Vertigo Bazar: 100 Balas (El Declive)

39
1551
 

Edición original: jul. 2009; Vertigo (DC Comics).
Edición España: oct. 2009; Planeta DeAgostini.
Guión: Brian Azzarello.
Dibujo: Eduardo Risso.
Entintado: Eduardo Risso.
Portadas: Dave Johnson.
Color: Patricia Mulhivill.
Rotulista: Clem Robins.
Precio: 20 € (Rústica, 304 págs.)

 

Post de referencia. 100 Balas

No ha habido que esperar mucho para disfrutar en castellano de los últimos doce números de 100 Balas, una colección que ha marcado sin duda –más allá de sus aciertos y sus defectos– el devenir del sello Vertigo en la primera década del siglo XXI. Así, apenas siete meses desde la publicación del último número en Estados Unidos y tres desde la salida al mercado del recopilatorio correspondiente, nos llega a España el último volumen de esta serie de la mano de Planeta DeAgostini. La edición, por cierto, estupenda: grandísima labor de traducción, portadas originales incluidas, un artículo de clausura que podéis leer en la web de la editorial y ningún problema –o muy despreciable– en la reproducción a excepción del conformismo en la rotulación (al menos en mi ejemplar) y la falta de título en el número #100 (A house of Graves). Evidentemente el doble sentido –ya habitual– del título anglosajón Wilt relacionado con el número del volumen (13, como el jugador de baloncesto Wilt Chamberlain, que jugaba con ese mismo número y se hizo famoso por anotar cien puntos en un solo partido) queda en el aire con la traducción escogida para el tomo español.

Pero hablemos de la obra. O mejor dicho… antes de eso, hablemos de la estructuración de este texto. El artículo que le dedico a 100 Balas: El Declive es una adaptación del que ya escribí en su momento a colación de la publicación del último número en Estados Unidos. Por tanto, los que lo leyeran no encontrarán nada nuevo en él a excepción de los detalles de la edición patria que acabamos de mencionar. Sin embargo, los que se acerquen a él por primera vez encontrarán en primer lugar una guía de lectura pormenorizada sobre las claves argumentales de las once últimas entregas americanas (desglose repleto de spoilers, por cierto), un análisis a conciencia del número #100 (también claramente spoileante), declaraciones de Azzarello sobre la gestación de su obra magna y unas conclusiones personales acerca de lo que, para un servidor, ha supuesto 100 Balas. Es por tanto un artículo diseñado para leer después del tomo ya que, a estas alturas, poca reseña o introducción necesitarán los que hayan llegado hasta aquí. Preparémonos por tanto para asistir al plan final de Graves, a las maquinaciones definitivas de Agustus Medici, al destino de las casas restantes del Trust y a los últimos tiroteos de esos milicianos que son ya, de pleno derecho, historia del Noveno Arte. Preparémonos para un final a lo grande como sólo es posible en el cómic

Transición hacia el final

Guía de lectura de los últimos acontecimientos.

Aviso de Spoiler


Sucio (100 Balas #84-88): Graves y los milicianos asesinan a varias familias enteras del Trust, mientras que Joan D’Arcy (cabeza una de las restantes) contrata a una especie de miliciano retirado –Will Slaughter– para frenar a Graves según sus intereses. Branch muere a manos de Echo Memoria, y Cole Burns consigue la misteriosa pintura que trae de cabeza a los personajes principales de las manos de Ronnie Rome. Mientras, la relación sentimental de Augustus Medici y Megan Dietrich se hace más fuerte, para desgracia de Benito Medici.

100 Balas #89: Cole Burns tiene en su poder el famoso cuadro, pero en lugar de entregárselo a Graves se une al grupo de Lono –sin que éste tenga conocimiento– con el consiguiente cabreo del primero.

100 Balas #90: Benito Medici encarga a Lono que le consiga un miliciano como «regalo» para su padre. Lono le pide a Loop que mate a Burns, justo cuando ambos están en un restaurante con Jack Daw –el otro miliciano afín a Lono–.

100 Balas #91: Slaughter asesina por orden de D’Arcy a Abe Rothstein, traficante de armas con conexiones en la policía local, el FBI, la CIA y otras no reveladas. Por lo que sabemos, era Rothstein el que hacía posible los juegos de Graves y la impunidad de sus armas. También sabemos a través de flashbacks que, en sus tiempos, Graves estaba muy unido a Augustus Medici y a Javier Vasco.


Se acabó el juego de Graves

100 Balas #92: En una elipsis descomunal, averiguamos cómo acabó el encargó de Lono. Al parecer Jack Daw era en sus tiempos un gran amigo de Burns, por lo que le ayuda a desarmar a Loop. Tras eso, ambos meten al joven aprendiz en el maletero de un coche y se dan a la fuga. Pero, en un nuevo giro de los acontecimientos, Daw permite escapar a Loop corriendo por el bosque y deja sin sentido a Burns de una patada para llevarse el cuadro. Paralelamente, Graves y Dizzy descubren el cadáver de Rothstein y deciden ir a Seattle. Además, Augustus sospecha que Javier Vasco ha tenido mucho que ver en el asesinato del traficante de armas; un asesinato que el primero no aprueba en absoluto.

100 Balas #93: Vasco, Augustus, Lono, Graves y Dizzy parece que van a coincidir (no se sabe si por casualidad o de forma intencionada) en la casa del primero. Mientras, Remi Rome falla en su intento de asesinar a Joan D’Arcy y pierde las dos manos en el camino.

100 Balas #94: Vasco, Augustus y Graves se reúnen para hablar y determinar quién ha matado a Rothstein. Además, conocemos algunos entresijos de su amistad pasada: en teoría, Vasco tenía que sembrar cizaña entre las familias para que la paz de Augustus fuera recibida con los brazos abiertos. Sin embargo, el primero consideró que era precisamente la guerra entre familias lo que mantenía al Trust alerta y poderoso. Paralelamente, y durante toda la conversación, Lono y Dizzy se pelean en el exterior hasta que el primero coge un arma y comienza a disparar.

100 Balas #95: Remi Rome se suicida tirándose desde lo alto del hospital en el que está ingresado justo después de hablar con Victor Ray y darse cuenta de que está absolutamente incapacitado. Cae junto a su hermano, que está siendo ingresado en esos momentos debido a un accidente que había sufrido cuando iba a ver a Remi en taxi.

100 Balas #96: Averiguamos que Lono asesinó a todos los guardaespaldas de la reunión y que huyó con Dizzy como rehén para entregársela a Benito Medici. Cuando Benito ve su cara –sigue enamorado de ella, al parecer– le mete a Lono una bala por la mejilla (sin matarlo). Antes de eso, vemos cómo Lono se cabrea cuando Cole Burns insinúa que ha matado a Loop (aunque en realidad ha tomado al joven como sidekick) y cómo la conversación que mantiene paralelamente con Graves –quien sigue reunido con Augustus y Vasco– alcanza niveles de tensión inimaginables. Especialmente cuando Graves asegura que tiene una palabra de activación para Lono y que bien podría haberla usado ya.

100 Balas #97: Augustus, Vasco y Graves acuerdan firmar la paz con las casas restantes, que se están reuniendo en Omaha (Dietrich, Vermeer y D’Arcy). Queda claro que el plan original del primer grupo era tener a los Medici y los Vasco como dos casas asociadas pero públicamente enfrentadas mientras Graves iba eliminando familias y ellos las absorbían. Sin embargo, la situación actual no permite llevar a buen puerto el plan. Otros hechos destacables son la huida de Lono de la casa de los Medici (medio muerto), la llegada de Echo Memoria al refugio de Jack Daw, la asociación definitiva de Loop y Burns y el asesinato de alguien no identificado a manos de un francotirador.


El Trust se queda sin la casa de Vasco

100 Balas #98: Constatamos que el francotirador es Will Slaughter quien, por orden de D’Arcy, ha asesinado a Javier Vasco. De esa manera el grupo de Omaha (que se está trasladando a la mansión Medici) debilita la posición de Augustus y Graves, obligándoles aún más si cabe a pactar. El primer paso es que Graves llama a Victor Ray para parar inmediatamente el asesinato de Joan D’Arcy. Asimismo, vemos cómo Dizzy está muy bien tratada en la casa Medici, y cómo Benito y Megan Dietrich podrían tener más en común de lo que pensábamos.

