Magazine Marvel España – Enero 2021

Vuelve la información Marvel para el año entrante. Esta vez viene con un fuerte sabor mutante, ya que el crossover X de Espadas se convierte en pieza fundamental para Panini en su plan editorial.

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Ya estamos de vuelta. El cambio de año era un asunto muy esperado para dejar atrás ciertas rémoras….. no sabríamos decir si de manera temprana algo ha cambiado en el mundo, pero sí tenemos claro que los cómics son un elemento consustancial en nuestras vidas. Difícilmente podríamos funcionar sin ellos. Tras un suculento y vibrante Plan Editorial, nosotros nos centramos en el mes a mes de la actualidad. Y en esas estamos para mostraros que de nuevo se cuece en el catálogo de Panini. En esta edición del Magazine notarán un cierto toque X, algo que exhala a mutantes. La llegada del evento X de Espadas nos ha llevado a una especie de tematización de la sección, a la espera que la historia de la franquicia capitaneada por Jonathan Hickman esté a la altura de las expectativas.

Acompañando a las novedades Marvel, de todo tipo, franquicia o condición, le sumamos un editorial donde reflexionamos sobre la llegada de Hickman a los aledaños de la Patrulla-X, como ha afectado su visión a un constructo muy asentado. En el Juicio a… nos salimos de la temática general para establecer una opinión polarizada sobre el Hulk de John Byrne y Ron Garney. Destacamos nada menos que dos cómics este mes, siendo uno de ellos el comienzo del crossover X de Espadas, por no hablar de la recomendación habitual, esta vez centrada en una serie joven como es el Factor-X de Leah Williams y David Baldeón, que está despuntando desde su misma salida. Seguimos con el Quién es Quién, donde desgranamos algunos de los protagonistas del evento mutante de la temporada, y en clásicos hablamos, largo y tendido, de la Saga de Fénix Oscura. Como ven, un aire muy mutante para este Magazine. Por último, no dejamos de lado nuestro habitual viaje en el tiempo, porque sí, porque nos pirra la nostalgia.

Fuera preámbulos, ha llegado el momento del Magazine. Pasen y lean. El gusto es nuestro.

TITULARES

Columna de opinión
Juicio a…
Análisis de novedades
El cómic destacado del mes
No te puedes perder…
Quién es quién
Hablemos de clásicos
Otras reediciones
Aquellas maravillosas novedades

Magazine Marvel España logo

Columna de opinión

¿Qué es lo que define a la Patrulla-X? ¿Dónde reside su esencia? Cualquier lector con un mínimo conocimiento sobre los mutantes de Marvel respondería a estas preguntas con un nombre: Chris Claremont. Los elementos definitorios de la Patrulla-X, su esencia misma, se encuentran en la etapa de Chris Claremont. No obstante, dicha etapa se extendió durante algo más de tres lustros y el guionista contó con diversos dibujantes que también supieron dejar su propia huella. Poco tienen que ver las aventuras espaciales dibujadas por Dave Cockrum con el tecno-western crepuscular dibujado por Marc Silvestri, por ejemplo. ¿En qué parte de la larga etapa de Claremont reside pues la esencia de la Patrulla-X? También para esta pregunta contamos con una respuesta automática: en la etapa que compartió junto a John Byrne. Fue allí donde se narraron las historias más trascendentales de la Patrulla-X, como la Saga de Fénix Oscura o Días del Futuro Pasado. Es más, fue allí donde se articuló el leitmotiv de “temidos y odiados por un mundo al que han jurado proteger” sobre el que poco después se construiría toda la franquicia mutante. Incluso cuando Claremont abandonó la colección a la que había convertido en un éxito, el concepto perduró. Sin su patriarca, la Patrulla-X permaneció congelada en ámbar, aferrada al “temidos y odiados” y resistiéndose a cualquier cambio. Pocas veces se distanció de aquel viejo mantra y cuando lo hizo fue al amparo de realidades alternativas como la de La Era de Apocalipsis. Al fin y al cabo, distanciarse del “temidos y odiados” era distanciarse de su propia esencia.

Entonces llegó Grant Morrison y todo saltó por los aires, empezando por supuesto por el “temidos y odiados”. De repente la Patrulla-X dejó de ser la representante de una minoría oprimida y se convirtió en la abanderada de la especie que estaba destinada a heredar el planeta. Los humanos estaban condenados a la extinción y los mutantes se multiplicaban cada vez más. Hasta la cultura popular abrazó a los otrora despreciados Homo Superior: los humanos deseaban ser mutantes porque ser mutante estaba de moda, ser mutante molaba. Sin apenas darse cuenta, la Patrulla-X había pasado de ser un grupo de marginados y forajidos a ser la vanguardia del mundo futuro; un mundo caracterizado por la diversidad, que abrazaba al diferente y renunciaba a los grandes iconos de su pasado. Morrison incluso tuvo la osadía de destruir el eje moral definido por los extremos de Xavier y Magneto que hasta entonces había definido a la franquicia. Resulta que para la nueva generación de mutantes, Xavier y Magneto eran poco más que imágenes para decorar una camiseta. Así de atrasadas se habían quedado sus posturas. Así de atrasado se había quedado aquel “temidos y odiados”.

No deja de ser irónico que una etapa tan iconoclasta como la de Morrison sea en cierta medida un reflejo de la de Claremont y Byrne, a la que consideramos guardiana de las esencias. Los New X-Men de Morrison también tuvieron su propia saga del Fénix y hasta su futuro distópico en la línea de Días del Futuro Pasado. Sin embargo, es posible que en aquel entonces no estuviésemos preparados para aceptar un cambio tan radical en el concepto de Patrulla-X. Pues, si bien hoy es admirada, en su día aquella fue una etapa muy criticada. De hecho, la editorial tuvo tanto miedo de las ideas de Morrison que dedicó los siguientes años a deshacer sistemáticamente casi todo lo que había hecho. Su historia definitiva sobre Magneto se reescribió usando una pobre excusa apenas unos meses después de su marcha, sin ir más lejos. Alegando que había llegado el momento de “devolver el genio a su botella”, la editorial culminó aquel proceso de borrado con el Día M y la drástica reducción de la especie mutante. De esta forma, se volvió otra vez al “temidos y odiados” y los lectores de entonces suspiraron de alivio. En su día muchos se habían sentido disgustados por la propuesta de Morrison, así que el regreso a la “normalidad” fue aplaudido. Cuando los Astonishing X-Men de Joss Whedon y John Cassaday recuperaron el tono superheroico del que se habían distanciado pareció que la Patrulla-X había vuelto al buen camino. Curiosamente, esa misma colección se basó en varios elementos de la etapa de Morrison. Parece que, pese a todos los intentos de la editorial para purgarlas, algunas de sus ideas habían arraigado. Nunca más se volvería a ver el “temidos y odiados” de la misma forma.

Nuevos X-Men Grant Morrison

Toda esta disertación sobre el pasado de la franquicia mutante y la búsqueda de su esencia es algo más que un mero ejercicio vacío. Hoy es un buen momento para pensar en la etapa de Morrison porque estamos viviendo un fenómeno similar con la actual etapa de Jonathan Hickman como guionista principal de la Patrulla-X. El panorama mutante de hoy en día resulta polémico porque también desafía esa esencia que hemos interiorizado a lo largo de años de lecturas. En efecto, hoy hemos vuelto a dejar atrás el “temidos y odiados”. Es más, incluso hemos vuelto a perder nuestra referencia en ese eje moral definido entre la convivencia pacífica defendida por Xavier y la lucha por la supremacía mutante representada por Magneto. Aunque parezca erróneamente que la actual Patrulla-X ha abrazado las ideas de Magneto, lo que en realidad nos ha presentado Hickman es algo tan osado como lo que hizo Morrison en su día: los mutantes ya no necesitan imponerse a los humanos en un conflicto genético porque dicho conflicto ya no tiene sentido. Los mutantes ya han ganado. No sólo tienen su propia nación, sino que son capaces de presionar a las demás naciones del mundo. No sólo son la especie superior destinada a heredar el planeta, sino que incluso han trascendido la muerte. Una vez más, los mutantes son el futuro.

Como la etapa de Morrison, la de Hickman también supone un claro desafío hacia los elementos definitorios de la Patrulla-X, hacia esa esencia que tanto ha tratado de preservarse desde los días de Claremont. Aquí no hablamos sobre la calidad de sus guiones o sobre la caracterización de sus personajes, sino sobre la premisa que la sustenta. Independientemente de que sea buena o mala, la etapa de Hickman parte de una idea que coloca a la Patrulla-X en una posición que se aleja de su rol habitual en el Universo Marvel y cuya resolución puede tener efectos trascendentales en el futuro de la franquicia mutante. ¿Puede que el día de mañana, cuando pensemos en la esencia de la Patrulla-X, no evoquemos el tan manido “temidos y odiados” sino que hablemos sobre la nación de Krakoa, sobre los Cinco y sobre sus Protocolos de Resurrección?

X-Men Hickman

Si algo nos ha enseñado el pasado es que los lectores de cómics somos resistentes al cambio y no lo toleramos nada bien. Quizá ese sea el motivo por el que la Patrulla-X se ha pasado años y años enquistada en el “temidos y odiados”. Quizá por eso la etapa de Morrison resultó tan polémica entonces, hasta el punto de que la propia Marvel hizo todo lo posible por borrarla. Quizá eso también explique la recepción que está teniendo ahora la etapa de Hickman, tan divisiva. Si los nuevos lectores abrazan esta etapa mientras que los veteranos la miran con recelo es porque se trata de otra etapa de revolución y cambio. Se le pueden criticar muchas cosas a la propuesta de Hickman, por supuesto, pero lo que está claro es que, frente al inmovilismo de otras colecciones, al menos es atrevida y presenta auténticos cambios.

