Portada Segmento de L. Ángel Palomeque Lizano

Edición original: Segmeneto (Dolmen, 2025)
Guion: L. Ángel Palomeque Lizano
Dibujo: L. Ángel Palomeque Lizano
Color: L. Ángel Palomeque Lizano
Corrección: Óscar Gómez Róllan y Celia Corral Cañas
Maquetación: Germán Ampiee
Edición: Vicente García
Formato: Rústica. 144 páginas. 17,90€

Al borde del abismo.

«En veinticuatro horas el Firmo de este año morirá por voluntad propia.»

Según los datos del INE en el primer semestre de 2024 en España se quitaron la vida de forma voluntaria 1.842 personas. Una cifra terrible que nos habla sobre un problema que debería ser acuciante para nuestra sociedad, pero sobre el que siempre ha existido la sombra del tabú que provoca que este casi completamente invisibilizado. Exactamente lo mismo que sucede con la salud mental. Dos problemas que están estrechamente ligados, ya que las personas que se suicidan nunca lo hacen por un único motivo y algunos casos se podrían evitar si contaran con la ayuda que necesitan. Algo que hace especialmente sangrante que no se aprobara el plan nacional de salud mental que se votó en el congreso hace unas semanas, pese a los informes favorables de todos los técnicos, como mal menor hay que destacar que sí se aprobó el primer plan de prevención del suicidio en España. Ese tabú que existe sobre el suicido a todos los niveles también es extensible a la ficción, en la que encontramos muy pocas obras que lo traten como tema principal. Así que es de agradecer que un autor novel como L. Ángel Palomeque Lizano lo aborde en Segmento, su opera prima en el cómic que acaba de publicar hace unas semanas Dolmen dentro de su sello Siurell dedicado al cómic de producción propia en el que en los últimos meses han aparecido obras ten interesantes como Los pájaros que al surcar el alba de Luis Durán o Pasotas de Carmelo Manresa.

En Segmento conocemos a Firmo García Núñez, un madrileño treintañero que vive con resignación una existencia triste y gris marcada por la soledad y los sueños rotos. Un día al llegar a casa se encuentra con Punto, una extraña criatura que le transporta tres años al futuro para tratar de descubrir la razón que han llevado al Firmo de esa época a quitarse la vida. Para impedirlo contará con la ayuda de cuatro versiones pasadas de sí mismo: los Firmos de uno, siete, trece y diecinueve años. Juntos emprenden una carrera contra el tiempo para comprender y aceptar los errores y malas decisiones de su pasado.

Lo esencial cuando se tratan temas como los que nos propone L. Ángel Palomeque Lizano en Segmento es que la lectura de la obra no deje indiferente y nos fuerce a cuestionarnos algunos aspectos de nuestra propia vida pensando que haríamos de encontrarnos en el lugar del protagonista. Y eso es algo que consigue a la perfección tratando con una sensibilidad exquisita temas universales como la soledad, las expectativas nos cumplidas o la resignación a vivir una vida marcada por errores del pasado que se ha convertido en algo muy alejado de la que soñábamos. Una sensibilidad y humanidad que también vemos en la forma de abordar todo lo relacionado con el suicidio dejando claro que nunca es una decisión tomada a la ligera y responde a una acumulación de causas y problemas de muy difícil solución sin dejar claro lo complicado que es pedir ayuda. Sin embargo, la obra nos deja claro que no es imposible sobreponerse pese al peso que sobre esos problemas ejerce la sociedad actual, ya que sobre todo destaca por tono un positivo y esperanzador que resulta muy necesario.

Esa claridad del mensaje es realmente meritoria en una obra primeriza como compensación en parte a algunas inconsistencias del guion y del planteamiento que no acaban de funcionar del todo bien como la figura de Punto que, aunque sirve para poder juntar a todos los distintos Firmos, no funciona tan bien como los fantasmas de Canción de Navidad de Dickens que es uno de los referentes de la obra. Que Firmo se tenga que enfrentar a sus «yos» pasados sirve para dejarnos ver como la vida nos va cambiando de forma inevitable, pero dejando claro que siempre es posible reconducir nuestro destino y que en los momentos más duros de nuestra vida la posibilidad de hacerlo siempre está abierta, por remota que sea. La confrontación entre esos Firmos es el eje sobre el cual avanza la historia que se puede dividir en varias partes en las que se aborda diferentes aspectos de la vida de Firmo como el trabajo, la amistad, la familia o el amor.

Gráficamente L. Ángel Palomeque Lizano hace un trabajo que brilla sobre todo en la expresividad de los protagonistas y en su dinamismo que nos recuerdan que tiene una amplia experiencia realizando storyboards tanto para largometrajes cómo para programas de televisión. Algo que también se deja ver en la narrativa y en la elección de algunos encuadres. La excesiva sencillez del trazo y de los diseños provoca que el estilo sea un poco impersonal, nada que no se corrija con el transcurso del tiempo. Para potenciar la carga dramática de la obra el autor opta por un uso narrativo del color con tomo rojos para las escenas de esperanza y felicidad en contraposición con el amarillo para los momentos de crisis. Una buena idea que no acaba del funcionar del todo bien no se si por la combinación de colores o la poca experiencia con el color digital, pero en general es un trabajo que apunta maneras de cara al futuro.

Segmento es una notable obra de debut de L. Ángel Palomeque Lizano en la que las virtudes superan ampliamente los defectos que podamos encontrar y que sirve como presentación de un autor que, pese a su inexperiencia, no tiene miedo a la hora de afrontar un cómic con una temática arriesgada y poco tratada. Estaremos atentos a sus nuevos trabajos.

Lo mejor

• La sensibilidad con la que afronta temas complicados.
• La expresividad de los personajes.

Lo peor

• El color no acaba de funcionar del todo bien.

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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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