V de Vigilantes: El coleccionismo y el poder de la persuasión

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    “La estantería de los cereales para el desayuno del supermercado local es el terreno de batalla de muchas guerras verbales a la semana”. Así comienzan uno de los capítulos de su libro La era de la propaganda los psicólogos Anthony Pratkanis y Elliot Aronson.

    “La batalla suele transcurrir más o menos así: Raquel, una niña de siete años, divisa sus cereales favoritos, Lucky Charms, coge una caja del estante y la pone con cuidado en el carrito de la compra. Su madre mira la caja con expresión de disgusto. Es de color rojo brillante. Un gnomo aparece en ella derramando estrellas (debe ser azúcar) sobre un pedacito de pastel de color rosa púrpura. En la parte posterior de la caja puede leerse que incluye un par de vasos especiales para detectar gnomos ocultos”.

    A veces el envoltorio nos ayuda a tomar una decisión, la niña eligió esa caja de cereales porque el envase estaba diseñado especialmente para atraer la atención, en contrapartida con los cereales de otras marcas que podrían ser, incluso, más saludables. Está claro que utilizaron el envoltorio de los cereales (no el cereal) como lo que se denomina técnicamente un instrumento heurístico, una sencilla clave o regla para resolver un problema. La persuasión del consumidor, en un caso como éste, tiene lugar por la vía periférica.

    Algo parecido pasa muchas veces en el mundo del cómic, sobre todo a los coleccionistas que vamos más allá del propio tebeo; a aquellos que nos gusta tener una figura en nuestra estantería, vestirnos con una camiseta con motivos de nuestro personaje favorito, jugar en nuestra consola al último videojuego basado en un cómic, conseguir determinado juguete que regalan con una hamburguesa o participar en algún concurso relacionado con el mundo de las viñetas. Los diseñadores de los productos han utilizado envoltorios para orientar la toma de decisiones por parte del consumidor desde hace casi un siglo, en todos los ámbitos; también en el nuestro.

    Creemos estar preparados; creemos que somos demasiado inteligentes para caer en la trampa del consumismo rápido y desenfrenado, pero no es así. Las empresas tienen muchos medios y están constantemente investigando técnicas psicosociales para contrarrestar todas nuestras defensas.

    La semana pasada hablaba con algunos libreros que coincidían en que los aficionados al tebeo, muchas veces, quieren determinado cómic y lo quieren ya, en el momento de su salida. Quieren olerlo, quieren tocarlo y quieren leerlo. Algo parecido pasa con los productos tangenciales, los relacionados con la mercadotecnia, los denominados, de manera global, merchandising. Estos productos se dirigen al tipo de persuasión periférica, la que nos entra por los sentimos, la que podríamos denominar “amor a primera vista”.

    Figuras de colección, muñecos de acción, réplicas, bustos, estatuas, materiales promocionales, pósters, agendas, bandoleras, camisetas, señalalibros, petacas, mecheros, carteras, chapas… el merchandising relacionado con el noveno arte es tan inmenso que sería imposible (y demencial) intentar enumerar cada una de sus formas. Este año es un mal año para comprar este tipo de productos por todo el tema de la crisis. La gente tiene menos dinero o está más temerosa de gastárselo en caprichos (prefiere comprar sus tebeos mensuales, incluso han bajado el número de series que el aficionado medio sigue regularmente), pero en momentos como el pasado (aunque reciente) Salón del Cómic de Barcelona muchos habrán “picado” y adquirido algún que otro detalle de este tipo, algo que, de seguro, lucirá estupendamente en su estantería, junto a los tebeos, o en cualquier otro lugar de la casa. No es algo casual.

    Comentario

    Pratkanis y Aronson explican que “tenemos más posibilidades de utilizar heurísticos cuando no tenemos tiempo para meditar detenidamente sobre una cuestión, cuando estamos tan sobrecargados de información que nos resulta imposible procesarla por completo, o cuando creemos que las cuestiones de que se trata no son muy importantes. También utilizamos heurísticos cuando tenemos pocos conocimientos o informaciones sobre los que basar una decisión, y cuando un determinado heurístico nos viene rápidamente a la mente al enfrentarnos a un problema”.

    El dilema aparece en nuestro propio estilo de vida moderna: reducción del tiempo de ocio, aumento de información, aumento de posibilidades ofertadas, mayor número de alternativas… Por todo, hemos de confiar cada vez más en esta toma de decisiones heurística, y las claves heurísticas que poseemos pueden ser falsas o haber sido manipuladas. Algunas palabras como “exclusivo”, “edición especial”, “material promocional” o “edición limitada”, pueden dirigir nuestras decisiones.

