ZN Marvel: Un nuevo guerrero se une a la resistencia

Los Nuevos Guerreros fueron un grupo (o una serie) que despertó grandes simpatías desde el principio. Aunque ese principio fue hace ya… ¡Buff, la tira! Desde entonces muchas cosas han pasado. La serie perdió impulso, se intentó relanzarla una segunda vez. Y una tercera. En fin, que los sucesivos intentos para recuperar ese cariño perdido de lo que fue una serie de (casi) culto nunca prosperaron.

Así que se los cargaron. En el triste recuerdo quedan las últimas imágenes de los Nuevos Guerreros lanzándose temerariamente contra una agradable casita en Stanford buscando unos traseros que patear y una audiencia que alimentar. Las últimas bromas de Speedball, la socarronería de Namorita, la entereza de Night Thrasher (no, en serio, es que no sé cómo le han terminado llamando en España) y la… sencillez de Bicho; todo acabó destruído por la explosión de un villano llamado Nitro, junto las vidas de más de seiscientas personas, muchos de ellos niños que jugaban inocentemente en un colegio próximo.

Los Nuevos Guerreros se convirtieron en sinónimo de asesinos de niños, de criminal, de bastardos, de indeseables, de todo lo peor que se podía desear a un enemigo, como bien se lo recuerda Gauntlet a los aspirantes a héroes en La Iniciativa. Se olvidó cuanto hicieron por los demás, sus sacrificios, sus deseos. Todo quedó borrado por las lágrimas de cientos de familiares que velaban por quienes habían perdido.

De las cenizas, incluso de las más ensuciadas y pisoteadas, renacieron unas siglas: N.G. (N.W. en el original) Personajes de identidad oculta incluso para los más allegados firmaban sus acciones prohibidas y perseguidas con estos grafittis, eludiendo la Ley de Registro e ignorando las contínuas críticas de la opinión popular. Los Nuevos Guerreros han regresado, con más fuerza que nunca de la mano de Kevin Grevioux y Paco Medina, pero los números 6 y 7 tendrán un sustituto a los lápices, un artista llamado Jon Malin, al que, en CBR han entrevistado.

Malin recibió un mail que no leyó en su momento por estar justamente en una convencion, la Wizard World Chicago, donde había buscado trabajo. El editor Daniel Ketchum necesitaba un “rellenahuecos” para New Warriors y le buscó.

Jon Malin estaba hambriento (es su expresión) de demostrar su valía a los de Marvel y hasta la fecha sólo había realizado un fill–in en Cable & Deadpool #42, así que realizar dos números completos era un paso más que interesante para él. Él era seguidor de la primera serie. Incluso les había mostrado su propia versión, más oscura que las anteriores, pero en aquel momento Marvel tenía pensado relanzarlos como figurantes de un Reality–TV, así que rechazaron su proyecto.

Encararse con esta serie le supone todo un reto por cuanto ha de manejar distintos personajes por viñeta y página, pero la experiencia le va a convertir en un mejor artista, cree él. También espera y desea que su estilo de dibujo refleje humanidad, como si fueran personajes que vivieran de verdad. Malin siempre busca centrarse en las características emocionales de lo que dibuja, expresando los distintos sentimientos, como amor, odio, agonía, etc. Al margen de ello, también tendrá ocasión de realizar un diseño de personaje, concretamente, del poder sónico de Jono, su personaje favorito.

Ahora está embarcado en esta nueva aventura, animado por el guionista Grevioux con el que habló brevemente en su día por más nervios que tuviera Malin. El guionista le da cierta libertad creativa para el dibujo, lo que le permite una mayor maniobrabilidad para la planificación de las páginas.

Por aquí habrá que esperar algún tiempo más, pero seguro que vale la pena.

¡Nuevos Guerreros siempre vivos!