ZN Series – Especial Breaking Bad. Metanfetamina, sangre y lágrimas.

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Breaking_Bad_Poster

Género: Drama
Creador: Vince Gilligan
Guion: Vince Gilligan
Reparto: Bryan Cranston, Anna Gunn, Aaron Paul, Dean Norris, Betsy Brandt, RJ Mitte, Bob Odenkirk, Giancarlo Esposito, Jonathan Banks, Laura Fraser, Jesse Plemons, Bob Odenkirk
Producción: Sony Pictures Television, High Bridge Entertainment, Gran Via Productions
Canal: AMC
País: Estados Unidos
Episodio: 16×05 (Final Season)

 

La increíble y desatada odisea de Walter White, la identidad civil de Heisenberg, el apasionado profesor de química afectado por un cáncer de pulmón terminal reconvertido en peligroso narcotraficante internacional de metanfetamina azul, ha llegado a su fin después de cinco sorprendentes e intensas temporadas marcadas por la degeneración ética y moral de un personaje destinado a crear escuela en la ficción televisiva. De esta manera, en Breaking Bad hemos podido asistir a un espectáculo transmutado en una de las mejores series de televisión, no sólo de los últimos años, también de la historia del medio, por sus guiones, por sus interpretaciones y personajes inolvidables y por la cardíaca implicación a la que la creación de Vince Gilligan es capaz de someter y provocar constantemente al espectador.

Ni siquiera las numerosas nominaciones y premios recibidos a lo largo de su andadura pueden hacer justicia a Breaking Bad: entre los más destacados, los galardones más preciados de la parrilla, tres Premios Emmy consecutivos a un inconmensurable Bryan Cranston al Mejor Actor, dos Premios Emmy para un espectacular Aaron Paul al Mejor Actor de Reparto, uno para la odiada pero estupenda Anna Gunn a la Mejor Actriz de Reparto y un único Premio Emmy a la Mejor Serie Dramática recogido este mismo año, después de tres nominaciones, por Vince Gilligan. El balance resulta algo pobre para lo que Breaking Bad ha logrado aportar a la ficción televisiva: una historia arriesgada y valiente, no en sí misma por los temas tratados, algo que podríamos encontrar en propuestas como las ovacionadas Los Soprano de David Chase o The Wire de David Simon, sino por la manera de apoyarse en la evolución interna de sus personajes para avanzar las tramas de la serie, sin retroceder un ápice en sus planteamientos y llevándolos hasta las últimas consecuencias como hemos podido ver en sus últimos capítulos.

En definitiva, el viaje ha llegado a su conclusión, el último capítulo de Breaking Bad ha podido se disfrutado esta pasada madrugada en Estados Unidos por unos previstos cerca de 7 millones de espectadores, después de haber batido anteriormente sus propios records de audiencia con sus entregas precedentes en las que no habían dejado de sucederse las revelaciones, los movimientos de peones y las escenas repletas de química de alto voltaje entre sus protagonistas. El capítulo, bajo el enigmático título de Felina, un posible anagrama de Finale o un compuesto de siglas de tres elementos de la tabla periódica – Fe = Hierro, Li = Litio y Na = Sodio – de los que resultarían sangre, metanfetaminas y lágrimas, según las teorías más barajadas, resulta el canto del cisne de una serie de televisión que ha marcado época, una que hemos seguido fiel y religiosamente en la redacción de ZN. ¿Cómo podríamos mantenernos al margen de este acontecimiento? Ha llegado el momento hacer un repaso a la trayectoria de Breaking Bad, rememorar sus mejores momentos, su historia y personajes en este especial cocinado con cariño por Samuel Secades, Juan Sangrós y Jordi T. Pardo. Pero, sobre todo, toca hablar y analizar el último capítulo de la serie y su esperado final. ¿Ha estado a la altura de las circunstancias? ¿Ha satisfecho nuestras expectativas…?

Cocinando Breaking Bad

Desde su estreno, allá por enero de 2008, Breaking Bad ha rodado en una alocada pendiente hacia su final. Nunca una serie tuvo un título tan descriptivo de lo que ocurre en su trama y tampoco uno tan antagónico a su recepción, y es que el éxito de la serie entre la crítica y el público sólo ha ido a mejor.

Y eso que Breaking Bad no tuvo un parto fácil. Desde que su creador, Vince Gilligan tuviera la idea a raíz de una conversación con su amigo y también guionista, Thomas Shnauz sobre cocinar meta en una caravana para ganar dinero, la serie fue ofrecida sin éxito a canales como HBO o FX (que a punto estuvo de rodar el piloto). Al final fue AMC quien apostó por la serie, pero los escasos resultados de audiencia (apenas por encima del millón de espectadores en sus primeros capítulos) pusieron a la serie en la cuerda floja.

Carteles de la primera y segunda temporadaSegunda Temporada
Carteles de la primera y segunda temporada

Cinco años después, el arranque de su quinta temporada fue seguido por 5,9 millones de espectadores, la serie ha ganado multitud de premios televisivos (el último hace apenas una semana, el Emmy a Mejor Serie Dramática) y contratar un minuto de publicidad en su episodio final ha costado medio millón de dólares. ¿Cuál ha sido pues el secreto de Breaking Bad?. A diferencia de otras series, más pausadas y que reservan sus grandes cliffhangers para los finales de temporada, en Breaking Bad esa sensación de que algo enorme está pasando y algo aún más importante pasará en su siguiente episodio está presente en cada capítulo. Cada decisión, cada conversación, cada escena es un paso más hacia el esperado destino de sus protagonistas, una trama hilvanada con secretos y mentiras, repleta de acción y tensión, y que pone a prueba constantemente al espectador, que se debate entre la empatía hacia los personajes y el cuestionamiento de sus actos. La importancia de la ética, el límite del bien y el mal, el fin que justifica los medios, todos estos temas se dan la vuelta una y otra vez a lo largo de la serie.

Tercera y cuarta temporadaCuarta_temporada
Tercera y cuarta temporada

Todo en Breaking Bad ha conducido hasta este final. Sus personajes han cambiado drásticamente, algunos de manera especialmente dramática. El juego arriesgado de la primera temporada se convirtió rápidamente en peligroso y de ahí a la violenta tragedia en la que ha desembocado la serie. Un círculo que se cierra en esta quinta temporada y que nos muestra, como se puede apreciar en la evolución de sus carteles, a un Walter White más solo que nunca, único conductor ya de un coche, toda una serie, sin frenos y colina abajo. ¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí? Bueno, aunque hay muchos responsables, no podemos dejar de destacar un nombre: Vince Gilligan.

Walter no. Heisenberg.
Walter no. Heisenberg.

Vince Gilligan: La formulación de un éxito

El creador de Breaking Bad, el guionista, director y productor estadounidense Vince Gilligan, escribiría su primer guión en 1989 estando en la Universidad de Nueva York, mientras estudiaba y se licenciaba en producción cinematográfica en la Escuela de Arte Tisch. Este primer guión sería una comedia romántica de enredo que unos años después, en 1998, sería llevada a la gran pantalla por Dean Parisot (Héroes fuera de órbita, Red 2) en base a una producción de Warner Bros. Pictures protagonizada por Drew Barrymore y Luke Wilson. Para cuando esta película llegó a las salas de cine, Vince Gilligan llevaba ya cuatro años participando, primero como guionista y creativo consultor, y, posteriormente, como productor supervisor y ejecutivo adjunto, en la mítica serie de televisión Expediente X creada por Chris Carter. El fenómeno televisivo que había dado vida a los inolvidables agentes del FBI Fox Mulder y Dana Scully llamó la atención desde un principio de Vince Gilligan, decidiendo enviar por cuenta propia a FOX una guión que se convertiría en el episodio Soft Light de la segunda temporada de la serie y abriendo así de par en par las puertas de llamada caja tonta a nuestro protagonista. No obstante, antes había probado suerte en el cine, firmando en 1993 el guión de la modesta comedia Fuego Salvaje protagonizada por Debra Winger y Dennis Quaid y dirigida por Glenn Gordon Caron (creador en los ochenta de la serie de televisión Luz de Luna).