    Esta semana, para poder contar de forma especial el tema del coleccionismo, del merchandising, de la evolución en los gustos del consumidor, la adaptación de juegos y juguetes clásicos… he decidido añadir un pequeño relato (en cierta medida autobiográfico) que de seguro hará que muchos lectores se sientan identificados y posteriormente aporten su granito de arena, en forma de comentarios y vivencias. O al menos eso espero.

    Primera parte: Todos en fila.

    Desde que tengo uso de razón me gustan los muñecos de acción. Ahora vienen a mi memoria las tardes de calor, tardes de verano, tardes de junio, mientras descontaba los días que quedaban para mi cumpleaños.

    Recuerdo que esas tardes, en el salón de mi casa se montaban verdaderas luchas interplanetarias, verdaderos crossovers sin sentido, donde las Tortugas Ninja combatían, codo con codo, junto con los Másters del Universo y los Motorratones, contra las hordas de Skeletor y Cobra. También recuerdo que los X-Men y algunos Vengadores se solían unir a la refriega y que el mismísimo Batman (en la versión de la película de Tim Burton) aportaba toda su astucia y dotes detectivescas para descubrir dónde tenían secuestrada a la chica o dónde escondían los malos su arma definitiva para acabar con el mundo.

    A media tarde, después de que la batalla se hubiera recrudecido antes de resultarme completamente aburrida, y después de que mi atención infantil se concentrase en el capítulo de mi serie de dibujos favorita del momento (que solía ser la que echaran a esa hora), mi madre me traía la merienda, un bocadillo de paté y otro de nocilla acompañados de un buen vaso de leche. “Es necesario que te lo comas todo para crecer y llegar a ser tan fuerte como Superman, decía.

    Las horas y los días pasan rápido cuando eres pequeño. La vida es mucho más sencilla, aunque creas que las complicaciones en el patio de la escuela o en los jardines de la guardería son de una importancia capital. Con el tiempo empecé a coger verdadero gusto a leer los tebeos que mi padre me traía, en parte por su propio gusto a leer ese tipo de historietas.

    “¿Cómo llegamos… aquí? Hace un minuto, estábamos junto a aquella gigantesca `lo-que-fuese’ de Central Park. Entonces… Puf ¡El Espacio!”, exclamaba la Capitán Marvel II en aquel mítico primer número de las Secret Wars. Cómo me gustaba leerlo. Lo habría ojeado unas cien veces y aún me seguía gustando. Me volví a ver a mí mismo en aquellas tardes de verano rememorando las batallas de héroes contra villanos cuando mi colección de juguetes de superhéroes era algo más numerosa. “Sugiero que primero hagamos algo más fácil. Por ejemplo, un recuento”, añadía La Avispa.

    Comentario

    Yo los ponía a todos en la mesa del salón. Los colocaba por facciones, por equipos, por series limitadas, los dividía por buenos y malos. Mis vagos conocimientos de los superhéroes de entonces me hacían colocar, con frecuencia, a Hulk junto a Magneto.

    Lo curioso es que siempre los ponía en fila y siempre quería enseñarles a mis padres mi obra, cuando creía que ya había terminado. Ellos observaban mi creación con la mezcla de ternura, orgullo y compasión con la que los adultos miramos a veces a los niños. Y así se quedaban mis muñecos, varios días en la mesa del salón, colocados por facciones, y todos en fila.

    Segunda parte: De viajes y compras.

    El tiempo pasa más deprisa de lo que nos gustaría reconocer. A veces pienso que sería estupendo viajar al pasado. Poder cambiar algunas cosas, algunos detalles de tu vida o de la de los demás.

    Con el paso de los años la personalidad se va modificando y tomando su forma final. Dicen que es un proceso de maduración en la que la parte infantil deja paso a otras versiones de uno mismo. Aunque a veces algunos puntos, algunas aficiones de la infancia, no desaparecen, sino que van evolucionando contigo mismo.

    Mis visitas a las tiendas de cómic fueron en aumento con los años. Las pocas monedas que conseguía como “paga” o “propinas” de mis abuelos o de mis tíos se transformaron rápido en nuevos tebeos (algunos de los cuales aún mantengo en mi estantería).

    Con el paso del tiempo también se conseguían mejoras en las tecnologías que solían traducirse en merchandising más elaborado, figuras de acción más detalladas y con mayores puntos de articulación, por ejemplo. Recuerdo maravillado el momento en el que descubrí las compras por Internet. Tardes de verano navegando por páginas web extranjeras que ofrecían aquellas piezas que faltaban en mi colección porque ni siquiera se traían a España. Unas cuantas compras después y unos cuantos paquetes recibidos, y la decoración de mi cuarto iba tomando la forma que deseaba.

