Enigma: Los secretos de nuestra cordura

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Edición original: mar./sept. 1993; Vertigo (DC Comics).
Edición España: I Norma Editorial (ene. 2005); II Planeta DeAgostini (sep. 2010).
Guión: Peter Milligan.
Dibujo: Duncan Fegredo.
Entintado: Duncan Fegredo.
Portadas: Duncan Fegredo.
Color: Sherilyn Van Valkenburgh.
Rotulista: John Costanza.
Precio: 20 € (Cartoné, 192 pags.)

 

Hace bien poco dediqué en esta misma sección semanal un artículo al The Extremist de Peter Milligan, un cómic que el autor irlandés publicó en los albores del sello Vertigo entre septiembre y diciembre de 1993. Como ya comentamos, por aquel entonces Milligan estaba en la cresta de la ola tras tebeos como Skreemer, Skin, Shade, el hombre cambiante, Animan Man o su etapa en Batman. Pero si una obra merece centrar precisamente aquel año de 1993 y, en general, toda la carrera del guionista, ésa es Enigma, publicada entre los meses de marzo y septiembre justo antes que la propia The Extremist. No deja de ser raro el hecho de que por densidad y complejidad argumental –que no formal– la una precediera a la otra y no al revés pero hay que recordar que, por una parte, las obras maestras, redondas y absolutas, no siempre se escriben al final de la carrera; y por la otra, que fue en The Extremist donde Milligan decidió imprimir los puntos fuertes de su discurso en un texto no mediatizado por los superhéroes o por influencias previas. Aunque, como veremos más adelante, la pátina y el subtexto que el escritor le proporciona a este cómic trasciende y evoluciona cualquier idea previa que el lector pueda tener acerca de un género superheroico que es aquí usado como vehículo y no como fin, al tiempo que totalmente asimilado y personalizado por la mente del creador.

Pero nos estamos adelantando demasiado; hablemos un poco mientras tanto de la edición… casi doce años después de su salida en USA, y diez años después de la publicación del TPB correspondiente, Norma Editorial decidió sacar a la calle un homólogo de ese volumen que recogía los 8 números que compusieron la serie. En total, 208 páginas en rústica con una maravillosa introducción de Grant Morrison y una traducción excelente (a pesar de puntuales errores muy dispersos y nada molestos).

Descatalogada desde que Norma perdiera los derechos de publicación en España, Planeta DeAgostini la ha reeditado en cartoné para disfrute del aficionado en otoño de 2010.

Argumento

Michael Smith es el tipo más aburrido del mundo. Fiel a una rutina que roza y sobrepasa lo obsesivo, vive simplemente porque puede, y no porque desee aferrarse a la vida. Pero todo cambiará cuando empiecen a sucederse una serie de extraños asesinatos a manos de monstruos bizarros y sobrecogedores que precipitarán la aparición de El Enigma, protagonista de una antigua serie de cómics cancelada y superhéroe favorito de Smith en su niñez.


El Enigma hace acto
de presencia

Acompañado por Titus Bird, el mismísimo autor del tebeo, Michael emprenderá un viaje destinado a cambiar –e incluso a definir– su existencia, al tiempo que la realidad y la ficción parecen entrar en una colisión que lleva inexorablemente al caos. Y mientras que el caos llega, todos seguirán preguntándose hasta su último aliento la única cuestión que ahora cobra importancia: ¿Quién es El Enigma?.

Personajes

Los tres personajes principales de Enigma, expuestos en el argumento, no son sus protagonistas por casualidad. Más allá de quiénes sean, más allá de su papel en el texto que compone Milligan, son abstracciones de los tres elementos indispensables en toda creación artística: el autor (Bird), el consumidor (Smith) y la obra en sí (El Enigma); y como tales se desarrollan su roles a lo largo del tebeo pues, en efecto, éste es un cómic que puede leerse –en una de sus múltiples aproximaciones– en clave metaficcional.

