ZN Indie Inédito: Peter Cannon: Thunderbolt, de Alex Ross, Steve Darnall y Jonathan Lau

Reseñamos el olvidado relanzamiento de Peter Cannon: Thunderbolt que encabezó Alex Ross hace ya una década.

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Edición original: Peter Cannon: Thunderbolt 1-10 USA (Dynamite Entertainment, 2012 – 2013)
Guion: Alex Ross, Steve Darnall y Peter Morisi
Dibujo: Jonathan Lau y Peter Morisi
Color: Vinicius Andradre y Peter Morisi
Rotulación: Simon Bowland y Peter Morisi
Formato: Rústica. 248 páginas. $29,99

De dragones y geopolítica

Creado por Peter Morisi, Peter Cannon está condenado a ser recordado como la inspiración de Ozymandias, uno de los personajes de Watchmen, uno de los cómics de superhéroes más influyentes de la historia. DC Comics nunca supo muy bien qué hacer con Peter Cannon y tampoco tenía muchos incentivos para esforzarse: a diferencia del resto de personajes de Charlton Comics, su antiguo hogar, los derechos de Cannon fueron propiedad de Morisi, motivo por el que el personaje eventualmente estuvo a punto de permanecer en un limbo editorial. Afortunadamente, Dynamite Entertainment compró los derechos, garantizando la supervivencia del personaje, si bien el primer intento por relanzarlo no terminó de funcionar.

Publicada originalmente hace ya más de una década, Peter Cannon: Thunderbolt fue orquestada por Alex Ross, ilustrador que no requiere presentación. Como ya hizo en otros relanzamiento de personajes clásicos, Ross se encargó de los diseños, el argumento y, cómo no, las portadas, dejando la redacción del guión y el dibujo en manos de colaboradores de confianza: Steve Darnall, con quien ya trabajó en la recomendable Uncle Sam, y Jonathan Lau, un veterano de Dynamite, respectivamente.

Ross, todo un amante de los cómics de superhéroes antiguos, planteó una modernización de Peter Cannon extremadamente respetuosa con la versión original y el espíritu de la serie original de los 60. El origen del personaje es el mismo, también lo son sus motivaciones y sus dilemas. Su fiel sirviente Tabu vuelve a hacer acto de presencia, al igual que varios de sus villanos. La mayoría de cambios son estéticos y predecibles; los personajes ya no se comunican por teléfono, sino vía WhatsApp, y los villanos usan armamento moderno. Lo único realmente diferente respecto a la serie original es el trasfondo político.

Los cómics de superhéroes ya no son tan inocentes como lo fueron en los 60 y por eso no debe sorprender que el argumento de este relanzamiento gire en torno a los intentos de Peter Cannon por mantener la paz mundial. Nada más comenzar la serie, nuestro protagonista ha conseguido salvar el mundo de una amenaza mística, inspirando a todas las naciones del mundo a trabajar juntas. Pero claro, no todos los militares, políticos y terroristas del mundo están de acuerdo con la paz mundial. Y encima los enemigos de Peter Cannon continúan tejiendo sus planes para acabar con él.

Este argumento puede recordar levemente al final de Watchmen, en el que Ozymandias lograba la paz mundial cometiendo un brutal atentado, y eso no es casualidad. Las primeras páginas de Peter Cannon: Thunderbolt ofrecen una subversión de Watchmen que deja bien claro que los cómics de superhéroes modernos pueden ser (relativamente) realistas y serios, pero no por ello cínicos o alejados de sus raíces.

Fieles a esta declaración de intenciones, Ross y Darnall tejen un guion que no se avergüenza de los disfraces, de las grandes escenas de acciones, de los villanos de opereta. Vamos, un cómic de superhéroes de corte clásico. Incluso el papel del ejército americano, retratado con el escepticismo habitual de los cómics de superhéroes tras la guerra de Irak, desemboca en más supervillanos clásicos. Por las páginas de la serie tenemos a un buen número de supervillanos y el guion consigue integrar todas las tramas de forma satisfactoria.

