Change

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Edición original:
Change TP, Julio 2013, Image Comics. Contiene los números 1 al 4 de la serie homónima.
Guión: Ales Kot.
Dibujo: Morgan Jeske.
Color: Sloane Leong.
Formato: 128 páginas a color editadas en rústica.
Precio: 14,99 $.

 

Change es una de las muchas razones por las que Image Comics se ha convertido a lo largo de estos últimos años en la editorial más a tener en cuenta del panorama mainstream norteamericano. La cantera de autores y la disparidad de títulos no sólo la han convertido en la auténtica Casa de las Ideas, sino que ha sustituido por completo a Vertigo Comics como abanderada del cómic de género, más allá de pijamas y colorines.

Y es que repasar el número de buenas series y mejores artistas que pululan actualmente por la editorial no hace sino forzar un pensamiento del tipo Image Comics, quién te ha visto y quién te ve. A años luz de sus infames comienzos, la editorial fundada por los nefandos McFarlane y compañía ha evolucionado en un gigante cada vez más salvaje donde cualquier tipo de historia encuentra cabida. De tal modo, la libertad con la que cuentan sus autores permite desde la experimentación más salvaje –como este mismo Change– hasta fantasías de ciencia ficción de todo pelaje, creando un catálogo tan variado como interesante, demostrando la máxima de que son los autores y sus grandes ideas los que crean grandes tebeos. No los personajes, ni los editores. Mucho menos los grandes conglomerados de entretenimiento, donde la inmovilidad de sus propiedades conlleva cómics clónicos y franquicias interminables, donde el aburrimiento y el hastío se presentan como estandarte.


Volviendo a Change, la comparación con los títulos más extremos de Vertigo no es gratuita. Como en los más transgresores tebeos de Grant Morrison, el joven Ales Kot exige del lector un grado de atención muy superior a la media. No es para menos, ya que lo que plantea el fugaz guionista de Suicide Squad es una historia entendida como un puzzle, como una matrioshka de espejos y reflejos, donde sus protagonistas trabajarán cada uno por su cuenta para evitar un apocalipsis lovecraftiano en forma de un culto, una criatura inmensa y demoníaca y una profecía, que pretenden convertir Los Ángeles en una suerte de Nueva Atlantis. Esta premisa no es más que la excusa para presentar a unos personajes al límite, cuyos mayores miedos están encarnados en ese proceso de cambio inevitable que está a punto de sufrir la ciudad. Cubos, carretas y carretones de metáforas narrativas, alegorías visuales y símiles sonoros en un batiburrillo que puede resultar indigesto para mentes poco preparadas. No en vano, Change se desarrolla entre las diatribas de guionistas cuyas obras son proféticas, raperos con corazón, astronautas que regresan del primer vuelo a Europa, la luna de Júpiter, una historia de amor desgarradora, un tumor que cobra consciencia y un culto ancestral. Es esa variedad argumental la que exige esa atención. Y el uso de la narrativa como vehículo epatante es otra de las razones por las que el lector debe permitirse el lujo de reflexionar sobre lo que está viendo. Imaginaos a David Lynch haciendo ciencia ficción en formato tebeo. Olvidaos de su adaptación de Dune, por cierto. Ese tipo de atmósfera, esa parsimonia ante el horror, esos paisajes desolados ante las emociones, es lo que logra sugerir Kot con esta mini-serie. Pero esa frialdad alienígena característica de la obra de Lynch se ve contrastada aquí con ramalazos de emoción pura, a través de una historia de amor que se hace tan veraz y cercana como tu romance más reciente.


Si una de las protagonistas es una guionista a la que le fuerzan a reescribir su obra, los símiles cinematográficos son inevitables. Sitúate en una calurosa tarde de agosto en la que observas en cuatro pantallas a la vez el devenir de películas como Southland Tales de Richard Kelly, Cabeza Borradora del citado Lynch, Like Crazy de Drake Doremus y La Cosa de John Carpenter. Las cuatro lanzadas contra tus retinas. A la vez. Creando una marabunta visual y argumental única en tu cerebro. Pues eso es Change.