Por un lado tenemos a Titus Bird, quien gesta un personaje superheroico hace más de veinticinco años para ver cómo cobra vida tiempo después. A poco que uno se fije, el papel de Bird a lo largo de Enigma es curioso: resulta imprescindible en la trama, pero es el que menos queda afectada por ella, el que menos evoluciona y el más desligado respecto a los acontecimientos de la misma. Como todo guionista, la relación con la obra se establece mientras que ésta es compuesta, y no se prolonga mucho tiempo después… es casi como un enamoramiento pasajero, intenso y absorbente, que se acaba tan abruptamente como empezó, pero del que nunca controlaremos del todo las consecuencias. Así, cuando Bird contempla como El Enigma, ese personaje que ideó tiempo atrás, pervive en la mente de sus lectores y adquiere nueva autonomía en una suerte de redescubrimiento, no puede sino sentirse impotente. Impotente porque aquello que creó, ha escapado a su control; porque las modas pueden hacer por su personaje mucho más que lo que él hizo al promocionarlo; porque no faltan quiénes desarrollan un discurso ajeno a sus intenciones a partir de su criatura; porque de todos los relacionados con ella, él es el único al que no le afecta; porque ésta pervive incluso cuando la ha olvidado, y seguirá haciéndolo incluso cuando él ya no exista. La historia de Bird, es la historia de todo artista, condenado una y otra vez a desligarse y dejar en manos de todos los demás lo que una vez fue única y exclusivamente suyo.

Por otro lado, tenemos al objeto creativo, ese personaje tan humano y a un tiempo tan deshumanizado. Pero ¿podría ser de otra forma? Por mucho que sean más bellas, más perfectas, más profundas y más perdurables que los hombres que las contemplan, las obras de arte están destinadas a la autocontención. Pueden cambiar al mundo, pero jamás podrán cambiar su propia naturaleza. Una invención siempre queda agotada en sí misma y son pocas las veces en que tiene la capacidad de trascender su finalidad y su espíritu para vagar libremente; a menos que, si el autor lo desea, le ofrezca esa oportunidad con una insinuación; con una lectura abierta que deje la definición definitiva en manos de cada lector individual… y, por tanto, con una infinidad de definiciones.

Por último, nos queda observar al consumidor… podría decirse que cualquier consumidor de una obra artística queda –aunque sea mínimamente– trastocado por ella. El grado en que su vida cambie, el grado en que sea distinto cuando vuelva a su vida, coincidirá con el grado en que lo que ha visto le haya conmovido y afectado. En Enigma la regla no conoce excepciones: todos y cada uno de los lectores del cómic –voluntarios o involuntarios– quedan marcados por él; y es aquél que más la comprende y la ama el que verá su vida evolucionada, trastocada, manipulada e irreconocible… totalmente distinta en definitiva, a como era antes de empezar.

Subversión superheroica

En el artículo sobre The Extremist ya vimos cómo Peter Milligan se definía como un lector consumado que se veía artísticamente atraído por el Noveno Arte en base a “a las posibilidades de su componente visual para narrar las historias que quería contar”. Asimismo, también introdujimos cómo el guionista afirmaba tener un gusto por la «subversión» como agitadora de conciencias. Pero en lo que no profundizamos demasiado fue en la relación que establece en sus cómics con el género superheroico de creación propia.

Sí, es cierto, afirmamos que los empleaba por “su enorme capacidad para el drama y la controversia, siempre en balance con los prejuicios que llevan a pensar que son algo trivial”, pero no incidimos demasiado en el tema. Sin embargo, al hablar de Enigma se hace mucho más necesario explicar esta simbiosis de una forma más detallada.

Él mismo lo explica: «Creo… me gusta creer que los superhéroes… me gustaría pensar que los superhéroes podrían ser como los clásicos griegos. Los personajes mitológicos griegos. Por ejemplo, tenemos que los poetas ingleses escribieron poemas clásicos usando los entes de la mitología griega como vehículo, pero en realidad hablaban sobre el amor, la vida, el sentido de la vida. Así que, en un mundo perfecto, pienso que los cómics de superhéroes podrían operar al nivel de los clásicos, de la mitología griega clásica. Y ser vehículos para hablar de lo que quiera que desees hablar.