Hay un aspectos en el que Peter Cannon: Thunderbolt no consigue diferenciarse de muchos otros relanzamientos modernos de superhéroes clásicos, y ese es el ritmo narrativo. Ross y Darnall cuecen su historia a fuego lento, dedicando mucho tiempo a los pensamientos de los personajes, reflejados en monólogos interiores y flashbacks, y a las escenas de acción, una decisión que termina siendo contraproducente dada la sencillez de la historia central. Llegados al último tercio de la serie, el guion de Ross y Darnall sólo ha estado dando vueltas en vez de ir hacia adelante, repitiendo los mismos monólogos y reiterando las mismas ideas, un problema que quizás sería mucho menos visible de no ser por el deficiente dibujo y coloreado.

Es un hecho que Dynamite tiende a contratar a dibujantes y coloristas con menos experiencia que los de las grandes editoriales indie. No hay nada malo en ello: alguien tiene que darles una oportunidad para crecer y mejorar, pero mentiría si dijera que Jonathan Lau y Vinicius Andrade supieron hacer buenas escenas de acción o de introspección. O incluso buenas escenas de exposición. El dibujo de de Lau es demasiado rígido e inexpresivo, con un acabado bastante pobre y estilísticamente más impersonal que los dibujantes más impersonales de Marvel y DC, que ya es decir. Mucho peor incluso son los colores de Andrade, que afean el resultado final de un modo que pocas veces he visto en un cómic indie profesional. Francamente, me cuesta creer que Alex Ross aprobase las páginas interiores de esta serie.

El primer número del relanzamiento incluyó como complemento una historia largo tiempo inédita que Peter Morisi escribió, dibujó, coloreó y rotuló para la antología Secret Origins de DC Comics en los 80. Como bien indica el nombre de la cabecera, esta historia nos cuenta el origen del personaje. En unas pocas páginas Morisi aglutina más ideas y conceptos que los diez números del relanzamiento y encima con mayor elegancia y habilidad. A nivel gráfico el creador de Peter Cannon demostró que seguía siendo un autor único en el mainstream y que a pesar de estar años alejado del cómic aún podía competir con los mejores.

La inclusión del relato de Morisi hace incluso más evidente lo decepcionante que fue este relanzamiento de Peter Cannon. Muy por debajo de lo que uno esperaría de un proyecto con Alex Ross a cargo, esta serie no tuvo continuidad. Hubo que esperar hasta 2019 para ver un nuevo intento. El segundo volumen de Peter Cannon: Thunderbolt, a cargo de Kieron Gillen y Caspar Wijngaard, volvió a hacer borrón y cuenta nueva, pero con mucho mejores resultados, relegando este volumen al olvido.

Lo mejor

• Una actualización respetuosa del personaje
• La publicación del relato inédito de Peter Morisi
• Las portadas de Alex Ross

Lo peor

• Un apartado artístico deficiente
• Un guion lento y repetitivo falto de inspiración

Edición original: Peter Cannon: Thunderbolt 1-10 USA (Dynamite Entertainment, 2012 - 2013)Guion: Alex Ross, Steve Darnall y Peter MorisiDibujo: Jonathan Lau y Peter MorisiColor: Vinicius Andradre y Peter MorisiRotulación: Simon Bowland y Peter MorisiFormato: Rústica. 248 páginas. $29,99 De dragones y geopolítica Creado por Peter Morisi, Peter Cannon está condenado…
Guion - 5
Dibujo - 4.8
Interés - 5

4.9

Mediocre

Decepcionante relanzamiento cuya mayor aportación fue rescatar la última historia del personaje a cargo de su creador.

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Ziggy
Ziggy
Lector
18 septiembre, 2024 7:24

Personalmente creo que esta actualizacion ( que prefiero a la que vino despues, a pesar de que la calidad de la segunda es mejor), cometen ambas el mismo error y esa es referenciar en demasía a Watchmen y al universo donde Peter Cannon mas se desarrollo, Charlton. Y es que ambas en lugar de hablar de Peter Cannon tratan de describir a un Ozymandias mas heroico y al final terminan torciendo al personaje acercandolo al arquetipo Mooreiano en lugar de darle una identidad más propia.
Hay que recordar que Peter Cannon es el primer personaje de comic que es yun occidental que aprende artes místicas y de combate en un tiempo donde todo eso era desconocido. Antes que Iron Fist estuvo Peter Cannon y creo que darle una verdadera identidad propia al pesonaje significa regresar al concepto original.