    Comentario

    Leía las aventuras mensuales de los imagináutas, me emocionaba al oír el grito de “¡Vengadores Reuníos!” y llegué a saber de memoria algunos de los discursos que Charles Xavier daba a sus chicos “eXpeciales”.

    Cada vez que hacíamos un viaje en familia, aprovechaba para visitar una juguetería distinta o para comprar en algún centro comercial un nuevo muñeco de acción que añadir a mi colección.

    Comentario

    Pronto pasaría a querer tener camisetas o pijamas de mis héroes favoritos; a interesarme por las ediciones especiales, los productos promocionales y las chicas. Sobre todo comencé a interesarme por las chicas.

    Tercera parte: Cuando el merchandising sale al exterior.

    Cuando el merchandising sale al exterior de los lugares especializados la situación comienza a ser preocupante. Mis divagaciones me llevan ahora a tardes de menos calor, tardes de paseo por grandes superficies, tardes de compras alimenticias.

    Siempre me han gustado los juguetes. Disfruto como un niño en los pasillos repletos de peluches, muñecos de la última película taquillera, y juegos reunidos. Cualquiera que pase por uno de esos pasillos actualmente podrá ver cómo han evolucionado este tipo de productos relacionados tangencialmente con el cómic. Un Spiderman o un Hulk que bailan y cantan de forma tragicómica al tocar un botón de su pie; versiones de clásicos como ¿Quién es quién?, Monopoly, Stratego u Operación con personajes de Marvel, de DC, de Disney o de Los Simpson…

    Un día, mientras recorría esos pasillos terminé llevándome un juego de póker en lugar de una figura de acción. Ese día descubrí que mis prioridades, quizá, estuvieran cambiando. Hace poco me encontré con un juego de póker con la temática del Joker de la última película de Batman (El Caballero Oscuro, 2008), y me entraron unas ganas irrefrenables de comprármelo; mis prioridades eran las mismas: un coleccionista de merchandising nunca deja de serlo.

    El noveno arte ha sabido ir colocándose en su sitio dentro de la cultura y de la sociedad, así como los productos más comerciales relacionados con el tebeo también han conseguido persuadir a los consumidores con sus formas, sus colores o sus envoltorios. Algunas palabras como “exclusivo”, “edición especial”, “material promocional” o “edición limitada”, pueden dirigir nuestras decisiones.

    Recuerdo esas tardes de verano en el salón de mi casa. Donde se montaban verdaderos crossovers sin sentido, donde las Tortugas Ninja combatían, codo con codo, junto con los Másters del Universo y los Motorratones, contra las hordas de Skeletor y Cobra. También recuerdo que los X-Men y algunos Vengadores se solían unir a la refriega y que el mismísimo Batman (en la versión de la película de Tim Burton) aportaba toda su astucia y dotes detectivescas para descubrir dónde tenían secuestrada a la chica o dónde escondían los malos su arma definitiva para acabar con el mundo.

    Miro la estantería de mi habitación. Allí están todos. Desde que tengo uso de razón me gustan los muñecos de acción. Allí están todos, colocados por facciones, y todos en fila.

    Comentario

    Fin.

    El anterior relato corto habla un poco de la facultad de decidir contra el poder de la persuasión. Es un ejemplo propio de cómo ha ido evolucionando el submundo del merchandising en nuestro país y cómo vivía esos cambios un aficionado cualquiera. Quería hablar de las tácticas propagandísticas, del interés de vender determinado producto haciendo que lo necesitemos y de cómo debemos depender de nuestro conocimiento propio y de nuestros esfuerzos por abordar cuestiones importantes como si fuesen verdaderamente importantes.

    Me gustaría que usaseis la facultad de feedback que se os brinda, por medio de vuestros comentarios, para compartir con todos nosotros vuestras anécdotas al respecto; vuestra compra de merchandising más extravagante o cuál de vuestros objetos de coleccionista os es más valioso y por qué. Estoy seguro de que más de uno y más de dos tienen en su cuarto o en sus casas un verdadero museo de piezas de colección relacionadas con el mundo del tebeo. Estoy seguro de que en vuestros armarios hay camisetas, pijamas, corbatas o incluso calcetines y boxer con personajes salidos de las viñetas. Seguro que en más de una ocasión habéis sido persuadidos a comprar determinado producto. Contádnoslo.