Portada de X-Statix #1 (sept. 2002)

Quiero decir, pienso… no pienso que nos debamos avergonzar de ellos, porque pienso que hay algo peculiar en los cómics y en los superhéros. Superheroes: piensas en cómics. Cómics: piensas en superhéroes. Y yo digo, vale. Pienso, está bien; pero también… me preocupa a veces cuando la gente equipara los cómics adultos con cómics que no contienen superhéroes. Porque no hay nada intrínsecamente malo o equivocado en ellos.

El handicap viene de que los lectores tienen expectativas por cierta clase de superhéroe. Y si tú no quieres usarlo, entonces tienes un problema… en términos de ventas. Porque sabes que tan pronto como pongas algún jodido superhéroe con un traje y una máscara en ese cómic, la ventas se dispararían. Y es deprimente pero, al tiempo pienso que los superhéroes son un arquetipo intrínseco de los cómics… son una parte importante de los cómics. Y pienso que no son un gran problema

En Enigma, teníamos ostensiblemente un superhéroe. Pero creo que yo estaba escribiendo sobre un tema acerca del cual, si estuviera escribiendo una novela, probablemente no habría introducido un superhéroe. Y es precisamente por lo que elegí escribir un cómic. Usé todo el trasfondo del superhéroe para expresarlo pero estaba escribiendo sobre el mismo tema sobre el que hubiera escrito si hubiera creado una novela y no estuviese usando superhéroes. Quiero decir, la idea de escribir sobre superhéroes en una novela sería absurda, pero en un cómic, adquiere sentido.»


Shade, el hombre
cambiante
(1990)

En fin, después de esta parrafada algo desestructurada cabría preguntarse si efectivamente Milligan ha conseguido usar la idea de superhéroe, subvertirla y hacerla propia, trascendiendo los prejuicios que tenemos sobre el género para expresar un concepto más universal. La respuesta es que sí; es más: habría sido imposible hacerlo sin utilizar el género.

Enigma es, al igual que The Extremist, un cómic con confesa adherencia al existencialismo. Pero, a diferencia de éste último, implica una serie de capacidades y orígenes que tocan transversal y brevemente otros palos filosóficos –tales como la «voluntad de poder» nietzscheniana o la caverna de Platón– que habrían sido muy difíciles de incorporar sin la aproximación superheroica. Aunque eso, ya es tema para nuestro análisis conceptual, que empieza… ahora mismo (y que contiene, y el que avisa no es traidor, numerosos SPOILERS).

Análisis conceptual

Enigma es, ante todo, una obra conceptualmente poderosa. Entre sus páginas podemos encontrar un análisis pormenorizado de la identidad personal y sexual, de los fenómenos de masas, de la relación autor/consumidor/obra, del superheroismo y de una auténtica infinidad de temas. Como el propio Grant Morrison dice en el prólogo al cómic, «a pesar de que se insista en lo contrario, existen posibilidades infinitas abiertas para cualquiera que quiera aplicarle algo de inteligencia y tiempo a estudiar las ideas que expone». Tan es así que me he visto obligado en esta ocasión a repartir a todo lo largo y ancho del artículo pequeños análisis conceptuales de puntos que podríamos considerar secundarios, relativos a las distintas partes de la estructura del tebeo. ¿Qué vamos pues, a tratar en esta sección? Pues lo que queda tras eliminar la forma; ese substrato principal de Enigma que resulta recurrente y de sobras conocido para los adeptos de Milligan: la identidad y su relación con la filosofía existencialista.

La identidad… los existencialistas dicen acerca de ella que se forja. Ya citamos anteriormente a Sartre y sus palabras: «el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace.»