El tiempo dirá si todos esos cambios acabarán trascendiendo o si por el contrario acabarán en el olvido. Puede que la propia editorial se arrepienta y trate de borrarlos dentro de unos años o puede que sean desterrados a los márgenes, donde acabarán asentándose y definiendo muchas historias futuras, como sucedió con las ideas de Morrison después de que Marvel intentase “devolver el genio a su botella”. Sea como sea, cualquier posible cambio se va a encontrar con una gran resistencia. Esta es una etapa de choque de ideas, de conflicto y de debate. Por eso este es un momento perfecto para estar al día de la actualidad mutante y participar en la conversación sobre ella. Mientras otras franquicias de la Casa de las Ideas pasan por un momento de relativa mediocridad, hoy la franquicia mutante es un hervidero de conceptos desafiantes al que merece la pena prestar atención. Más allá de gustos y preferencias, hoy hay que seguir a la Patrulla-X de Hickman porque es la punta de lanza de Marvel; como antes lo fue la Patrulla-X de Morrison y como mucho antes lo fue la Patrulla-X de Claremont y Byrne. Puede que estemos asistiendo en directo a la gestación de un futuro hito en la historia mutante.

Juicio a… Hulk de John Byrne y Ron Garney

La Marvel de finales de los noventa era un territorio complejo. Sacando la cabeza de un pozo, que se antojaba insalvable en ciertos momentos (¡Heroes Reborn!), poco a poco parecía que su situación se iba regularizando- Mucha culpa, para ese enderezamiento, se la debemos al movimiento Heroes Return, un retorno orquestado al clasicismo en cabeceras como Vengadores, Iron Man o Thor. Para otros personajes, que no sufrieron grandes aspavientos, quedaba vetada la etiqueta, pese a que también sufrieron importantes alteraciones creativas. En el caso de Hulk tuvimos una paso de antorcha bastante relevante, con la salida de Peter David como guionista titular de las historias del Gigante de Jade. Para buscar un reemplazo a la altura, en las oficinas editoriales optaron por John Byrne, en la parte literaria, y Ron Garney a los dibujos.

Esta etapa se recopila en un volumen unitario en formato Omnibus, por parte de Panini, y se puede decir que tiene tanto sus defensores como sus detractores. Byrne es un autor con una legión entusiasta de seguidores y todavía se encuentran fervientes partidarios de las ideas aquí expuestas. En una concordancia equidistante con las fuerzas del universo, existe un contrapartida crítica con estas páginas. ¿Polémica? Ya están dispuestos los contendientes con sus propios argumentos para intentar convencer al respetable.

A favor …. Robbie R.

Cuando llegó el anuncio de que la larga etapa de Peter David en la colección del Increíble Hulk tocaba a su fin, surgieron varias preguntas que se hicieron evidentes entre el público: ¿quién tomaría el relevo? Y, más importante ¿estaría a la altura de su predecesor? Después de todo, el guionista saliente había tomado a regañadientes el encargo de escribir una colección que se consideraba agotada y acabó convirtiéndola en una de las referencias obligadas de un período particularmente convulso en la historia del cómic estadounidense. En unos años en los que la industria parecía decantarse por dibujantes estrellas y anti-heroísmo oscuro, la serie de la Masa tenía como artista destacado a su guionista, el cual usaba de forma eficaz unos diálogos inteligentes y grandes dosis de comedia. David cogió sin mucho entusiasmo una serie que se consideraba agotada y la convirtió en un inesperado éxito, gracias a un trabajo constante y a la estrategia de llevar al personaje protagonista y su entorno más cercano a escenarios y situaciones diferentes cada cierto tiempo.

Sin embargo, el creciente éxito de la colección se tradujo en una progresiva pérdida de libertad por parte de un autor que se veía obligado a participar en los eventos y cruces que proponía la editorial. Hulk era un personaje de éxito y su presencia era reclamada aquí y allá. Además, hay que reconocer que, tras «La Caída del Panteón«, las propuestas de David no habían sido especialmente memorables. El guionista empezaba a mostrar signos de agotamiento, motivados en buena medida por las continuas injerencias editoriales y, finalmente, tiró la toalla con un número de despedida en el que, por oscuridad, pesimismo y amargura, se encontraba el reverso de una década caracterizada por cualidad antagónicas a ésas. Peter David ya no estaba, pero la serie de Hulk debía continuar. Los autores son aves de paso y los personajes pertenecen a la empresa, pero, en este caso, era necesario ganar la permanencia de la audiencia con un peso pesado de la industria. El elegido para esta tarea sería el veterano John Byrne.

La llegada de Byrne supuso para la colección del Increíble Hulk una irónica simetría: la llegada de Peter David había venido motivada por el abandono del británico-canadiense, tras una corta y transicional etapa comandada por Al Milgrom. Una década después, Byrne retornaba a la vida literaria del Coloso de Jade tras la marcha de David, tras una transicional y corta etapa comandada por Joe Casey y Javier Pulido. Dice un tango argentino que veinte años no son nada, pero, en este caso, doce años habían sido mucho, para el Gigante Verde y para el autor que arribaba. ¿Podría Byrne hacer olvidar a David e ilusionar al público como lo había hecho durante los ochenta y los primeros noventa? La respuesta está en este tomo.

Antes de continuar, hay que tener presente que Byrne no retorna a la colección como autor completo, sino, únicamente, como guionista. A nivel productivo sigue siendo tan prolífico como siempre: en ese tercer retorno a Marvel se encarga de los lápices de una de las nuevas colecciones de Spider-Man, se reencuentra con Roger Stern para narrar, a modo de cuenta atrás, la historia de una pretendida generación perdida en la historia de Marvel y brinda una entrañable continuación de las andanzas de la Patrulla-X original en Los años perdidos. Ninguna de esas obras tiene el brillo y el impacto de sus días de gloria, pero siguen siendo tebeos hechos con oficio. Aquí, como en una colección dedicada a una nueva y efímera Spider-Woman, sólo se empleará como escritor y, en el caso de la serie de Hulk, estará acompañado por un dibujante que, en ese momento, está pasando por su mejor momento: Ron Garney.

Ron Garney es una presencia constante en la atribulada Marvel de los años noventa. Se dio a conocer para el público en una serie de la denostada franquicia de los Hijos de la Medianoche, Nightstalkers y se consagró cuando ilustró los guiones de Mark Waid en la colección protagonizada por el Capitán América. En apenas once números, escritor y dibujante habían convertido al vengador abanderado en una de las sensaciones del momento, de modo y manera que, tras la fallida experiencia de Heroes Reborn, volvieron en olor de multitudes a la cabecera de la que no tenían que haber salido. La popularidad de este tándem justificó la salida de una segunda cabecera dedicada al Capi y consagró a Garney como un dibujante a tener en cuenta. Así pues, el nuevo equipo creativo contratado para narrar las nuevas aventuras del gigante verde combinaba la veteranía del guionista con la popularidad del dibujante. Sólo por sus respectivas trayectorias, merece la pena darle una oportunidad a su propuesta.

Byrne y Garney plantean una arriesgada apuesta, con el fin de marcar las distancias con el legado de Peter David. Así, el primero evita su habitual truco de retornar a los orígenes -planeado en su primera visita al personaje- y presenta un escenario que evoca una versión terrorífica de la adaptación televisiva de los años setenta. Bruce Banner vuelve a ser un hombre solo, amargado por el recuerdo de lo que tuvo y perdió. Vuelve también una versión salvaje de Hulk que, de nuevo, parece estar fuera del control de su alter ego. Sin embargo, esta vez hay algo distinto: el gigante de pocas luces que solamente quiere que le dejen en paz ha dejado paso a una bestia destructora. ¿Ha perdido Banner el control? La respuesta está en esta obra que, por su brevedad, constituye un interesante testimonio de la forma en la que etapas imprescindibles en la historia de un personaje icónico se combinan con otras de transición.

Un veterano guionista que vuelve a un escenario que conoce bien, un dibujante en estado de gracia y uno de los personajes icónicos de Marvel ¿se puede pedir más?

La verdad, nada más que la verdad.

En contra …. J.J.J.

¿Qué se puede hacer con un monstruo verde, incontrolable y lleno de furia? Siempre he dudado que el concepto tuviera algo de interés, aunque sé que en esta tribuna me encontraré más bien solo. Aun así, John Byrne venía como el gran salvador del personaje en 1999. Tras una etapa muy alabada, por parte de Peter David, la serie zozobraba en aguas peligrosas, por lo que los editores pensaron en un adalid de lo clásico, un representante de las mejores épocas de la editorial. Byrne vuelve a agitar el tarro de las esencias, a su manera, con la premisa de volver al gigante más desenfrenado y bestial que nunca, a la manera de Stan Lee y Jack Kirby. No estará solo en el proyecto; se ficha para la parte gráfica a un artista como Ron Garney, que llevaba dejando su huella en los tebeos de la Casa de las Ideas, durante gran parte de la década de los noventa.

