fidelidad a los relatos originales predomina como declaración de intenciones, sin que eso merme el uso de los recursos narrativos del medio del noveno arte, y la cosa no se quede en una bella colección de imágenes con texto. No es fácil esta tarea con la literatura, menos aún con Lovecraft en concreto, cuya atmosférica y densa prosa, no solo lo contado, es parte esencial de la sensación a provocar en el lector. Pero Kriek sabe salir muy bien parado de este reto, con sus dibujos en blanco en negro, su excelente entintado, los grises que aplica, y las fluidas elecciones narrativas que toma.
Tras una genial autocaricatura, y una (un tanto confusa, a decir verdad) introducción del ganador de un oscar Gerard Soeterman, guionista de cine holandés que ha colaborado en varias ocasiones con Paul Verhoeven, Kriek procede a presentarnos los cinco siguientes relatos:
El Intruso, de bella, pero tipiquérrima gótica prosa, una de las historias en las que Lovecraft dejaba ver su patente influencia de escritores anteriores como Edgard Allan Poe, y que por tanto resulta de las más alejadas de los temas habituales del escritor.
El color que cayó del espacio, en la que presenciamos el horror desatado por la corrupción de la tierra y sus habitantes ocasionada por la caída de un objeto celeste en una zona rural de la ficticia localidad de Arkham, en la que Lovecraft situó muchas de sus historias.
Dagon, donde un hombre al límite recuerda como, perdido en el océano durante la Primera Guerra Mundial, llegó a una isla aflorada recientemente del lecho oceánico por un fenómeno tectónico: las extrañas ruinas sumergidas durante eones y algo más que allí encontró, marcaron su vida atormentándola.
Desde el más allá, da título al libro, y quizás algunos recuerden la adaptación al cine que en 1986 dirigió Stuart Gordon: aquí en España fue titulada Resonator, probablemente queriendo relacionarla desde el nombre con otra traslación a la pantalla de Lovecraft a cargo del mismo director, la célebre Reanimator: Un neurótico científico crea un dispositivo que estimula los sentidos de los seres humanos para que puedan percibir otros planos de realidad con los inadvertidamente coexistimos…y los horrores que allí habitan.
Y finalmente, La Sombra sobre Innsmouth, la más larga del volumen y quizás en la que Kriek despliega mayor maestría. En ella, un joven que recorre durante sus vacaciones el Valle del Miskatonic llega a una pequeña y aislada población pesquera cuyos habitantes e historia resultarán ser incluso más extraños de lo que parecen.
Las dos páginas finales de esta última historia, con su escalofriante conclusión son todo un despliegue de saber trasladar una escena de un medio a otro sabiendo aprovechar lo mejor de ambos. La secuenciación en viñetas de cómo el narrador abraza lo que ha descubierto está llena de un dinamismo ausente en el relato original, pero que no lo contradice: sus silencios e imágenes encajan como un mecanismo de relojería en los engranajes de la prosa de Lovecraft, complementando y engrandeciendo si cabe el resultado global.
Desde el más allá y otras historias se nos presenta en un libro en blanco y negro de pequeño tamaño, de negras cubiertas con solapas interiores, y una portada en la que figura la icónica silueta de Lovecraft, rellena con algunos de los horrores innombrables que poblaban sus narraciones. La contraportada luce una ovalada ilustración en tonos rojos de otro de ellos. El diseño del volumen, la bella rotulación de Iris Bermudez, y el aspecto un poco, digamos, como el de los comics EC de terror de los años 50 de los dibujos de Kriek, contribuyen a que tengamos entre manos una obra que, sin ser para nada lujosa, resulte escalofriantemente bonita, muy disfrutable por el contenido, y rotundamente recomendable.
Como fan de la obra de Lovecraft y sus productos derivados, puedo decir que efectivamente los relatos aquí recogidos están adaptados al medio de manera excelente. Además el dibujo tiene un rollo «retro» que le pega mucho. Recomendable incluso si no has leído nada de Lovecraft.
Has despertado mi interés gracias por la reseña.
Muchas gracias por comentar a ambos. Sí, cuando lo vi en la librería no tenía claro qué me iba a encontrar, pero solo hojeándolo, con el estilo de dibujo y la atmósfera ya despertó mi interés. Ese día no pude comprármelo, pero me quedó el runrún en la cabeza y volví a por ello dos días después. Y me alegra haberlo hecho, ya que el resultado ha estado muy lejos de haberme decepcionado.
Un saludo a los dos!