El origen de
la historia

Para los existencialistas eso es esencialmente cierto. Pero también es cierto, como dijo Heidegger –su precursor– que el hombre tal vez no tenga la libertad necesaria para autodefinirse completamente, o para cambiar en un momento dado la definición que la sociedad le ha impuesto previamente.

¿De qué va pues, Enigma? De un hombre que por causas del destino, tiene no sólo el contexto necesario para definirse desde cero, sino también para definir lo externo a él. Podríamos considerar precipitadamente que esto último es una variante de «la voluntad de poder» nietzscheniana, aunque un vistazo en profundidad nos disuadiría: sin sociedad, no hay «voluntad de poder» con la que atacar la moral establecida… solamente queda la voluntad, a secas. La voluntad de «hacer» porque se puede. Y porque no hay conciencia artificial que nos dicte lo contrario. Pero, paradójicamente, aún con todo ese poder –que hace eco del Dr. Manhattan de Watchmen– el protagonista del cómic se da cuenta de que sin conciencia, sin interacción social, sin ruptura del orden más perfecto que se pueda crear, la evolución no es posible. Ni evolución, ni superviviencia claro.


El caos se adueña
de la ciudad

Así, en una segunda lectura, la frase que en un momento pronuncia Titus Bird y que se atribuye al músico John Cage cobra pleno sentido: «La vida sin orden es caos; pero el orden sin vida es la muerte». En efecto, de eso va Enigma… de cómo alguien con capacidad para definir la realidad bajo un orden perfecto, precisa de un componente de caos para poder vivir.

No obstante, en cualquier caso, y si nos tomamos las aventuras que observamos en un sentido literal, nos percataremos de que hay una resonancia mucho más sutil en el tebeo, su héroe y sus villanos. Y es que, no deja de ser paradójico y provocativo el hecho de que El Enigma sea el benefactor de la humanidad y La Verdad su enemiga.

La Verdad… ese gran concepto al que aspiramos y que consideramos como uno de los cúlmenes de nuestra moralidad. A menudo vemos políticos, amantes, esposos, compañeros o amigos que juran decir y aspiran a demandar La Verdad. Pero ¿es acaso La Verdad lo que nos define como humanos? ¿o es tal vez la mentira no verbalizada, la personalidad oculta, las manías inconfesables e inexplicables… en definitiva, El Enigma?

Efectivamente lector, puede que en estos momentos te estés preguntando si te define más lo que los demás saben de ti o lo que no saben. Si te interesaría que lo supieran. E, incluso, si te interesaría aceptar todo lo que, en realidad, eres. También puedes estar preguntándote si querrías compartir con los demás todas esas experiencias personales (el primer beso, el primer orgasmo, el primer trabajo, el primer desamor) que crees que te han marcado, las mismas de las que se alimenta otro de los villanos de este cómic. O si preferirías saber el motivo y el sentido de por qué tienes que dormir en un lado concreto de la cama, por qué tienes que colocar los lápices de tal manera, por qué tienes que comprobar dos veces cada mañana si has cerrado la puerta antes de salir, por qué… esos porqués inextricables que desentraña otro grupo de malvados ficcionales.


La Verdad según
Milligan

Si la respuesta a todo lo anterior es no, si la respuesta es que prefieres mantener esferas de tu personalidad ocultas, secretos enterrados, experiencias atesoradas… entonces, acepta La Verdad: que no es precisamente La Verdad lo que gobierna tu vida; ése absoluto moral al que creías aspirar… que no es La Verdad lo que te permite seguir vivo, sino El Enigma. Todo lo que eliges no querer saber, y todo lo que eliges que los demás no sepan, es lo que en realidad, lector, te mantiene cuerdo. Pero olvida esto tan pronto como hayas pensado sobre ello; puede que contenga más Verdad de la que te interese saber…