    Comentario

    Por supuesto, la persuasión no tienen que ser siempre periférica y las decisiones no tienen que basarse en heurísticos. Los padres de Raquel podrían leer minuciosamente los componentes de la caja de cereales, suscribirse a una revista de consumidores, o consultar los manuales sobre nutrición. De forma similar, podríamos utilizar nuestra apreciación de lo que está diciendo un político o de lo que nos están intentando vender no a partir de palabras simbólicas, de las reacciones de la audiencia y del comportamiento de la fuente, sino del contenido real y de las implicaciones del propio mensaje.

    Comentario

    “Cada día se nos bombardea con un mensaje persuasivo tras otro. Estos llamamientos no persuaden mediante el toma y daca del argumento y del debate, sino mediante la manipulación de símbolos y de nuestras emociones humanas más fundamentales. Para bien o para mal, la nuestra es la era de la propaganda”.
    Anthony Pratkanis y Elliot Aronson, La era de la propaganda. Uso y abuso de la persuasión.

    Nos leemos.

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    Visperas
    3 junio, 2009 10:58

    Mientras fui niño también jugaba con muñecos y también montaba batallitas, aunque mis protas siempre eran los G.I.JOE, con el tiempo y la falta de dinero, no pude cultivar el afán coleccionista que sé que tengo en mí. De vez en cuando, algún poster o alguna camiseta… pero si me tengo que gastar el dinero en alguna cosa me lo gasto en cómics. Por desgracia, así están las cosas.

    Allavengers
    Allavengers
    Lector
    3 junio, 2009 11:37

    Querido Diego, a mis brazos hermano!
    Yo tengo las paredes de mi habitación, y ahora en mi casa las de  mi salón, forradas de muñecos de superheroes. Lo más curioso es que no tengo recuerdo de haber jugado nunca con ellos como hacían en los anuncios de muñecos (en plan luchas y dando unos contra otros y tal) desde pequeño sólo los abría, los colocaba (antes en posición de batalla eso sí, y ahora sólo en modo exposición) me podía pasar horas mirándolos y cambiandolos de posición dependiendo de las alianzas y distintas sagas que ocurrian en los cómics (los muñecos hay que colocarlos con sentido argumental y editorial).
    Ya me he quitado un poco el vicio, pero hasta un cierto límite: Las figuras diseñadas por Alex Ross caen fijo siempre, y cuando algo me causa una especial impresión también pillo las figuras (lease Superman Red Son o ahora Superman All Star).
    PD1: Las figuras Marvel llevan muchos años siendo basura EMHO (desde Marvel Legends, muy grandes y muy feas)
    PD2: Las mejores figuras que se han hecho jamás son las de Super Powers.
    PD3: Perdón por la chapa.

    Sabre
    Sabre
    3 junio, 2009 12:49

    Pero pero pero..que insinuais? que no puedo seguir jugando con mis dientes de sable? que insinuais que a mis 31 he de dejar de babear sobre mi sr-71? que insinuais que debo dejar de cogerme todas las camisetas que veo? no!! tendreis que arrancar el codigo de acceso a mi sala privada de FIGURAS DE ACCION!! FIGURAS DE AAACCCIOOOON!!!!!!!!! de mis frias manos..
    que mal llevo el merchandising pro dios!1 que malo es el coleccionismo..
    ahora que lo pienso..a nadie le sobraran por ahi figuras verdad?? me da igual que esten abiertas..es q mi optimus se encuentra muy solo contra mi magneto..
    pd: gran articulo Diego.. ahora veras como todos los abuelos cebolletas contamos nuestras anecdotas ..
    pd2: monstamos quedadas para jugar a las figuras de accion?? (:P)
    pd3:mi articulo de merchandising mas patetico un dientes de sable (que pasa la fijacion es mia y me la tatuo como quiero) de goma de estos qcon los q jugabamos de niño de color rosa..el pq es rosa vete a saber pero es rosa..y no es de barbie!!!

    Tildoras
    Tildoras
    3 junio, 2009 14:44

    Pues yo como coleccionista de novelas, comics, dvd y videojuegos he tenido que hacer de tripas corazón y eliminar el merchandising de mi lista de gastos: ni una sóla carta, cromo, figurita, accesorio o elemento extra que esté basado en ninguna serie. Por este motivo he vendido absolutamente todas mis figuras (más de 200 Transformers, entre otras cosas).
    Los motivos son tres, bien sencillos: tiempo, dinero y espacio.