Mientras, Burns y Loop irrumpen en el motel de Jack Daw y matan a Echo Memoria –probablemente salvando al bueno de Jack de una de sus estratagemas–. Los tres se enteran gracias a una llamada de Victor Ray de que Graves va a sentarse a pactar. Se dan cuenta de que han sido manipulados y que el Gran Crimen de la Historia –que implicaba expandir los territorios del Trust– fue sólo una excusa para hacer creer a las familias que los milicianos se habían vuelto contra ellas, cuando en realidad habían pasado a formar parte del plan de Augustus y Vasco. El número acaba cuando, en mitad de una llamada telefónica de Lono a Loop, Slaughter se dispone a matar al primero al tiempo que Victor Ray entra armado hasta los dientes en la habitación donde están el segundo y sus compinches.

100 Balas #99: Augustus y Graves llegan a la mansión Medici y comienzan una larga reunión con lo que queda del Trust: Dietrich, D’Arcy y Vermeer. Dizzy y Benito esperan fuera. Mientras tanto, Slaughter le perdona la vida a Lono sin que éste repare siquiera en que había alguien en la habitación. Respecto a los milicianos, lo único que sabemos es lo que oye Lono por teléfono: después de apuntarse los unos a los otros, se oye un disparo y todo parece indicar que Loop ha matado a Cole Burns. Pero en realidad, como suele ser habitual, no es así: los antiguos milicianos pactan, envuelven el cadáver de Echo Memoria –que trabajaba para Dietrich– en el cuadro que tantos dolores de cabeza les ha dado y arrojan a ambos a un recóndito pantano. Acto seguido, montan en un coche y se dirigen hacia la mansión Medici para terminar su último y definitivo trabajo. Si a alguien le interesa el significado del cuadro, al parecer es doble: por una parte muestra a los miembros fundadores del Trust en una de sus guerras internas, por lo que constituye una suerte de prueba pseudohistoriográfica de que la organización existe. Por la otra, para Dietrich tiene especial valor sentimental en tanto en cuanto retrata a las familias conspirando para asesinar a uno de los miembros… justamente lo que ocurrió con su propio padre (ya se sabe que la Historia tiende a repetirse).


Confluyendo en el final

En cuanto a la reunión, todo son sorpresas. Los tres miembros jóvenes del Trust acuerdan firmar la paz con Augustus a cambio de que éste renuncie a su voto en la mesa de la organización. Seguirá teniendo su casa y tendrán en cuenta sus consejos, pero nada más. A Graves, empero, le ofrecen mantener su puesto de miliciano y asumir como propia la casa de Vasco, términos que acepta sin problemas. Sin embargo, cuando llega la hora de sellar la paz, Augustus abdica y cede todos sus poderes a Benito… y como quiera que el castigo era nominal, la casa de Medici vuelve a contar con un representante de pleno derecho en un Trust de cinco familias. En el preludio al clímax final, Lono se cuela sigilosa y violentamente en la mansión, mientras Vermeer y D’Arcy empiezan a conspirar y Megan intenta seducir a Benito…

El número #100

Análisis del último número de la colección.

Aviso de Spoiler

Y llegamos al final; un final cuyo título lo dice todo: «A house of graves», en un juego de palabras que hace referencia tanto a la recién formada casa de Philip Graves (heredera de la Vasco) como a la literal y yerma «casa de tumbas» en la que va a convertirse el escenario último del drama. ¿Primer cadáver en el cementerio? Pues ni más ni menos que el de Benito Medici, cuya mano yace inerte flotando en la misma piscina en la que lo dejamos, besándose con Megan Dietrich, en el número anterior. Mientras, vemos cómo el grupo de milicianos llega a la casa de Medici contando con que un aliado inconsciente les hubiese abierto las puertas… un aliado que resulta ser Lono y que ha hecho muy bien su trabajo.

En la siguiente escena continuamos con el drama: las cabezas de las cinco familias están reunidas en torno al cuerpo (estrangulado) del cachorro de los Medici. En ese momento Graves anuncia que la labor de realizar la investigación recae en Dizzy Cordova, quien a partir de ahora será la Agente –jefa– de los milicianos. O en otras palabras… su sucesora, al no poder ya Graves –con su propia casa– ocupar ese cargo. Justo en el momento en que se produce el traspaso de poderes, los milicianos empiezan a tirotear y asesinar despiadadamente al cuerpo de seguridad de la mansión. Uno por uno o en grupo, la protección del nuevo Trust de cuatro casas es diezmada a ritmo imparable por unos adversarios claramente superiores. Sólo Slaughter es lo suficientemente inteligente (o lo suficiente emocional, ya que Victor Ray es su hijo) como para cambiar de bando y volver a integrarse en el grupo al que una ver perteneció.


Conversaciones crepusculares

En el interior de la mansión, los acontecimientos se disparan… Megan –la asesina de Benito– y D’Arcy discuten verbalmente sólo para comprobar que Vermeer ha muerto apuñalado. Harta de la situación, y asustada por la incursión de los incontrolados milicianos, Megan confronta a un Graves que sabe perfectamente lo que están haciendo sus antiguos protegidos, y con el que descarga todo su desprecio por considerarlo responsable de la muerte de su padre. Graves simplemente la ignora y se dispone a charlar con un Augustus que, sentado en su sillón y dándole la espalda al viejo miliciano, fuma tranquilamente un puro. La exposición que hace el bueno de Philip mientras se sirve un vodka es terrible: Medici sabía que su hijo sería asesinado por las otras tres casas en el mismo momento en que abdicó; no podía ser de otra forma si éstas querían mantener el statu quo que tanto esfuerzo les había costado forjar. Y por ese crimen, las tres casas –sin herederos– habrían de ser castigadas por el nuevo aparato de los milicianos. De esta forma, el movimiento definitivo de Augustus resultaría rotundamente brillante: una única casa quedaría para hacerse cargo del Trust y una nueva, recién creada, tendría ascendencia sobre los milicianos. Pero ¡ay! cuando el sillón se vuelve no vemos a Augustus, sino a un magullado Lono que, dispuesto a matar al propio Graves, no se había dado cuenta de que Dizzy Cordova acababa de colarse en la habitación para descerrajarle todo un cargador en el pecho.

Por su parte, Jack Daw y Crete (el guardaespaldas de Augustus) se enzarzan en una brutal pelea que acaba accidentalmente en los fosos donde el patriarca de los Medici guarda a sus cocodrilos, y ambos encuentran entre las bestias su sangriento final. De vuelta al interior, la acción se centra en Graves charlando con Augustus y en Dizzy encarándose con Megan Dietrich a propósito de Benito… pero la conversación no llega muy lejos. Justo cuando Megan entra en su habitación percibe el desagradable olor de la gasolina que empapa el piso. Y es que Burns, el bueno de Cole Burns (que ya se ha encargado de D’Arcy), parece decidido a matar a la hija de la misma forma en la que mató al padre en Atlantic City, tiempo atrás… el pobre señor Branch va a encontrar su venganza justo del modo en que la predijo. Las dos secuencias, entrelazadas, alcanzan su clímax con Graves asesinando a Augustus a balazos (lo considera responsable por la muerte de Benito); balazos cuya detonación sobresaltan de tal forma a Burns que el Zippo que sostiene se le resbala de entre los dedos. Cole Burns, burns (arde)… otro juego de palabras de Azzarello.


La venganza es un plato que se sirve frío

La explosión es impresionante. Tanto que Victor Ray, Loop y Slaughter alcanzan a verla desde la carretera por la que ya están poniendo pies en polvorosa. Pero lo más sobrecogedor de todo es su consecuencia: Dietrich y Burns son carbonizados al instante, y la onda expansiva arroja a Dizzy escaleras abajo dejándola parapléjica. En uno de los encuadres de la explosión, vemos un reguero de sangre que se aleja de donde debiera haber caído el cuerpo de Lono. Lo que sigue es poético y dramático. Un Graves al que por primera vez vemos en un arranque absoluto de emociones abraza a su protegida mientras la casa arde en llamas y, en esa expresión de amor paternofilial nunca antes concretada, Dizzy ve a Augustus asesinado. «Has hecho un movimiento contra otra casa del Trust» le dice a su mentor. Philip responde que, años atrás, Augustus arruinó su vida –la de Graves– comprometiendo sus principios a cambio de la oportunidad de ofrecer esos mismos principios a otras personas. La respuesta de Dizzy resulta demoledora: «Entonces él no arruinó tu vida», como queriendo decir que los principios son algo que sólo puede venderse si se pone a la venta. Y lo único que acierta a decir el abatido anciano –nunca se había merecido esa definición hasta ahora– es un «lo sé»; una aserción que se encuadra en una suerte de retorcida piedad en llamas que retrata al viejo hombre de honor, resignado y arrodillado, sosteniendo el cuerpo inerte de una Dizzy que apunta con un arma a su cabeza. Puede que Augustus y él mismo quisieran refundar el Trust bajo una sola mano… pero, secreta e inconscientemente, tal vez lo único que Graves quería fuera destruirlo hasta los cimientos. FIN.

