Los maestros cerveceros. Integral 01

Van Hamme reflexiona acerca de la importancia de la ambición como fuerza motora de la sociedad capitalista y también alerta de sus nefastas consecuencias. Vallès consigue materializar de manera notable la evolución histórica de una saga familiar y su entorno geográfico.

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Edición original: Les maîtres de l’orge (Éditions Glénat. Mayo, 2001)
Edición nacional/ España: Los maestros cerveceros. Integral 1. Dolmen Editorial. Julio 2018
Guion: Jean Van Hamme
Dibujo: Francis Vallès
Color: Marie-Paule Alluard
Formato: Cartoné, 208 páginas
Precio: 34’90€

 

Este primer tomo editado por Dolmen de la colección integral de Los Maestros cerveceros, con guion de Jean Van Hamme y dibujos de Francis Vallès, hace justicia a la calidad de esta serie.
La anterior edición publicada por Planeta entre 2003 y 2004 tenía un tamaño demasiado pequeño para que el lector disfrutara de manera adecuada de esta saga familiar ambientada en los campos y pueblos de Bélgica y los Países Bajos.

Esta obra explica en ocho volúmenes la historia de la familia Steenfort y su intensa relación con la fabricación y venta de la cerveza en la región de Brabante desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. En este primer tomo del integral, que recopila los cuatro primeros álbumes de la colección, asistimos al nacimiento de un imperio cervecero y a sus continuos vaivenes ocasionados por la gestión de sus gerentes y por las circunstancias históricas y sociales que los afectan.
Una característica común, tanto de los miembros legítimos y como de los “naturales” de la familia Steenfort, es la ambición. En una incipiente sociedad capitalista que está dejando atrás una economía agraria casi cercana a los usos de la Edad Media, el motor de la empresa es la desmesurada avidez de sus gestores por expandirse a costa de cualquier consideración humana o divina. En contadas ocasiones prevalecerá un mínimo de sentido ético y solidario en las decisiones tomadas por los empresarios y a menudo sus acciones u omisiones causarán miseria, dolor y resentimiento.

Sin embargo Van Hamme evita en todo momento caer en el maniqueísmo y retrata a sus personajes con todas sus facetas, desde su origen social hasta sus pasiones más ocultas. Los personajes principales están muy bien definidos y, salvo Nöel, todos provienen de un origen humilde y aportan la dosis de iniciativa, individualismo y desesperación que necesita la maquinaria industrial para funcionar a pleno rendimiento.
La descripción de la sociedad belga de la segunda mitad del siglo XIX y principios de XX, con todas sus desigualdades y con todos sus impedimentos al ascenso social de los menos favorecidos, es uno de los atractivos de esta saga. La epopeya de la familia Steenfort está inscrita en una época histórica muy concreta; la que trascurre desde el inicio de la Revolución Industrial hasta el triunfo de la globalización a finales del siglo XX. El auge de los movimientos obreros, las dos Guerras Mundiales y la Guerra Fría son acontecimientos que acaban marcando a fuego el devenir de la empresa y de sus componentes. Van Hamme integra estas etapas la humanidad de manera muy orgánica en su relato. Sin embargo las acciones cotidianas de los protagonistas adolecen a menudo de cierto esquematismo. Son episodios con cierta tendencia a lo convencional que piden un poco más de originalidad y pasión. La excepción a esta tendencia la encontramos en el segundo y tercer álbum donde el carisma de dos personajes como Charles y Margrit evitan cualquier tentación de caer en lo manido.
Además, el guionista belga abusa de los diálogos explicativos que convierten el arte de algunas de las páginas en meras estampas ilustrativas y le restan agilidad e intensidad a la narración.

En un mercado tan competitivo y exigente como el franco-belga, el dibujante Francis Vallès destaca principalmente por su narrativa clara, por su cuidada ambientación y por un acabado limpio y preciso. Su estilo de dibujo es una curiosa mezcla entre el arte de Paul Gillon y el de André Juillard, para ir evolucionando con el paso de los álbumes hacia un diseño de personajes parecido al de John Prentice en Rip Kirby y ofrecer además un acabado general menos rígido, menos limpio y más expresionista. Cuando Van Hamme le deja lucirse con secuencias mudas o casi sin diálogo, percibimos el verdadero potencial de este artista occitano. Sus escenas están resueltas con vigor y diversidad de recursos. Su atención por los detalles no impide al lector centrarse en lo primordial de la acción y quizás peca de cierto estatismo en la figura humana, limitación que suple con la variedad y riqueza de encuadres.
El color a cargo de Marie-Paule Alluard potencia esta sensación de claridad y se centra en diferenciar cromáticamente tanto las estaciones de año, como las diversas épocas en que transcurre esta saga de cerveceros.