    Aunque no lo parezca y pueda ser placentero, sumad el tiempo que gastais en desenvalar los muñecos, colocarlos en posiciones, transformarlos en el caso que sean Transformers… y quitarles el polvo. Sobre todo esto último, que es un horror.
    Luego está el espacio que ocupan, que sinceramente llega a ser preocupante porque ¿dónde colocas todo cuando tienen que convivir con los mangas, los comics, los dvds, los libros…? y finalmente el dinero. Lo siento, pero no, por muy disfrutable que sea y por mucho que me fascinen, me parece mucho más productivo comprar 2 o 3 libros, que una figura.
    Por poner un ejemplo concreto, este mes sale a la venta el juego que va a ser heredero de Baldur’s Gate: The Dark Eye: Drakensang. Este juego tendrá una historia apasionante, jugabilidad total, un guión de 500.000 páginas, personajes, historias de cada uno, en definitiva un mundo de fantasía que te da más de 80 horas de juego. Este juego costará 20 euros, pero vamos como si costase 50 que lo iba a comprar, pero el caso es que objetivamente creo que saco mil veces más disfrute de un juego que me dará más de 80 horas de disfrute que una figura que por muy chula que sea sólo sirve para mirarla, ocupar espacio y quitarle el polvo.

    Al
    Al
    3 junio, 2009 16:50

    Muy buen artículo. No sé que formación tienes ni a que te dedicas pero yo, además de ser coleccionista de merchandising, figuras, comics… soy psicólogo y he podido comprobar que no hablas por hablar, todo lo que has comentado está en los manuales de psicología de la comunicación y marketing (Porque SI!! Queridos amigos, dejando a un lado el tópico del diván, que la caja de cereales fuera roja no fue una decisión arbitraria, muchos detalles obvios como ese los estudian y analizan los psicólogos xD)
    Y además esos recuerdos evocados de nuestra niñez, a tardes interminables y aburridas (hijo único -ains-) y a meriendas de las 5 de la tarde me han arrancado una sonrisa.
    Sigue así

    daniel s.
    daniel s.
    3 junio, 2009 19:59

    excelente articulo, tambien hay algo de fustracion en el mercadeo de productos cuando yo era niño las figuras y juguetes eran bien lamentables, uno se quedo con las ganas de tener una buena figura de los heroes que te gustaban entonces, por ejemplo si llegan a sacar una coleccion de figuras del batman de adam west , la tentacion seria grande aunque sea la de batman me compraria, de hecho el batimovil de la serie que saco hotwhells recientemente lo compre sin chitar, siempre me pillo diciendo que en mi epoca no eran tan buenos los jugetes Por eso los juguetes retro se venden tan bien , se aprovechan del niño fustrado que hay en nosotros.
    tengo amigos que aprovecharon el boom de la pelicula de meteora para comprar sus replicas de coleccion, yo ando igual ahora con star trek, en cierta forma los viejos tiempos siempre son jovenes.

    Yaggi
    Yaggi
    3 junio, 2009 22:09

    Wow, aunque solo tengo 17 años, SI, ESTOY TOTALMENTE IDENTIFICADO!
    De pequeño, mis amigos ya dejaban sus figuras de acción, y yo NO, amaba mis figuras, creaba los choques cósmicos más grandes de la historia, que si Luke Skywalker tenía tal Digimon, o Cyclops, Wolverine y Magneto enfrentaban a los Transformers, o incluso Spider-Man y Buzz Lightyear iban hasta «la cocina y más allá!» jajajaja

    Pero lamentablemente, mi amor por las figuras fue callado abruptamente el día que entré con 14 años a una juguetería, y un pequeñito cogió el mismo Transformer que yo.. la mirada del niño, y de su madre, bastaron para terminar con mi consumo de figuras.. :S

    De todas formas, nunca dejé los comics, sino que este evento sirvió para adentrarme en las aventuras de nuestros héroes favoritos.. así que fue algo positivo dentro de todo! 🙂

    Yaaaagg

    mr bones
    mr bones
    Lector
    3 junio, 2009 22:19

    yo estoy coleccionando las figuras DCUC de Mattel…las amo , son geniales, aunque dificiles de encontrar

    Mr.arkadin
    Mr.arkadin
    3 junio, 2009 22:32

    Amigos:
    Ya que sacais a colación un tema que es mi pesadilla ultimamante, por favor,compartid conmigo COMO C0J0NES teneís desplagada la colección de figuras de acción¡¡¡¡¡¡¡.
    Mi  mujer me odia, mi trastero va a explotar, mis amigos no me entienden….en el trabajo se rien de mi porque mi vida esta llena de figuritas ( eso si, en sus cajas sin tocar).
    Me valen sugerencias ( gancho tipo supermercado, balda tipo repisa….). Solo soy capaz de encontrar fotos de colecciones de americanos que da grima solo de pensar como pueden vivir entre tanto plastico y pintura tóxica.
    Dieguito, genial tu articulo.

