Valiant 17. Reseña: Doctor Tomorrow

En la sección dedicada a Valiant Comics de este mes reseñamos una de sus últimas series, Doctor Tomorrow

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Volvemos un mes más con la sección dedicada a Valiant, esta vez sin noticias que destacar, lo que es normal si tenemos en cuenta que la editorial todavía está volviendo poco a poco a la normalidad y que el mes pasado tuvimos ese anuncio de la nueva serie de Ninjak, por Jeff Parker y Javier Pulido.

La cuestión es que todo el tema de la actual pandemia ha hecho que la salida al mercado de las obras de Valiant se haya frenado. A principios de año la editorial estaba publicando mes a mes entre dos y tres series regulares junto a otras tres o cuatro series limitadas, además su programa anual estaba destinado a ir sustituyendo las limitadas, según acababa una empezaba otra, así que, entre reseñar los números uno, las series acabadas y los arcos argumentales de las regulares, en esta sección saldrían dos reseñas al mes. Pues no, el parón de siete meses en X-O Manowar, los meses sin publicaciones y los retrasos en los estrenos de Shadowman, Savage y The Final Witness hacen que nos empecemos a quedar sin material. Por ello vamos a cambiar la cantidad, con la intención de mantener esa cadencia mensual.

De esta forma, sin más que decir, hoy vamos a hablar de una obra muy reciente, Doctor Tomorrow, una limitada de rabiosa actualidad que ya finalizó hace unas semanitas en Estados Unidos. Empecemos.

DOCTOR TOMORROW 1 al 5 (serie completa)

Valiant sigue mirando al pasado para traer de vuelta a los héroes que habían creado en anteriores etapas, en este caso se mueven a la época en la que Acclaim era dueña de la editorial y había creado y re-creado a algunos de sus personajes. El caso de Doctor Tomorrow es de los de un gran cambio, ya que en la Acclaim de los noventa aparecía como un guerrero con tecnología del futuro que luchaba contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, era el líder de los Stormbreakers, grupo que tuvo su propia colección, y fue creado por dos nombres relevantes como Mark Waid y Brian Augustyn. Sin embargo su introducción en el universo Valiant actual es muy diferente, hay muchos cambios tanto en tono como en el propio personaje.

Empecemos con que el guionista es nuevo, Alejandro Arbona no tiene trabajos previos como escritor pero su experiencia en este arte la podemos observar en su faceta de editor, trabajó en Marvel, trabajó en la antigua Valiant y a día de hoy es editor en Image de algunas de las mejores obras de la actualidad, las de Greg Rucka (Lazarus, La vieja guardia, Black Magick…). Y sigamos con que el dibujante, Jim Towe tampoco tiene mucho recorrido, alguna obra suelta, la resurrección de los Youngblood de Rob Liefeld hace tres años y la colección de Marvel que unía a Spiderman y Masacre.

Cuando hablaba del primer número decía que el tono era “superheroico y juvenil”, una obra ligera más cercana a Faith pero sin el carisma de esta, ya que el protagonista es un chico de instituto que se encuentra a su yo futuro, el cual se le presenta como un superhéroe, el Doctor Tomorrow, y le da su traje para que empiece a actuar como tal. Esta era la parte principal del cómic, pero todo empezaba con la destrucción de la Tierra por un villano desconocido en una multitudinaria batalla en la que ni X-O Manowar, ni Peter Stanchek, ni Ninjak, ni todos los héroes juntos lograban detener a dicho ser. Hasta aquí todo es normal: viaje en el tiempo para solucionar el fin del planeta, lo hemos visto mil veces, adolescente que recibe superpoderes, que también está muy manido, entonces, ¿cuál era el gancho real de ese primer número?, la aparición al final de Neela Timewalker y Ank, las guardianas del tiempo, a las cuales pudimos conocer en la serie del hermano Anni-Padda, Ivar Timewalker, y que co-protagonizaban Faith y la Fuerza Futura. Y eso sí que hacía el cómic mucho más interesante que la aventurilla simplona que parecía al principio.

A pesar de ello, Neela y Ank no llegan a ser tan protagonistas como en la serie de Faith, aquí son más unos secundarios recurrentes que aderezan la historia, Bart Simms y Gretchen Green son las figuras en las que se fija la miniserie, y además son varios Bart y varias Gretchen, porque la historia es una gran maraña de tiempos y universos. Una de las cosas más interesantes del cómic es que introducen el concepto de “multiverso” dentro del universo Valiant, lo cual lía todo el argumento de la serie metiendo Doctores Tomorrow de diversos mundos y tiempos a la par que juega con las identidades de los personajes, todos son las mismas personas pero no todo es lo que parece, ¿quiénes son los buenos y quiénes son los malos?. Lo único que tenemos claro desde el principio es que el Bart Simms de quince años es bueno.

En el fondo se habla sobre el crecimiento, los cambios con la edad, las influencias de los que nos rodean y las decisiones que tomamos en la vida. Es un cómic muy orientado a un público juvenil, alejado en muchos aspectos del enfoque del resto del universo Valiant, en parte porque nos presenta a un héroe de verdad, de lo cual solo teníamos a Faith, a la que se acerca en temática aunque aquí se tira más de tópicos, es una historia de origen clásico de un superhéroe. Se pueden intuir las cosas que van a ir pasando, los giros de guion son muy arquetípicos, los hemos leído muchas veces en Marvel o DC, pero dentro de su ligereza resulta una colección entretenida. El cuarto número es fantástico porque para, frena la acción para presentarnos un avance en uno de los Bart que aparecen, con un sacrificio importante, que cerrará la historia.

En resumidas cuentas, es un cómic recomendable solo para gente muy joven que se quiera acercar a los superhéroes de otras editoriales y que tiene guiños que pueden gustar a los seguidores más acérrimos de la editorial, más como curiosidad que otra cosa, pero dista mucho de la calidad y distinción del resto de colecciones de Valiant. Y no porque sea “malo”, el dibujo es idóneo para este tipo de cómic juvenil, sin destacar en nada pero sin fallos y con una narrativa buena y fácil de seguir. Por otro lado el guion no es tonto, no subestima al lector como sí hacen (sobretodo antes) otras obras de este tipo, pero es sencillito y previsible. Es un cómic de estos a los que no les veo cualidades destacables, precisamente porque no soy el target de edad al que está dirigido, ni siquiera lo calificaría como «young-adult». Sirve para pasar el rato, pero una vez se acaba uno se da cuenta que no lo va a leer una segunda vez. Ni fu ni fa.

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