Deathstroke #02 (Renacimiento)

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Edición original:Deathstroke núms. 9 a 18 USA .
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Christopher Priest.
Dibujo: Carlo Palugayan, Cary Nord, Denys Cowan, Joe Bennett, Larry Hama, Roberto Viacava, Jason Paz .
Entintado: Bill Sienkiewicz, Jason Paz.
Color: Jeremy Cox.
Formato:Rústica, 224 págs. A color.
Precio: 19,95 euros.

 

Deathstroke ya atesora en su haber 37 años desde que fuera creado en la serie de The New Teen Titans #02, en 1980. Slade Wilson se acerca a la cuarentena y lo hace en un estado de forma envidiable, gozando de uno de sus mejores momentos editoriales en solitario. Slade se ofreció voluntario para ser el conejillo de indias de unos peligrosos experimentos con hormonas, diseñadas para incrementar su capacidad cerebral y crear un soldado sin limitaciones. El experimento fue catalogado de fracaso, todos los sujetos acabaron en estado catatónico, incluido el propio Slade que, tras pasar un tiempo aislado del mundo, se recuperó con su fuerza, vigor, agilidad y velocidad multiplicados por diez. Una máquina entrenada para el combate que pasó a ser un mercenario al servicio del mejor postor, bajo el nombre de Deathstroke. Un origen sin mucho brillo que, sin embargo, le ha permitido erigirse como uno de los villanos más interesantes de DC.

Priest es el actual guionista de la serie de Slade y como arquitecto de la misma es cien por cien fiel a su propio estilo, llegando incluso a superar lo que ya todos los aficionados podemos denominar la narrativa Priest. Hablar de Deathstroke es empezar a tener que inventar nuevos conceptos que permitan describir adecuadamente la narrativa disruptiva de la que Priest hace gala. El guionista no escribe de forma convencional, usando una narración lineal, con los típicos recursos narrativos, como las analepsis (que las hay, además) … No, Priest rompe cualquier cadena lógica y nos cuenta su historia sin arcos argumentales marcados, siendo todo lo narrado un todo complejo y denso, en el que la información está ahí escondida para que, nosotros, como lectores, vayamos descubriéndola. Priest no puede ser más honesto ni más respetuoso con el lector, al que no subestima y trata con enorme respeto.

En la vida hay pocas cosas tan placenteras como el conocimiento secreto. Un proceso que empieza en la infancia para saber lo que no saben tus padres y prosigue el resto de nuestra vida. Un placer oculto que se ve reforzado por la aparición y lectura de esta serie dedicada a Deathstroke.

Deathstroke es una serie que exige concentración plena para su lectura y no porque lo que se nos cuenta sea algo especialmente complejo, que no lo es, sino por esa estructura con la que el conjunto va tomando forma. Tal vez Priest se hace eco de ese dicho que dice que no importa la historia que cuentes, sino que lo que importa de verdad es como la cuentas.

Priest está reescribiendo a Deathstroke, construyéndole una vida tan compleja y rica como la que puede tener cualquier persona real, con una relación paterno filial extrema y disfuncional, que no es sino el fiel reflejo del propio desequilibrio de Slade para la gestión de las emociones internas y externas. Un todo que crea un escenario donde tienen cabida no solo historias relacionadas con Slade, sino también sobre el control de armas, las relaciones familiares, la búsqueda de las raíces, la traición, el amor y el deseo extremos. Un cóctel que resulta tan inestable como si el cómic estuviera impregnado en nitroglicerina.

Resumir lo que ocurre en este segundo tomo no es algo fácil por la ingente cantidad de situaciones y acontecimientos que aderezan cada página. Pero entre todo este ruido, ruido sinfónico por supuesto, hay dos notas que sobresalen por encima del ya de por si excelente trabajo de Priest. La primera de estas notas es la historia titulada Chicago, donde hace acto de presencia Creeper. La segunda es Crepúsculo, un seudo arco argumental, en el que Priest deja ciego a Slade y exige que este se reinvente a sí mismo.

Chicago es una historia de un solo número, dibujada por el siempre eficaz Denys Cowan, en la que Priest no teme tratar el tema del control de armas, la violencia callejera y sus consecuencias. Cruda y directa, con alguno de los mejores diálogos que se pueden leer en un cómic de superhéroes este mes, y que no puede ser más derrotista en su planteamiento, nudo y desenlace.

La segunda es este arco denominado Crepúsculo que se inserta en ese todo que es el tomo uno y dos de la serie. Aquí Slade cambia de registro y hace acto de presencia Tanya Spears, alias Power Girl, con la que Priest da toda una lección de caracterización. Tanya y Slade forman una extraña pareja unida por las circunstancias que Priest ha propiciado y alienado de tal forma que no importa lo forzada que pueda parecer la situación, en manos de Priest resulta natural e incluso razonable. Brillante.

Si hubiera que ponerle un pero a esta serie, aunque se pueda perdonar gracias a la excelente labor de Priest, es que no haya más estabilidad en el dibujo. Todos y cada uno de los dibujantes tiene una calidad indiscutible, pero no es cuestión de juzgar su talento, sino que nos tengamos que enfrentar a seis dibujantes diferentes en un solo tomo. Un estilo de dibujo cada 37 páginas. Una mancha que desluce a tan excelente serie.

Cada mes salen muchas series al mercado. La oferta es enorme, es agotadora tanto para el bolsillo como para el lector que ha de decidir dónde invertir su dinero. Pues bien, ha llegado el momento de ponerlo algo más fácil y el mes que ECC publique un nuevo tomo de Deathstroke no lo dejéis escapar. Es la serie revelación de todo Renacimiento, mereciendo no solo nuestra atención, sino nuestro dinero. Os sentiréis mejor leyéndola, disfrutareis más y al final del camino uno se da cuenta de que ha atesorado algo más de conocimiento secreto. Y eso siempre está bien.

  Edición original:Deathstroke núms. 9 a 18 USA . Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Christopher Priest. Dibujo: Carlo Palugayan, Cary Nord, Denys Cowan, Joe Bennett, Larry Hama, Roberto Viacava, Jason Paz . Entintado: Bill Sienkiewicz, Jason Paz. Color: Jeremy Cox. Formato:Rústica, 224 págs. A color. Precio: 19,95 euros.  …
Guion - 9
Dibujo - 7
Interés - 10

8.7

Imprescindible.

Deathstroke es la serie a seguir, el personaje a leer, la historia a vivir. Su narrativa rota y disfuncional refleja una inteligencia sutil y elegante que se disfruta a cada página. Priest nos demuestra su talento de principio a fin.

Vosotros puntuáis: 9.38 ( 4 votos)
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AlbierZot
AlbierZot
Lector
30 septiembre, 2017 10:19

A mí se me ha hecho un tomo más rutinario con respecto al primero. El trasfondo es ya casi un Enredo (TV) sin escrúpulos XD. No sé si estaré para el siguiente.

Paulo Hernando
2 octubre, 2017 18:42

Buenisima la serie , me gusto aun mas este segundo tomo que el primero. Se queda interesante la cosa , ademas ecc ha sacado jovenes titans y titanes para llegar bien al contrato de lazaro que parece se torna mas interesante de lo que esperaba cuando se anuncio. Contrato de lazaro porque? Por las fosas de lazaro , o de lazarillo de tormes porque slade esta cegaton? Priest te saldrias si fuera la segunda referencia jajaj.

Por cierto ultimamente tengo problemas para entrar logeado, en algunas noticias lo estoy en otras no , me deja conectarme solo a veces , no se si es cosa mia o le pasa a mas gente. Un saludo