Para empezar, Garney es un dibujante cuya evolución es importante resaltar, para bien. El apartado artístico, pues, se puede decir que está muy bien cubierto. Veamos que podemos decir del enfant terrible canadiense. Byrne decide obviar todo lo anterior, como era práctica habitual. Al bueno de John no le ha temblado nunca la mano para dejar en mal lugar a sus antecesores. Nada nuevo bajo el sol. Volvemos a tener a un Bruce Banner fugitivo por los pueblos de la América profunda, cabizbajo y meditabundo. No nos extraña ver un Hulk furibundo, descontrolado, después de los arreglos y apaños que había montado Peter David sobre la personalidad del monstruo. ¿Evolución o involución? La respuesta, en mi caso, está muy clara.

El guionista plantea una intriga, de manera evidente. Bruce Banner apenas es consciente de las acciones de su alter ego, por lo que debe existir una explicación plausible para esta disociación. Flashbacks, diálogos intrascendentes entre personajes, con el sheriff de buen corazón y la típica niña adorable, recurso fácil para empatizar con el lector, interminables recuadros de apoyo…. son recursos utilizados para cubrir el misterio de su primer arco en la colección, que para no desvelar nada relevante de la trama, sí me permito decir que la resolución es poco menos que ridícula y que el villano elegido, sacado del baúl de los recuerdos, no puede tener menos carisma.

Algo que es de recibo recalcar es el exagerado uso de los cuadros de apoyo. Puede que haya algún fan en la sala, no lo pongo en duda, pero no parece una exageración tildarlo de recurso antiguo y muy desfasado para el cómic moderno; su sobrexplotación ya lo torna más que cansino. Momento del Hulk desatado, causando caos y destrucción, Byrne se viste de profundo, de trascendente, con soliloquios internos y el lector se queda frito de aburrimiento. Toca repasito de algo de la continuidad, ¡atención!, se viene interminable retahíla de cuadritos con el resabido de John mostrando que es un sabio de la historia de Marvel.

Lo cierto es que el autor trata que haya sensación de universo compartido, con los Vengadores implicados en tratar de parar al monstruo, cuestión que en cierto sentido es responsabilidad de los Héroes más Poderosos de la Tierra. También se ocupa de que aparezca el Hombre-Cosa en una saga, un personaje no ya de segunda, sino de tercera fila, siendo generosos. Por no hablar de la inexplicable resurrección de un secundario que había tenido su arco correspondiente en el pasado; ¿John Byrne echando por tierra el trabajo de otros compañeros, negando la mayor? ¡Qué nos están contando!

El autor canadiense es alguien de fuerte carácter, por lo que sabemos que, tarde o temprano, terminará peleado con los editores. Dicho y hecho; tras el #7, Byrne deja colgada la colección, por lo que otros autores como Jerry Ordway o Erik Larsen deberán cerrar los cabos sueltos dejados por su predecesor, mientras que Garney se mantiene fiel al monstruo esmeralda.

El resultado es una vuelta a las esencias muy descafeinada. No se puede negar el influjo de un John Byrne, fan favorite de muchos, que siempre suele atraer la atención. No en vano, era su segunda etapa con el personaje y la primera es recordada con mucho cariño. Lo que ocurre es que utilizando una metodología desfasada, provocando hastío y aburrimiento, no creo que sea la mejor forma de reivindicarte como autor franquicia con Hulk, un personaje que ya de por sí consta de escasos recursos para parecer interesante. Un recorrido fallido, además de inconcluso, que dudo mucho que genere un nutrido grupo de seguidores.

He dicho.

Análisis de novedades (grapas y tomos)

Como ya viene siendo costumbre, desde hace unos meses, y como parte fundamental de este Magazine, debemos hablar de aquellas novedades que llegan este mes a nuestras librerías (dejando de lado por supuesto, las que son objeto de otras subsecciones como el Juicio a… o los clásicos). En este año que empieza, Panini da el do de pecho y comienza con no pocas ganas y con pingües novedades que acapararán nuestro interés.

LANZAMIENTOS GRAPA

Proscritos: Alfa

¡La versión adolescente de Civil War ya está en nuestras librerías! A lo largo de la historia del Universo Marvel, no son pocos los superhéroes que han impartido justicia por el mismo desde muy corta edad, desde Bucky hasta Miles Morales, pasando lógicamente por Peter Parker. Siendo así, no es extraño que en no pocas ocasiones se haya cuestionado el juicio de un adolescente a la hora de luchar por aquello que considera justo en un mundo dominado por adultos.

Pero… ¿Qué ocurre cuando ese cuestionamiento se hace a nivel gubernamental y los héroes menores de edad son declarados proscritos? Pues que tenemos un nuevo evento Marvel. Kim Jacinto e Eve L. Ewing, nos traen esta interesante grapa que inaugura la tónica de las series de Nova, Miles Morales y Kamala Khan, entre otros, durante los próximos meses.

Patrulla-X 13

Es posible que os preguntéis por qué se recomienda un número determinado de la Patrulla-X de Hickman cuando lo interesante de los mutantes, respecto a este mes, es la llegada del evento X de Espadas, igualmente orquestado por nuestro amigo Jonathan. Pues bien, se hace porque el número trece de la colección española principal contiene un Giant-Size más de ésta (concebidos como números especiales en Estados Unidos y que aquí Panini ha decidido aunar con la colección en grapa) que resulta ser el dedicado a Tormenta y el último de este tipo.

Por fin conoceremos el desenlace de la enfermedad que tanto afecta a Tormenta y que tiene lugar en Krakoa, a la par que se suceden los distintos eventos protagonizados por la Gente-X, una vez que Rondador Nocturno, Emma Frost y Jean Grey, Magneto y Fantomex hayan protagonizado el inicio y desarrollo de este curioso entremés mutante.

Una grapa muy interesante para los que sigáis la serie.

Instantánea Marvels: La Patrulla-X

Durante estos últimos meses del año, y los primeros del presente que acaba de llegar, estamos viendo como por el ochenta aniversario de Marvel Comics, ya finiquitado, sigue dando sus últimos coletazos con la salida al mercado de propuestas que buscan ofrecer algo nuevo apelando a la nostalgia desde un punto de vista artístico y no meramente emocional. El caso más claro es, sin duda, el de la magnífica Historia del Universo Marvel, de Mark Waid y Javier Rodríguez, pero no solo éste.

Y es que, siguiendo la estela de la histórica Marvels: La Era de los Prodigios de Kurt Busiek y Alex Ross, hoy elevada por derecho propio a la categoría de clásico y de obra imprescindible, nos han ido llegado en los últimos meses las grapas que forman parte de lo que se ha dado en llamar Instantánea Marvels, en las que como su propio nombre indica, se nos ofrecen interesantes puntos de vista sobre momentos clave de la historia de este universo, pero desde una óptica más cotidiana de lo habitual.

En esta ocasión, le llega el turno a los mutantes, aquellos temidos y odiados que en su orígen encarnaban los diferentes puntos de vista de la lucha de los negros contra el racismo y el apartheid, que en esta ocasión, de la mano de Tom Reilly y Jay Edidin, congelan la imagen en la figura de Cíclope, uno de los primeros alumnos de Xavier y futuro líder del grupo, que contempla aquí el nacimiento de la Era Marvel de los Cómics desde un orfanato en Nebraska, antes, mucho antes de que fuera rescatado de aquella vida por Charles y descubriera su propósito en el mundo.

Una grapa de las que con muy poco, te llega al corazón y te llena el espíritu.

El Asombroso Spiderman 25: #850 USA

Nuevo número capital para el trepamuros. En este caso, el 850 de su colección principal (al que se llega, como sabemos, haciendo determinadas trampas en la numeración que no nombraré aquí).

Como suele ocurrir en estas ocasiones, casi festivas, la grapa habitual aumenta su tamaño para que participen varios autores, siendo en este caso Humberto Ramos, Nick Spencer, Mark Bagley, Kurt Busiek, Chris Bachalo, Tradd Moore, Saladin Ahmed y Ryan Ottley los que llevan a cabo el esperadísimo regreso del Duende Verde.

Si pensabais que lo de Pariente era suficiente (perdón por la rima) esperaos a leer lo que os vais a encontrar en este número.

LANZAMIENTOS TOMO

Yondu: Mis dos Yondus

Tenía que pasar. Yondu es, en esencia, un personaje muy poco popular del Universo Marvel; perteneciente nada menos que a la primera encarnación de los Guardianes de la Galaxia, conocida como la que no se ha hecho famosa en el cine. Sin embargo, arquero de Centauri fue introducido en la primera película de estos como, de partida, uno de sus villanos (más tarde redimido), que resultaba ser quien llevaba a Starlord al espacio por orden de su padre.

Ello hizo al personaje más famoso que en toda su historia, por lo que lógicamente, no podía quedarse sin un cómic protagonizado por él, en el que, como Nébula, resultara ser más similar al canalla que hemos visto en cines, que al héroe que conocíamos de los cómics originales.

Sea como fuere, Yondu llega este año a nuestras estanterías, en un cómic entretenido llevado a cabo por John McCrea, Zac Thompson y Lonnie Nadler.

100% Marvel HC. La Venganza del Motorista Fantasma Cósmico

Por obra y gracia de Donny Cates, llegó en las páginas de Thanos un nuevo personaje, sidekick del Titán Loco, que respondía al nombre del Motorista Fantasma Cósmico y que, lejos de tener algo que ver con Johnny Blaze o Danny Ketch, resultaba ser un Frank Castle que tras haber sido Espíritu de la Venganza y más tarde heraldo de Galactus, para haber acabado al servicio de un Thanos que estaba, como se suele decir, «más pallá que pacá».

El resultado fue un personaje muy entretenido que más tarde se prodigó por la colección de los Guardianes de la Galaxia del propio Cates y, por supuesto, por la de Los Vengadores llevada a cabo por Jason Aaron.

