Tóxico

 

Edición original: Random House Mondadori.
Edición nacional/ España: Random House Mondadori.
Guión: Charles Burns.
Dibujo: Charles Burns.
Entintado: Charles Burns.
Color: Charles Burns.
Formato: Tapadura, 56 páginas.
Precio: 17.90.

 

Entendamos la adolescencia como una enfermedad por la que todos pasamos. Entendamos esto así para comprender a Charles Burns ¿Por qué? Doug nuestro protagonista está en uno de eso momentos de la adolescencia donde se enfrenta a su primera ruptura, tomando un camino de lo más autodestructivo. A este trayecto acudiremos de primera mano, pues la narrativa se ve alterada temporalmente. Sólo unas pastillas e imágenes delirantes nos irán acompañando a través de este primer tomo de tres que conformarán este viaje.

Charles Burns siempre ha estado metido de lleno en el mundo del arte. Antes incluso de dedicarse a los cómics ya iba probando algunas cosas con la fotografía. Su entrada en el cómic (o mejor dicho, comix) dará comienzo cuando conozca a Art Spiegelman, fundador de la revista Raw. A partir de ahí empezaría a tantear el cómic de terror, como por ejemplo Mysteries of the Flesh de 1982 y durante su estancia en Seatlle se dedicó a hacer algunas ilustraciones. Mysteries of the Flesh llegaría a España con la revista El Víbora (29-33). Aparte del cómic, también se ha dedicado a hacer algunas ilustraciones para revistas como Time Magazine, Esquire.

Pero vayamos a lo que nos interesa: Tóxico. Aunque no os mareéis. El título original es ‘X’ed Out’. Estamos en Octubre de 2010. En esta fecha tendríamos que esperar a que la trilogía fuese completada por Colmena y Cráneo de Azúcar (sí, ya todos disponibles en el mercado español)

Vamos a empezar poco a poco con TóxicoLa Estrella Misteriosa, aunque no es el único gesto que le hace también lo son el diseño de la portada, la disposición de las viñetas e incluso, un poco, el aspecto físico del protagonista.

En lo referente al color, la línea es uno de los de la vieja escuela. Es decir, es incapaz de poder coger una tableta y ponerse a dibujar.

Las pocas veces que he tratado de usar una tableta para dibujar… simplemente no puedo. Es como un paso de más. No puedo mirar la pantalla y tener una idea de lo qeu estoy dibujando. Así ue necesito un pedazo de papel que poner un poco manchado con lápiz de mina y todo lo demás y sólo tener algo táctil sobre la que después poner la tinta. Uso una computadora para escanear mi trabajo y para darle color y eso es increíble. Es una gran herramienta. Tienes una increíble cantidad de control en comparación a cómo hace años tenías que escanear o fotografiar algo con la esperanza de no meter la pata con el director de arte

… y como veis, le gusta ser colorido.

En un nivel más de guión podemos distinguir como tres niveles. Un estado ‘normal’ en donde vemos a nuestro protagonista rodeado de fotografías, siendo el propio narrador de su historia, un nivel que va dando saltos temporales al pasado, mezclándose con recuerdos de adolescencia y otro nivel donde ya encontramos elementos fantásticos.

Nuestro joven despierta casi como si de Memento se tratase. Despierta y no sabe dónde está. Al intentar orientarse un poco, atención al esquema que siguen las viñetas, pues algunas se irán repitiendo más adelante (cambiando pequeños detalles), pero notaréis esa gran semejanza que os mostrará una estructura casi circular.

Igual empecé la reseña de manera brusca al referirme a la adolescencia como una enfermedad. Bueno, nuestro autor así la ve. En entrevistas se le suele referir cómo sus protagonistas suelen ser adolescente y cómo él la retrata de una forma un tanto cruel… y es que él vio la secundaria como una trampa, algo mortal. Se veía a si mismo como un chico malo, que hacía novillos y un completo nerd.

Hay algo encantador y aterrador en el cómic… como en toda adolescencia, sea incluso esta tomada como una enfermedad.