¿Os ha parecido abrupto? ¿sangriento? ¿demasiado forzado en su clímax? Bueno… ya lo decía Azzarello en una minientrevista relativamente interesante en la que elogiaba el final de Los Soprano: «No creo que vaya a acabar de la forma en que la gente espera, y creo que eso es bueno […] Siempre hay cierta clase de expectativas que debes satisfacer, y cuando no lo haces, la gente grita ‘maldito asesino’. Pero no pueden satisfacerse. Puedes sobrepasarlas». Y remata: «estoy contento con la forma en que 100 Balas termina de manera [dramáticamente] terrible».

En palabras de Azzarello

Ahora que 100 Balas llega a su final, uno de los temas acerca de los que Azzarello habla a propósito del número de cierre cuando se le presenta la oportunidad no es otro que el de la exploración de la génesis de la propia serie. Y es que la que probablemente sea –que alguien me corrija si me equivoco– la colección regular con final más longeva del sello Vertigo se gestó a raíz de un acontecimiento de lo más común: alguien adelantó de malas formas al guionista, éste se cabreó y empezó a gritar que mataría al tipo, y su copiloto no tuvo otra que preguntarle si, en el caso de poder evitar las repercusiones, efectivamente lo haría. Así fue como un hecho fortuito (Azzarello comenta jocosamente que le debe su carrera a un capullo que lo adelantó conduciendo) dio lugar a toda esta puesta en escena para una de las, en el fondo, más manidas cuestiones acerca de la moralidad y el libre albedrío: ¿qué nos impide matar? ¿nuestra conciencia o la inquietud por las consecuencias? ¿mataríamos si se nos asegurase la impunidad? Relevantes preguntas que se desarrollan en lo que John Cunningham, vicepresidente de Marketing de DC Comics, ha tenido a bien definir como «lo más cercano a la gran novela americana que tenemos ahora mismo [gracias a ingrediente como] el poder, la violencia, la conspiración, la venganza, la riqueza, la pobreza, el sexo, la Historia y el destino de America» y que el guionista, casado con nada más y nada menos que Jill Thompson, no duda en calificar como un noir postmoderno influenciado por autores como Raymond Chandler, Jim Thompson o Samuel Fuller (y me atrevería a meter en el saco a Jean Pierre Melville y su Le Samuraï, dado que reniega de Tarantino).

Sin embargo, y a pesar de contar con el germen, Azzarello cayó rápidamente en la cuenta de que tenía que encontrar un catalizador apropiado tanto para las pequeñas historias que se suceden a lo largo de 100 Balas como para la línea argumental central… algo que habría sido complicado si no hubiese tenido que pararse con el mismo coche ante un semáforo en rojo justo el tiempo suficiente como para ver a un hombre entrado en edad, parado, con un traje negro y un maletín. Una visión que, fusionada con un poco de Lee Marvin por aquí y otro poco de referencias familiares por allá (concretamente el abuelo de Azzarello, que fue policía en Massachusetts) condujo a la forja del diabólico Agente Philip Graves. El Trust –inspirado por, entre otros, el Club Bilderberg– vino inmediatamente después, de cara a trascender un esquema excesivamente episódico del estilo «la historia de venganza del mes».

Así, a nivel creativo, la colección parecía relativamente encauzada. ¿Pero y a nivel editorial? Azzarello comenta a este respecto que, para cuando propuso la idea, Vertigo era una suerte de lugar insular con un equipo estable de guionistas que contaban cierto tipo de historias; una dinámica que el editor Axel Alonso luchaba por cambiar. Sin embargo, no era hora ni momento de hacerlo a lo grande, por lo que Alonso –aún aprobando la idea de 100 Balas– le dio a elegir a nuestro hombre entre dos miniseries destinadas a reinventar material de archivo: Blanco Humano –que acabaría en mano de Peter Milligan– y un Jonny Double que acabó siendo del gusto del guionista. Fue en la búsqueda de un dibujante para esta pequeña curiosidad del fondo editorial de Vertigo cuando Azzarello recibió tres faxes con posibles candidatos… según él, ni siquiera llegó a mirar el nombre de los dos últimos, ya que el primero no era otro que el descomunal Eduardo Risso; el mismo que, no dominando ni siquiera hoy en día el inglés, entiende los guiones gracias a un amigo bilingüe que se los ha estado traduciendo todo este tiempo.


El resto vino rodado: tras Jonny Double, Alonso le propuso a la todopoderosa Karen Berger lanzar 100 Balas como serie regular, el proyecto fue aprobado y rápidamente se convirtió en todo un éxito de crítica y ventas. Antes, de todas formas, habría que contar de forma breve cómo el portadista Dave Johnson llegó al título: recomendado por un Mark Chiarello que, tras haberse encargado precisamente de Jonny Double, se vio incapaz de adoptar el exigente ritmo de una colección mensual. Como curiosidad comentar que el pobre Johnson –feliz por trascender el género superheroico– tuvo que contentarse para la creación de las portadas con el trabajo de Risso sin tener ni idea del argumento… hasta que un buen día se hartó y le rogó a Brian que, por favor, le dijera qué demonios estaba escribiendo. Johnson lo recuerda hoy en día no sin cierta ironía: «Algunas de las mejores portadas se hicieron sin tener ni idea de lo que [Brian] iba a escribir. Es una forma bastante rara de trabajar. Realmente rara».

Pero falta un componente básico para completar esta breve crónica: la consecución de la magistral ambientación que permite a muchos considerar 100 Balas como un auténtico canto de amor a las ciudades. Para analizarlo debemos tener en cuenta por una parte la aproximación del guionista a los distintos regionalismos estadounidenses, plasmados a través de dialectos y acentos. A este respecto, Azzarello siempre cuenta cómo le gustaba viajar a las distintas ciudades en las que ambientaba la acción y, una vez allí, escuchar a la gente hablar: «Lo último que quería era escribir un diálogo y que no sonara veraz […] hay cierta poesía en la forma que tiene la gente de hablar, y soy muy pero que muy consciente de ello». Pero, sin embargo, también debemos tener en cuenta los propios sueños del escritor ya que, aunque esa forma de documentarse era viable cuando se trataba de Nueva Orleans, no lo era en otros muchos casos… así, ciertas ambientaciones como París se escogieron premeditada y simplemente porque eran lugares a los que Azzarello deseaba viajar.

Tras todo este repaso, sólo queda en el aire una pregunta: ¿Volverán Azzarello y Risso a trabajar juntos en Vertigo? Para vuestra tranquilidad, estimados lectores, la respuesta es afirmativa, aunque no veremos el resultado hasta 2010. Tiempo de sobra para volver a paladear esta grandísima serie atando todos los cabos y fijándonos en todos los detalles; diseccionando a todos estos antihéroes a los que el guionista ama tanto porque «a diferencia de los superhéroes, son gente que comete errores».

Conclusiones

Tras leer los cien números de los que ha constado esta 100 Balas algo me queda claro por encima de todas las cosas: han sido, clarísimamente, dos colecciones en una las que he tenido la oportunidad de seguir; cada una con calidad e interés desiguales. Ambas están guionizadas por un Brian Azzarello transmutado en Dr. Jekyll y Mr. Hyde, una está ilustrada por Eduardo Risso y la otra tiene las portadas de Dave Johnson. Y es que los momentos cumbre de la serie, aquellos que más me han sobrecogido emocionalmente, son en los que el agente Graves se tornaba en mefistofélico tentador para unas almas sumidas en el debate moral más intenso. Historias como la de la esforzada camarera con una hija desaparecida, como la del chaval de barrio queriéndose integrar en el hampa local (brillante y desmitificadora a la vez) o como la del renacer de la mayoría de los milicianos son, bajo los lápices y las tintas de Eduardo Risso, pequeñas joyas de orfebrería: tan pulidas y perfeccionadas que se dirían imposibles. Fieles reflejos, testigos y cronistas de una sociedad decadente pero con espacio para la integridad; de unas ciudades masificadas aunque con rincones para la belleza, la música y la introspección.