Ahora le llega el turno a Dennis Hopeless quien, siguiendo la estela de los míticos Masacre Mata al Universo Marvel y El Castigador Mata al Universo Marvel, nos traen La Venganza del Motorista Fantasma en la que este Frank Castle tan particular decide castigar a la galaxia entera.

El cómic destacado del mes

Por ser comienzos de año, este mes traemos una excepción a este segmento. Normalmente, elegimos un único cómic entre toda la redacción para que ocupe tal lugar. Para enero de 2021 nos estaba siendo muy complicado decidir quién se quedaba con el preciado puesto, por lo que hemos adoptado una decisión salomónica, incluir dos títulos como destacados del mes. Sinceramente, creemos que ambos dos lo merecen.

Excalibur 9: X de Espadas. Parte 1 de 22

Estamos ante el comienzo de un nuevo evento en este caso relacionado con la franquicia mutante. No hemos descansado ni siquiera del anterior, Imperio, que ya tenemos en la mesa el correspondiente a Amanecer de X. Aquí no acabamos, todo sea dicho, puesto que en el horizonte ya asoma King in Black.

Tras varios números, en diversas series que han servido de preludio, la espada mutante pende sobre nuestras cabezas.

Llegados a este punto ahora toca saber si seguiremos, o no, este evento puesto que entre especiales y entregas a modo de preludio nos ponemos en casi 36 números. Lo que puedo asegurar es que el debate está abierto dada la peculiar publicación del mismo por parte de Panini Cómics, heredada, para ser justos, de la casa madre americana.

El título introductorio recoge X-Men: X of Swords: Creation vol.1 #1. De la mano de Tini Howard y Jonathan Hickman, en este enorme capítulo de apertura se plantan las semillas de lo que vendrá seguidamente. Se trata de un especial cumplidor, en el cual encontramos tensión, acción y cierto presentimiento de que nubes oscuras amenazan la nación recién fundada de Krakoa. Observamos un cómic en el que se colocan las piezas relevantes en el tablero en preparación para una partida de ajedrez, así como en dar a los lectores una hoja de ruta para lo que se avecina.

El gran hándicap de este evento, que no a va a ser del agrado de los lectores, es la extraña forma de publicación por parte de Panini Cómics. Estoy seguro que la intención ha sido buena, no lo dudo, pero encontrarnos que el especial y primer número se encuentre en Excalibur número 9 resulta chocante. La posterior publicación del resto de números no va a ser menos confusa. Entiendo que aquel que no sigue, por ejemplo, Lobezno tenga que hacerse con esa entrega, si desea seguir el evento por completo. Pero tener que adquirir incluso un número de una colección que no se sigue, que ni siquiera contiene el número correspondiente de la edición americana resulta desconcertante.

Son muchos números los que tenemos por delante, y espero sinceramente que merezca la pena. Esta versión de la Patrulla-X es algo diametralmente distinto a lo que para mí significa y significó desde los tiempos de Claremont. Tengo claro, por anteriores trabajos de Hickman, que lo que está desarrollando no va a dejar poso. Ni sus 4 Fantásticos ni sus Vengadores han dejado huella, ni los posteriores guionistas han continuado su línea ni conceptos. Por ello, leo mes a mes esta serie y algunas otras colecciones mutantes como un “experimento” que visto así resulta interesante. X de Espadas la seguiré íntegramente con la expectativa de que por lo menos me haga pasar un buen rato.

Howard y Hickman han sido los principales arquitectos de la línea X-Men desde el relanzamiento. Una de las críticas que ha recibido la labor de Hickman en su Amanecer de X, entre muchas, ha sido que los personajes están desdibujados e irreconocibles, sobre todo los del género femenino. Por otro lado Tini Howard nos está ofreciendo guiones ciertamente anodinos en Excalibur. Si bien, de momento con esta introducción el guion está a la altura de lo que Hickman ha prometido. El número cumple sobradamente con una gran cantidad de acción, muerte, destrucción, traición, esperanza, angustia y humor. Lo interesante de esta introducción, y ya veremos si se desarrolla de igual manera en entregas posteriores es que por formidables que sean los mutantes involucrados en la historia, la mayoría de ellos sienten que no tienen el control de la situación. Sin spoilers, debo decir que cuanto menos la última viñeta de este especial te deja con ganas de más.

Muy probablemente la valoración sube enteros gracias a al apartado gráfico. Pepe Larraz y Marte Gracia llevan a cabo un trabajo magnífico. El dibujante se apoya en toques y tonos visuales de un mundo de fantasía gracias a que que gran parte de la trama se desarrolle en Otro Mundo. Vastos ejércitos de los Portadores de la Espada mientras conquistan reino tras reino del Otro Mundo en su camino hacia la Ciudadela de la Luz Estelar son plasmados con grandeza y majestuosidad. Densas páginas y un trabajo detallista permiten que el lector disfrute como en los anteriores trabajos de nuestro autor patrio. Resulta genial que ambos autores consigan un verdadero choque entre oscuridad y un color irradiante. A medida que la oscuridad se acumula en el Otro Mundo, la belleza idílica de Krakoa choca de frente a nuestros ojos. No se trata de una labor fácil y el colorido embellece, en gran medida los magníficos lápices de Pepe Larraz.

Por otro lado, apreciaremos cómo la narrativa se acerca a modo de zoom desde imágenes en planos amplios, a planos cortos que revelan lo que está en juego para los personajes en un abrir y cerrar de ojos. El acercamiento y alejamiento de grandes batallas y ritmos de personajes en primer plano se deben a Pepe Larraz. Su capacidad para introducirse en el momento concreto dentro de lo que percibe un personaje es excepcional y enriquece la percepción del momento que se está narrando.

En definitiva, estamos ante un gran número que destaca, en gran medida por los lápices de un gran dibujante y colorista. Sumando a lo anterior encontramos un argumento que llama nuestra atención y que nos promete algo épico, por lo que de momento supone que debemos imbuirnos de lleno en este choque de espadas.

Iron Man 1

Para Marvel Iron Man siempre fue uno de sus personajes principales, de esos que se ganó su serie propia desde el principio, la cual se mantiene mes a mes, con algún pequeño parón en diversos momentos de la historia de la editorial. Pero si antes lo era, ahora con su triunfo absoluto de popularidad, gracias a el Universo Cinematográfico Marvel fundamentalmente, es impensable ver un parón en la publicación de las historias del Hombre de Hierro. Durante los últimos años ha gozado de buena salud y equipos creativos de renombre para contar sus historias. Escritores como Warren Ellis, Brian Michael Bendis, Matt Fraction o Kieron Gillen dieron algunas vueltas al personaje creado por Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby dentro de la colección Tales of Suspense en el lejano 1963.

El multimillonario Tony Stark es miembro fundador de los Vengadores, no en vano se le conoce como el Vengador Dorado, y uno de los pilares de la editorial, siendo considerado uno de la “trinidad” marvelita, y también el principal portador de la armadura que él mismo creó, aunque vimos sustitutos muy variados, como su eterno amigo James Rhodes, el villano Doctor Muerte o la joven Riri Williams. Pero el ex-director de SHIELD está condenado a vestir su famoso traje y, aunque muera, siempre acaba volviendo a su armadura de alta tecnología.

Su última etapa comenzaba como algo ilusionador para algunos de los seguidores de la casa de las ideas. Marvel apostaba por Dan Slott como guionista de la serie, un hombre que había cogido a Spiderman en su peor momento, tras una conocida decisión editorial que parecía que iba a destruir al personaje. Pero el escritor lograba lo increíble, realzar al trepamuros y quedarse en su colección durante diez años, haciendo que Peter Parker evolucionara a base de tomar otros caminos y con historias que eran 100% entretenimiento. Aún con sus detractores, Slott lograba que algunos recuperasen la fe en Spiderman y se pegasen a sus historias mes a mes, así que ver al escritor tomando los mandos de Iron Man parecía una idea maravillosa. Sin embargo no fue así. Los lectores se lo tomaron con paciencia porque Slott se ganó una fama de arranque tranquilo y avances enormes. El problema es que los meses pasaban y aquello parecía no llevar a ningún lado, ni dos ideas tan potentes, como una revolución robot o la llegada del Iron Man 2020, lograban que la serie despegase. Hasta Jim Zub fue nombrado co-guionista para ayudar a Dan Slott y eso seguía hundido si posibilidad de salir. Así que no quedaba otra cosa que finalizar, renumerar y cambiar a otro equipo creativo.

En este caso la esperanza vuelve porque los autores encargados, aunque menos conocidos, tienen una carrera detrás que denota calidad.

Como escritor llega Christopher Cantwell, un artista que desde aquí le habíamos vaticinado un futuro prometedor. Cantwell es uno de los creadores de la serie de televisión Halt and catch fire, medio al que volverá como showrunner de la adaptación de Paper Girls, pero su trabajo en el cómic, aunque corto, denotaba mucha calidad gracias a dos series que salían en Dark Horse, Podía volar y Everything. De la primera vimos el primer tomo en España publicado por Editorial Hidra, la segunda aún está inédita, aunque esperemos que su paso por Marvel haga que alguna editorial se anime. En la casa de las ideas se lanzaron a darle la serie del Doctor Muerte, colección realizada junto a Salvador Larroca que fue nominada a un premio Eisner en el 2020, así que es normal que le hayan dado una serie puntera vistos sus resultados.