Aspectos técnicos I: Estructura y maquetación

Nuevamente hablamos de Milligan, y nuevamente me veo obligado a dividir este apartado en dos. Primero, vayamos a lo fácil: el formato de página vuelve otra vez a ser difícilmente definible. Más allá de la persistencia de un espacio interviñeta la mayor parte de las veces presente –aunque frecuentemente invadido–, no puede hablarse de una estructuración característica. Sí podemos decir que el número de viñetas por página suele mantenerse en 5-6, que casi todas son cuadrangulares y que hay una presencia manifiesta del formato panorámico y de la viñeta cuadrada de tamaño medio. Pero más allá impera la necesidad: viñetas pequeñas para planos detalle, de 1/6 de página cuando hay pocos personajes, rectangulares verticales, splash-pages para sobrecoger e impactar, superposiciones para acelerar la lectura, bordes sinuosos y discontinuos para transmitir alteración de la percepción y un largo etcétera. Todo ello empleado con maestría donde y cuando toca, con una narratividad majestuosa.


Muestra del formato de página en Enigma

Pero la estrella de la narración es sin duda un omnipresente narrador, una voz en off de identidad desconocida hasta el final que tiene predilección especial por el cinismo, la socarronería y las rupturas de la cuarta pared. Donde habitualmente este recurso tiende a considerarse desfasado, efectista, vacío y por lo general inaplicable al cómic sin que intervenga cierta ralentización de la narración, Milligan demuestra tener un dominio de él casi pasmoso.

Ese narrador no sólo dinamiza la lectura y la cohesiona sino que, por una parte, el autor lo justifica argumentalmente; y, por la otra, lo utiliza narrativamente. En efecto, la voz en off permite a Milligan experimentar con la transición de viñetas, cohesionando y permitiendo ese tipo de «cerrados» que Scott McCloud definía como non-sequitur; es decir, que no ofrecen una relación lógica –aparente– entre las viñetas. Y aunque la narración por lo demás no es especialmente complicada ni se sale de la norma, la introducción de esa forma de transición, –que junto con la también empleada de aspecto a aspecto son las menos habituales en el cómic occidental– no deja de ser llamativa, interesante y deslumbrante por atípica e integrada. Hay mucho trabajo detrás de este guión… y eso, señoras y señores, se nota muchísimo.

Aspectos técnicos II: Grafismo

El apartado gráfico de Enigma corre a cargo de un dibujante poco prodigado hasta 1993 y que, desde entonces, aparte de hacerse un buen nombre en la industria ha ejercido principalmente como portadista: el inglés Duncan Fegredo, que llegaba de colaborar con Grant Morrison en su Kid Eternity.

Heredero confeso de Bill Sienkiewicz, Fegredo –de quien Mignola diría que «es capaz de hacer cualquier cosa»– desarrolla en el cómic un estilo muy peculiar y característico que no se puede extrapolar fácilmente a otros tebeos, pero que aquí va como anillo al dedo: un dibujo basado esencialmente en la utilización de formas angulosas y de una gran profusión de líneas finas de trazo rápido –auténticas rayas– que aportan la mayor de las veces indefinición. La línea es empleada para el caos, para ocultar detalles más que para mostrarlos, pero su empleo denota que visualmente sabe muy bien lo que hace. Así, a base de recorridos tortuosos tachonados con pequeñas incisiones perpendiculares, ese caos se torna opresión y desasosiego, pero sin llegar a repeler al lector. En todo caso su estilo, con un dominio soberbio del énfasis mediante el entintado, nos regala a veces auténticas joyas como ésta…


Escena muda

Este dibujo, se combina a su vez con los pinceles y la paleta de colores sucia y agresiva de una Sherilyn Van Valkenburgh en estado de gracia para componer una de las mezclas más expresivas que he visto en un cómic. Sí, es cierto, atípica y totalmente vedada a los amantes del realismo. Pero aún así deliciosa para aquellos que piensan que para el hiperrealismo ya está la Fotografía.