    Abrazos.

    J.
    ( os dejo mi direccion por si alguien ha dado con la solución perfecta y me quiere mandar una foto)

    Mr.arkadin
    Mr.arkadin
    3 junio, 2009 22:33
    lagrannube
    lagrannube
    3 junio, 2009 22:50

    Al leer tu artículo he sentido ganas de aventurarme en una juguetería cualquiera y llenas mis estanterías de figuritas varias. Has logrado transmitirme que la magia y la ilusión de la niñez pueden perdurar en el tiempo de manera eterna.
    Enhorabuena Vigilante!

    (Espero que la crisis que a todos nos afecta no perjudique tus vicios, jeje.)

    Tildoras
    Tildoras
    3 junio, 2009 23:41

    Me he quedado con las ganas de explicar mi postura de una forma más detallada y en forma de anécdota también así que voy a poner a soltar mi tocho y pido disculpas de antemano si sale (que saldrá) muy largo.

    Mi pasión por «los personajes» así en general existe desde que tengo uso de razón. Recuerdo que antes de ser lector, las mañanas y tardes viendo dibujos animados en las que se sucedieron personajes de todo tipo y condición están grabadas en mi mente a fuego y nunca las olvidaré.
    Como es natural al poco de conocer las series, uno reconoce las figuras en cuanto las ve aparecer en anuncios, en escaparates de la tienda, en folletos de publicidad…
    En los 80 no te preocupabas de que muchas de ellas fueran cutres u otras preciosas, a ti te gustaban todas: las figuras Vintage de Caballeros del Zodiaco, las Tortugas Ninja, los Gi-Joes, Dragonball, etc etc etc., pero en mi caso hubo algo que impactó como no existe meteoro en el universo que pueda hacerlo con tanta fuerza: Los Transformers. Es imposible olvidar aquel día cuando tenía 4 años en el que vi esos personajes que cambiaban de forma.

    El juguete perfecto: tenias un muñeco que se transformaba en coche, dos juguetes en uno y si tenías de los que se combinaban, la diversión era máxima. Todo perfecto sí… excepto que a mi mis padres se negaban a comprame ninguno.
    Adoro a mis padres y a ellos les debo que me iniciasen en la lectura, pero cuando eres un niño, las continuas negativas a comprar lo que para mi era el paraiso era demasiado duro y para colmo el cabrón del vecino tenía 10 o 12, así que como es normal estaba cada semana pidiendole que me dejase jugar.

    Con el paso de los años empecé a conocer más cosas: los superhéroes, los mangas y finalmente mi gran pasión: la literatura fantástica.
    Tengo 26 años y con 16 empecé a conocer mundos de magia, espadas y dragones.. desde que entré por primera vez en El Hobbit y supe que eso era para mi.
    Con mi pobre paga tenía pues que apañarme para pillar mis tebeos Marvel, mis mangas, mis novelas de fantasía, videojuegos y al final en cuanto los ingresos subieron, mis Transformers.

    Claro, al principio no pasa nada, pero en cuanto pasan los años ya has llenado hasta el último hueco de la pared de baldas de estantería y entonces toca ir quitandole espacio a unas cosas para poner las otras. Empiezas a usar más Ebay, empiezas a trabajar, a tener más dinero y más opciones dónde elegir, conocí las figuras Myth Cloth de Caballeros del Zodíaco… y empieza el problema que fue mi perdición.
    Yo tenía unos 50 Transformers que colocaba encima del armario, pero siempre tienes en mente aquel que te gusta tanto, que si un Ultra Magnus, que si un Optimus Prime, que si un Megatrón… y Ebay me proporcionó toooodas las del mundo.
    En el mes de Abril entre unos días festivos que fui a trabajar, el sueldo y la paga extra que toca ese mes me junté con un dinero considerable en un sólo mes y para ir abreviando y no alargar esto más, decir que me gasté 1000 euros en un día en Transformers. El precio de cada uno puede ser desde 10 euros hasta 100.