Al dibujo tenemos a un artista español, CAFU. Decir que realiza un trabajo espectacular es quedarse corto. El dibujante ya había estado por Marvel hace más de diez años, realizando algún número de X-Men, Pantera Negra y Vengadores, pero para ver bien su evolución hay que irse a otra editorial, Valiant, en la que vemos como su dibujo va cambiando con algunas de las mejores colecciones del momento, como fueron X-O Manowar, Imperium o Rai. Ahora bien, el punto álgido del dibujo de CAFU lo vemos en su reciente serie de Valquiria para Marvel, junto a Jason Aaron como guionista, con apoyo de Al Ewing en su inicio. La colección dedicada a las últimas andanzas de Jane Foster parece que pasó algo desapercibida, pero lo cierto es que resultó una serie magnífica donde el dibujo destacaba por encima de todo. Aquí sigue la misma línea, una narrativa espectacular con un dibujo precioso que potencia la acción pero sin dejar de lado esa capacidad para dar vida a los personajes. Al igual que pasa con Cantwell, no es de extrañar que movieran al dibujante a una colección de primera línea.

Tras tanto Arno Stark y guerra de inteligencias artificiales, los autores afirmaban querer dar un giro a la colección de Iron Man para tomar referencias más clásicas en sus aventuras, de hecho una de las primeras frases de Tony Stark en esta serie es “Honestamente, debo volver a mis raíces”. Eso después de enfrentarse brevemente a Terrax, nada como dar una paliza a un heraldo de Galactus para empezar una colección.

En lo que respecta a la parte de la típica acción superheroica, este primer número es sencillito, un par de peleas y un team-up con Patsy Walker, pero lo que sobresale son los conceptos que nos plantean los autores, ese intento de back to basics pero no planteado desde fuera de la colección sino desde dentro, con el intento de Tony Stark de regresar a lo que era antes, tanto desde un punto de vista empresarial, como personal, como superheroico, con ese diseño de la armadura mucho más clásico que las de los últimos años. Con ello los autores eliminan cualquier rastro de inocencia, sobretodo mediante Patsy Walker y sus dudas sobre lo que hace Tony, y muestran un gran respeto hacia los lectores al no partir de cero sin más, sino justificando las decisiones por una especie de crisis personal. Con compra de coche y carrera incluida.

Sin duda un principio esperanzador.

No te puedes perder… Factor-X de Leah Williams y David Baldeón

Uno de los detalles que más llama la atención de este resurgir mutante es que con cada título nuevo, y ya van unos cuantos, han sabido encontrar su propio espacio, su leit motiv, sus personajes de cabecera y lo que es más importante, un equipo creativo que encaja como un guante en la propuesta.

Es inevitable señalar series como X-Men, Merodeadores o X-Force como las más interesantes hasta la fecha; habría que hacer mención también a propuestas como la de Lobezno, Nuevos Mutantes o Infernales, pero si hay una serie que ha derribado puertas con su frescura esa es Factor-X, en la que la escritora Leah Williams (Amazing Mary Jane, Age of X-Man: X-Tremist) con un estilo socarrón e inteligente, y el dibujante David Baldeón, con su espectacular y expresivo trazo han convertido cada una de las entregas en una prioridad absoluta en la pila de lecturas pendientes a pesar de llevar tan sólo dos entregas publicadas (tres números americanos).

Partamos de la base de que desde su primera encarnación, Factor-X se había caracterizado por ser los “investigadores” del panteón mutante. En sus primeros años usándolos como una tapadera que poco a poco se fue diluyendo y posteriormente Peter David en su primera incursión y sobretodo en la obra maestra que fue su segunda y extensa etapa acentuó aún más si cabe este tono de la mano de personajes como Madrox, Guido, M, Syrin o Layla. Con lo que puestos a recuperar esta cabecera que mejor que continuar con el legado, y entorno a esta idea surge un chispazo genial según el cual se convierten en el “grupo oficial” de investigar si un mutante está realmente muerto de cara a tomar la decisión de su resurrección o no. Y es que como ellos mismos apuntan, sería un auténtico lío resucitar a un mutante para darse cuenta que este no había muerto y encontrarse teórico-muerto y resucitado cara a cara. Una premisa tan fantástica como inteligente y bien hilvanada, tan inteligente como reunir bajo el mismo paraguas a este elenco de personajes tan peculiares: Estrella del Norte, Polaris, Daken, Rachel Summers, Chico Ojo, Prodigio, Kyle y Aurora. Personajes en su inmensa mayoría de tercera o cuarta fila, salvaría de esta etiqueta quizás a Rachel, y que apenas han compartido cuota de viñeta entre ellos, y aun así la mezcla funciona a las mil maravillas, habiendo una química especial desde el primer momento. Este mérito hay que reconocerlo a Leah quien se encarga de en primer lugar hacerlos reconocibles sacando a flote sus rasgos característicos y por otro lado, porque exagera un personaje como Daken, con quien si se toma ciertas licencias, para alejarlo de ese estereotipo que le confiere ser el hijo de Logan y sacar su lado más cómico, apoyándose con naturalidad en su bisexualidad para mediante el uso de sus feromonas aportar más de una situación delirante.

¿Pero sabéis qué es lo mejor de Factor-x? Que cuando parecía que el tono iba a ser de corte detectivesco por lo leído en la primera entrega llega la segunda entrega y nos encontramos con que el equipo tiene que viajar a Mundo Mojo para investigar la muerte de un participante en un show que todo apunta ha sido asesinada. Y es a partir de este número en el que vemos la grandeza de Leah, capaz de conjugar una terrible crítica hacia esos alimentos de las masas como son los realities, con situaciones tan absurdas como descacharrantes hasta llegar a ese momento en el que coge nuestro corazoncito mutante y lo pisotea. Y sí, por si no se ha notado, el trabajo de Williams nos ha dejado extasiado, ha sido todo un descubrimiento, un acierto más de este relanzamiento mutante.

Tenemos puestas muchas esperanzas en esta serie porque aporta ese tono fresco y distendido, muy alejado de ese drama y seriedad que parece imperar en este relanzamiento mutante, porque David se supera con cada nueva página y Leah Williams en tiempo récord le ha cogido el pulso a unos personajes que no nos engañemos, no importaban a nadie o casi nadie antes de leer la primera entrega. Tiene mucho mérito lo que ambos han conseguido y ahora sólo nos queda sentarnos a disfrutar de lo que nos tienen preparados y sobretodo recomendarla para que nadie se pierda este espectáculo.

Quién es quién: los espadachines de Arakko

En esta sección de nuestro magazine mensual aprovechamos la publicación de alguna nueva colección para repasar algunos datos sobre su reparto de personajes y, de esta forma, facilitar el camino a los nuevos lectores que estén interesados en seguirla. No obstante, en esta ocasión hemos decidido saltarnos nuestras propias reglas: en lugar de hablar sobre los protagonistas de X de Espadas vamos a hablar sobre los antagonistas, es decir, sobre los diez espadachines de Arakko que se enfrentarán a los mutantes de Krakoa durante el evento.

X de Espadas Espadachines Arakko

El cuarto número de Potencias de X nos mostró un tiempo inmemorial en el que sólo existía Okkara, la tierra única. Aquella era una tierra antigua, pero había cosas aún más antiguas y peligrosas que ella. La espada crepuscular de un misterioso enemigo hendió la vieja tierra y de repente lo que era uno se convirtió en dos: Arakko y Krakoa. Por la sima entre las dos nuevas tierras surgieron innumerables enemigos y un mutante inmortal, el ser que más tarde recibiría el nombre de Apocalipsis, se enfrentó a ellos con arrojo y valentía. Con sus grandes poderes se alzó sobre la grieta y empujó a Arakko a su interior. Envió entonces a sus cuatro Jinetes a custodiar esa tierra ignota y cerró la sima tras ellos para nunca volver a abrirla. La isla de Krakoa permaneció sola desde entonces, destinada a ser siempre una mitad incompleta. Mientras, al otro lado de la grieta, la isla de Arakko permaneció inmersa en su eterna lucha contra el ancestral enemigo. Aún así, sobre ella prosperaron los Arakkii, mutantes de asombrosos poderes y gran longevidad. Los diez espadachines que vamos a conocer a continuación son sus mejores guerreros.

Raíz Roja el Bosque

Raíz Roja el Bosque

La isla de Arakko es femenina, al igual que su voz: Raíz Roja el Bosque. Entre los Arakkii, Raíz Roja es única porque no quiere pelear y desprecia el inminente derramamiento de sangre que se producirá cuando se enfrente contra la Patrulla-X. Si no fuera por el deseo de Arakko de reunirse con Krakoa, Raíz Roja se quedaría fuera de este conflicto. Sin embargo, siguiendo la voluntad de Arakko, Raíz Roja utilizará sus poderes de botanomancia y su espada, conocida como Alluvium, para zanjar esta lucha.

Pogg Ur-Pogg

Pogg Ur-Pogg

Sabemos muy poco sobre la criatura con aspecto de cocodrilo llamada Pogg Ur-Pogg, pero es revelador que los Arakkii tuvieran que apelar a su inmensa codicia para que luchara por ellos en el conflicto. Su espada comparte su nombre y, al igual que el propio Pogg Ur-Pogg, está ansiosa por probar la sangre.

Bei la Luna de Sangre

Bei la Luna de Sangre

Bei la Luna de Sangre necesitó muy pocos argumentos para ser convencida de unirse a la lucha. Sabemos que su espada recibe el nombre de Seductora, pero apenas podemos definir su poder mutante. Sólo sabemos que se refiere a él como «la Nota de Perdición» y que parece tener voluntad propia, como si fuese una entidad viva que habitase en su interior.