La cinta tendría una escasa repercusión pero eso ya poco importaba, entre 1995 y 2002, Vince Gilligan, escribiría hasta veintiséis guiones para Expediente X, llegando a estar nominado a un Premio Emmy 1997, junto a sus compañeros Chris Carter, Frank Spotnitz y John Shiban, por su trabajo en el capítulo catorce de la cuarta temporada Momento mori. La confianza de FOX y Chris Carter en él haría que estos no dudasen en apostar por él como productor ejecutivo del spin-off de Expedientes X, Los pistoleros solitarios, una serie hecha a medida para los personajes secundarios de Langly, Frohike y Byers. Por desgracia, esta no dudaría más allá de trece episodios emitidos todos ellos durante 2001, siendo finalmente cancelada poco antes de que Expediente X finalizase su recorrido en 2002 después de nueve temporadas en antena. El trabajo en esta serie referente no había impedido en esos años a Vince Gilligan tantear tímidamente el terreno con otros experimentos y producciones, convirtiéndose entre 1999 y 2000 en productor consultor de la miniserie de televisión canadiense de ciencia ficción Harsh Realm, en la que colaboraba su compañero Chris Carter como guionista, siendo el productor ejecutivo de la película para televisión A.M.P.E.D. en 2007 y, finalmente, ejerciendo como co-guionista al lado de Vincent Ngo en la superproducción de 2008 Hancock dirigida por Peter Berg y protagonizada por Will Smith y Charlize Theron.

Aaron Paul, Vince Gilligan, Bryan Cranston
Vince Gilligan con los sospechosos habituales Bryan Cranston y Aaron Paul

En la experiencia atesorada en estos trabajos Vince Gilligan se había percatado de como, según sus propias palabras, «históricamente, en la televisión los guionistas se esfuerzan por mantener a los personajes siempre iguales durante años o incluso décadas». Por lo tanto, en su mente comenzó a concebir «un programa cuyo principal tema fuese el cambio», en el cual hubiese una evolución en su personaje protagonista, pasando este incluso a convertirse en el antagonista de la historia y planteando una ambigüedad moral y unos matices que pudiesen hacer cuestionarse por los mismos espectadores. Esta sería la génesis de Breaking Bad, la epopeya de un profesor de química pluriempleado en un túnel de lavado de coches, un hombre de familia que un buen día es diagnosticado de cáncer pulmonar terminal, lo que le lleva a replantearse su vida y el futuro de su familia decidiendo finalmente convertirse en un narcotraficante para salvaguardar la prosperidad de los suyos. La idea sería comprada por AMC y producida por Sony Pictures Television programando una primera temporada que acabaría siendo limitada a siete episodios debido a la huelga de guionistas en Hollywood de 2007-2008. La historia acabaría siendo ambientada en Alburquerque, en el estado de Nuevo México, para ahorrar costes, pero Vince Gilligan acabaría hábilmente, como decíamos más arriba, convirtiendo esas localizaciones en un personaje más de la serie (con cierto aire western).

El episodio piloto sería dirigido por el mismo Vince Gilligan, estrenándose así en estas labores, siendo nominado por ello en 2008 a un Premio Emmy a la Mejor Dirección de Serie Dramática y también a un Premio del Writers Guild of America al Mejor Guión del que también era responsable. El estreno no pudo haber sido mejor, logrando Vince Gilligan identificar desde un primer momento Breaking Bad como un producto de calidad, con las destacadas interpretaciones de Bryan Cranston y Aaron Paul, con unos guiones definidos por su grado de tensión y profundidad psicológica y una inconfundible y excelente factura técnica y visual. En lo sucesivo Vince Gilligan escribiría el guión el sexto capítulo de la segunda temporada del show titulado Peekaboo, dirigiría el decimotercero de la tercera temporada Full Mesure, obtendría una segunda nominación al Premio del Writers Guild of America al Mejor Guión por el primer capítulo de la cuarta temporada Box Cutter y una más a los Premios Emmy a la Mejor Dirección de Serie Dramática por Face off, el decimotercer episodio correspondiente a la cuarta temporada.

Más recientemente, de hecho, hace solo unas semanas, en los Premios Emmy entregados este mismo año, Vince Gilligan recogería el premio a la Mejor Serie Dramática, acabando así por consolidar el reconocimiento a su creación y encarrilando una carrera que en la actualidad pasa por ser el productor ejecutivo del spin-off de Breaking Bad, Better call Saul, y el estreno de una nueva producción para el canal CBS, al lado del creador de House, David Shore, la serie de televisión de detectives Battle Creek. No obstante, Breaking Bad será un hito difícil de olvidar, una serie que nos ha ofrecido muchos y buenos momentos para el recuerdo y personajes inolvidables.

Breaking Bad: Nomenclatura de personajes

 Walter White (Bryan Cranston): Mr. White, Walt, Heisenberg… Walter White es el alma de la serie, el epicentro desde el cual se inicia el terremoto de magnitud creciente que es Breaking Bad. Es también, junto con Jesse, el personaje que más ha evolucionado en la serie. Le conocimos como un tranquilo profesor de instituto, pluriempleado en un lavadero de coches para sustentar a su familia, y le despediremos como uno de los criminales más buscados de los Estados Unidos. Su enfermedad sirvió de catarsis para iniciar un viaje en busca de dinero que le transformaría del apacible y bienintencionado Mr. White en Heisenberg, la leyenda urbana, el reflejo legendario de un personaje que nos sirve de reflejo a los propios espectadores, cuestionando nuestra propia ética capítulo tras capítulo.

De Walter White a Heisenberg
De Walter White a Heisenberg

Bryan Cranston (California, 1956) ya era conocido en la pequeña pantalla antes de Breaking Bad. Aunque cuesta a primera vista muchos aún lo recuerdan como el padre de Malcolm, Hall Wilkerson, en Malcolm in the Middle, papel que interpretó durante siete temporadas (2000-2006) y por el que llegaría a estar nominado a un Emmy en 2006. Pero sin duda ha sido el papel de Walter White, con el que ganaría el Emmy a Mejor Actor de Drama en tres ocasiones, el que le ha catapultado a la primera línea y relanzado su carrera cinematográfica (el año que viene le veremos protagonizar el Godzilla de Gareth Edwards y retomar su papel en la serie Cómo conocí a vuestra madre como el jefe de Ted, papel que no interpreta desde 2007).

 Jesse Pinkman (Aaron Paul): el contrapunto de Walt, la extraña pareja, Jesse Pinkman, ex alumno de Mr. White en el instituto y al que Walter utilizará como ayudante para fabricar metanfetamina. A diferencia de Walt, cada vez más calculador y pragmático, Jesse duda, sufre y se cuestiona el precio a pagar por el viaje al mundo del negocio de la droga. Y es que Pinkman pasa por todo tipo de situaciones durante las cinco temporadas de Breaking Bad: asesinatos, adicciones, pérdidas, locura, remordimiento… Nada queda en los últimos compases de la historia de aquel Jesse infantil y bocazas de la primera temporada y sí un personaje que más que ningún otro en la serie ha sido consciente (a la fuerza) de las consecuencias de sus actos.

Jesse Pinkman sobrepasado por las circunstancias
Jesse Pinkman sobrepasado por las circunstancias

Aaron Paul (Idaho, 1979) es la gran revelación de Breaking Bad. Su actuación, como su personaje, se va haciendo más intensa cada temporada que transcurre hasta desatarse en la última temporada. También es el miembro del reparto con menos experiencia previa, ya que apenas lo habíamos visto en breves papeles en Misión Imposible III o La Última Casa a la Izquierda. Aprovechando el tirón que Breaking Bad le ha proporcionado, se estrenará como protagonista en la adaptación del videojuego Need for Speed, que llegará a los cines en 2014.

 Skyler White (Anna Gunn): esposa de Walter White, Skyler es uno de los personajes más polémicos de Breaking Bad. Las sospechas sobre las actividades de su marido, su rechazo una vez descubiertas y su posterior encubrimiento ayudando a Walt a blanquear el dinero de la droga han puesto al personaje en el centro de muchas críticas. Tanto es así que la propia actriz denunció hace unas semanas en un artículo del New York Times el odio que muchos fans sienten por su personaje y que en ocasiones lo han hecho extensible a ella misma como persona. La amplísima escala de grises en la que se mueven todos los personajes de Breaking Bad tiene en Skyler su mejor ejemplo.

Skyler y su túnel de blanqu... digo de lavado
Skyler y su túnel de blanqu... digo de lavado

Anna Gunn (Nuevo Mexico, 1968) sólo había aparecido en pequeños papeles en televisión como la serie The Practice o como personaje fijo en Deadwood. Interpretando a Skyler se ha llevado a casa el Emmy de este año a Mejor Actriz de Drama.

