Sherlock – Estudio en Rosa (Manga)

Reseña de la adaptación del manga del primer capítulo de Sherlock, la popular serie británica protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman.

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Edición original: Sherlock – Pink Iro no Kenkyuu, Kadokawa Shoten 2012.
Edición nacional/ España: Norma Editorial 2017.
Guión: Mark Gatiss y Steven Moffat.
Dibujo: Jay.
Traducción: Sandra Nogués.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta (13 x 18.2) / Cartoné (14.8 x 21), 208 páginas.
Precio: 8,50 € (normal) / 12,95 € (deluxe).

 

Culturalmente vivimos en un tiempo en que las obras son en muchas ocasiones transversales a varios medios, que autores y editores explotan cualquier serie de éxito para conseguir llegar a todo tipo de público a través de diferentes vehículos. No nos son extrañas las adaptaciones de cómics y mangas a versiones animadas o live actions, tanto en formato película como serie, pero este proceso se produce en menor medida a la inversa, de producciones audiovisuales a formatos gráficos. La obra que nos ocupa hoy forma parte de ese último grupo pero se atreve a rizar el rizo adaptando una de las series televisivas de mayor éxito y reconocimiento de los últimos años, que a su vez ya era un versión actualizada de uno de los grandes iconos clásicos de la literatura. Me refiero a Sherlock, la serie de la BBC británica que trae hasta nuestros días al mítico personaje de Arthur Conan Doyle, y que desde el pasado mes de marzo podemos encontrar en una versión manga en las estanterías de las librerías gracias a la edición de Norma Editorial.

En el año 2010 Mark Gatiss y Steven Moffat estrenaban en la cadena británica BBC Sherlock, una nueva adaptación de las novelas policíacas de Doyle que modernizaba la figura del detective victoriano con un nuevo enfoque de los casos pero sin perder la esencia del personaje y su mundo. En poco tiempo se convirtió en un enorme éxito a nivel mundial, gracias a su cuidada y genial producción y el enorme nivel y carisma del plantel actoral, encabezado por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, inmortalizados ya para la historia como unos de los Holmes y Watson más representativos y queridos por el público. Gracias a esta enorme aceptación, en el año 2012, la mangaka japonesa Jay recibió el encargo de realizar esta curiosa, fiel y detallada versión manga de Estudio en Rosa, el primer capítulo de la serie para ser publicado en la revista Young Ace de Kadokawa. Siguiendo al dedillo los guiones de Gatiss y Moffat y con una cuidada y genial caracterización de los personajes de la mano de Jay, el manga también se convirtió en un éxito y actualmente ha adaptado en su totalidad la primera temporada de la versión televisiva, con dos tomos que recogen los casos de El banquero ciego (también publicado por Norma y que analizaremos próximamente) y El gran juego.

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El manga, como digo, sigue escena por escena y diálogo por diálogo lo ya visto en la serie de la BBC, siendo una de las adaptaciones más fieles que he tenido el gusto de leer y que encantará a los fanáticos del Holmes de Cumberbatch. Al igual que este, Sherlock abandona el Londres del siglo XIX para presentarse en plena era contemporánea de la tecnología y de la información, con todos los cambios que ello supone, pero manteniendo la esencia de los personajes, los métodos deductivos, los casos y la intrahistoria que imaginó Doyle, aunque adaptados a nuestro tiempo y aprovechando las ventajas e inconvenientes de este para ser fiel y a la vez reimaginarlo todo. En este sentido la obra de Jay no arriesga y nos cuenta lo mismo que pudimos ver en el Estudio en Rosa emitido por primera vez en julio de 2010. Scotland Yard tiene entre manos un complicado caso de lo que parecen ser suicidios en serie de personas que aparentemente no tienen ningún motivo para quitarse la vida. Perdidos en la maraña y el sinsentido que parece ser la investigación se ven obligados a utilizar a regañadientes los servicios del detective consultor Sherlock Holmes, un brillante e irritante personaje que parece el único capaz de arrojar algo de luz sobre el caso gracias a su impresionante capacidad analítica y deductiva. Al mismo tiempo nos presentan a John Watson, un ex combatiente de Afganistán, miembro de la unidad médica de su batallón, que ha sido licenciado por una herida de guerra y vive sumido en un síndrome post traumático. El azar provocará que, al estar buscando un compañero de piso, Watson conozca a Holmes y juntos comiencen no solo a compartir una vivienda en el 221B de Baker Street, sino también una colaboración permanente en la resolución del misterio criminal. Una historia que sienta las bases de esta extraña pareja y que propone un genial e imaginativo relato dramático y detectivesco tremendamente fiel a lo visto en la televisión y lo leído en las novelas.