Solem

Solem

Solem, el retorcido seductor, fue encarcelado durante más de un siglo por sus propios compañeros Arakkii. El crimen que cometió para recibir semejante castigo no lo conocemos, pero fue lo suficientemente grande como para ganarse el desprecio de los que deberían ser sus aliados en la lucha. La piel de adamantium de Solem le hace casi invulnerable a las heridas y además cuenta con su propia espada, una que además conocemos muy bien: Muramasa. Más importante aún, Lobezno le debe un favor… y puede que pronto llegue el momento de cobrárselo.

Isca la Invicta

Isca la Invicta

Isca la Invicta tiene un poder mutante único: no puede perder nunca en combate, de ahí que reciba el título de “la invicta”. ¿Pero qué emoción puede ofrecer un combate en el que no existe posibilidad alguna de derrota? ¿Puede que el hecho de no perder nunca se haya convertido en una maldición para ella? Aunque su espada se llama Piedad, Isca ya no alberga ninguna en su interior.

Espada Blanca

La Espada Blanca de la Aguja Celestial

Una vez, la Espada Blanca fue uno de los mayores campeones de los Arakkii… pero eso fue hace mucho tiempo. Si ha accedido a blandir de nuevo su espada, Pureza, para defender a Arakko en el conflicto ha sido a cambio de un gran favor que aún no se nos ha revelado. La Espada Blanca tiene una capacidad de curación que puede rivalizar con la de Lobezno, así que no teme a sus enemigos de Krakoa.

Muerte

Muerte

Uno de los Jinetes originales de Apocalipsis, armado con la terrible espada conocida como Hueso Negro de Amduat. Sabemos muy poco sobre Muerte y sobre su relación con Apocalipsis, pero sabemos que su poder se conoce como “los Ojos de la Muerte”… y que hace honor a su título.

Guerra

Guerra

Otro de los misteriosos Jinetes originales de Apocalipsis. Su poder mutante le permite controlar el fuego y está equipada con Bermellón, la Espada Roja, cuyo filo teme incluso el mismo Apocalipsis.

Invocador

Invocador

Enviado por su madre, Guerra, el Invocador llegó a Krakoa junto a un pedazo de Arakko que se unió de nuevo a la isla-nación mutante. Aunque se presentó como un aliado de la Patrulla-X, su llegada ya anunciaba el inminente conflicto contra los Arakkii. Sus poderes mutantes le hacen prácticamente invulnerable y además cuenta con una espada de extrañas propiedades que recibe el nombre de Colonia.

Spoiler

█████████

Apenas sabemos nada sobre la misteriosa █████████, más allá de su relación con ████████████ y de que la espada que porta en sus manos es la terrorífica ███████████████. Lo único que podemos decir con seguridad sobre ella es que ██████████████ con ████████ y que sin duda ███████████████████.

Para enfrentarse a los diez espadachines de Arakko en duelo singular, Krakoa elegirá a otros diez espadachines. ¿Quiénes serán los elegidos? ¿Y cuáles serán las espadas que empuñarán en el trascendental combate? Las respuestas a estas preguntas las descubriremos a lo largo de los próximos meses, durante la publicación de X de Espadas.

Hablemos de clásicos

Es realmente complicado hablar de la Saga de Fénix Oscura y expresar algo relevante que no se haya dicho ya. Los que llevamos un tiempo en esto damos por supuestas demasiadas cosas y a veces olvidamos que existe una pléyade de nuevos lectores dispuestos a descubrir los clásicos. El respeto que se le puede tener a una obra con cuarenta años a sus espaldas es muy normal y pese a eso, pocos no habrán oído hablar de esta mítica saga, aunque sea muy de lejos. Desde esta sección, vamos a intentar darle un empujón al Must-Have que incluye este ciclo, recopilando los cómics X-Men #129-137.

Los mutantes son el siguiente paso de la evolución humana. Eso es algo que establecieron Stan Lee y Jack Kirby a inicios de los sesenta. No se preocupen, no nos vamos a retrotraer a los fallidos pasos iniciales de los cinco originales que formaban la Patrulla-X, ni a su cancelación en 1970, ni a su recuperación en el Giant Size X-Men de 1975. Todo esto es materia de primero de tebeos y es muy sencillo rellenar los huecos. Solo remarcar que de este relanzamiento surge la figura de Chris Claremont, el auténtico responsable de convertir a unos personajes que no pasaban de ser simples secundarios a un auténtico fenómeno editorial, una cabecera pionera que reclamaba la atención del aficionado. Chris se estableció como escritor titular en X-Men #94 y no dejó jamás su puesto hasta su salida definitiva de Marvel, a comienzos de la década de los noventa. En sus primeros pasos, Claremont proponía sagas de pocos números o directamente ejemplares autoconclusivos. Lo que no quiere decir que no tuviera una hoja de ruta con los mutantes.

La llamada Saga de Fénix Oscura estaba entre sus planes. Aquí podríamos ponernos trascendentes, para dejar escrito, negro sobre blanco, que el ciclo estaba milimétricamente trazado, que salió a la perfección tras la orquestación de un gran plan editorial…. pero no, estaríamos mintiendo. Es bien sabido que en esta historia, utilizando un dicho castizo, metió mano hasta el apuntador. Desde su mismo final, retocado por Jim Shooter, muy disconforme con la finalización del argumento, pasando por los constantes cambios sobre la marcha que hacia el dibujante titular, John Byrne, para escarnio de Claremont. Tanto es así que disponemos del famoso Phoenix: The Untold Story, un número especial donde se nos muestra cuáles eran las intenciones originales del guionista, en contraposición con lo que salió publicado en tiendas.

Pese a todas las intromisiones, no se puede negar que esta trama parte de las intenciones de Chris Claremont, en este caso, centrado en la evolución de un carácter muy concreto, Jean Grey. El guionista era muy dado a forjar personajes femeninos con entidad y Jean era una rémora que se arrastraba de la época de Lee y Kirby. La pelirroja se veía reducida, en los X-Men originales, a ser el interés romántico de Scott Summers y sus poderes se movían en un ratio de movimientos sencillos de objetos, de manera telequinética. A nivel de peligrosidad y amenaza, muy lejana a la que representaban sus compañeros masculinos.

Para Claremont era necesario reinventar, potenciar a este icono chic de los sesenta, para transmutarla en una diosa voraz de sexualidad activa. Solo es necesario observar su iconografía durante su paso por el Club del Fuego Infernal. Algo totalmente deliberado por parte del equipo creativo. Jean madura a muchos niveles, lo que a su vez exige al lector un punto mayor de picardía, porque si algo tiene esta saga es que resuena a paso definitivo hacia un público más adulto, sin que se pueda equipar a ese concepto en líneas actuales. La Saga de Fénix Oscura representa una pérdida de la inocencia evidente, un alejamiento del espíritu positivo de eras anteriores.

Por nuestras palabras previas, parece que solo Jean se lleva los focos de esta larga trama. Es cierto que se trata del eje principal, pero no por ello debemos olvidar al resto de la Segunda Génesis, los Coloso, Cíclope, Tormenta, Rondador, Profesor X también sufren los rigores de una situación bastante dramática. Pero nos vamos a quedar con Lobezno, como elemento a destacar, ya que podemos asegurar que esta saga se produjo un cambio de paradigma con el personaje.

Con el célebre relanzamiento mutante de 1975, Len Wein, como mano efectiva, y Roy Thomas, como ideólogo en la sombra, pensaron en un grupo heterogéneo de caracteres nuevos y viejos. Uno de ellos era el llamado Wolverine, creado por el citado Wein para la colección del Increíble Hulk. Una vez hecha efectiva la salida de Len de la cabecera, digamos su valedor esencial, tanto Chris Claremont como Dave Cockrum no es que le mostraran un especial cariño al mutante de las garras de adamamtium. Es más, designaron su apodo en base a una mofa privada referente a su baja estatura. Llegado el momento, se habló de incluso de darle un final, directamente matarlo, porque no se sabía muy bien qué dirección tomar con él.

El panorama cambió con la llegada de John Byrne a los lápices. Byrne sí sentía un cierto apego emocional con el personaje, debido a sus orígenes territoriales comunes. El dibujante trató de darle preeminencia en sus viñetas, que resultara lo más atractivo posible para el público y en esta saga dejó para los restos algunas imágenes icónicas para el recuerdo. Hablamos, claro, de la infiltración en solitario de Logan en el Club del Fuego Infernal. Nuff Said. Ese Lobezno agresivo, anticipando en algunos años el grim and gritty, repartiendo mandobles, sin miramientos por la vida de sus enemigos causó conmoción en unos lectores que no estaban acostumbrados a que el héroe llevara sus ataques hasta las últimas consecuencias.

Tanto habían empujado los límites, los buenos de Claremont y Byrne, que tuvo que intervenir Jim Shooter. El entonces plenipotenciario editor en jefe estaba al tanto de las intenciones de los autores, pero no estaba de acuerdo con su solución original. A Shooter le parecía poco creíble que las acciones de Jean Grey pasaran de rositas, que no tuvieran consecuencias muy graves. De ahí que se adoptara una solución tajante para el destino de la portadora del Fénix, uno que dejó una huella muy profunda en toda una generación de lectores.

