ZN Reseña: El Marqués de Anaon

6
2557
 

El Marques de Anaon 1. La isla de Brac
Guión: Fabien Vehlmann
Dibujo: Matthieu Bonhomme
Norma – 48 pag color – 13 €

 
Descripción editorial

Sin ser aún conocido en nuestro país, Fabien Vehlmann ya está considerado en Francia uno de los guionistas más punteros, y será el encargado del guión en el próximo trabajo de Juanjo Guarnido, antes de la aparición de BLACKSAD 4.

Como adelanto, nos llega EL MARQUÉS DE ANAON, una nueva serie a la que da forma un exquisito Bonhomme. Muchos seguidores de la BD esperaban ansiosamente las aventuras de “El Marqués de las almas en pena», un personaje fabuloso, digno de leyenda, capaz de enfrentarse a demonios y criaturas de otro mundo.

Reseña

He esperado este cómic con aquella ilusión que despierta en nosotros la esperanza de encontrarnos ante un buen relato. Dicha esperanza venia motivada por la positiva valoración que Eduardo Entralla, gran aficionado a la BD, hacía de esta serie.

Y debo reconocer que, tras su lectura, no me he sentido defraudado en absoluto.

Vehlmann y Bonhomme, sus autores, demuestran un gran oficio y con esta propuesta han dado con un filón que les ha de permitir desarrollar a placer las vicisitudes y aventuras de este “Marqués”.

Al inicio de la historia Jean-Baptiste Poulain, quien al final será apodado como Marqués de Anaon, Marqués de las almas en pena, llega a la isla de Brac, en pleno siglo XVIII.

Su misión es convertirse en el instructor del hijo del Barón de la Isla, barón por quién los lugareños no parecen sentir demasiado aprecio sin que los lectores sepamos el motivo de tal adversión. Algo que aún nos resultará más extraño cuando conozcamos al barón, un hombretón que aparenta ser afable y sencillo.

De todas formas, pronto empezaran a precipitarse los acontecimientos que serán semilla de la leyenda de Anaon. Porqué Jean-Baptiste, al menos en esta primera entrega, supone un curioso giro a la clásica figura del antihéroe.

Ni cínico ni experimentado, más bien en exceso inocente en algunas ocasiones, ni valeroso ni sagaz, más bien un tanto asustadizo aunque sí dispuesto a sacrificarse en una situación límite, si Jean-Baptiste sale con vida de los peligros que le acecharán parece ser por algún caprichoso deseo del destino. La fortuna aparenta sonreírle y dar la espalda a sus contrincantes, haciendo así, a través de Jean-Baptiste, justicia. Aquella justicia que a los desarraigados tan a menudo parece negárseles. Y así, de esta manera empieza a forjarse la leyenda del Marqués de las almas en pena, alguien demasiado afortunado, demasiado justo, demasiado solidario de los sufrientes como para ser de este mundo.

Excelentes dibujos, cuidada narrativa y un argumento que combina equilibradamente misterio, acción, caracterización y un tanto de lirismo y prospección existencial… el Marqués de Anaon, una serie a seguir.

Subscribe
Notifícame
6 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
señor punch
24 julio, 2007 14:08

Bueno Toni, este tebeo me atraía y estaba marcado como «compra de Agosto». Sin más reseñas que algún comment perdido hsta hoy, ahora ya tengo esta tuya, que me anima ya totalmente: me apetece género histórico, me apetece Bd, y que tire tanto para el pasado (aquella clásica época de los ochenta, con nombres como Juliard a la cabeza) como para el presente (algo en este delicado dibujo, un poso espontáneo parece emparentarlo a los nuevos gañanes, aunque sea tímidamente). A comprar, a leer. Espero que a disfrutar 🙂

Templeton Peck
Templeton Peck
24 julio, 2007 15:05

Yo me lo compré y si bien la historia me dejó un poco frio, a la espera de un desarrollo en números siguientes, debo reconocer que el dibujo me encantó.

xavier
25 julio, 2007 9:46

A mi me pareció un dibujo muy bueno y la historia también me gustó bastante aunque me falla el final.

Es algo que me ha pasado en otras buenas series, un buén planteamiento interesante y, como si se dieran cuenta en el último momento de que se terminaban las páginas, le dan un final que no está a la altura del resto.

Aunque coincido en que la serie promete.