Los viejos hornos 4 La maga

Vuelven Pierrot, Antoine, Mimile y Sophie.

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Edición original:Les vieux fourneaux 4 La magicienne FRA, Dargaud
Edición nacional/ España:Norma Editorial
Guión:Wilfrid Lupano
Dibujo:Paul Cauuet
Color:Gom
Formato:Cartoné, 56 Páginas
Precio:17€

 

¡Sois una panda de egoistas! ¡Las setas! ¡El bar! ¡Os pasáis el día quejándoos de que nada cambia y cuando cambia, os lamentáis de que ya nada es como antes!

La maga es el cuarto álbum de la serie Los viejos hornos de Wilfrid Lupano y Paul Cauuet. Es una de las propuestas más originales que nos han llegado del mercado franco-belga en los últimos años. Como los anteriores, la publicación en nuestro país corre de la mano de Norma. El mes que viene hará su aparición en Francia el quinto álbum titulado Bons pour l’asile que esperemos vea pronto la luz por nuestras librerías. En Agosto se estrenó en Francia su adaptación cinematográfica dirigida por Christophe Duthuron.

Wilfrid Lupano es un guionista francés nacido en 1971 y Paul Cauuet es un dibujante y colorista francés nacido en 1980. La serie Los viejos hornos los ha convertido en una de la parejas más exitosas de la BD actual. Una serie superventas que no para de acumular premios como el Premio de los Libreros de Cómic (2014), el Premio Saint-Michel al mejor álbum (2014), el Premio de Cómic FNAC Bélgica (2015) o el Premio del Público del Festival de Angoulême (2015).

La maga nos cuenta como al volver de su gira con su guiñol por los pueblos cercanos, Antoine y Sophie descubren que un proyecto empresarial va a impulsar la región generando miles de puestos de trabajo. Pero este proyecto choca contra una Maga Dentada, un insecto protegido que decide instalarse en la ubicación de la futura planta farmacéutica, así que un grupo de ecologistas se desplaza al lugar para intentar salvar su hábitat. Esto producirá un choque entre ellos, empeñados en preservar a la maga y los lugareños que quieren revitalizar sus región. En medio de esto descubriremos, por fin, el secreto de Sophie, además de disfrutar de la amistad entre Antoine, Mimile y Pierrot.

En todos los álbumes que componen la serie, el presente se ve alterado por un secreto o suceso del pasado de los protagonistas. Aquí no es exactamente así, ya que conocemos el secreto que ha guardado Sophie desde el primer álbum, pero esto no influye en el presente. Por fin, conocemos la identidad del padre su hija Yullete, pero no es algo que centre la trama del álbum. Con la resolución de este secreto se cierran la mayoría de los interrogantes que se habían planteado en la serie y hace que este álbum sea una especie de fin de ciclo, aunque todavía quedan interrogantes por resolver que mantienen en lo alto el intereses por la serie.

La maga es un álbum en el que Sophie es la protagonista absoluta, quedando Antoine, Mimile y Pierrot como meros secundarios, aunque protagonizan alguno de los mejores momentos del álbum. Esto le hace perder algo de la frescura de los primeros números ya que lo mejor de la serie era que sus protagonistas sean ancianos, con su personalidad y sus luchas. Sin embargo, nos sirve para conocer más a Sophie, que hasta este álbum era la voz de la razón del pintoresco grupo de protagonistas y parecía alguien perfecto sin dobleces ni titubeos, pero aquí vemos surgir todas sus dudas e inseguridades. Vemos su complicada relación con su padre y sus problemas con sus diferentes intereses sentimentales pasados y lo que puede ser el inicio de una nueva relación. Como siempre, Lupano nos lo muestra lejos de sentimentalismos edulcorados y con un punto de humor que hacen que sea más real. Un humor lleno de gags realmente brillantes como uno protagonizado por Antoine en las primeras páginas, tras el final de la función de marionetas, que además de divertido es una declaración de tolerancia frente al odio de algunas personas.

Como en todos los álbumes de la serie lo más importante son las relaciones personales de los protagonistas con sus vecinos y el entorno. No hay grandes tramas, ni sorpresas, ni misterios irresolubles sino que somos testigos de un pedazo de la vida de los protagonistas. Gracias a esto la serie tiene una cercanía a la realidad que nos transmite un torrente de emociones.

Además de la historia de Sophie, también está la trama del insecto que les sirve a los autores para seguir criticando al capitalismo, sin caer en el maniqueísmo ya que aquí los habitantes del pueblo se dividen entre los que son conscientes de las oportunidades laborales que generaría la planta. Antoine es un sindicalista consciente de que el futuro de su región es insostenible sin empleos, por eso entra en conflicto con los ecologistas que tratan de defender el hábitat del insecto. Los autores hacen un gran trabajo explicando las dos posturas, sin tomar partida por ninguna. Los viejos hornos es una serie que nos trata de mostrar dos de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad: el desprecio y abandono de las personas mayores y la paulatina desaparición de oportunidades en las zonas rurales. También está presente un marcado tono ecologistas y una denuncia a la corrupción política y empresarial.

Cauuet hace un gran trabajo, manteniendo el nivel de los álbumes anteriores. Su estilo sigue en la tradición de la escuela humorística de la BD, con toques de manga. Sus personajes son muy expresivos y dinámicos gracias a sus estilo caricaturesco. Narrativamente es muy claro, con composiciones de páginas que se alejan de los excesos de otros artistas. El trabajo en los fondos y el diseño de personajes es notable como en los anteriores números. El uso del color es brillante no ciñéndose a ser únicamente descriptivo sino que varía cuando la historia se aleja de la realidad o nos traslada al pasado. Cauuet realiza un trabajo sólido y perfecto para el tipo de historia que cuenta, como en los álbumes anteriores, sin sorpresas ni decepciones.

Norma Editorial hace una gran edición que respeta el bello diseño original y además cuenta con buen papel, reproducción y tamaño para que podamos disfrutar como se merece de un gran trabajo. Esperemos que el nuevo álbum vea la luz lo más pronto posible.

La maga sigue el camino emprendido en los anteriores álbumes sin dar señales de fatiga y sin repetir formulas. La falta de protagonismo de los ancianos en este álbum supone un pequeño bajón en la calidad de la serie pero sigue brillando muy por encima de la media. Sigue contándonos las aventuras y desventuras de Sophie, Antoine, Mimile y Pierrot sacándonos una sonrisa y emocionándonos con cada viñeta, pero manteniendo el espíritu luchador de sus protagonistas y su peculiar sentido del humor. Además de ser un canto al inmenso valor de los ancianos y los pueblos. Los viejos hornos es una de la mejores noticias de la BD en mucho tiempo.

  Edición original:Les vieux fourneaux 4 La magicienne FRA, Dargaud Edición nacional/ España:Norma Editorial Guión:Wilfrid Lupano Dibujo:Paul Cauuet Color:Gom Formato:Cartoné, 56 Páginas Precio:17€   ¡Sois una panda de egoistas! ¡Las setas! ¡El bar! ¡Os pasáis el día quejándoos de que nada cambia y cuando cambia, os lamentáis de que ya…
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8

8

Vida

Lupano y Cauuet nos demuestran que nunca es tarde para perseguir y tus sueños y luchar por tus ideales. Además resuelven uno de los misterios que arrastrábamos desde el primer número.

Vosotros puntuáis: 8.42 ( 5 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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