Dos de las portadas originales de Fegredo,
para las que empleó tintas metálicas especiales

Valoración personal

El artículo ha sido largo y no conviene pecar de pesado. Lo único que tengo que decir es que, independientemente de lo que opine Milligan, para mí ésta es su mejor miniserie de lejos: tremenda, densa, poliédrica, inagotable en sus posibles perspectivas y análisis, perfectamente dibujada, formalmente sorprendente… en una palabra IMPRESCINDIBLE. Sé que hay lectores míos, cuya opinión tengo en altísima estima, a los que no les ha satisfecho. Respeto su opinión, por supuesto… pero he de decir que independientemente de si acaba o no gustando, éste es un cómic que se debe leer. Aunque sea para acabar harto de él y odiarlo, da igual; pero conviene tenerlo en la biblioteca.

Y más, muchísimo más, si se es lector habitual de superhéroes. Porque donde otras obras tienen unas propuestas argumentales tan elevadas que restringen el círculo de posibles lectores, ésta establece una serie de escalones de análisis para cualquiera que se acerque a él. Donde otros tebeos tienden a confundir provocación son subversión, reinvención con caricaturización, éste alcanza el éxito. Así que ya sabéis: mi recomendación es que, si no lo tenéis os hagáis con él inmediatamente.

Páginas recomendadas

Página de la Wikipedia en inglés sobre el cómic y la correspondiente ficha de la misma en Comic Book Database. También resultan interesantes las entradas en la primera dedicadas a Peter Milligan y Duncan Fegredo.

Página oficial de Duncan Fegredo y una modesta galería dedicada a su obra. Además, lo mismo que es recomendé en anteriores ocasiones hablando del guionista: una magnífica entrevista a Peter Milligan en tres partes (1, 2 y 3) realmente increíble.

Reseñas de Skreemer, Shade, el hombre cambiante, The Extremist, Girl y Blanco Humano. Además, también tenéis disponible un artículo sobre el tomo Vivir en Amerika –perteneciente a la última serie citada– a cargo de Toni Boix.

Última actualización de este artículo: 21 de julio de 2010

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solanix
solanix
20 junio, 2008 8:23

Tendría que volver a leerlo, pero en su momento me pareció de lo más flojo de Milligan, autor que por otra parte me parece sobrevalorado (aunque su Skremeer es uno de mis tebeos favoritos. Igual por eso me decepciona tanto, nunca ha vuelto a crear algo de la misma calidad). El mayor despropósito, que me acabó sacando del tebeo, fue el cambio de

Aviso de Spoiler

orientación sexual del prota.

Sin embargo, le has imprimido tanta pasión a la reseña que me lo volveré a leer, no fuera que me pilló en un día tonto. De todas formas, como ejercicio metatextual en el que además no chirría la historia, Flex Mentallo. ¿De verdad que no se reedita por acusación de plagio de Charles Atlas? que pasada, adliano total!!

experimento 626
experimento 626
20 junio, 2008 8:44

estoy con Solanis. Enigma no me gustó, o no le cogí el punto.

Flex me parece mas completo como ejercicio meta.

bongo
bongo
Lector
20 junio, 2008 9:42

Soy de los que abiertamente reconoce que no les gusta Milligan. No obstante, sí que le he visto algunos trabajos interesantes y dada la ferviente recomendación, si pillo la edción de Norma o se republica…allí estaré.
El artículo, como siempre, muy bueno, que se analice y se promocione con esta profundidad las obras es de agradecer y admirar.

Cannonball
20 junio, 2008 9:59

Me alegra que te haya gustado, a mi tambien me parece imprescindible, aunque casi todo el trabajo de Milligan fuera del mainstream lo es.

Y el trabajo de Fegredo es, simplemente, espectacular… a ver si editan por aqui de una vez su aportacion al universo creado por Mike Mignola.