 Marie Schrader (Betsy Brandt), hermana de Skyler, tenía un mayor protagonismo en la primera temporada de la serie, en la que se desvelaba su cleptomanía, para pasar a ser un secundario recurrente en el resto de la trama. Entra en constantes conflictos con su hermana pero su papel más relevante comienza en la segunda mitad de la quinta temporada. Tanto es así que la propia Brandt ha reconocido que no pudo terminar de ver el que es posiblemente el mejor capítulo de la serie, Ozymandias, hace apenas un par de semanas.

Marie y su omnipresente color lila
Marie y su omnipresente color lila

Betsy Brandt (Michigan, 1976) ha tenido varios papeles en la televisión (Urgencias, Boston Legal o NCIS) y tras Breaking Bad ha estrenado recientemente personaje en The Michael J. Fox Show.

 Hank Schrader (Dean Norris), esposo de Marie y cuñado de Walter. Ah, y agente especial de la DEA obsesionado por descubrir al cocinero que se oculta tras la metanfetamina azul. El desconocimiento de Hank de las actividades de su cuñado y su ascenso en la DEA no será más que el prólogo para el detonante de la quinta temporada. Tener a un policía antidroga en la familia es otra piedra más en el camino de Walter y una excelente manera de reinventar el juego del gato y el ratón por parte de los guionistas. También fabrica su propia cerveza casera (había que recordarlo).

Hank aprendiendo que a veces no es bueno leer en el baño
Hank aprendiendo que a veces no es bueno leer en el baño

Dean Norris (Indiana, 1961) se había prodigado antes de Breaking Bad por multitud de series como Expediente X, CSI, El Ala Oeste de la Casa Blanca o 24 y películas como Desafío Total o Terminator 2. Norris ha compaginado el final de Breaking Bad con el comienzo de La Cúpula, serie basada en la novela de Stephen King que se emite actualmente.

 Walter White Jr. (RJ Mitte), el primer hijo de Walter y Skyler, estudiante de instituto y afectado por una parálisis cerebral leve que le hace necesitar muletas para caminar. Walter Jr siente adoración por su padre, al que apoya y ve como un héroe que lucha contra su enfermedad. Es junto con su otra hija, Holly, la principal motivación que mueve a Walter a emprender su arriesgada búsqueda de dinero. También mantiene una relación especial con su tío Hank, hacia el que siente gran admiración.

¿Dónde está mi desayuno?
¿Dónde está mi desayuno?

RJ Mitte (Louisiana, 1992) tiene la misma enfermedad que su personaje y actualmente tiene una película en preproducción, The Devil’s Ink.

 Saul Goodman (Bob Oderkink), abogado y cómplice de Walter y Jesse, una suerte de Lionel Hutz dedicado a defender a criminales de todo tipo. Saul conoce el negocio criminal tan bien como el funcionamiento del sistema judicial y sus apariciones, casi siempre en tono de humor, son el aspecto más relajado de la serie. El lema que utiliza para su estrambótica publicidad, Better Call Saul, servirá como título para el recientemente anunciado spin-off que protagonizará el mismo Oderkink (Illinois, 1962), hasta ahora más conocido por ser guionista de series y programas te televisión como el Saturday Night Live o el late night de Conan O’Brien.

Mejor llama a Saul
Mejor llama a Saul

 Villanos, pero no secundarios: Breaking Bad posee un extraordinario plantel de personajes malvados. El mundo en el que Walter y Jesse comienzan a moverse les hará conocer a auténticos capos de la droga con los que colaborarán y se enfrentarán a lo largo de la serie. Quedan para el recuerdo el Tuco Salamanca (Raymond Cruz) de la primera temporada o su tío Héctor Salamanca (Mark Margolis) postrado en una silla de ruedas y que se comunica a través de una campana. El impasible y escalofriante Todd (Jesse Plemons) y la banda de su tío Jack (Michael Bowen) son los protagonistas en esta última temporada junto con la siempre atemorizada Lydia (Laura Fraser).

Tuco y Hector SalamancaHector_Salamanca
Tuco y Hector Salamanca

No se te ocurra devolverle el saludo a Todd
No se te ocurra devolverle el saludo a Todd

Pero si hay un personaje que ha calado en la audiencia ese es el de Gustavo Fring, interpretado por Giancarlo Esposito. Regente de la ya mítica cadena de restaurantes Los Pollos Hermanos, Fring dirigió en secreto toda la producción y tráfico de metanfetamina del suroeste de los Estados Unidos. Lejos del salvajismo y brutalidad del caótico Tuco, Fring se caracterizó por ser un personaje tranquilo y pausado pero que llegaba a transmitir terror e inquietud en cada una de sus apariciones. Respetado en la comunidad, la doble cara de Fring ha sido uno de los mayores aciertos de la serie. A destacar los pequeños retazos en forma de flashbacks de sus comienzos y, sobre todo, el apoteósico final que los guionistas le reservaron al final de la cuarta temporada. Su lugarteniente, Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), tomó el testigo y se erigió como uno de los protagonistas de la primera mitad de esta última temporada.

Gus Fring y su restaurante, Los Pollos HermanosLos_Pollos_Hermanos
Gus Fring y su restaurante, Los Pollos Hermanos

 El desierto, un personaje más: Breaking Bad no sería lo mismo sin Albuquerque. La ciudad de Nuevo Mexico sirve como telón de fondo de la historia, pero también como parte activa de la misma. Rodeada por áridos desiertos donde Walter y Jesse aparcarán su caravana para cocinar metanfetamina y donde se enterrarán secretos, fortunas y cadáveres, la ciudad cuenta ya hasta con un tour para mostrar a los visitantes las localizaciones de la serie, desde el restaurante original de Los Pollos Hermanos al lavadero de coches o las casas de sus protagonistas.

Walter, Jesse y el desierto
Walter, Jesse y el desierto

It was all in the chemistry, bitch!

Una trama imprevisible, actores en estado de gracia… muchos elementos se han dado cita para hacer de Breaking Bad una de las mejores series de la Historia de la televisión, pero hay que reconocer que su éxito no hubiera sido posible sin el talento de Vince Gilligan y su equipo de guionistas. No podemos dejar de recomendaros echar un vistazo al acceso exclusivo que el escritor Brett Martin (Difficult Men, Behind the Scenes of a Creative Revolution: From The Sopranos and The Wire to Mad Men and Breaking Bad) tuvo al lugar donde realmente se cocina la serie, la oficina de guionistas de Breaking Bad. Martin fue testigo de la creación y el desarrollo de la trama para la cuarta temporada, y sólo en el proceso que relatan las imágenes podemos apreciar la exhaustividad con la que trabajan Gilligan y su equipo a la hora de ensamblar la historia.

Así se cocina una temporada de Breaking Bad
Así se cocina una temporada de Breaking Bad

Si los guiones han sido un elemento vital para que la fórmula de Breaking Bad diese resultado, sus valores de producción no se han quedado atrás. Uno de los capítulos más celebrados de la serie, el reciente Ozymandias, fue dirigido por Rian Johnson, director de Looper (aunque Johnson ya se había encargado de dirigir Fly, episodio de la tercera temporada). El propio Vince Gilligan o Bryan Cranston se han puesto también tras la cámara en algunos capítulos. La fotografía y el diseño de producción son un punto aparte; sin ir más lejos, el uso del color a la hora de definir a sus personajes ha sido objeto de concienzudos análisis.

Los esquemas de color en Breaking Bad
Los esquemas de color en Breaking Bad

Ningún detalle ha quedado al azar: desde el paso de Walter White durante el citado Ozymandias en la quinta temporada por el mismo lugar donde perdió sus pantalones en el primer capítulo al sutil homenaje de Saul Goodman a Al Pacino y Scarface, Breaking Bad está repleta de autoreferencias, pistas y simbología. Una serie tan densa y con tantos matices y prismas que estamos seguro se estudiará y se hablará de ella durante años.

Walter se cruza con su pasado en forma de pantalones
Walter se cruza con su pasado en forma de pantalones

Saul Goodman emulando a Al Pacino
Saul Goodman emulando a Al Pacino

Y así se despide Breaking Bad, con un final que ha levantado una expectación pocas veces vista, sólo equiparable a la de series como Perdidos o Los Soprano. Con un personaje como el de Walter White y un alter ego como Heisenberg que quedarán para siempre en la retina de los espectadores. Y con un poso de calidad que marcará nuestra valoración de futuras series. Breaking Bad ya es referente. Breaking Bad ya es Historia. Pero, antes de pasar página, ¿recordamos algunos de esos grandes momentos que nos ha legado Breaking Bad?