Sin embargo cuando nos vamos al polo opuesto, al hilo conductor de esas pequeñas crónicas de vidas minúsculas, tenemos una trama de conspiraciones al uso, falsamente compleja aunque con un diseño de dosificación de la información propio del más preciso de los relojeros. Azzarello no es en absoluto mediocre y demuestra de sobra que tiene un pulso sobresaliente: ha sabido crear a los personajes más carismáticos que se han visto en viñetas desde hace muchísimo tiempo; consigue hacernos entrar en su historia y que nos devanemos los sesos intentando descifrarla; y, por descontado, usa los recursos con la sabiduría de un gestor implacable. Pero en el fondo, pese a toda esa pose atractiva y ese sentido de lo cool sublimados en las frías portadas de Johnson, se encuentra el vacío de lo que meramente es estético y funcional pero carece de alma. De la trama mil veces vista, contada de otra forma y que no hace sino cambiar para seguir exactamente igual que sus referencias.


Lo mejor para el final:
Foto de familia y despedida de Brian

Tal vez por esto este final resulta anticlimático, apropiado y precipitado a la vez. Anticlimático porque tras desarrollar durante la mayor parte de la colección una intrincada partida de ajedrez a varias bandas, la conclusión nos ha hecho pensar más bien en una competición de damas. Apropiado porque, habiendo contado ya lo que quería contar, la mejor forma en la que Azzarello podía concluir la serie era con un baño de sangre al más puro estilo de El precio del poder o El clan de los irlandeses, rápido y salvaje pero no exento de carga emocional y dramática (magnífica la última página). Y precipitado porque, a pesar de haber contado con tiempo de sobra para prepararlo, lo ha desarrollado casi íntegro en la última terna de números.

En cualquier caso sería injusto no reconocer que todos los cabos sueltos se han atado de forma solvente y coherente, que han quedado por ahí un par de macguffins más que justificados (no sabemos en qué iba a consistir la reedición del mayor crimen de la Historia al que se negó Graves) y que las mínimas inconsistencias restantes son despreciables (muy cogido por los pelos, eso sí, lo de que la impunidad de las cien balas se debiera a una única persona). ¿Podría haberse contado en menos números toda esta historia? Probablemente sí. Pero es que lo mejor que ofrece 100 Balas a un lector, el motivo por el que la guardaré como un tesoro en mi colección, no tiene nada que ver con magnicidios y organizaciones secretas, sino con esos pequeños dramas cotidianos que nos han contado; con Cole Burns, con Wylie Times, con Victor Ray, con Philip Graves, con Milo Garrett y con todos los tequilas que se han tomado entre frías notas de jazz y densas volutas de humo. Con esas ciudades que no son un mero escenario, sino que devienen en un ente pasional, vivo y palpitante. ¿El resto? El resto ha sido simplemente la excusa argumental que me ha permitido sumergirme en un océano de sensaciones y emociones poblado por magnéticas mujeres fatales y elegantes antihéroes para un nuevo siglo. Un océano más tumultuoso cuanto más cerca estaba de esa realidad capaz de transmitir lo que la mejor de las ficciones sólo roza: Verdad.

Subscribe
Notifícame
39 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Sergio (tirafrutas)
Sergio (tirafrutas)
12 octubre, 2009 12:20

Sigo esperando la edición corregida del penúltimo tomo…

Iban
Iban
Lector
12 octubre, 2009 12:28

En mi libreria habitual me cambiaron el tomo de «Sucio» hace un par de semanas… por la versión corregida claro esta.

conan desatado
conan desatado
Lector
12 octubre, 2009 14:30

Qué tal José, ya está a la venta «el declive»? porque normalmente cuando haceis reseñas de cosas últimísimas tardan aún unos dias los comics estar a la venta. Y ya de paso cambiaré mi Sucio.

gracias.

donniedarko
donniedarko
12 octubre, 2009 15:39

Las novedades de Planeta ya están a la venta en algunas ciudades,..En Córdoba,a día de hoy,Lunes,..aún no han llegado.Espero que empiecen a llegar a partir de mañana.
Menos mal que la edición es correcta,ya me temía alguna ‘planetada’ como colofón final de la serie,para no olvidar.
De las novedades que supuestamente ya están a la venta de Planeta le tengo unas ganas inmensas a éste último de 100 balas y al de Spirou de Bravo.éste mes,flojito,para mi gusto,de novedades,que,por otra parte,no está mal que algún mes no haya novedades tan interesantes para el pobre bolsillo que después se resiente.
Saludos!

Fletcher
12 octubre, 2009 16:54

Perdona Donnie, pero a Cordoba llegaron el Jueves que es cuando me hice con el tomo de 100 balas… st te tuvo que pasar!

Fletcher!!

donniedarko
donniedarko
12 octubre, 2009 17:40

Joer,pues será en la tienda del centro de la ciudad,porque en la otra que queda(no sé si se puede hacer publicidad,por si acaso omitiré los nombres),aún no han llegado.
Por el centro pasé el finde pasado a la tienda que todos conocemos,y desde ese día no he vuelto a pasar por allí.
Por cierto,me pillé el tomo 3 del inmortal puño de hierro,…ALUCINANTE.RECOMENDADO AL 100%.
Es verdad eso que incluso dentro de la misma ciudad,llegan antes o después las novedades,..todo depende del distribuidor.
Mañana me daré una vuelta si puedo,y devoraré el tomo de marras.Qué pena que sea fiesta,jorrrrrrrrrrrrrrr
Saludos!

donniedarko
donniedarko
12 octubre, 2009 17:43

Perdona Fletcher,…una pregunta:has descambiado ya el tomo anterior de 100 balas sin ningún problema por Córdoba??
Saludos!

Fletcher
12 octubre, 2009 20:02

Pues si, fue en la del centro…

En cuanto a la otra pregunta, pues aun no lo he descambiado, por dos razones, la primera y esencial es por que no ha llegado, o a mi tienda habitual no lo han traido y 2º… cual era el error del tomo? ya ni me acuerdo…
pero yo he visto un par de pequeños fallos en este último tomo… un par de bocadillos casi cortados por el borde de la página, no molestan pero ahi estan…

Fletcher!!

JoseH
JoseH
12 octubre, 2009 21:14

De acuerdo completamente con el articulo. Lo mejor de la serie es la sensacion de viajar por la America profunda de verdad, y la historias pequeñas de cada personaje. La trama principal esta finalizada de manera simple y facil. Alguien deberia decirles a ciertos cineastas y guionistas que estamos hartos de que las cosas acaben a explosion limpia. Eso tambien lo se hacer yo.  creo que se ha desperdiciado una buena ocasion en explorar el mundo del club bilderberg y de los poderosos de verdad, y aunque al pricipio prometia esta trama, se ha liquidado de manera muy facil. Una de las cosas flojas de esta gran coleccion, era leer como se iban cargando una a una a las familias mas poderosas del planeta y de su historia, con una facilidad inusitada.

Aviso de Spoiler

O lo de que esten todo el dia detras del dichoso cuadro para luego nada.

O lo de que las historias de los maletines de 100 balas no tuviesen relacion importante con la trama principal. Creo que se ha perdido la oportunidad de hacer una de las grandes obras maestras del noveno arte, pero aun asi, la serie esta muy bien, y el dibujo es grandioso.

Indepit
Indepit
13 octubre, 2009 14:04

Lo mismo. Ya tengo el último tomo pero aún a la espera de que en mi libreria traigan SUCIO CORREGIDO, el defectuoso ya está en poder de Planeta desde hace semanas y aún no mandan el corregido. A ver si se dan prisa, que hay ganas de leer el final.

donniedarko
donniedarko
13 octubre, 2009 15:23

Como ya imaginaba, mi librero habitual no tenía ni idea del tomo defectuoso.A él no le ha llegado el ‘famoso’ método de Planeta para poder descambiar el ejemplar defectuoso del tomo anterior de 100 balas.Asi que a día de hoy,se ha enterado por mí.Además,me comenta que nadie se había quejado antes que yo de las dichosas erratas del ejemplar.
Por lo que estoy viendo,está tardando más de lo habitual en descambiar el ejemplar en algunas tiendas,..asi que me temo lo peor:aún no he podido llevar el famoso ejemplar,que el librero lo mande a Planeta,y a esperar a que manden el corregido:PUFFFFF!!!!
En fin,algo habrá que hacer,si se quiere el ejemplar en buenas condiciones.
Saludos!