    Oh. sí, a pesar del cargo de conciencia por el derroche, yo estaba contento de todo lo que me estaba llegando, pero llegó el día que lo cambió todo. Un día vi una serie de fotografias de un coleccionista de Transformers americano. Os pongo dos de ellas:

    http://img40.imageshack.us/img40/5517/762960.jpg
    http://img40.imageshack.us/img40/4603/mikez.jpg

    Nada más ver esto y tras la fascinación inicial me vino a la cabeza la frase : «¿hasta dónde quiero llegar?»
    Yo tenía unos 100 o así, este tipo tiene miles y realmente es algo infinito y esto se aplica a cualquier tipo de figuras, que siempre saldrán más y más.

    Al día siguiente compré la revista Micromanía, que vale cuatro euros y siempre trae un juego de PC completo y en ella aparecía el reportaje del Drakensang, que fascinará a todos los amantes de los juegos de rol. Dicho juego costará 20 euros. Puedo comprar un transformer o dos como mucho, transformaré dos o tres veces y colocaré a presión en la estantería  o un juego que puedo disfrutar más de 80 horas y volver a jugar con otro personaje hasta 20 veces… puedo comprar un lote de figuras o comprar 5 o 6 novelas en las que conoceré mundos nuevos llenos de personajes…  y no hay color sobre qué es más productivo.

    Ese día empecé a vender todo mi merchandising.

    Así que tras este largo camino finalmente decido aun con todo lo que me ha costado, que el gasto en merchandising es superfluo. Es un gasto innecesario que te da muy poco y a cambio te quita espacio, tiempo y dinero.

    Y así son las cosas XD. Espero no les haya aburrido demasiado.

    mr bones
    mr bones
    Lector
    4 junio, 2009 2:18

    «Mrbones, cuáles son las figuras DCUC de Mattel?¿ No sé cuáles son… Cuenta, cuenta, please!!»

    Mattel saco hace como un año una linea de figuras de 6″ , que son la respuesta a los Marvel legends de toybiz/hasbro, son esculpidas por los four horsemen ,que antes trabajaban para McFarlane toys, en esta pagina puedes ver las diferentes series que han salido  http://www.dcuc.info/,  enjoy!!

    mr bones
    mr bones
    Lector
    4 junio, 2009 2:24

    diego matos , aca puedes ver mas sobre las DCUC de mattel

    http://comicfigs.net/DCUC/

    Allavengers
    Allavengers
    Lector
    4 junio, 2009 13:44

    Mis ítacas:
    ·Las figuras de Super Powers en general (y en buen estado en particular) mis batman y Robin no tienen brazos, no os digo más.
    ·La figura del caballero negro de Marvel que era un muñeco exclusivo de una revista americana, la encontré por aquí pero la vendían por 150 euros y pasando.

    He tenido muchas figuras imposibles que después de mucho tiempo sí encontré: Los X-Men diseñados por Pacheco, los X-Men del Giant Size, la figura de Red Arrow de Kingdom Come, la figura de Bizarro de Superman Red Son (que fui incapaz de encontrar en ebay suelta y me tuve que comprar el pack de 4 muñecos + comic, teniendo ya 3 muñecos y el comic. mamones…)

    Ciclo
    Ciclo
    4 junio, 2009 18:04

    Creo que en muchos de nosotros nacio el gusanillo del coleccionismo a raiz de las series de dibujos animados que vimos de pequeños mientras nos daban el bocadillo de nocilla y el de paté. De una manera muy sutil grabamos en nuetra cabeza el afan por tener a nuestros personajes favoritos en casa para poder jugar con ellos y plantear nuestras propias historias.
    Las Tortugas ninja fueron las que me iniciaron en este mundillo, llegando a tener una amplia colección que todavía conservo y con un buen estado (dado que durante bastante tiempo me dediqué a jugar con ellas a diario).
    Actualmente soy un gran coleccionista de Myth Cloth, poseeo una alto numero de figuras colocadas en una gran variedad de posiciones. Es un placer ver como tu coleccion se va completando. Respecto al tema tratado en algún comentario anterior: ¿Hasta donde llegar? Tengo bastante clara mi postura respecto a esta cuestión, soy consciente del espacio que dispongo y del dinero, dado que no es ilimitado debo seleccionar los personajes mas importantes para mi o que me susciten una mayor satisfacción poseer. Adopto el coleccionismo como un hobby saludable y en una medida razonable. Me encantaria poseer gran cantidad de figuras de muy diversos personajes, pero soy consciente de la imposibilidad de ello. No me obsesiono si un mes no puedo comprarme una figura, ya habra tiempo y oportunidades, sobre todo ahora que podemos acceder a tiendas online en todo el mundo.
    Practico otro coleccionismo un poco menos al uso respecto a lo que se comenta a lo largo de todo el post, se trata de Heroclix. Se trata de un juego en el que se emplean figuras de superheroes. Tiene una escala muy pequeña, lo que no lo convierte en algo muy optimo para la exposición, pero te da la posibilidad de hacer algo más con las figuras que mirarlas y quitarles el polvo.
    Bueno creo que ya es momento de dejar de escribir, que el madrillo ya es sufucientemente pesado.
    Antes de nada felicitar a Diego por un gran articulo y por habernos devuelto a la mente aquellos maravillosos momentos en los que dirigíamos la conquista del universo o la liberación de nuestra figura preferida.
    Un saludo