P.D. La voluntad de poder no se sustenta atacando la moral establecida, al contrario, sin sociedad solo existe la voluntad de poder

Cannonball
20 junio, 2008 10:01

Cambiando un poco de tema, y ya que hablais de Flex Mentallo, siempre podeis haceros a buen precio con la edicion italiana, que recoge los cuatro numeros en un solo tpb por algo menos de diez euros

Phantomas
Phantomas
Lector
20 junio, 2008 10:03

He hecho trampa, tengo poco tiempo y he ido directamente a la valoración personal, luego leeré el resto del análisis…

Pero ya tenemos punto de discusión, porque yo me posiciono con Solanix o experimento, que ya sabes que a mi Enigma no me gustó (y sí me gustan, y mucho, otros trabajos de Milligan)

Phantomas
Phantomas
Lector
20 junio, 2008 10:08

Por cierto, ¿The Witching? Ahora mismo me pilla con el pie cambiado y no tengo ni idea de de quien es eso… ¿Puede alguien darme información, please?

Phantomas
Phantomas
Lector
20 junio, 2008 10:23

Ouch, me da una mala espina que no veas… ¿Alguien tiene alguna opinión al respecto?

Cannonball
20 junio, 2008 10:24

Si, no lo compres XD

Cannonball
20 junio, 2008 10:31

Pero es que la voluntad de poder, entendida como critica, lo seria antes de la sumision a la razon introducida por la escuela de Socrates

Cannonball
20 junio, 2008 10:47

me has quitado las palabras de la boca XD

Cannonball
20 junio, 2008 10:50

Aun asi, las criticas de Nietszche al darwinismo (y por extension, a la vertiente social de Spencer) son tangenciales, estaban mas encaminadas al sustrato de los instintos.

La critica (pura) es al pensamiento/comportamiento supeditado a la razon, que atenta contra la propia naturaleza del ser humano

Cannonball
20 junio, 2008 10:54

Difiero, la mentalidad Socratica no niega lo dionisico, simplemente lo considera despreciable, algo a evitar, y trata de encorsetar la naturaleza humana en el marco de la razon.

Cannonball
20 junio, 2008 10:55

argh… dionisiaco

Cannonball
20 junio, 2008 10:57

y doble argh: Nietzsche

Cannonball
20 junio, 2008 11:08

No solo ese aspecto, el Enigma es un mito que se opone a la Verdad (que es la representacion mas pura de lo racional)

Cannonball
20 junio, 2008 11:11

Pues claro XD

dennel
dennel
20 junio, 2008 11:16

Otro al que no le gustó enigma. Planteamientos intersantes, sí, argumento original, si, final con agradecida vuelta de tuerca, también. Pero bien desarrollado ni de coña. Es una especie de Milligan grantmorrisonado.

Cannonball
20 junio, 2008 11:18

Bueno, yo hacia referencia a la mitologia del «comic» que engendra el comic de Enigma… um, que raro suena eso XD.

Pero yo si lo veo Niezscheano, en el sentido de que ocultamos la Verdad de nuestra verdadera naturaleza por los prejuicios sociales, las barreras que trata de derribar la voluntad de poder

Cannonball
20 junio, 2008 11:22

Estoy de acuerdo en que atacar a la razon socratica/platonica y atacar a la sociedad postilustrada es casi lo mismo, pero no veo la relacion con la adaptacion del Darwinismo Social porque no lo considero un suceso cierto, sino una especulacion

Cannonball
20 junio, 2008 11:24

No hay porque expresarla tal cual, solo deberias hacerlo si te apetece, el problema es no hacerlo por los prejuicios morales

Cannonball
20 junio, 2008 11:36

Si continuamos con el simil Verdad/Socraticos queda claro que los que se muestran tal y como son (esto es, aceptando sus impulsos dionisiacos) no pueden formar parte de la sociedad que es, paradojicamente, una mentira

Cannonball
20 junio, 2008 11:39

LA adaptacion es un fenomeno chapucero, existen cientos de maneras de adaptarse a un mismo suceso, todas ellas igual de validas, luego no se rige por ninguna logica, no puede ser un procedimiento racional, mucho menos cuando se conjuga con la individualidad

Cannonball
20 junio, 2008 11:47

No, yo tambien creo que los tipos se suicidan al verse como realmente son, porque para llegar al superhombre de Nietzsche hay que andar el camino