De ahí que, pese a todos los años transcurridos, la Saga de Fénix Oscura es un ciclo que ha pasado a ser parte del imaginario popular de cualquier lector de superhéroes. Se trata de una trama tan satisfactoria, tan redonda, pese a los cambios sobre la marcha, que el aficionado no nota en absoluto, que puede ser deglutida por cualquier tipo de paladar. Obviamente, gran parte del lector de largo recorrido la tendrá, en cualquiera de los múltiples formatos en los que se ha editado, pero repetimos, existe una renovación de la base lectora, cada cierto tiempo, y solo queda emplazarles a que le pierdan el miedo a un ciclo que se empezó a gestar hace más de cuarenta años, y aun así continúa siendo de lectura fresca y reconfortante. Si durante este tiempo no se ha parado de hablar de ella, por algo será.

Panini ha decidido incluirla en su exitoso nuevo formato llamado Marvel Must-Have, con la calidad acostumbrada y un precio muy competitivo. Una saga que resulta fundamental para comprender el futuro de los mutantes, sobre la que se han edificado multitud historias posteriores y que representa del punto álgido del periplo conjunto de dos leyendas en X-Men, como eran Chris Claremont y John Byrne.

Mutantes…. ¿saben quién introdujo el concepto, mucho antes que la Patrulla-X, en la editorial? Stan Lee y Steve Ditko utilizaron la nomenclatura para definir a un personaje con poderes, llamado Tad Carter, en una historia corta para Amazing Adult Fantasy #14, casi en paralelo a la creación del Universo Marvel. Siguiendo con revelaciones, ¿adivinan que nos trae la línea Marvel Limited Edition, con respecto a estos dos grandes? Pues sí, noticias suculentas, dado que Panini y SD Distribuciones nos presentan un título capitaneado por estos dos autores, muy asociados entre sí, debido a creaciones conjuntas tan importantes como Spiderman y el Dr. Extraño.

Maestros del Suspense tiene la intención de recuperar el trabajo a cuatro manos de Lee y Ditko, previamente a su paso al estrellato, con la fama alcanzada por cierto Trepamuros. Antes de que Marvel fuese el superventas que conocemos ahora, teníamos a la pequeña editorial Atlas, regentada por Martin Goodman y manejada a nivel editorial por Stan Lee. Steve Ditko era un dibujante formado en la Cartoonist and Illustrators School de Nueva York, bajo el paraguas de Jerry Robinson. Su formación es importante, no cabe duda, pero Ditko es un artista muy autodidacta, siempre en busca de expandir la manera de abordar, de manera creativa, la viñeta. Para eso necesitó de apoyo editorial importante y lo obtuvo en Charlton Comics, una empresa que le permitía una gran libertad de acción.

Ditko recaló en la órbita de Atlas en 1956, de manera esporádica, alternando colaboraciones con su querida Charlton. Enseguida, el trabajo de Steve captó la atención de Stan Lee; el talento inherente, la creatividad desatada de Ditko casaba como anillo al dedo con las aspiraciones literarias de Stan. Rápidamente, su asociación conjunta comienza a ser habitual en los créditos de Atlas. Una leyenda estaba presta a nacer.

Este primer volumen (que si seguimos la planificación americana, es el primero de tres) pretende sublimar una forma de hacer cómics ya extinta. Historias autoconclusivas, con temática variada, basada en los géneros en boga (misterio, ciencia ficción, terror…), con un Lee tratando de dar salida a su vena más elevada de escritor y con un Ditko evolucionando en cada página, en cada viñeta, con numerosos recursos gráficos que se convertirán en marca personal cuando llegue la Era Marvel.

Estamos ante una pequeña pieza de museo; es cierto que este tebeo no es para todo el mundo, dado a su carácter añejo, con su característico olor a naftalina, aunque no signifique falta de calidad. Pese a todas las pegas que se le puedan poner, no se puede negar que estamos ante un lanzamiento importante, por todo lo que representa tener este material, totalmente inédito en nuestro país, de dos auténticas leyendas llamadas Stan Lee y Steve Ditko. Ya solo por eso, es un candidato importante para colocarse en lo alto en la lista de la compra.

Otras reediciones

Marvel Now! Deluxe. Thor de Jason Aaron 3. La Diosa del Trueno

Poco a poco, y lenta pero inexorablemente, nos va llegando la recopilación en tomo del magnífico Thor de Jason Aaron, de la que por el momento es la mejor etapa del Dios del Trueno (¿o debería decir Diosa?) en lo que llevamos de siglo, y ello con permiso de JMS y Donny Cates. En esta ocasión, la colección entra en su momento más controvertido, en aquel que acaparó todas las noticias de webs especializadas, y que todavía sigue dando mucho que hablar: el de la nueva Thor.

Y es que, tras decidir Jason Aaron (no como golpe de efecto, si no tras una evolución que veníamos viendo desde el primer número del Carnicero de Dioses) que Thor ya no era digno de Mjolnir, tocaba buscar un nuevo portador del martillo hecho de mágico Uru, y el bueno de Aaron decidió que éste sería una mujer, desconocida al principio, pero que todos hoy sabemos que se trataba de Jane Foster.

Sin duda, aquello supuso toda una novedad en el cómic mainstream superheroico, y es que, no era ni de lejos la primera vez que Thor era sustituido por unos motivos u otros (ahí quedan Thunderstrike, Bill Rayos Beta, etc.), pero la realidad es que nunca le había relevado una mujer, y ello a pesar de estar Lady Sif entre las más grandes guerreras de Asgard (algo con lo que Aaron jugará y no poco a lo largo de estas páginas).

La batalla que entre los fans del cómic y por qué no decirlo, de los esos seres de encefalograma plano, o quizás cóncavo que se dan en llamar comicgaters, fue trasladada inteligentemente por Aaron a las páginas que encontraréis en este tomo, encarnando Freija, la madre de los dioses, a la mujer que ve en Thor su momento y el del resto de las asgardianas para poder llegar al Valhalla enarbolando el feminismo como puente de unión entre sexos, y representando Odín a ese machismo exacerbado que se niega a creer que un martillo encantado por él mismo para que elija a a su portador, haya elegido a una mujer, a la que acusa de ladrona, bruja y meretriz entre otras lindezas no propias de una casa tan honorable como ésta.

Sea como fuere, la idea tuvo éxito y gustó mucho, siendo lo peor de la misma en mi opinión, que todo ello tuviera un final, y que Odinson volviera a ser el Thor de siempre. Y es que, tan es así que en la próxima película de Thor (la cuarta nada menos, siendo el primer personaje en solitario del MCU en superar la trilogía como medida estándar) Natalie Portman parece ser que volverá para encarnar a la Diosa del Trueno como ya lo hiciera en las viñetas.

Una lectura necesaria en tiempos tan aciagos como los vividos y que, más allá de todo eso, resulta por sí misma una obra entretenida y cojonuda.

Mavel Must Have Giant-Size. Planeta Hulk

… Y Espartaco se liberó del ludus que era su cárcel, y evisceró a Batiato, el lanista que lo apresaba, y desde allí, emprendió una rebelión contra Roma como nunca antes se había visto, que estuvo a punto de acabar con la República tal como era conocida y con el dominio romano de no ser por el error de cálculo de Quinto Sertorio…

Perdonad. Me he emocionado con el símil que estaba haciendo y se me ha olvidado que estábamos en una sección de novedades Marvel. ¡Planeta Espartaco! Pero esta vez… ¡de color verde! El Gigante Esmeralda es exiliado al espacio exterior por aquellos que considera sus amigos, quienes engañan vilmente a Banner. Un rayo tractor desvía a un más cabreado que nunca Hulk de su destino hasta Sakaar, un planeta dominado por un imperio malvado en el que los juegos del coliseo están a la orden del día. Hulk, pronto apodado Cicatriz Verde, se hace grande en dichos juegos… y el resto es historia.

Conoced ahora a un precio más barato que nunca la epopeya el Destructor de Mundos con la que Greg Pak se ganó su merecido triunfo y su corona de laurel como guionista de Marvel. Considerada hoy en día un clásico, llega este año en un Must-Have imprescindible.

Marvel Saga. Los 4 Fantásticos de Jonathan Hickman 9: Correr

Otra línea Marvel Saga más (y ya van unas cuantas) que llega a su fin. Los Cuatro Fantásticos de Jonathan Hickman conocen su desenlace en este tomo, en el que tanto la serie principal como la de la Fundación Futuro terminan, para dar paso a un nuevo equipo creativo.

Aquí, Hickman abandona la ciencia ficción y las conspiraciones para ofrecernos unas historias más cotidianas en las que la Primera Familia actúa como justamente eso, una familia; de esa manera, despedirse de un lector que ha tenido la oportunidad de conocer la que sin duda es la mejor etapa del grupo en lo que llevamos de siglo.

Ultimate Integral. Ultimate Spiderman 6. Gatas y Reyes

La recopilación en tomo del Ultimate Spiderman de Brian Michael Bendis llega a su sexta entrega y al número 59 de la colección original, en una historia muy interesante en la que regresan las mafias de Nueva York, y Peter debe de hacerles frente, pero esta vez con la Gata Negra de su lado (o quizás en su contra).

Bendis deja de lado a Duendes y pulpos en favor del vigilantismo urbano en un cómic que durante los quince años que duró siempre estuvo dotado de gran calidad.

Patrulla X: Renovación

Y dejamos para el final la joya de la corona, la reedición que resultó toda una sorpresa cuando fue anunciada por Panini, la Patrulla X de Joe Kelly y Steve T. Seagle, dos autores de calibre que nos demostraron que no todo lo que se hizo en los noventa fue malo.