Todo estaba en la química
Todo estaba en la química

Breaking Bad: Tabla periódica con sus 10 mejores momentos

10. Yeah, Mr. White! Yeah Science!

Aquí comienza la química, en sentido literal y figurado. La sofisticada química que crea el cristal azul, y la también sofisticada química entre la paraje protagonista. Maestro y pupilo. El inicio de una nueva vida, le dice Walter a Jesse, y así empieza una de las constantes de la serie: la manipulación total del mayor respecto a su protegido. Porque sí, Walter aprecia a Jesse más de lo que él mismo reconocería jamás, y siente por él un absoluto sentimiento paternal, que llega hasta donde llega la tensión en la cuerda, claro. El niño jugando con los mayores del colegio, a un juego cuyas reglas ni siquiera comprende pero de fatídicas consecuencias. Todos le dijeron que se retirara del juego (Saul, Gus, Mike…), pero nunca hizo caso por respeto (y miedo después) a Walter. La Pareja, en mayúsculas.

9. Say my name

Walter y Jesse se reúnen con Declan, el capo de la mafia de la droga de otros condados –y competidor directo de Gus Fring- para zanjar negocios sobre distribución de productos. Declan, habitante de los bajos fondos con la idiosincrasia que le corresponde, y sin saber en absoluto a quién tiene delante, intenta llevar la negociación a su terreno. Craso error. No es Walter White, hace mucho que dejó de serlo. Es Heisenberg, y con éste no se juega. En una de las escenas de supremacía violenta más poderosas que recuerdo, Declan descubre que es el Monstruo legendario a quien tiene delante, que está todo perdido, y lo mejor es irse. Heisenberg humilla. Su sola mirada infunde terror, y su nombre provoca escalofríos a los tipos más duros de sólo oírlo. Nada queda del afable maestro de química de antaño. N-A-D-A.

8. El punto de no retorno

Una de las escenas más queridas por los fans y el punto de no retorno para el alma atormentada de Walter White, es aquí cuando la oscuridad le envuelve y nunca vuelve a haber luz en su interior. El mundo, SU mundo, le ha obligado a mutar, a dejarse devorar por esa suerte de simbionte arácnido que es Heisenberg. Destrozado por las amenazas de Gus Fring, Walter decide huir con su familia con el dinero que tenía ahorrado, para descubrir que su mujer ha dado una enorme cantidad de éste a su ex amante. Sin dinero, sin honor, sin amor, sin esperanzas, sin apoyos, sin poder, sólo le queda una opción, y él lo sabe. Dejarse devorar por Heisenberg, el demonio contra el cual llevaba luchando cuatro temporadas. La risa maníaca comienza, y la metamorfosis termina. Se acabó el pusilánime Walter. Bienvenido seas, gran Heisenberg, ejerce tu juicio y retribución. Cualquier atisbo de moral que quedara en él desaparece. Además, la dirección de la escena roza la perfección, desde la melodía a latidos in crescendo a la composición de plano a través de la plantilla. Si alguien os dice que Breaking Bad no es arte, es que no ha visto este momento.

7. La guarida de Tuco

Una de las primeras manifestaciones del genio absoluto del protagonista, es cuando, adentrándose en la guarida del traficante Tuco Salamanca, toda una guarida del lobo, le exige el dinero y la droga que le corresponde. ¿Una misión suicida, decís? No, si llevas una bolsa de fulminato de Mercurio, y como si de un Batman moribundo se tratase, sometes a los mafiosos sudamericanos con pistolas opulentas a golpe de ciencia. Yeah, science, bitch! Se empieza a intuir que este señor no se anda con chiquitas, y a falta de armas, sicarios o dinero, tiene un arma mucho más poderosa: su prodigiosa inteligencia, y está dispuesto a usarla.

6. Better call Saul!

Saul Googdman es nuestro abogado favorito, a años luz. El díscolo y corrupto abogado de Breaking Bad nos ha dado los momentos más divertidos de la serie. Una figura que empezó como elemento pervertidor, creando la sensación de allanar el camino al lado oscuro de la pareja protagonista, para acabar siendo una brújula moral a la que nadie hace caso, o mejor dicho, la voz de la razón ante el ego desbocado de Walter. Imposible no quererle, sus anuncios virales televisivos para paliar el mono entre temporadas son tronchantes, con casos de lo más rocambolesco (desde posesión ilegal de tigre siberiano a subterfugio en transporte de drogas que te escondieron unos a los que tú se lo escondiste primero porque ellos te lo habían escondido previamente). Además, es el tío que conoce al tío, sea para lo que sea que necesitas a ese tío. En resumidas cuentas, había que dedicar un punto a Saul, del que sólo esperamos lo mejor, y que por corrupto que fuera, nos queda la sensación de que no merecía el huracán de muerte y destrucción en el que se ha convertido su vida, como todas por las que Walter White camina.

5. La muerte de Gale

Seguramente la escena más dura de toda la serie, supone un durísimo final para la tercera temporada, a todos se nos quedó el corazón helado cuando Walter mandaba al pobre Jesse a asesinar a sangre fría al inocente Gale, pues éste iba a sustituirlos en el laboratorio de Gus, y seguramente luego viniera la muerte de los protagonistas. Gale era un químico bonachón (¡por Dios Santo, es alguien que mide la temperatura de la tetera con un termómetro digital!) que por devenires de la vida acababa cocinando droga: nada más. Jamás haría daño a una mosca, y más que alejado de los problemas orbitantes al negocio. ¿Tenían Jesse y Walt opción? ¿Era realmente inevitable al cien por cien la muerte de Gale? Nunca lo sabremos. Breaking Bad es una serie de decisiones difíciles, y esta es una de ellas. Mención especial al excelentísimo trabajo de actuación de Aaron Paul –sin olvidar a Dave Costabile-, expresando una tensión, un dilema moral, un profundo problema en todo su ser como pocas actuaciones de televisión nos han dejado ver. ¿Alguien me niega que este chico sea un auténtico genio de la actuación?

4. Yo soy el tío que llama

El matrimonio White ha hecho aguas desde los primeros compases de la serie, eso es cierto. Pero es a partir de este momento a mitad de la cuarta temporada cuando la mujer lo entiende todo, cuando siente el pavor, cuando ve en los ojos de su marido que ya no lo es y no volverá: es una bestia que hará todo lo posible por proteger una familia que ya no le quiere ver. Skyler puede aguantar enterarse de que el padre de sus hijos es un peligroso cocinero de metanfetamina. Y Walter puede soportar infidelidades y una usencia total de apoyo o comprensión. Pero aunque hay muchas cosas que Walter White, esposo y padre, puede tragar, hay muy pocas que Heisenberg –rey del cristal- soporte, y por encima de todas, ¡por encima de todas!, hay una que no está dispuesto a soportar de su mujer, y es que menosprecie su valor. Heisenberg no es un meapilas. Heisenberg no es buena persona. Heisenberg no está en peligro, él es el peligro. ¿Crees que alguien va a llamar a la puerta y disparar? ¡Él es quien llama!

3. «Gané»

Todo el final de la cuarta temporada quedó grabado a fuego en nuestras retinas y jamás lo olvidaremos. Walt pacta con el tetrapléjico patriarca Salamanca su última venganza, y tras un astuto plan de manipulación suprema, Gus acaba siendo dinamitado por la mitad, en una solmene muerte acorde a la vida del regente de Los Pollos Hermanos. Más adelante, en una perfecta (perfecta es perfecta) sinergia entre imágenes y música, Vince Gilligan nos machaca con, primero la revelación de que Walter envenenó a Brock –con todo lo que eso conlleva, como que Jesse ha sido un títere absoluto del enfermo ético que es su amigo- mientras suenan Apollo Sunshine; y luego, la conversación con su mujer, con el ya mítico “¿Walter, ¿qué ha pasado?” -> “Gané” mientras suena la dulce voz de Norah Jones. Esas dos palabras, el I Won, unidas a los acontecimientos previos y la ya legendaria actuación de Bryan Cranston (¿cómo dos palabras pueden pronunciarse para que expresen semejante agridulce liberación?) entraron directamente en el panteón de la televisión. Sí, ese sitio místico donde viven seres de luz pura como el final de A dos metros bajo tierra, la escotilla de Perdidos o el último “eso dijo ella” de Michael Scott en The Office.