Sergio (tirafrutas)
Sergio (tirafrutas)
13 octubre, 2009 22:54

Reconfirmo: por ahora ni rastro de la edición corregida de «Sucio» en Barcelona.

Indepit
Indepit
14 octubre, 2009 1:34

Si es que lo tenían que haber hecho al revés. Mandar el corregido y entregar nosotros el chungo. Es que jode que algo esté más que pagado y aún no lo repongan. Se han dado más prisa en enviar DECLIVE porque así hacían caja de nuevo.
Por lo que a mi respecta, esto es una prueba de fuego para Planeta. Como no lo haga bien con esto…

El hermano vudú
El hermano vudú
Lector
14 octubre, 2009 16:53

Me encanta 100 balas. Me gusta mucho su ambientacion.
Sin embargo se hace confuso y debes entrever muchas cosas y rellenar huecos. Me la volvere a releer para recoger detalles que me faltan pero de entrada
Podian haber puesto una escena de Dietrich y ECho juntas y ver mas claramente como Echo es una amenaza poniendo algo de suspense en la escena en que la matan.
Sigo sin ver claro que Dizzy sea tan buena luchadora, como no me queda claro que vinculo emocional tiene graves con ella. Sheperd no queda claro que papel tenia. Las muertes de Benito o Jack merecian algunas viñetas más. Alguna explicacion mas sobre los maletines no estaria de mas. EL cuadro que tan celosamente persiguen acaba siendo un gran bluf.
La funcionn exacta de Rothstein no queda muy clara. Algun dialogo finalentre los milicianos engañados por Graves y este tampoco estaria mal.
Me parece un final un tanto precipitado con ganas de sacarselo de encima y no saber muy bien como hacerlo.

curioso
curioso
Lector
14 octubre, 2009 16:56

para mi fue un gran descubrimiento esta serie. y la guardo con cariño en mi estanteria. puede que no sea una obra maestra, pero toda obra maestra es cuestionable. 
      Siempre retendré en la memoria escenas y momentos de este cómic que me parecieron insuperables. 
      Claro que hay instantes menos interesantes y cosas criticables. yo personalmente habría salvado a algún personaje, que se merecía redención como WILLIE TIMES, habría puesto más hincapié en la historia del trust, su verdadero poder, el cuadro… vale. 
        pero el cumulo de sensaciones que he tenido con 100 balas es dificil de encontrar. interés, intriga, rabia, enfado, alegria, emoción.   
        100 balas ofrece muchas cosas, no solo es tiros, venganza y conspiración. las pequeñas historias, las relaciones entre personajes, la tensión, historias de desamor, relaciones familiares, traición, desconfianza, obsesisión, todo es destacable.
        Yo me quedo con el tramo en que la serie era más enigmática, cuando sabíamos que había algo detrás del maletín de 100 balas irrastreables llamado trust, que había un señor SHEPHERD, que espiaba a nuestro estricto y juzgador Agente Graves. que el ejército de asesinos MILIcianos, tenía una historia detrás, el despertar de estos personajes. 
      en esta etapa vivimos en Nueva ORleans, visitamos NEw York, Chicago, México, y otros tantos lugares pìntorescos. 
      en fin, me gusta haber recordado este espléndido artículo de Jose Torralba!.

saludos.

    

curioso
curioso
Lector
14 octubre, 2009 17:23

respecto a la opinión del hermano vudú, si que hubiera estado bien esas cosas que comentas, pero creo que azzarello prefirió dejar cabos sueltos o cosas sin cerrar de modo claro para dejarlo a manos de que cada lector sacara sus conclusiones. por momentos parece entrever por donde van los tiros sin dejarlo claro.
        ejemplo el cuadro: tiene algun valor y alguna historia detrás. vale, pero no nos la muestra azzarello en su historia, deja que nosotros la intuyamos. no creo que sea por vago, ya que tenía 100 numeros para explicar las cosas, y si hubiera querido lo hubiera hecho, creo yo, vamos. 
         Rothstein, es un tipo con contacto en las distintas agencias secretas y grupos policiales de EEUU. tampoco nos lo brinde en bandeja es cierto.  yo pienso que el TRust decidió dar recursos económicos y medios a los MIlicianos, para que su jefe, el agente, los gestionase como quisiera. Graves utilizaba a Rothstein para que confecionara los maletines tras un trabajo de investigación previo. luego graves iba por ahí impartiendo su «juego». El Trust lo sabía y por eso al final algun miembro decidió que la mejor manera de acabar con la amenaza que representa Graves era quitar de en medio a Rothstein… pero es solo mi opinión.

mi opinión de Shepherd, pues que era el sucesor idóneo del Agente Graves, pero cuando el trust decidió que su grupo policial privado no era necesario, le ascendieron, pensando que Shepherd se encargaría de cuidar al trust, y sin saber que en realidad era leal a Graves, pero tenía que salvar las apariencias ante sus supuestos jefes. de ahí que no esté claro nunca de que bando estaba. 
      Lo que dices de Echo, te doy la razón. personalmente hubiera preferido ver más clara su conesión con la casa Dietrich. vale, a ésta le robaron su cuadro y mandó a una ladrona profesional, o espia, o puta, o lo que fuera en su busca, una profesional que seducía a los hombres para conseguir sus propósitos.

pero todo es opinable, ya que como dije azzarello no nos ha dado toda la información en bandeja.

      

markelmalvado
markelmalvado
14 octubre, 2009 17:30

Después de tantos años leyendo 100 Balas, se hace un poco raro que haya terminado, y desde luego, que haya terminado así.

Ciertamente el final de 100 Balas sabe a poco, y en mi caso, al menos, no es por las expectativas que me había generado su final. Nunca me había hecho a la idea de cómo sería su final.

Estoy muy de acuerdo con algo que dice JoseH ahí arriba; se ha perdido una gran oportunidad.

Desde luego, sorprenden las palabras de Azzarello; es cierto que habla de una decisión, pero sobre eso, lo que se estaba construyendo parecía presagiar algo más; sinceramente creo que ha confundido la base de su trabajo con la construcción del mismo, porque lo que se estaba construyendo, era un misterio a través de una serie de decisiones de unos personajes, y por ninguna parte quedan explicados los misterios.
Hubiera sido distinto si no existiera una trama principal y la historia hubiera tratado tan sólo de gente que decide sobre lo que Graves plantea con su maletín; pero no ha sido así, y en ese caso, la trama principal, ha quedado tocada.


(A partir de aquí el texto contiene multitud de spoilers, y no voy a poner spoilers, porque este comentario lo he hecho para los que ya hayan leído 100 balas entero…)
Es excesivamente notable que en algunos momentos, la cosa se ha hecho apresuradamente por incluir historias paralelas que de alguna manera, se formulaban como complementos externos a la propia trama a la que aludía. Creo que el ejemplo más notable ha sido en el El Declive con la historia del Pipp vs la historia de Graves…

Lo de Slaughter, ha sido cuando menos precipitado; no parece creible. Lono merecía una muerte mucho más macabra después de todo lo cabrón que ha sido, matarlo de un tiro, me parece la cosa más simplista del mundo, y bueno no sé cómo coño o cuando han entrenado a Dizzy, en ningún caso pintaba allí nada.
Lo de que Augustus forzara de esa manera la muerte de Guti (Benito), después de lo que se ha insistido en su educación y en tal y cual tampoco resulta creíble.
Es absurdo que forzara su muerte si después iban a matar a las otras 3 casas. Hubiera sido más lógico que los mataran desde un principio, y que le diera a Graves lo que quisiera. No tengo claro qué es lo que quiere Graves con todo esto.
No sé si quiere una casa, si quiere el control del trust, si quiere tener a sus milicianos, o si tan sólo quiere matar a Augustus… porque joder, podría haber terminado todo esto muchos números antes…


Por otra parte que el tipo que tenía el poder de las 100 balas, muera en 4 páginas es de risa, es de puta coña; vamos es para decirle a Azzarello oye pavo se llama 100 balas, porque de alguna manera una organización es capaz de tener esos contactos para cometer crímenes en los que nadie moverá un dedo por resolverlos; si no quieres contarme el porqué, estás en tu derecho de no hacerlo, pero si lo haces, joder, cúrratelo un poco más, un poco más; o sea no escribas un diálogo para Slaughter en el que diga que el tío es el puto Terminator que cumplen lo que le dicen porque sino su palabra quedaría denostada para siempre y luego me plantes al tío como un vendido de aupa.