    sierra
    sierra
    Lector
    4 junio, 2009 19:09

    desde pequeñito,  siempre me gustaba jugar con figuras de superheroes. tengo 2 hermanos mayores que yo , y estos a su vez tenían algunas figuras de secret wars.
    Pese el tiempo que ha pasado (y a mi edad) a un me meto a ojear por jugeterías para ver si hay alguna figurilla interesante. (porcierto, habro sacó una serie de marvel universe con algunos personajes bastante difíles de conseguir).
    P.D: existe en españa alguna web especializada en este tipo de figuras?

    Allavengers
    Allavengers
    Lector
    4 junio, 2009 23:44

    Yo busqué mucho tiempo el X-Man, y al final tuve que comprarlo en una tienda online de EE.UU porque en España nada de nada. Al igual que La Visión de la serie Marvel Gold.

    Vaya, pues yo esas dos las tengo, jeje.

    Por cierto, ya que estamos en este tema (y ya no tiene nada que ver con comprar merchandising, creo) ¿Alguna se ha animado alguna vez a hacer custom figures? Yo sí, absolutamente flipado con Avengers Forever (sigo estándolo, que conste) me puse a hacerme muñecos de la saga utilizando muñecos repes (a base de comprar grandes lotes en ebay te empiezan a salir los repetidos…) Echarlos un vistazo aunque vistos en perspectiva no son muy espectaculares:
    http://www.figurerealm.com/ViewCustoms.php?UID=282

    Zetchbell
    Zetchbell
    5 junio, 2009 0:01

    Chapeau el articulo; poco más puedo decir, ya que todo serían alabanzas.

    Amigos, os lanzó otra pregunta: ¿Cuál es esa pieza que sabéis que os falta en vuestra colección, pero que no encontráis (o no a buen precio)?

    La figura de Shocker de la serie de los 90 de Spiderman. Mira que las conseguí todas, menos esa…

    Luis Carlos
    Luis Carlos
    5 junio, 2009 12:58

     No he podido leerlo todo, pero si me permitis que me ponga en plan psicólogo creo que esto es lo que llamo el «sindrome de los reyes magos». ¿Os acordais de que en vuestra niñez cuando llegaban las navidades os desperabais de las ganas porque los reyes magos trajeran los juguetes? Pocas cosas hacen tanta ilusion en la vida…

    …cuando un coleccionista compra una nueva pieza lo que en realidad hace es ser su propio rey mago, darse una recompensa («porque yo lo valgo») y tratar de revivir la ilusión de su infancia…

    En la vida adulta pocas cosas ilusionan tanto.. el sexo no es tan facil de conseguir, y aunque así fuera no te llena salvo que estes verdaderamente enamorado, y el amor y la familia es algo que cuesta mantener. ¿los lujos? El dinero es algo que cuesta mucho trabajo conseguir, y para eso sale mucho más rentable permitirse estos caprichos frikis que cuestan menos.

    Tambien hay otro motivo, y es que muchos frikis ya adultos casados y con hijos usan su afición para realizar actividades conjuntas con sus niños… y claro, no sólo pasan un rato con los zagales, sino que además que traspasan el gusanillo.

    Al
    Al
    5 junio, 2009 13:40

    Yo creo que el gran cómic que no tengo y que es IMPOSIBLE de conseguir (a buen precio) es aquel tomo azul de Asombroso Spiderman llamado Triunfo Y Tragedia, yo creo que es la espinita clavada que tengo desde hace muchos años y que espero que reediten algún día.
    Impresionante currículum Diego, y gracias por compartir con nosotros todas esas inquietudes.
    Nos leemos

    Tipet
    Tipet
    6 febrero, 2010 1:36

    ¿Que no tengo y no encuentro? jajajaja. Mil cosas y creo que nunca tendré.
    Las Movie Star Turtles, Scratch, Shogun Triceraton y asi un sinfin de figuras que cada vez es más dificil (o más caro) conseguir. Esto del coleccionismo se está poniendo dificil.