2. La muerte de Hank

El cuñado. El típico cuñado. Ese que te toca los cojones en cada comida familiar, que te dice que él te lo habría sacado más barato, que te dice que esto se hace así y no asá, el que hace reír más a tu hijo que tú. El que daría la vida por ti sin dudar, también. El que te admira en secreto. El que te adora, y el que jamás desconfiaría de ti aunque la evidencia estuviera en su cara. Ese es Hank. Héroe para muchos, villano para otros, a nadie deja indiferente el carismático agente de la DEA que al final consiguió descubrir a Walter y empezar una demente cruzada que acabó con su vida. Era un hombre contra un ejército, y sólo estaba armado con su integridad, esa que le permitió morir pidiéndolo, sin súplica, y esa que le permitió vivir persiguiendo a su cuñado como si fueran completamente desconocidos. Una escena árida como el desierto en el que sitúa, en la que la muerte viene veloz y sin dramatismos cinematrográficos. El indómito Hank Schrader ni siquiera quiso reconciliarse con un Walter renacido por momentos de modo suplicante, llorón, patético, dispuesto a regalar su fortuna (¡esa por la que hizo todo lo que hizo!) a los nazis con tal de salvar a su mayor enemigo, pero amado cuñado. Hank murió como vivió, y eso es más de lo que cualquier personaje de Breaking Bad puede afirmar.

1. Felina / Finale

El broche final e inevitable. La mente maestra realiza fructuosamente su plan, y puede ir en paz. Por fin la vida, la verdadera gran enemiga de Walter White en Breaking Bad, le permite liberarse de su prisión, tranquilo, y éste, reecontrándose con su gran amada la química, en esta preciosa escena donde deja su marca de sangre en ella. Plagada de simbolismos y misiles nostálgicos directos al corazón, con ese simple gesto, en el que el brillante cromado del acero inoxidable de los tanques de cocción refleja un Walter difuminado, efímero, Vince Gilligan se pone tan magistral a la dirección como explícito a la hora de marcar de rojo el final de nuestro protagonista, que minutos antes admitía que lo hizo porque le gustó. La química, esa que le arrebató la riqueza absoluta en su juventud, y la que se la dio en su madurez. Le dio la vida, y le dio la muerte, y esa es la vida que Walter White siempre quiso, morir y vivir por él, para él mismo. El sueño americano. En resumen, una escena histórica de trágica despedida entre dos amantes que se dan un último beso antes de separarse para siempre. Hasta siempre, Walter White. No te olvidaremos.

Y hasta aquí hemos llegado. ¿Cuáles son nuestras impresiones sobre la despedida de Breaking Bad? ¿Ha sido Felina un buen broche a una serie inmejorable? Esto opinamos nosotros, bitches.

Una química llena de magia

Hay pocas veces, realmente muy pocas, en las que una serie de televisión acabé satisfaciendo las necesidades de sus espectadores, bien por un exceso de expectativas traicionadas por sus creativos, por un final desangelado después de la continuada deriva argumental a lo largo de las temporadas o, simplemente, por una habitual y recurrente falta de riesgo y ambición. Y aún menos, realmente muchas menos, son las series de televisión que consiguen mantenerse fieles a sí mismas, a sus planteamientos y a sus personajes, para bien o para mal, hasta la llegada de sus estertores finales. Y luego tenemos Breaking Bad, la magnífica creación de Vince Gilligan, manteniéndose en su parco, sobrio y espectacular nivel, medida al milímetro hasta sus últimos instantes, rellenando los huecos necesarios, sentenciando tramas abiertas y dejando sus correspondientes oasis de libertad para que podamos juzgar toda su trayectoria. Porque, el final de Breaking Bad, aunque parezca de perogrullo, sólo se entiende habiendo asistido a la epopeya de Walter White desde el minuto uno, aceptando su propuesta de cambio y evolución. De esta manera, echando la vista atrás, todo se adivina bien atado, el experimento ha sido un éxito y el espectáculo cierra sus puertas de la mejor manera posible.

La tensión, esa cortante hoja de cuchilla utilizada con maestría por Vince Gilligan durante toda la serie, ha mantenido su filo bien acerado hasta ser lógicamente quebrada, las vueltas de tuerca, los diálogos medidos, pausados y certeros, las grandes interpretaciones -inapelables Bryan Cranston y Aaron Paul-, todo ha seguido su curso, sin prisa pero sin pausa, hasta el esperado y temido fundido en negro. Lo importante en estos casos es el viaje, eso se suele decir de una serie cuando el final acaba siendo realmente decepcionante, pero en Breaking Bad encontramos una excepción a la regla, porque en este caso la máxima es cierta, siempre supimos como acabaría esta historia pero nunca, ni por asomo, presentimos a lo largo de los capítulos como llegaríamos, si llegábamos, a este familiar pero extraño lugar. El encargado de poner el punto y final a este drama de proporciones épicas, Vince Gilligan, nos ofrece en Felina una conclusión en la que los personajes marcan la pauta, especialmente, por supuesto, un Walter White dispuesto a vivir libre o morir, manejando con talento sus destinos y, también, el entorno que los rodea. Nunca ha quedado tan claro como en Breaking Bad que el ritmo pausado y controlado de una historia no implica, ni mucho menos, una narración lenta y con poco que contar.

breaking_bad_felina_bryan_cranston_vince_gilligan
Por última vez Heisenberg vuelve a la ciudad…

Porque, en definitiva, todo responde al plan, en Breaking Bad ha habido recurrentemente uno, solo que en ocasiones era ejecutaba Heisenberg y en otras, la mayoria, por el mismo Vince Gilligan. La química estaba, sigue estando, en el relato, en los personajes, pero tampoco se puede ignorar como su creador se ha acabado coronando como el alquimista perfecto capaz de transmutar un conjunto de elementos y partículas en constante agitación en verdadero oro puro en imágenes regalándonos momentos capaces de quitarnos y arrebatarnos el aliento. Y esto también se ha mantenido hasta el final, esa confesión de un Walter White más allá del Bien y el Mal –«lo hice por mí. Me gustó»-, ese ingenio del personaje puesto nuevamente aprueba, el último cara a cara con Jesse Pinkman, la sentencia a Lydia, la simbólica ascensión final… En todas esas escenas, así como en muchas otras, Vince Gilligan sorprende por el encuadre de sus tomas, por el cariño que atesora cada plano, auténticas joyas en fotogramas y puro cine en mayúsculas nacido en la pequeña pantalla. Por ello, no hay nada que reprochar a Breaking Bad, ha llegado allí donde debía y deseaba llegar, ofreciéndonos, como decíamos al principio de este especial, una de las mejores ficciones televisivas de la historia, una química llena de magia, un historia tan épica como humana.

Breaking Bad, la trágica historia del Übermensch moderno, por Juan Sangrós

Estoy feliz. Feliz por haber sido capaz de vivir de primera mano un momento histórico en en entretenimiento audiovisual, y es que Breaking Bad es óxido nítrico con disulfuro de carbono, o lo que es lo mismo, una de esas reacciones químicas rápidas, explosivas, pero de inmensa belleza, de las que te ciegan y te duelen, te hacen temer por tu salud, y cuya impronta dura horas o días en al retina, como un recuerdo físico eterno. Breaking Bad es, simple y llanamente, lo mejor que un servidor ha visto por televisión a fecha de hoy, y eso es mucho decir, pues no me queda serie famosa por devorar. El artífice del milagro, este señor llamado Vince Gilligan, llegó a la pequeña pantalla con una apuesta atractiva en premisa y de perfecta ejecución, con una dirección y un entendimiento de los recursos cinematográficos sin parangón. Sí, entendimiento. Cada arte tiene su lenguaje, y en este, el de la concatenación de imagen móvil y sonido, se ha de narrar con los elementos inherentes al medio, y esa es la única razón por al que Breaking Bad es lo que es, porque su creador está un escalón por encima de los demás autores televisivos en cuanto a estudio y utilización de las herramientas que el medio audiovisual le brinda. ¡Aspirad, demás directores de televisión, luchad y luchad por una pizca de talento comparado, pues la ventaja es insultante! Y si estoy hiperbólico, se me perdona por el trauma post-final.