Luego la actitud de Megan, es totalmente deplorable, con lo fría y calculador que parecía durante todo este tiempo, y ahora parece una puta gilipollas barriosa que se baja las bragas para tirarse a Guti (Benito), ¿para matarlo?… Joder, para eso, no necesita bajarse las bragas.
Y que el padre de Victor Ray sea Slaughter, es bochornoso.
Y así un porrón más de cosas…
 
No sé, a mi me gusta, pero aunque no esperaba ningún final, éste ha parecido demasiado mediocre y poco trabajado después de 89 números preparándolo.

PS: Me parece imperdonable que después de tantísimos años leyendo uno de los buques insignias de Vértigo, Planeta haya editado un último número tan pobre, sin ningún tipo de extra ni nada por el estilo, no he leído el TPB, pero joder, recuerdo como cuando en su día terminó Preacher y aquello contenía algo más… poco, pero algo más; no sé, quizás por eso se acentúan las ganas de saber más…

curioso
curioso
Lector
15 octubre, 2009 17:09

bueno, son cricicas aceptables, que pese a todo no quita que me siga pareciendo un buen comic, ya que en su conjunto me ha parecido una buena obra.
    Slaughter… es un profesional, hace lo que sea por dinero y proteger a su familia. ya dijo cuando le conocimos que entrenó a su hijo para que fuera su sustituto. Victor es el más profesional de todos los milicianos, el resto son buenos asesinos pero con puntos flacos. Victor no pierde los nervios, está siempre concentrado y sabe hacer su trabajo. le viene de familia.
   Slaughter tenía que proteger a TRUst, por eso al final en la casa MEdici se suponía tenía que acabar con los milicianos y proteger a las familias, está patrullando la zona y descubre un rastro de sangre que le lleva a lono, pero cuando está a punto de matarlo….OYE LA VOZ DE SU HIJO por el móvil, así que se replantea la situación y decide ir a salvar a su hijo, decirle que aquello no vale la pena,y abandonarlo todo. Su hijo, y de paso loop, están de acuerdo, y quizás por eso sean los único supervivientes.

Dizzy, la hipnotizaron, igual que al resto. Shepherd y Graves la han entrenado, pero recuerda que Croatoa también la activaba a ella, así que ha de suponerse que tanto sus habiliades cuerpo a cuerpo como el instinto de matar estaba oculto en su mente hasta el momento en que se activó. El bueno de Branch ya lo dijo una vez, que Dizzy sabía artes marciales pero ella no podía recordar cómo lo había aprendido.

lo de megan… recuerda cuando la conocimos, era una hija de puta fria y asesina sin escrupulos, asesinó a un tipo solo porque le robó un broche de oro con elsimbolo del trust, disparándole en la cabeza sin remordimiento alguno.  ella mata por sus intereses, y sin duda Benito es una presa fácil, ingenuo y le pilló por sorpresa qué leches, que en mitad de un calentón como ese cuesta imaginar que a uno le vayan a matar. 

lo de graves si te lo concedo, parece no tener claro qué demonios pretendia. ve por la ventana que han llegado sus milicianos, y sabe que es tarde para recuperarlos, que todo se desmorona, que su amigo Augustus ha perdido la cabeza solo por tener todo el poder del trust, quizá mató a su padre y su madre la dejó en coma, y por eso no tuvo reparos en hacer lo mismo con su hijo. QUizá le educó y le cuidó para ser un candidato idóneo a sucederle, que nadie pudiera cuestinarlo, para finalmente utilizarle.
     Lo de Rothstein, es cierto. un tipo como ese debería tener más seguridad, pero en fin, pequeños fallos tiene todos los comics.  

markelmalvado
markelmalvado
16 octubre, 2009 10:35

curioso, ¿cuál piensas tu, que es el crimen del siglo? en ese sentido, la verdad, es que no tengo mucha idea de cuál pudiera ser…
Porque la sensación que se me queda es la de alguien que se ha montado un rancho de mcguffins que ha estado paseando durante 10 años.

No quiero decir que 100 BALAS, no me haya gustado, tan sólo que nunca había especulado con un final, y que este no es que me convenzca… no sé cómo decirlo, hay finales que por sus propia tesitura permiten que te hagas, como lector/espectador una serie de preguntas para las que se te han dado las respuestas de manera no directa durante la lectura/visionado de una obra y que eso acrecienta la experiencia y potencia las ganas de relectura.
En el caso de 100 BALAS, encuentro que la segunda lectura, ahora por fin después de tantos años va a ser completa, va a encontrar los mismos problemas.

A mi por ejemplo la actitud de Javier para con Augustus, me hacía pensar que Javier era el verdadero tirano dentro del Trust, el que cortaba el bacalado por cómo lo presentan, pero luego resulta que no; que también es una marioneta; lo cual me genera un sentimiento contradictorio, el mismo que tengo con el final.

Por una parte, no entiendo qué se ha construido a lo largo de 100 BALAS; francamente no lo entiendo, porque el motor de 100 BALAS era el misterio que generaban las pistas que te iban dando; pero siempre son pistas insuficientes porque faltan datos, datos que aclaren realmente las motivaciones e intenciones de los personajes, al menos en un relato de corte clásico como este; si bien uno espera una conclusión cerrada satisfactoria después de tanto tiempo invertido, aquí lo que se nos ofrece, es la menos mala de las posibles resoluciones. Sin embargo, 100 BALAS, no se presta a que reflexiones a posteriori sobre el tema de la decisión dado que en su propio tratamiento se encuentra la reflexión, puesto que todas esas decisiones que se deben tomar son simples en cuanto al resultado, matar o dejar vivir, el termino medio que equilibra esa decisión es o bien una reflexión positiva,  o bien una reflexión negativa, en la que una tercera vía donde se da cabida al error (entiende error como no consecución de aquello esperado: paz, sosiego, justicia, dinero… etc), la persona es condena por la toma de la decisión.
No sé muy bien cómo analizar la estructura de personajes de 100 BALAS, imagino que cada miliciano, representa una cualidad y que cada casa del TRUST idem; así como Graves, Dizzy, y Augustus funcionan como elementos inductores, la totalidad de encuentros y desencuentros, me deslocaliza de la acción global aunque me situa perfectamente en su acción concreta; y es ahí donde el final de 100 BALAS, como conclusión global me deja un poco indiferente, dado que todo lo que me ha contado Azzarello se ha ido solucionando a través de dar o recibir muerte, y que en su tramo final no varíe ni un ápice su discurso me sorprende ingratamente; comprendo que el tramo fundacional que da raiz a la articulación de 100 BALAS destaque por el uso de la violencia hasta límites insospechados, pero que la conclusión final sea más de lo mismo quedando por resolver tantas cuestiones de la trama, es tan obtuso que al final tienes un puzzle de 100 piezas en la que te faltan por lo menos 20, y esas piezzas coincidían con palabras y rostros…. y a esas, por mi cuenta no puedo ponerles ni voz ni nombre.

Si ahora me preguntas sobre qué va 100 BALAS, te digo que va sobre la VENGANZA y nada más, porque durante 100 números te han contado la mayor pataleta sobre la venganza sin apenas variación en cuanto a motivos e intereses pero con una gran riqueza en cuanto a las formas de construir la progresión dramática; y lo que me apena de eso es que Azzarello como contador de pequeñas historias me ha encantado, me ha parecido dentro del género del cómic uno de los mejores, pero como contador de una gran historia me ha defraudado notablemente porque había conseguido generar algunos de los mejores momentos que he leído/visto en mi vida.

curioso
curioso
Lector
16 octubre, 2009 18:24

el resumen de la trama José Torralba en su comentario es francamente genial, responde con claridad a la pregunta ¿de qué va 100 balas?  va de eso, y disfrutar ese camino, un camino que ahora acaba, que algunos ha resultado agridulce, y a otros nos ha entusiasmado más.

a mi me gusta el FINAL. estaba claro que la mayoría personajes iban a morir (azz confesó que suele matar a sus personajes favoritos) . yo sí voto por alguna explosión y acción para cerrar una trama, siempre que también haya momentos de reflexión.

la última viñeta, algunos dicen que es un homenaje a una obra llamada LA PIETA, la escultura de Miguel Angel que se encuentra en el Vaticano.