Cannonball
20 junio, 2008 11:54

El Enigma necesita su propio Enigma porque se haya supeditado a la verdad cosmologica del eterno retorno

Cannonball
20 junio, 2008 11:55

Anarroseando:

«Según Nietzsche, requeriría un sincero Amor fati («Amor al destino»), no simplemente para sobrellevar, sino para desear la ocurrencia del eterno retorno de todos los eventos exactamente como ocurrieron, todo el dolor y la alegría, lo embarazoso y la gloria, esta repetición, más de emociones y sentimientos que de hechos, es lo que configuraría el tipo y la raza universal y global del por venir, no como una raza de las ya existentes, sino como una posibilidad abierta del hombre inacabado como especie genética y lingüística que debe ser perfilada por el eterno retorno de la superación de sus previos pensamientos y hechos»

Cannonball
20 junio, 2008 12:06

Si, tambien lo pretendia la primera vez que lo vivio, y le ha llevado de nuevo a ese mismo punto

Cannonball
20 junio, 2008 12:11

Estoy de acuerdo en la adhesion a Giordano Bruno

Cannonball
20 junio, 2008 12:18

Pero no en la interpretacion que haces del eterno retorno de Nietzsche, claro esta XD, porque, si bien es cierto que tambien lo aplica a los ciclos universales, tambien lo hace repsecto a los mismos acontecimientos se vuelven a repetir en el mismo orden, tal cual ocurrieron, sin ninguna posibilidad de variación.

Cannonball
20 junio, 2008 12:20

Bien, ahora estaba preparando el de la semana que viene, con algo mas de tiempo XD, lo que me permite soltarme un poco mas en los comentarios XD

Cannonball
20 junio, 2008 12:24

Por eso he suscrito la adhesiona Bruno XD

Cannonball
20 junio, 2008 12:25

Citando, que es gerundio:

«obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor.»

Cannonball
20 junio, 2008 12:31

Da igual, la ciencia, que no es mas que nuestra explicacion del mundo, no el mundo en si, suele equivocarse con demasiada frecuencia XD

Cannonball
20 junio, 2008 12:35

La teologia es, por definicion, erronea, no se puede estudiar a Dios, solo la percepcion antropologica del mismo XD

Cannonball
20 junio, 2008 12:40

En cuanto al programa de radio, es una extension de nuestro Club de Medianoche, que a su vez es una prolongacion de nuestro actividad estrella, el Maraton de Terror (de Alcala de Henares XD).

Se emite en Ruah, la radio de la Universidad de Alcala (quien me iba a decir a mi que iba a volver tantos añso despues XD), aunque se puede descargar via podcast… creo.

El primero ha quedado mejorable XD, se nota la falta de experiencia, a ver si para el segundo pulimos un poco los pequeños detalles

Cannonball
20 junio, 2008 12:56

Bueno, ya te anticipo, se hace largo XD

Cannonball
20 junio, 2008 12:57

Ah, y los primeros minutos estan mal equalizados, pero es que no estaba el tecnico de sonido y nos estabamos peleando con la mesa XD

Cannonball
20 junio, 2008 13:14

Juas

Cannonball
20 junio, 2008 13:19

eso es como preguntarle a una mujer su edad XD…

Cannonball
20 junio, 2008 13:21

Ahora en serio, soy el que tiene mas problemas con el micro, mi canal dejaba de sonar cada dos por tres XD

Cannonball
20 junio, 2008 13:34

Yo no me alegro tanto, ¿tanto les costaba a Lucas y Cia haber pulido mas el guion XD?

Cannonball
20 junio, 2008 13:48

Y mira que el guion desechado de Darabont, sin ser genial!, era bastante mas decente

David Fernández
20 junio, 2008 17:03

muchas gracias por la dedicatoria, José! 😉 me alegro de que te haya gustado. Y enhorabuena por el tremendo artículo derivado de su lectura. Sencillamente impresionante.

Un saludo!