Breaking Bad es la historia de un capitalista, del superhombre nietzscheano. Todo gira en torno a los conceptos de la teoría económica de Adam Smith, y el protagonista emprenderá un viaje de realización personal en pos de trabajar, competir y ser sí mismo, sin que nadie le de nada. En el capitalismo puro y anárquico, la regulación económica es liberal al extremo, permitiendo en gran ausencia de reglas una regulación del sistema basada en el status quo inevitable en el tiempo y la pugna de sus ciudadanos por la mejora económica propia, sin ayuda gubernamental, sin proteccionismos estatales de ninguna clase. Breaking Bad es exactamente eso, el cómo un patético alfeñique social, una oveja conformista, humillada y vilipendiada por sus congéneres del mismo modo que ellos lo están, se convierte en lobo y decide romper con toda la legislación que le han hecho creer que es necesaria para prosperar y ser justo. A partir de ahora, esta suerte de Zaratrustra no recibirá. Este nuevo lobo ganará justamente, y no tomará absolutamente nada que no sea el sudor de su frente, alejado de las reglas que otros crearon. ¿Por qué jugar con sus reglas, se pregunta Walter? ¿Por qué no crear las mías propias? ¿Por qué no puedo ser yo mismo y usar mi potencial para prosperar? ¿Por qué he sido toda la vida un esclavo cuando tengo la sangre de un rey? ¿Por qué el grande ha de encogerse por la justicia que los débiles crearon? ¿Por qué? Breaking Bad es la historia de un por qué, de un criminal con todas las letras que no necesita más justificación para sí mismo que la mentira del sueño americano, la mediocridad absoluta y cancerígena de la clase media y su ausencia total de valores por los que vivir. El cáncer es literal y figurado, una metástasis que ataca los huesos y el alma y permite a Walter White ser feliz al fin con una causa, un motivo. Él sólo quiere que lo que ama, la química, le permita llegar hasta donde le ha permitido, sin reglas que le cohíban, sin paredes, en una libertad total como es el mundo criminal que, a la larga, sólo trae muerte y más muerte. Breaking Bad es la historia de un hombre que decidió morir de pie en vez de vivir de rodillas.

breaking_bad_anna_gunn_bryan_cranston
Lo importante a veces es lo que no vemos…

El hueco que dejan los protagonistas en los corazones de una eterna lista de espectadores es profundo cual fosa marítima. El descenso a los infiernos de Jesse, para el que toda la travesía fue una gran mentira, fue un partido cuyas reglas creía conocer pero para cuando las consecuencias fueron trágicas no se le permitió salir del campo. Mientras que para Walter White su viaje fue un ascenso, una realización personal con destino prefijado y fructuoso desenlace, para Jesse Pinkman, el niño camello de Albuquerque, fue al muerte en vida. Siempre engañado, siempre embaucado, nunca dueño de su destino, su escasa inteligencia, inversamente proporcional al tamaño de su corazón, fue una llave maestra para su verdadera figura paterna, Walter, el cual no tuvo reparos en utilizarlo sin piedad. La libertad total tiene sus consecuencias, sin duda, y Breaking Bad las muestra bien iluminadas. No recuerdo una evolución humana igual en televisión o cine (salvando las distancias formales), y me costará mucho encontrar otra igual, pues no puedo concebir cómo semejante cambio de paradigmas y personalidades de los personajes de esta serie fue tan suave, real, progresivo y creíble. Cada gesto, cada palabra, cada plano, cada acción… todo es un tapiz de miles de hebras que si miramos de lejos forman el conjunto de la serie y si miramos de cerca vemos cómo sólo se tocan entre ellas lo justo y necesario.

Breaking Bad es una obra audiovisual que, junto a otras pocas, establece una manera diferente de hacer televisión, un punto de inflexión que estos últimos años llevamos apreciando con el auge de las series, la época dorada de éstas, y que nadie, absolutamente nadie, debería perderse. Pero si estáis leyendo esto es que habéis llegado al final de este maravilloso viaje conmigo, y cómo nos sentimos todos se diferencia poco, estoy convencido de ello, pues, ríanse si quieren, Breaking Bad ha sido una de las experiencias artísticas más bonitas que he tenido el placer de vivir, y nunca, nunca, nunca, olvidaré la historia de ese profesor de química que decidió volar.

The End is the Beginning is the End, por Samuel Secades

Nunca estás preparado realmente para decir adiós. Ni para despedirte de alguien a quien quieres. Ni para cerrar por última vez ese libro que tanto te ha gustado. En Felina, el último capítulo de Breaking Bad, nos ha tocado decir adiós a muchas cosas pero sobre todo a nuestra cita semanal con la que es quizás la mejor serie con la que uno se podía encontrar actualmente. Llevábamos semanas discutiendo teorías sobre quién mataría a quién y cómo lo haría y no nos dábamos cuenta de que en Breaking Bad nunca han importado mucho los quiénes o los cómos, sino los porqués.

Y el porqué, la llave de la serie (nunca mejor dicho en este capítulo final), siempre la ha tenido Walter White. Y hemos tenido que esperar cinco temporadas para que al fin le diga a Skyler (y a nosotros) las verdaderas razones que le han llevado a este momento. Sin excusas. Sin mentiras. Con la honestidad de un hombre que lo ha perdido todo y que debe despedirse de su hijo a través de un cristal, el reflejo de la felicidad desvaneciéndose en uno de los mejores planos de los muchos que nos ha dejado el capítulo.

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Walter White dispuesto a su último reto

El resto son vidas rotas que tendrán que ir recogiendo sus pedazos para intentar montar una historia que les dé sentido y caminos que se abren al pisar un acelerador. Lejos quedan las montañas rusas de las anteriores temporadas en las que disfrutabas con las posibilidades y los giros de guion; no, la segunda mitad de esta última temporada ha sido dolorosa de ver, y al terminar Felina comprendemos que no podía haber otro desenlace que no fuese terrible y no nos dejara el corazón en un puño. Entendemos, incluso los que nos negábamos a verlo, que la ilusión de Heisenberg era sólo eso, ilusión, humo, leyenda. Al final del camino, donde las cosas importan de verdad, sólo estaba Walter Hartwell White, profesor, padre, esposo. Alguien que esperaba algo mejor para su vida y que al fin encontró algo, como él mismo reconoce, donde era el mejor. En ese aspecto, Breaking Bad ha sido la mejor historia sobre una crisis de la mediana edad que se haya hecho nunca.

Supongo que tengo lo que merezco”, dice el primer verso de Baby Blue, la canción de Badfinger con la que se despide Breaking Bad. La canción sonaba y yo seguía tragándome las lágrimas. Efectivamente, nunca estás preparado para decir adiós. En vez de eso le diré que bienvenido al Olimpo de los inmortales, Mr. White. Saludos a Tony Soprano.

¡Es la hora de las encuestas!

Ha llegado el momento de que toméis la palabra y la pregunta no puede ser otra….

¿Qué te ha parecido el final de Breaking Bad?

  • Excelente. ¡Y ahora a cocinar! (84%, 290 Votes)
  • Notable. En la línea de la serie. (11%, 38 Votes)
  • Bueno. Aunque algo previsible. (4%, 13 Votes)
  • Malo. Le falta mucha química... (1%, 5 Votes)
  • Regular. Esperaba más de Heisenberg. (0%, 1 Votes)

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Triple A
Triple A
Lector
30 septiembre, 2013 21:54

No me e atrevido nunca con esta serie por el tema de las drogas que lo veo ya frecuentemente en la vida real como pa verlo en la ficcion,pero buen aporte que me a echo dudar…

FiguraCuatro
FiguraCuatro
Lector
30 septiembre, 2013 23:16

Aún tengo los ojos rayados después de ver el final, lo primero que hago es entrar en ZN y voilá! Sabía q

FiguraCuatro
FiguraCuatro
Lector
30 septiembre, 2013 23:16

Sabía que no me fallaríais!! (que se corta esto joer). Dicho esto, a leer…

Reverend Dust
Lector
30 septiembre, 2013 23:25

Una puta obra maestra de principio a fin. Más palabras no me quedan ni quiero darlas, porque sólo empequeñecerían el término «obra maestra» que acabo de utilizar.

Aplausos a Gilligan, Cranston, Paul y compañía.
Aplausos a los que habéis montado el artículo.

P.D. Y un gran «Que te follen» al que ha votado en la encuesta que el final es «Malo», un troll amargado que probablemente ni siquiera ve la serie pero le molesta que se hable tanto de ella.

FiguraCuatro
FiguraCuatro
Lector
1 octubre, 2013 0:07

Buf… ha sido tan grande que por primera vez en mi vida he sentido rabia no ya porque se acabase un viaje, sino por haberlo empezado y tener que pasarlo tan mal al final. Felicidades por un artículo a la altura de las circunstancias, y mira que no estaba nada fácil. Me han venido tantos recuerdos a la cabeza leyéndolo que casi se me salen las lagrimillas otra vez!