Las muertes, inesperadas como decía Jose. eso lo ha mostrado azzarello a lo largo de la trama. personajes que tenían planes como Shepherd o Wyllie Times murieron con sorpresa, y no querían morir y tenían cosas por hacer… pero fueron muertes inesperadas.
lono… sí, se merecía morir porque dentro de los asesinos era el que podríamos decir era uno de los malos de la historia. pero reconoce que tampoco acaba muy bien, disparo en el pecho, puede que haya huido pero no creo que acabe muy lejos, con tantas heridas, y incluso un disparo en la cara. 

me preguntas por el crimen del siglo. no lo sé, puede que se refirieran a la idea de expansión del Trust. El Trust consiguió su poder con una matanza en una isla colonia británica, y quizás para expandirse a Europa o otro país tendrían que volver a repetir algo semejante. pero es pura especulación.

azzarello dijo: todo cuanto tenía que decir está en esas páginas, o algo parecido. como diciendo, si no te has enterado de algún detalle, releelo y saca tus conclusiones, porque de manera clara o sutil las respuestas están ahí.

saludooos.. y me alegra que el cierre de la colección haya dado para debatir un poco, ha sido entretenido je je.

 

curioso
curioso
Lector
16 octubre, 2009 18:35

lo ultimo; el famoso disparo  en Infiltrados que se comenta a mi también me sorprendió mucho. precisamente me recordó a la muerte del señor Times, en mitad de una conversación, pam,  conversación inacabada. finito. fundido en negro.

Cole en cambio  cierra su ciclo dando honor a su apellido, y a lo grande diria yo. Quería el cuadro porque sabía que Megan lo quería recuperar, y quizás acabar con la casa Dietrich de una vez por todas igual que hizo con su padre. un final a lo grande, llamaradas para nuestro héroe. como la muerte de Milo Garret, no soportando la verdad de su propia identidad al acabar su trabajo como detective. grandes muertes, rápidas, pero algunas se quedan gravadas en la retina je je.
          
bueno, ahora sí. hasta otra. un placer poder comentar y debatir sobre 100 balas. ahora me queda Scalped, que no es que sustituya a 100 balas, pero Scalped me llena un cierto vacío en Vertigo, con este tipo de colecciones… llamémoslas de género negro.

Conan desatado
Conan desatado
Lector
28 octubre, 2009 0:31

-¿Qué tiene de especial Atlantic city?-
– Es un lugar donde nadie gana jamás, así que no tiene nada de especial.
-¡Dicen que ahí solo hay perdedores!
-Ya…No desentonaré.

Jack hablandole a un drogata en la penúltima página del tomo SAMURAI. Dialógos así merece esta obra tenerla.

pd: Cómo supo Cole Burns que Echo Memoria mató a Branch?

Conan desatado
Conan desatado
Lector
28 octubre, 2009 10:25

La pregunta venía porque en SUCIO, después de que Cole consiga el cuadro y vaya donde quedó con Branch, se lo encuentra ahí fiambre. Y posteriormente, me parece, que en ningún momento cuentan como se entera que la asesina fue Echo.
Debe ser un gazapo de guión.

Diez Palmos
Diez Palmos
31 octubre, 2009 20:14

Hola,
yo haría un montón de preguntas pero no quisiera agobiaros. Tan solo quería decir que despues de esperar y esperar con avidez la llegada del final de la serie, me he quedado bastante «plof» por como acaba todo…. me ha dado la impresión de que la trama transcurria tan tan tan lenta, que este ultimo tomo lo acelera todo. Vamos, solo quiero decir que el final no me ha gustado en absoluto… Por cierto..¿Megan muere o no muere? Porque el cadaver quemandose que se muestra creo que no es el de ella… y otra pregunta ¿Hay alguna forma de descargar la imagen conmemorativa de Risso en alta resolución?
Gracias.

Parábola Durden
Parábola Durden
1 noviembre, 2009 1:05

Hola, aunq estos comentarios qden lejos en el tiempo, yo me acabo de leer el tomo hoy y hoy es cuando necesito comentar.

Para empezar diré que me ha gustado el final de la serie sin convencerme del todo. Incluso con el mismo planteamiento y las mismas ideas podría haber salido mejor, debido a algunas cosas que no parecen cuidadas, algo que curiosamente no había pasado antes en la serie.

Lo q más me ha dejado flipado es el dibujo de Risso… ¿q coño le pasó a este tío al final? Noventa números impecable, cumpliendo como no podría haber hecho al mismo nivel ningún otro dibujante, sin modificar su trazo y su nivel de detalle, y va al final y desvirtua su labor. Se olvida de los fondos q antes contaban historias por sí solos (sí, hay muxas situaciones q no los requieren pero en los q sí no cumple), los golpes no me resultan creíbles, cambia la apariencia tan particular q le había dado a las sombras en la serie (el octavo miliciano de Graves) y las hace ahora cn ‘rayitas’ (él, el rotulista o el color, el q se haya ekivocado al cambiar una estética tan cerca del final). Sufre un abandono y un minimalismo de trazo al q tb ha recurrido poco a poco Sean Phillips pero q a Risso le canta muxo al empezar a hacerlo al final de una serie tan larga y tan capital. !Pero si es q tuve q revisar a los autores en la portada para comprobar q era Risso el autor completo! Hay una cara q parece de Dillon y muchas del pésimo Igor Kordey. Bueno, en resumen, q me extraña q no se haya comentado más este hecho.

En cuanto a la historia en sí, esperaba q Azarello pisara el acelerador en los últimos números y los acontecimientos se precipitarn a un ritmo superior al estándar, pero… se pasa de rosca claramente. A este final, que no critico en el contenido, debería haberle dado más continente. La reunión y los varios giros q se suceden antes, durante y después de ella, se hacen con prisas. Son muy buenas jugadas, inteligentes soluciones de guión, pero las escupe con el mismo trancazo que los tiros q las rodean. Con dos números más podría haber qdado redondo. Sólo qdó ahuevado. (Y será por necesidad de números; solo tenía q descartar un par de números de claro rellano q aparecen en la colección)

Y ahora no me vienen a la mente todas las cosas q no cuadran en la serie, pero volví a leerla completa por enésima vez para tener todo fresco al leer el último tomo y hay muchas cosas cuestionables. Arriba se han nombrado algunas (la muerte de Dietrich, q aunq se supone no se muestra, lo de Rothstein; un tipo con un guardaespaldas solo con el poder de enlace y persuasión q atesora…) y hay muxas otras. Por ejemplo, para mí tira a la basura el perfil psicológico (plano pero acertado) de Lono con el simple hecho de su huida. Un tío q se ha metido un dedo en la boca para fumarlo, q le ha plantado cara a un escuadrón de la poli q acaba fusilándolo, a una banda en el baño de la trena con una sonrisa en la boca, y cuando recibe un tiro en la mejilla de un marica mimado va y se exa a correr… !Venga ya! Solo tenía q darse la welta y matar al crío de un parpadeo, tuviera el arma o no (eso nunca ha sido un problema para un miliciano). Crete podía ser un problema, pero en esos momentos el perro es irracional y Lono (al menos el Lono q creó Azarello antes de destrozarlo como personaje cn algo tan tonto pero tan cantoso para todo el alguna vez se haya planteado la creación de personajes) nunca se hubiera planteado nada, menos, la huida. Hubiera muerto allí si hubiera exo falta. No me creía nada cuando lo veía salir corriendo, no daba crédito.
Y esas sonrisas y esas caras infantiles de Graves antes del final??? Un poco más justificadas pero tampoco iban tan exageradas con un personaje de la contención del agente.

Otra cosa, a lo mjor fue cosa mía, pero lo q sucedió en el motel dnd se apuntaron varios agentes tampoco qdó muy claro, igual q no qda muy claro a vecs las motivaciones de uno y otro para cambiar de bando o traicionar.