Como digo, pese a no ser más que una reproducción exacta de lo ya visto, ya que tanto las escenas como los diálogos y, evidentemente, la trama, son idénticos a la serie, la autora tiene mucho mérito al ser capaz de transmitir las mismas sensaciones que la serie produce, consiguiendo llevar los valores de producción y el carisma de los actores al papel con suma facilidad. La construcción de las escenas, la distribución de las viñetas, la caracterización “a lo manga” de los personajes y detalles como añadir los efectos que en la serie utilizan cuando Holmes envía sms a la policía o tiene sus “monólogos” intelectuales a la hora de investigar un crimen proporcionan una atmósfera perfecta de inmersión que hace que solo falte el apartado sonoro para resultar un producto del mismo nivel que su original audiovisual. Evidentemente Jay tiene que atenerse a las limitaciones y al lenguaje del medio gráfico, pero las decisiones que toma son sumamente acertadas para satisfacer al más exigente fan de este Sherlock, por muy detractor de las adaptaciones que sea, ya que esta es sumamente perfecta. El ritmo del capítulo está perfectamente plasmado, así como el carácter de los personajes, y cosas como la tensión, lo irritante de ciertas intervenciones o los momentos de alivio cómico están muy bien recreados, haciendo que en nuestra cabeza prácticamente suenen las voces de los actores y ejecuten su interpretación corporal.

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El punto fuerte de la obra, lo que la hace reconocible y atrae al lector y al amante de la serie, es la fantástica representación de los personajes como sus versiones manga. No solo el parecido físico está muy bien logrado, sino que Jay añade algunos detalles en los rasgos de los mismos para que el paso de un estilo a otro sea muy bueno, manteniendo un look realista al mismo tiempo que añade detalles más propios de lo nipón, como las expresiones faciales exageradas, los sonrojos, el lenguaje no verbal… Lógicamente son Cumberbatch y Freeman los más reconocibles y mejor representados, especialmente el primero cuyo magnetismo impregna cada plano en el que aparece, igual que en la vida real, pero me sorprendió descubrir que también los secundarios estaban reproducidos al detalle con mucho talento. El único pero que le pongo a estos es que Lestrade se me hace muy parecido a Watson y que la aparición de Mycroft no termina de convencerme del todo, pero es perdonable viendo el nivel global de la obra. En cuanto a fondos no hay tampoco un despliegue espectacular, reproduce fielmente aquellos más icónicos que aparecen en los planos de la serie, pero en general son discretos y aceptables. No necesita más en ello, ya que los planos y las poses y expresiones de los personajes están tan bien construidas y son tan llamativas que poca atención prestaremos a los fondos, si bien son buenos para dar empaque al conjunto. En general es un dibujo realista y muy detallado y que ayuda mucho a conseguir al mismo tiempo inmersión y cercanía a la serie y estilo propio.

La obra cuenta en España con dos ediciones de Norma, una del tipo manga normal, rústica, y otra deluxe, con tapas en cartoné y un tamaño mayor, dándole un aspecto más parecido a las novelas y que encaja muy bien con el estilo del personaje. En contenidos ambas poseen lo mismo, es decir, la historia principal, con unas cuantas páginas a color, con las portadillas de los capítulos originales y diversos estudios y bocetos de la autora. Es un producto muy cuidado y que sin duda hará las delicias de todos los fans de Sherlock y de la serie y que también supone un acierto seguro para aquellos lectores que estén menos familiarizados con el personaje pero gusten de las tramas con misterios, investigación y retos intelectuales llevados a cabo por personajes tremendamente carismáticos. Quizá el único problema que veo a la edición es que el hecho de ser Sherlock (tanto personaje como serie) una figura que está muy vinculada a lo occidental, puede hacer que se acerque a este manga mucha gente que no esté acostumbrada a los dejes del cómic japonés y, sobre todo, al orden de lectura oriental, lo cual puede hacer que se eche algo para atrás o le haga disfrutar algo menos de la obra al resultarle más engorrosa su lectura. Pese a ello, como digo, creo que es un producto fundamental en la colección de todo fanático de la serie que se precie y una muy buena opción para los amantes de la temática y/o las novelas y el personaje de Doyle.

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  Edición original: Sherlock - Pink Iro no Kenkyuu, Kadokawa Shoten 2012. Edición nacional/ España: Norma Editorial 2017. Guión: Mark Gatiss y Steven Moffat. Dibujo: Jay. Traducción: Sandra Nogués. Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta (13 x 18.2) / Cartoné (14.8 x 21), 208 páginas. Precio: 8,50 € (normal) /…

Valoración Final

Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8

8

Fantástica adaptación de Jay del primer capítulo de Sherlock, con una recreación fiel y detallada en estilo manga de cada escena y diálogo de la BBC. Una obra indispensable para todo fanático del personaje y la serie que se precie, especialmente en su suculenta edición deluxe.

Vosotros puntuáis: 8.78 ( 10 votos)
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El clon
El clon
7 septiembre, 2017 23:16

Muy buena reseña, Rubén, enhorabuena.
Si me permites simplemente una pequeña corrección, el co-creador y guionista de la serie de televisión es Steven Moffat, no Stephen.
Por lo demás, un trabajo excelente por tu parte.