Abrir los ojos a una realidad.
Diciembre es el mes de Wonder Woman y los es porque la amazona cumple 80 años de vida editorial. No es un aniversario cualquiera, ni es un personaje cualquiera, se trata de Wonder Woman y por eso desde aquí queremos dedicarle una serie de reseñas y artículos a la más grande de DC.
Hemos empezado el mes con la reseña USA de la nueva obra de Kelly Sue DeConnick con Phil Jimenez, pero también es necesario recordar que, en sintonía con el estreno de su primera película de acción real en las salas de cine, pusimos en marcha todo un despliegue alrededor de la figura de Diana, desde distintos ángulos. Os dejamos aquí el acceso a todos ellos para que sirva como referente a todo lo que va a ir llegando este mes. Y estar muy atentos porque tenemos una sorpresa que esperamos os guste tanto como a nosotros.
Wonder Woman y sus villanos
Wonder Woman y 75 años de uniformes
Wonder Woman y la lucha feminista
Wonder Woman fuera de Wonder Woman
Y sin más dilación vamos con esta primera reseña nacional dedicada a una obra que llegó a nuestro país en verano, de la mano de Editorial Hidra, dentro de su colección de novelas gráficas para lo que denominan joven adulto.
Como ya es habitual en esta línea de obras de DC, Laurie Halse Anderson es una reputada escritora asociada a la lista de las más vendidas de la lista del New York Times. Comenzó su carrera como reportera por libre para diversos periódicos y revistas, hasta que recaló en la Sociedad de Libros Infantiles, donde recondujo su carrera hacía la escritora de novelas juveniles que es hoy. Novelas como Speak, Catalyst, Prom o Twisted, son algunas de las más conocidas, pero también ha realizado varias incursiones en la novela histórica siendo, además, una prolífica escritora de libros infantiles.
Su trabajo en esta obra resulta muy interesante por alejarse mucho de lo que podría ser el canon establecido del personaje, para narrar una historia que se adentra de lleno en el choque de culturas, la sinrazón de nuestro mundo, sus miserias, sus fortalezas, sin dejar de lado la eterna lucha interna que implica saber encontrar nuestro sitio en el mundo.
Anderson es consciente en todo momento del público al que se dirige su trabajo y por ende la obra. Los temas que se tratan de manera frontal se tratan desde una perspectiva muy reducida, pero muy eficaz para poner sobre la mesa realidades de nuestra sociedad que son directamente vergonzosas. A través de los ojos de Diana, exiliada de Themyscira durante un salvamiento de migrantes a la deriva, se abre ante los lectores el drama de la migración y los desplazados por los conflictos bélicos. La deriva de este enfoque se va gestionando con lucidez, sin profundizar ni ofrecer moralina al lector, dejando en sus manos como gestionar algo que es una realidad muy vigente en nuestro mundo y que invita a que se haga una reflexión severa sobre este drama humanitario.
La escritora no desea aplastar a su lector con un acercamiento en profundidad, pero si no olvidamos a quien va dirigido este trabajo, el desarrollo de la trama se realiza con elegancia hasta en los momentos en los que se adentra más en la acción propia del género superheroico.
No satisfecha con exponer el tema de la migración, los campos de refugiados y el choque cultural, Anderson añade a este coctel también los temas sociales, el actuar para que las cosas cambien de verdad, mientras desarrolla a Diana como persona en este mundo que le resulta tan ajeno. Es Diana la figura sobre la que expone los cambios a los que un adolescente debe hacer frente en su vida. Su evolución corporal, su crecimiento interno, su aprendizaje social y emocional y por supuesto intelectual.
Este cómic es todo un compendio que pone en las manos de lector situaciones que le resultaran afines y le proyecta una serie de cuestiones sobre las que es muy importante reflexionar. Esa visualización de estos problemas a los jóvenes lectores es el primer paso para poder despertar una conciencia social real y productiva que pueda generar adultos comprometidos con severo pensamiento crítico.
En el apartado gráfico está Leila Del Luca, una dibujante que ha trabajado en Image, DC y Marvel con anterioridad y que aquí se pone al servicio de Anderson a la hora de dibujar el periplo personal de Diana en nuestro mundo. Sin embargo, hay momento en los que el trazo, composición y fluidez de la narrativa se siente muy rígida, con planos y poses forzadas, anatomías algo disparatadas y una más que apreciable falta de detalles que lastran al conjunto de su trabajo en algunos momentos puntuales.
En definitiva, estamos ante un trabajo que sabe explotar a la perfección sus intenciones, con un mensaje claro y directo, sin concesiones banales, aún con cierto viraje final muy oportunista sobre la figura de los Estados Unidos, que impactará al lector al que va dirigido y al que solo le hubiera hecho falta un dibujo algo más elaborado y profundo para ganar en calidad e impacto visual.
Lo mejor
• La conjugación de aventura heroica y la realidad de nuestro mundo.
• EL tratamiento de Diana como adolescente.
Lo peor
• Un dibujo muy pobre.
• El golpe de timón final.
Guion - 7.5
Dibujo - 6
Interés - 8
7.2
Ideal para su público objetivo.
Un trabajo que cumple con sus objetivos, pero que pierde impacto por un apartado gráfico algo inferior a lo que el trabajo de Anderson merece. Ideal para acercar el noveno arte los jóvenes y de paso concienciarlos del mundo en el que viven.