Por si fuera poco, Morgan Jeske, su dibujante, disecciona el guión de Kot en un espectáculo visual tampoco apto para todos los paladares. Meted en una batidora unos dedos de Dave McKean, otros de Sean Phillips, el meñique de Frank Quitely y una mano entera de Paul Pope y tendremos el trazo del Señor Jeske, como vástago frankensteiniano de los anteriores. El resultado es un arte a ratos repugnante, a veces cándido, algo enfermizo y mesmerizante. Otro de los factores por los que la lectura de este tebeo resulta inevitable.

Con este vestido, Ales Kot construye un tebeo hipnótico, de difícil legibilidad, esquivo a la par que tajante, de lectura tan absorbente que no te deja soltarlo hasta el final. Es ambicioso y soberbio, con tantas ínfulas y tan solemne que en ocasiones normales me hubiera repateado antes de llegar al último capítulo. Hablando en plata, tiene algo, un nosequé, que me ha dejado anonadado.

Ales Kot, con obras como ésta o como la previa Wild Children, también publicada por Image, abofetea el medio con toneladas de personalidad, con todo el descaro de su corta edad y ganas de soltar maullidos que nos hagan buscar al gato bajo el coche. Pero esto se quedaría en una mera llamada de atención adolescente si el tipo en cuestión no demostrase talento. Dejarse llevar por sus tramas lisérgicas, desde luego, asegura ese genio, aún indómito, excesivo y petulante, que predice obras de enorme calidad en un futuro cercano.

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Mr. X
Mr. X
Lector
24 julio, 2013 8:08

«el fugaz guionista de Suicide Squad »

que en cuatro números ha contado más y mejores cosas que el anterior guionista en veintitantos… antes de desaparecer…

Didio http://desmotivaciones.es/3146286/Vete-al-infierno

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
24 julio, 2013 8:14

Primero de todo, buena reseña. Sólo leí el primer número y me había gustado lo suficiente como para comprarla o, como mínimo, echarle un ojo.
Y parece que el Alex Kot es muy bueno. Así qué no erré en pedir Zero #1 al que le tengo muchas ganas.

Igverni
Lector
24 julio, 2013 8:21

Gracias por la reseña, Raúl
Tengo que hacerme con el tomo pero ya !
y gracias DiDio, por hacer que me fijara en él, y yo también pedí en 1er número de Zero, a ver si no decepciona.

Jordi Molinari
24 julio, 2013 8:53

Otra cosa no sabrá, pero promocionar autores independientes es un crack el amigo DiDio xDDDD

Mr. X
Mr. X
Lector
24 julio, 2013 9:05

«Si una de las protagonistas es una guionista a la que le fuerzan a reescribir su obra, los símiles cinematográficos son inevitables. Sitúate en una calurosa tarde de agosto en la que observas en cuatro pantallas a la vez el devenir de películas como Southland Tales de Richard Kelly, Cabeza Borradora del citado Lynch, Like Crazy de Drake Doremus y La Cosa de John Carpenter. Las cuatro lanzadas contra tus retinas. A la vez. Creando una marabunta visual y argumental única en tu cerebro. Pues eso es Change.

Por si fuera poco, Morgan Jeske, su dibujante, disecciona el guión de Kot en un espectáculo visual tampoco apto para todos los paladares. Meted en una batidora unos dedos de Dave McKean, otros de Sean Phillips, el meñique de Frank Quitely y una mano entera de Paul Pope y…»

Joder con las comparaciones. Como ya dijo alguien, los redactores de ZN deberían dedicarse a vender seguros. Se forrarían 😉

Y lo peor es que ahora TENGO QUE LEER ESTO.
Norma, Astiberri, Panini, la que sea, escuchad:
¡Publicadlo y tomad mi dinero!

Armstrong
Armstrong
Lector
24 julio, 2013 10:32

Lectura compleja sin dudas, que de seguro no será del gusto de todos. Sea porque la consideren pretenciosa, no la entiendan o la vean como «otro bluff más de esos de Image», o el ya clásico y usual «no era para tanto».

Lo que es yo, siguiéndole la pista al señor Kot.

Javié
Javié
Lector
24 julio, 2013 11:04

¿Como era esto?, ah si, !! deme tres!