Una obra que no sabíamos que necesitábamos pero que no podemos esperar a comprar, y que contrasta muy bien con la visión tan distinta de los mutantes que Hickman está desarrollando actualmente o con la etapa de Morrison recopilada hace muy poco en este formato. El momento clave para disfrutar de ella ahora que la serie animada de la Patrulla X vuelve a estar disponible en Disney+. ¡Make Mine Marvel!

Sepadarador Magazine Marvel

Aquellas maravillosas novedades

Lo hemos conseguido: ¡hemos llegado a 2021! Para los que estamos acostumbrados a saltarnos las épocas que no nos interesan usando una máquina del tiempo, tener que vivir día a día es una experiencia que transcurre muy, pero que muy despacio. Pero bueno, lo importante es que ya estamos en el futuro de 2021… que por alguna razón es sospechosamente parecido al pasado de 2020. Menudo bajón. Viendo cómo está el panorama y sabiendo que seguimos teniendo prohibido acercarnos a cualquier dispositivo de viaje temporal, casi que preferimos seguir visitando el pasado gracias a nuestra imaginación. ¿A quién le importa 2021? Es la hora de recordar algunas novedades del ayer. ¿Recuerdas lo que pasó…?

¿… hace un año? En enero de 2020, Panini publicó el primer número de una miniserie que se había anunciado como una auténtica revolución para Spiderman. Escrita por el famoso director de cine J. J. Abrams y por su hijo Henry Abrams, que supuestamente era un gran apasionado del trepamuros, esta colección también contaba con los lápices de Sara Pichelli, cocreadora de Miles Morales. Era un equipo creativo de lujo… en teoría. Esta miniserie, titulada simplemente Spiderman, iba a ser un bombazo… en teoría. Iba a presentar una visión del héroe arácnido como nunca antes habíamos visto y una historia memorable que nunca jamás olvidaríamos… siempre en teoría. En realidad resultó ser poco más que un mal fanfic y además estuvo gafada desde el principio, acumulando retraso tras retraso: este mes de enero de 2021, justo un año después, Panini publica el cuarto número… ¡y todavía queda otro pendiente! Al final el prometedor Spiderman de los Abrams cayó en una interminable espiral descendente hacia la mediocridad y el olvido. Los que hemos tenido la desgracia de leer esta miniserie preferimos olvidar que semejante cosa existió alguna vez, así que la próxima vez que nos anuncien una serie auténticamente revolucionaria con un equipo creativo de lujo… ¡cuidado!

¿… hace cinco años? En enero de 2016, en medio de la vorágine de Secret Wars, hubo un acontecimiento que pasó casi desapercibido entre los interminables crossovers del evento: la renovación total de Spiderwoman. Después de su olvidable crossover con Universo Spiderman, el segundo tomo de la colección de la Mujer Araña escrita por Dennis Hopeless nos presentó algo más que un traje molón. Aquel era un enfoque totalmente nuevo, acompañado por una dinámica realmente fresca y un estilo gráfico alucinante gracias a los lápices de Javier Rodríguez. El paso de la cuestionable Spiderwoman de Greg Lang, producto de calcar fotos de modelos y actrices en permanente gesto de estar teniendo un orgasmo, a la elegante y carismática Spiderwoman de Rodríguez es uno de los pequeños milagros que nos ha dado la Casa de las Ideas y que nunca hemos agradecido lo suficiente.

¿… hace diez años? En enero de 2011, Panini terminaba de publicar Asedio y empezaba a publicar la saga mutante conocida como Advenimiento. Se habla mucho sobre lo bien que estaba aquella historia… y con razón, porque no estaba nada mal. Se habla un poco menos de que arrancó con un número especial dibujado por David Finch que era un poco feo… por no decir que era bastante feo, como si estuviese dibujado por un Marc Silvestri pasado de vueltas y empeñado en llenarlo todo de rallitas en plan Liefeld. Pero bueno, el argumento estaba bien. Cable regresaba del futuro junto a Hope, ya convertida en adulta, mientras que Bastión y sus Centinelas-Nimrod-hipervitaminados trataban de atacar Utopía para acabar con la supuesta mesías mutante. Se desvelaba por fin el misterio iniciado en Complejo de Mesías y todo eso. Todo bien, en serio… aunque la verdad es que volver a leer aquella saga hoy en día es extraño. Hay que ver, cuántas vueltas han dado los mutantes en diez años para acabar llegando más o menos al mismo sitio: una isla-nación, un supuesto mesías mutante (¡o cinco!), la amenaza futura de unos Centinelas-Nimrod-hipervitaminados… ¿Será esto lo que llaman un déjà vu?

¿… hace veinte años? En enero de 2001, Forum publicó el final de la saga mutante del momento. Titulada Las Eras de Apocalipsis, en plural, aquella historia era tanto la celebración del quinto aniversario de La Era de Apocalipsis como la culminación de la etapa de Alan Davis como guionista de X-Men y Patrulla-X. Cada número de la saga saltaba hacia adelante en el tiempo para mostrar un futuro alternativo en el que la Patrulla-X se expandía por el espacio y reclutaba a mutantes de muchos mundos distintos, convirtiéndose así en algo parecido a la Legión de Superhéroes de la Distinguida Competencia. Siendo como somos unos grandes aficionados a los saltos temporales, no podemos evitar mencionar esta historia. Es cierto que aquel futuro alternativo tenía trampa y que los anteriores números de la saga no estaban al mismo nivel que el último, escrito y dibujado por el propio Davis, pero la verdad es que aquella legión patrullosa era algo digno de ver. Ojalá hubiese durado más de un número.

¿… hace la tira de años, en un mes de enero como este? Allá por enero de 1983, hace la friolera de treinta y ocho años, Forum empezó a publicar Marvel en serio. Aunque la editorial ya estaba sacando algún título de Conan por aquel entonces, enero de ese año fue el momento en el que se arrancó a publicar colecciones como Spiderman, La Masa y Los 4 Fantásticos. Si bien sus ediciones eran bastante mejores que las de otras editoriales de la época, también tenían sus problemillas. A veces se les “perdía” una página interior o se aprovechaba hasta la contraportada para publicar páginas del cómic, pero desde luego aquello estaba a otro nivel y fue la puerta de entrada al Universo Marvel para muchos lectores. Cada número costaba 95 pesetas y además solía incluir un póster desplegable en sus páginas centrales, una costumbre que por desgracia se fue perdiendo con el tiempo. ¡Además de disfrutar de las aventuras de tus personajes favoritos podías decorar tu habitación con ellos! Muchos de esos pósters estuvieron adornando nuestras paredes durante mucho, mucho tiempo. Ay, perdonad, que se nos ha metido algo en el ojo.

Aquellas maravillosas novedades

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warlock
warlock
Lector
7 enero, 2021 19:03

La etapa Hickman pasará al olvido cuando se estrene la nueva película de X-Men y los cómics deban reflejar lo que allí suceda, como una vuelta a la mansión, etc…

Por mi parte bien, ya que no pienso tocar ni con un palo a la franquicia mientras sigan siendo el cómic que haría las delicias de cualquier supremacista. Y no me vale la excusa de la innovación y todo lo demás, al que le guste enhorabuena, conmigo que no cuenten

Souther
Souther
Lector
En respuesta a  warlock
10 enero, 2021 16:21

Discrepo y bastante de esa referencia, porque los mutantes no han invadido a nadie, ni mantienen a otra raza o especie como esclavos, ni han expulsado a una población ya existente en Krakoa, etc.

Además, no sobra decirlo, es claro que el actual estado de las cosas va a ir cambiando a medida que se superen las inevitables demarcaciones de la etapa.

En fin, cuestión de gustos, pero es obvio que eso va a suceder.

warlock
warlock
Lector
En respuesta a  Souther
11 enero, 2021 0:11

Definición de supremacismo según la RAE: Ideología que defiende la superioridad de un colectivo humano (Mutante en este caso) frente a los demás por razones étnicas, biológicas, culturales, religiosas o de origen.

warlock
warlock
Lector
En respuesta a  warlock
11 enero, 2021 0:12

Vamos, que podrá gustar o no, pero los X-Men de Hickman son supremacistas de manual.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
8 enero, 2021 14:02

Discrepo en lo de que se ha dejado atrás lo del «temidos odiados». De hecho posiblemente ahora mismo es cuando más temidos y odiados son, sobre todo temidos. Tanto es así que creo que su colisión con el resto de los héroes de la Tierra es inevitable.

Ziggy
Lector
En respuesta a  ultron_ilimitado
8 enero, 2021 20:02

Solo que ahora los mutantes les estan dando la razon a quienes les temian y odiaban.

warlock
warlock
Lector
En respuesta a  Ziggy
8 enero, 2021 20:45

Venía a decir lo mismo xD

Souther
Souther
Lector
En respuesta a  Ziggy
10 enero, 2021 16:25

No comparto esa opinión tampoco, porque hasta ahora no han tomado ninguna acción que justifique el miedo que tanto ha llevado a acciones y planes exterminio o discriminación en su contra.

Igual no deja de ser paradójico ese planteamiento, sugiriendo que si una minoría es oprimida y atacada durante décadas por el resto de la humanidad (con excepciones), entonces no tienen derecho a organizarse y a montar sus propios espacios donde puedan controlar su propio destino, pues le estarían «dando la razón» a quienes los tuvieron en condiciones de opresión.

warlock
warlock
Lector
En respuesta a  Souther
11 enero, 2021 0:06

¿Que no han tomado ninguna acción? ¿Lo de Xavier amenazando al mundo entero con el beneplácito de todos los presentes en Krakoa te parece poco? Me parece razón más que suficiente para que les teman y les odien con motivo.