Otra cosa q me esperaba más explicada, o al menos más recordada, es lo de Atlantic city. Explicar cn mayor preocupación quién era el hombre bajo el saco. Algo q ha despertado nuestro interés desde los primeros números y se deja caer con unas frases de Megan y una o dos viñetas. Para mí, casi una falta de respeto de Azarello. (Es una exageración, ya…)

Hay muxas más cosas, pero el mayor fallo para mí, es la potencia sin control. Muxas cosas q necesitana de un par de números más. Se explaya en los números previos a este arco en cosas nimias y luego lo mete todo al trancazo. Le falló la dosificación. Pero supongo q no era fácil en una serie tan ambiciosa y q debe acabar sí o sí en un número 100.

En resumen me gustó, pero los artistas, guionista y dibujante, se guardaron los fallos para el peor momento. El último momento.

Por cierto, para mí, amante del noir más clásico, el mejor arco es sin duda el falso detective. El mejor miliciano es el q antes muere. Una pena. Aunq una pena q se disfruta muchísimo.

Diez Palmos
Diez Palmos
1 noviembre, 2009 19:08

Parábola Durden, absolutamente al 100% de acuerdo en cada una de tus palabras. Años esperando el final y nos lo «clavan» de esta forma… A veces los guionistas y dibujantes se lo deberían hacer mirar. Por cierto, un 10 o un 11 si me dejais para un par de miembros del equipo que no se suelen mencionar mucho y que son imprescindibles: Por un lado Patricia Munhilvill y por otro el gran grandisimo portadista Dave Johnson. Chapeau para ellos !!

Parábola Durden
Parábola Durden
2 noviembre, 2009 0:28

Ahora soy yo el q está de acuerdo contigo, diez palmos. Lo de Patricia Muinhilvill y Dave Johnson no tiene nombre. Son fantásticos. Para mí Dave es el mjor portadista del momento, por méritos cosechados en el presente y sobre todo acumulados en el pasado. Las últimas portadas de 100 balas son simplemente geniales. Parece q se estuviera conteniendo un poco en algunas anteriores para dejar las mejores para al final. A él y a ella, ningún reproche.

Conan desatado
Conan desatado
Lector
4 noviembre, 2009 21:28

Una pregunta José, cuándo dices que para 2010 Azzarello y Risso trabajarán juntos, será en algo nuevo o contarán qué pasó con el resto de milicianos, Lono etc?

Por cierto, el número 100 no lleva en la edición española el nombre del capítulo, se lo habrán dejado el A House of Graves traducido.

Diez  Palmos
Diez Palmos
5 noviembre, 2009 19:14

José y Parábola, fantásticos vuestros análisis y comentarios. Hasta ahora pensaba que yo era una de los pocos colgados con esto de 100 balas y me alegro de ver como hay mucha gente que al igual que yo, se ha metido de lleno con la historia. Jóse, un apunte de la imagen: Efectivamente se puede ampliar, el problema es que en formato ampliado como es macromedia no la puedo descargar al disco duro y en formato pequeño no me da suficiente calidad para un fondo de pantalla… (por cierto, hubiera sido lógico y de calidad haber podido encontrar la imagen de «familia» en el último volúmen…). Gracias, saludos.

Diez  Palmos
Diez Palmos
5 noviembre, 2009 19:15

Chicos, olvidaros de lo de la imagen, ya he podido descargarla con tamaño 1Mb y buenísima calidad! Saludos.

JackHawksmoor
JackHawksmoor
25 diciembre, 2009 19:39

Ha pasado mucho tiempo desde este articulo, Jose, y por aquel entonces no me lo habia releido 100 balas y preferia no opinar porque es una serie muy compleja. Despues de releermelo, he llegado a algunas conclusiones:
El Gran Crimen es el explicado en el numero 50 por un recien aparecido en escena, el miliciano mas profesional, Victor Ray. Una matanza en toda regla para dejar claro a los gobernantes que el poder es del Trust,  que en ese momento expanden sus limites al pais de USA, marcandolos claramente. Repetirlo era extenderlo mas alla o remarcarlo otra vez, cosa que Graves vio innecesario en teoria.
Segundo, para mi los personajes de 100 Balas evolucionaron muchisimo, y Lono en concreto uno de los que mas despues de varios acontecimientos que le dieron lecciones a las malas o a las buenas, saber que el mato a Milo, ser el nuevo Señor de la Guerra, la pelea con Dizzy, la caida frente a ambos Medici, su casi muerte a manos de Sophie(la chica que viola repetidamente en el pasado), su amistad con Loop… veo logico su hui al final, y pienso que es el miliciano mas sadico y uno de los mas peligroso, pero no el que mas, solo el mas amoral. Pero incluso al final cambia esa actitud al ver la confianza que su mentor Sheperd deposito en el. Megan y Benito son personajes de gran evolucion tambien en la serie y no veo para nada raras sus actitudes.
Tercero, Graves bajo mi punto de vista, y estoy de acuerdo en esto contigo, utiliza el juego a veces para su interes, otras veces para la prueba y otras veces para impartir justicia dando a la gente la oportunidad de vengarse. Pienso que Graves desde un principio tenia planeado todos los acontecimientos y tenia varios comodines en la manga. El deseaba, por razones desconocidas pero seguramente siguiendo su codigo de justicia, acabar absolutamente con todo el Trust que seguramente el veria corrupto, malvado e injusto. Por ello se alia con Augustus y Vasco para que estos monten una guerra pactada con el fin de que caigan todas las casas y se aunen en manos de un solo hombre, Augustus. Entonces Graves solo tendria que dispararle y fin de la mafia mas elegante y poderosa del mundo. Luego tambien pensaba en caer a manos de Dizzy, con la que establece una conexion paternal. Al igual que Sheperd con ella, y respecto a este ultimo pienso que Graves queria que Wilye acabara con el, y sino Dizzy, de ahi su durmiente en ella.
He de decir que esta trama del Trust y los milicianos no es lo mas importante de la historia por lo menos para mi, pero te hace engancharte mas aun, pero lo realmente bueno es las pequeñas historias de cada uno, el desarrollo de personajes, la explosion que tienen algunos milicianos al activarse, las pequeñas peleas y sitios peligrosos, los tequilas de Burns, la chuleria de Remi, las birras de Wilye, los pinchazos de Jack, los aires de Victor, las relaciones Branch/Cole o Dizzy/Times o Loop/Ray/Lono… podria estar hasta mañana, y te acaban encantando todos los personaje, de ahi que te quedes con ganas de mas, pero para mi no hay cabos sueltos, solo el destino de Lono y el de Graves o Dizzy, cosa que Azz pretendia que quedara en el aire. La introduccion de Slaughter esta muy criticada, pero me parece muy necesaria, igual que la explicacion de por que Sheperd es asi en ese flashback.
Creo que Risso se sale por todos lados y su dibujo oscuro y de contrastes es impresionante, y sus multiples detalles y habilidad a la hora de crear un ambiente me ha impresionado mucho. Y Azz igual, se sale y tiene dialogos de los que me acordare toda mi vida. Las portadas de Johnson me parece que estan de lujo, pero estoy de acuerdo que mejor al final.
Debo decir que la muerte de un personaje que se ha desarrollado o esta en ello, es algo muy real, y que Azz hace con Wilye o Remi, y yo le veo mucho sentido por mucha pena que me de que no se profundizara mas en esto o lo otro, pero creo que Azz lo deseaba asi.
Y por ultimo, mi miliciano favorito es Wilye, y me dio pena como acaba, era el lider, el mas inteligente y el mas bueno en la punteria. Remi y Victor se le acercan, pero son contrapuestos en caracter, es la intencion clara de Azz. Victor profesional, el mas maduro y discreto, Remi impetuoso, el mas joven y el mas bocazas y chulo de todos(y con cierto nivel de sadismo). Cole Burns seria el mas peligroso y el mas leal, muy repetido en la serie estas sentencias, y Lono el mas sadico y el mas diferente e inmoral. Jack el mas fuerte y el mas tonto, esta claro, y Milo el mas despiadado, por lo visto siempre contrariando a Graves, Wilye solo le cuestionaba(futuro agente en vez de Dizzy posiblemente seria el de no haber muerto) y Lono y Remi le incomodaban. Dizzy al final parece de las mas peligrosas y Loop es distinto al resto, nunca se le descubre indiferencia o frialdad.