Ah, y no podía dejarlo pasar: enorme la mención al final de A dos metros bajo tierra, el mejor final de una serie junto con esta pedazo de joya que ha sido y será Felina.

Sierra
Sierra
Lector
1 octubre, 2013 0:08

Tremenda serie, final redondo.

Caeolos
Caeolos
Lector
1 octubre, 2013 1:23

El final es tan coherente con el resto, tan redondo, tan correcto que no tengo nada que decir sobre él. Es perfecto.

He leido algunas quejas de que faltaba algún giro inesperado y esas cosas, ¿por qué?

Esfingo
Esfingo
Lector
1 octubre, 2013 7:48

Aplausos al final de la serie y a vuestro articulo

Jordi T. Pardo
Autor
1 octubre, 2013 9:30

Muchas gracias por los comentarios 😉

Para mí, desde luego, de las series más redondas que he visto nunca, coherente consigo misma hasta el final, sin por ello ser menos espectacular e intensa, vamos, no me extrañan nada esos 139 votos y ese 83% para su capítulo final. ¡Y sólo 3 votos como malos! (Sí, ya estamos rastreando ips… :P).

Varelax
Varelax
Lector
1 octubre, 2013 10:45

Hoy estamos todos tiritando un poco. Gracias por el artículo, es exactamente lo que necesitaba leer hoy.

BB ha sido lo más grande que he visto en tv, no puedo añadir nada más.

Jordi T. Pardo
Autor
1 octubre, 2013 12:28

Buf, ese también es brutal, falta ese y mil más, podríamos haber hecho un ranking fácilmente con cuarenta o más momentos, pero… y, aunque estén numerados, también aprovecho para decir que no necesariamente pensamos por ello que unos sean mejores que otros. Yo, de hecho, no soy capaz de elegir entre muchos de ellos, porque todos son checkpoints básicos para entender el grueso de la historia.

Goron85
Lector
1 octubre, 2013 12:31

Enhorabuena, un articulo digno de la mejor serie que hay. El final lo cierra todo perfectamente y al estilo Breaking Bad, fieles a su filosofia hasta el final.

Offtopic: Alguien me dice como poner una imagen de avatar? Busco y no encuentro… Gracias

Esfingo
Esfingo
Lector
1 octubre, 2013 13:38

Para mi el momentazo de Skyler fue cuando le dijo a Walt que estaba esperando a que el cáncer volviera y se le llevara.

Javié
Javié
Lector
1 octubre, 2013 14:27

No se si es la mejor serie de la historia, lo que si que tengo claro es que es la mas redonda, ninguna a comenzado tan bien, se ha desarrollado de manera progresiva elevando el nivel temporada a temporada, y se ha cerrado de forma tan magistral en la historia, y si se ha hecho yo no lo he visto.

Reverend Dust
Lector
1 octubre, 2013 14:27

Pues anda que el grito desgarrador de ella sola en medio de la carretera viendo cómo Walt se lleva a Holly. Se me agarró al estómago como el grito de Michelle Fairley en cierta boda. Impresionante.

Javié
Javié
Lector
1 octubre, 2013 14:29

Y coincido con mis compañeros, para mi una de las cosas mas duras de la serie, incluso mas que las muertes, es el rechazo de Walter Jr hacia su padre al final, ¿Está justificado?, totalmente, pero aun así hace que se te hiele el corazón.

Sierra
Sierra
Lector
1 octubre, 2013 15:54

Pues para mi el momentazo fue cuando Walter delata a Jesse (que estaba escondido debajo del coche) y le dice lo de la novia. Nunca un personaje fue tan odioso y hijo puta a la par que entrañable.

José Torralba
1 octubre, 2013 16:23

Un texto a la altura de la serie. Enhorabuena al equipo porque, como dice Varelax, este es justo el artículo que apetece leer después de ver Felina. Maravilloso de principio a fin.

Ivan Rivas
1 octubre, 2013 16:58

Offtopic: Alguien me dice como poner una imagen de avatar? Busco y no encuentro… Gracias

http://es.gravatar.com/

Maylaïf
Lector
1 octubre, 2013 17:46

Magnífico artículo. Por mi parte, poco que decir que no haya dicho ya en otros lugares: serie imprescindible con actuaciones increíbles y cargada de momentos inolvidables. De lo mejor que se haya hecho nunca en la televisión.

R.Axel
R.Axel
Lector
2 octubre, 2013 3:20

Uffff, como siempre, se han lucido con un artículo completo y extraordinario, un merecido tributo a una serie extraordinaria.
Recuerdo cuando vi el piloto que no le tenía mucha fe a la serie y no esperaba mucho drama del ex papá de Malcolm, pero sólo con la primera temporada sabes que algo asombroso se estaba cocinando.
Sin duda es una serie excelente, con unos simbolismos maravillosos,además de las actuaciones y los secundarios (desde maríe hasta a Huell,pasando por Badger, Skinny Pete y el mejor episodio de star trek de la historia)
Pero sin duda mis respectoa a Cranston, que pasó de esto (muy bien hecho) http://www.youtube.com/watch?v=8pB4OhOrlZU al Say my name

Juan Luis Daza
Autor
2 octubre, 2013 15:10

Enorme artículo para una obra maestra de la televisión, una vez más os lo habéis currado.

Aquí dejo yo mis impresiones globales sobre la serie:

http://transgresioncontinua.blogspot.com.es/2013/10/breaking-bad-man-who-would-be-king.html

Jordi T. Pardo
Autor
2 octubre, 2013 16:20

Enorme el tuyo, Armin.
Lo he disfrutado mucho y lo pillo para los enlaces de interés del nuestro 😉

frankbanner71
frankbanner71
Lector
24 marzo, 2014 0:34

visto el ultimo capitulo a las 23:57.
un gran capitulo final.
y,sobre todo,una gran,grandisima serie.

aunque no se que hacen aaron paul y bryan cranston con el cantante de aviador dro.

y,magnificas reseñas de juan sangros,samuel secades y jordi t.pardo.el complemento perfecto para un servidor tras haber disfrutado de la serie.la guinda del pastel.

y,como nota curiosa,uno de los que comentan:arminnoseque,que parece que no se le da mal eso de juntar letras,y,lo mismo,hasta os deberiais pensar en darle un puesto en un lejano futuro.que parece que no lo hace mal.

un puto genio el vincent gilligan,si señor.

joder.menuda serie…

the drummer
the drummer
Lector
11 mayo, 2014 23:24

bueno, pues aquí llego yo, a toro más que pasao, a dejar mi opinión sobre la serie:

en su día me fumé esta entrada porque, aunque llevaba tiempo con la serie en el punto de mira, aún no había visto ni un solo episodio y me temía una lluvia de spoilers; menos mal, porque veo que no os habéis cortado.

hoy vuelvo por aquí, con el último capítulo recién finiquitado, y no me queda otra que coincidir con la inmensa mayoría de redactores/comentaristas en que nos encontramos ante una de las mejores series de los últimos años; redonda desde principio a fin, tanto en sus guiones como en las interpretaciones (qué decir que no se haya dicho ya de unos y de otras, especialmente del tremendísimo bryan cranston).

serie redonda como pocas, que en ningún momento baja el nivel y que a los pocos capítulos ya te engancha, te arrastra en un continuo crescendo de la trama / degradación de los personajes, y no te suelta hasta ese final perfecto que, al contrario que otras series de culto (no daré nombres, seguro que a todos os vienen a la cabeza al menos un par de ellas) está a la altura de la trama desarrollada en las seis temporadas (en el texto repetís varias veces que son cinco, pero mi pila de dvds se empeña en afirmar lo contrario) que le preceden.

si, además, y como ‘mini-guinda encima de la guinda, encima del pastel’ que es la serie -que diría barney en ‘how i met your mother’-, el último capítulo se cierra a ritmo del ‘baby blue’ (http://www.youtube.com/watch?v=C53QAuOoSgc&list=PLDCB60FD9B2011CD7) de badfinger, recomendabilísima -e injustísimamente olvidada- banda de los 70, ¿qué más se puede pedir?.

concretando: cojonudísima serie que recomiendo a todos aquellos que aún no la hayáis visto (al hilo de lo cual, cometar que me espera encontrarme con una ristra interminable de entusistas comentarios y, hasta éste, se cuentas solamente 28; lo cual me lleva a pensar que sois muchos los que aún no la habéis visto; cómo puede ser esto??), corred insensatos!!

Bajavoz
Bajavoz
Lector
11 mayo, 2014 23:35

Una de las mejores series que he visto nunca, sino la mejor (no, no he visto los soprano). Muy humana, muy real, a pesar de que ya quedó demostrado en los Cazadores de Mitos que la mayoría de situaciones que saldan con la ciencia (la bañera, la explosión, etc) son pura ficción.

#29 the drummer, son cinco temporadas, solo que la última se dividió en dos.

Y aprovecho para comentar que hasta el episodio más criticado; FLY, a mi me pareció genial.

Desde luego, una de las grandes.

Ahora tenemos cada vez más cerca el spin off Better Call Saul, al que recientemente se han añadido los actores Patrick Fabian, Rhea Seehorn y Michael Mando.

the drummer
the drummer
Lector
11 mayo, 2014 23:37

por cierto, que me acabo de dar cuenta que el elemento que presenta el video del ‘baby blue’ que os he enlazado se parece sospechosamente a kenny rogers (juraría que es él).
supongo que los que hayáis visto la serie recordaréis el surrealista ‘momento camisetas’ (http://nashvillegab.typepad.com/.a/6a00e552403d2f88330167688dc57c970b-320wi) en el primer capítulo de la cuarta temporada; coincidencia?… no lo creo.

the drummer
the drummer
Lector
11 mayo, 2014 23:40

cierto bajavoz; qué se sabe de ‘better call saul’? ya está en rodaje/emisión?

Bajavoz
Bajavoz
Lector
11 mayo, 2014 23:52

Creo que por ahora están contratando al elenco, diría que el rodaje no ha empezzado. A ver qué tal, puede salir cualquier cosa.

the drummer
the drummer
Lector
11 mayo, 2014 23:56

seguro que está bien; habrá que estar al tanto (y gracias por la información).

Reverend Dust
Lector
12 mayo, 2014 0:09

Pues de momento «Saul» ha estado en la película NEBRASKA y ahora mismo lo tienes en la (cojonuda) versión televisiva de FARGO (junto a Martin Freeman y Billy Bob Thornton, entre otros), por si quieres más ración del señor Odenkirk.

Truvor
Truvor
Lector
12 mayo, 2014 0:51

Yo también soy de los que obvié este hilo hasta no haber visto la serie, meses después. Como me pasó con la cojonudísima True Detective, que acabo de terminar esta noche y cuyo hilo de ZN pienso devorar mañana. Tan sólo unirme a las alabanzas y aquí un devoto más de BB. Poco que añadir a lo ya señalado.
Eso sí, al margen de desarrollo impecable de la serie, una de las cosas que más me gustaron es el final. Valiente, redondo, perfecto. Solamente por eso, en mi rankin particular queda un par de peldaños por encima de Los Soprano, cuyo final todavía me escuece. Como dice Javié, no sé si es la mejor serie de la historia de la TV, pero sí es la más redonda.
No hay mejor forma de definir Breaking Bad.

Bajavoz
Bajavoz
Lector
12 mayo, 2014 1:07

#35 Reverend, Fargo no es una adaptación televisiva, tan solo esta basada en dicha peli, son situaciones completamente distintas.

Aunque en el último episodio emitido se aprecia una conexión/guiño con la película 😉

frankbanner71
frankbanner71
Lector
12 mayo, 2014 3:01

a falta de tres temporadas para acabarmela,yo estaria por asegurar que me gusta mas LOS SOPRANO que THE BREAKING BAD.pero tampoco por demasiada diferencia,la verdad.

lo fascinante de THE BREAKING BAD es como, en multitud de ocasiones, se roza lo poco plausible(en el sentido de que hay situaciones que quedan en punto muerto,o muy cerca del precipicio)y,a pesar de todo,vince gilligan y su fantastico equipo de guionistas, lejos de atascarse, son capaces de seguir avanzando la trama sin perder el norte,y sin variar el tono de la serie.eso me parece de quitarse el sombrero.

los villanos de BREAKING BAD son fascinantes.habia momentos en que me recordaba al garth ennis del punisher(y no se porque)pero os juro que es la sensacion que me daba.especial mencion para gustavo finch,y su interpretacion del flematico dueño de POLLOS HERMANOS.

esa escena a lo terminator,jajaja…..

y ahora,a esperar con absoluta impaciencia BETTER CALL SAUL.ganazas.

the drummer
the drummer
Lector
12 mayo, 2014 7:47

por cierto; que tal fargo? si es la mitad de buena que la peli, va a ser cuestión de no perdérsela.
joder; si es que cada vez se me acumula más ‘trabajo’

the drummer
the drummer
Lector
12 mayo, 2014 17:34

os enlazo el final alternativo de la serie por si alguno no lo ha visto:

https://www.youtube.com/results?search_query=breaking+bad+alternate+ending+subtitulado

yo lo viayer, justo tras la orgía de violencia de los últimos capítulos y, en contraste con éstos, este final es doblemente tronchante.

the drummer
the drummer
Lector
12 mayo, 2014 18:45

el de hal y lois; es que hay más?
(la de los múltiples finales alternativos era los soprano, no?)

Bajavoz
Bajavoz
Lector
12 mayo, 2014 19:13

#39 drummer, la serie de Fargo es genial. A mi me está gustando incluso más que la película.

the drummer
the drummer
Lector
12 mayo, 2014 22:21

@35: coño, reverendo!! te has cambiao el peinado o algo? te noto raro.

@43: pues no sé si te puede el entusiasmo, pero va a ser cosa de hecharle un ojo.

@44: a mandar, caballero

Reverend Dust
Lector
12 mayo, 2014 23:32

Es que me han puesto los cuernos, Tamborilero 😛

Ocioso
Ocioso
Lector
12 mayo, 2014 23:47

Reverend Dust: Es que me han puesto los cuernos

Pues tápalos con el flequil….uy, perdón.

Reverend Dust
Lector
13 mayo, 2014 22:38

Jorgenexo, pero tú eres un veterano. Yo soy un jovenzuelo pesao venido a más. 😉

Ocioso
Ocioso
Lector
13 mayo, 2014 22:58

Jorge, una de las cosas que te convierten en un icono en ZN es que tu icono es icónico.

frankbanner71
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Lector
3 julio, 2014 11:25

¡¡WARNING¡¡

¡¡SI NO HAS VISTO EL ÚLTIMO TRAMO DE LA SERIE,NI SE TE OCURRA LEER NADA DE ESTO¡¡.

AVISADOS QUEDAIS.

¿VALE?¿YA?.

http://www.vertele.com/noticias/el-spin-off-de-breaking-bad-resucita-a-walter-white/

a ver si a costa de introducir lineas en paralelo, ó elementos de retrocontinuidad, van a acabar jodiendo una serie casi modelica.seria realmente una pena.

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Lector
15 julio, 2014 18:35

LO DICHO,SPOILERS, SI NO LLEVAN AL DIA LA SERIE.USTEDES VERAN.

http://www.formulatv.com/noticias/39019/amc-confirma-reparto-better-call-saul/

¿seguro que es un spin-off?.¿SEGURO?.

¡si es que estan todos¡.

Franz
Franz
Lector
4 octubre, 2014 16:13

Hace mucho tiempo me venían hablando de esta serie, pero como me llevo mejor con las series fantasticas (como Juego de Tronos) la venia posponiendo y posponiendo. De nuevo me saltó la curiosidad a raiz del ultimo Emmy, donde Breaking Bad se encargó de desaparecer de la foto a JdT y me animé a comprar la primera temporada a ver que tal me iba. La semana pasada, terminé de ver la serie completa. Puedo concluir que es la mejor serie que he visto hasta la fecha, con una calidad homogénea, giros argumentales espectaculares, impresionantes actuaciones… de hecho creo que Aaron Paul ha tenido la mala suerte de compartir escena con Bryan Cranston, por que la actuacion de Paul es SOBERBIA en toda la dimensión de la palabra, pero se topó con un trabajo de Cranston que no es de este mundo, sencillamente.
Tras el final, perfecto por que lo fue, acabe con un nudo en la garganta, triste e incrédulo, pero a la vez feliz y agradecido, ese fue el viaje de sentimientos al que nos llevó Breaking Bad, al mismo al que llevó a Walter, Jesse, Skyler, Hank… hasta siempre Heisenberg!

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Lector
5 octubre, 2014 11:06

«…hasta siempre,eisenberg¡».

hmmmmm…..ya veremos….. 🙂

better call saul is coming 😉