Francis Vallès nació en 1959 en el pueblo de Saint-Chély-d’Apcher situado en la región francesa de Occitania. Estudió la carrera de Bellas Artes en Saint-Étienne y sus primeros trabajos se publican en el magazín infantil llamado Triolo. También colabora con Je bouquine adaptando al cómic varias novelas como Los tres mosqueteros, Le grand Meaulnes o Oliver Twist. Entre 1983 y 1986 publica dos tomos de la serie Simon Francoeur de la que es autor completo.
En 1989 publica Jean-Louis Étienne, le marcheur du Pôle con guion de Richez y empieza también la publicación de la serie Dorian Dombre con guion de José-Louis Bocquet de la que dibujará tres álbumes.
La serie Los maestros cerveceros, que empezará en 1992, le ocupará hasta el 1999, año que termina el octavo y último volumen titulado Los Steenfort. El guion de esta serie histórica corre a cargo de Jean Van Hamme.
Otros trabajos de Vallès son: Tosca (2001-2003) con guion de Stephen Desberg y de la que se publicarán tres tomos, Rafales (2005-2007) también con guion de Desberg y con tres álbumes publicados también y finalmente Rani (2009-20015) con guion de Van Hamme y Alcante (Didier Swysen) y de la que se han publicado 5 episodios.

Jean Van Hamme (1939) nació en Bruselas. Después de realizar sus estudios universitarios como ingeniero comercial y tener el grado de agregado en economía política, empezó su carrera profesional en el sector ferroviario y eléctrico donde llegó a ejercer de puestos de gran importancia en los departamentos comerciales y de marketing de la empresa Philips. En 1976 abandona el entorno empresarial para dedicarse en exclusiva a la escritura. Antes ya había publicado sus primeros guiones para el dibujante Paul Cuvelier, concretamente en Corentin y también con Epoxy. Trabajó para diversos dibujantes como Dany y André Chéret en series como Histoire sans héros y Domino. En 1977 empieza su serie de novelas titulada Largo Winch de las que realizará también los guiones del cómic dibujado por Philipe Francq a partir de 1990. Y en 1977, también, inicia una de sus BD más conocidas y apreciada; Thorgal de la que publicará 36 álbumes junto al dibujante Grzegorz Rosinski.
Otro de sus grandes éxitos es la serie XIII dibujada por William Vance y de la que llegarán a realizar 19 álbumes. Otros trabajos destacados de este prolífico guionista y novelista son El gran poder de Chninkel junto a Rosinski, la que nos ocuoa en esta reseña; Los maestros cerveceros con dibujos de Francis Vallès, S.O.S. Bienestar junto a Griffo y Wayne Shelton con el arte de Christian Denayer. Otro capítulo destacado de su curriculum lo encontramos en 1996 cuando, junto a Ted Benoit, retoma la serie de Edgar Pierre Jacobs, Blake et Mortimer parada a causa de la muerte de su creador. Un relanzamiento que obtuvo un gran éxito comercial que le llevó a realizar tres álbumes más junto a varios dibujantes y del que participarían también otros equipos creativos. Actualmente Van Hamme está retirado pero sigue controlando varias de sus series y los diferentes productos y royalties que éstas generan.

La edición que Dolmen hace de esta serie es uno de los puntos fuertes de este integral. El primer tomo tiene un tamaño adecuado, está realmente bien impreso y el papel es excelente. El precio puede parecer elevado, pero si tenemos en cuenta que estamos ante un tomo que recopila 4 álbumes europeos, esta sensación se mitiga rápidamente.

Los maestros cerveceros es una muestra del extraordinario potencial del cómic franco-belga. Con sus virtudes – muchas y enormes – y también con sus defectos. La saga familiar urdida por Jean Van Hamme y Francis Vallès interesa, enriquece y seduce. Se trata de una serie notable que mezcla con sabiduría el relato de los acontecimientos históricos más relevantes de los últimos 150 años, con la crónica detallada de una empresa familiar poderosa e influyente y la pormenorizada descripción de las inquietudes personales de cada uno de sus componentes. Sin embargo, la serie adolece de cierto convencionalismo argumental y de un excesivo protagonismo de los diálogos que impiden que se pueda catalogar como una obra imprescindible. Con todo estaremos atentos a la publicación del segundo tomo para seguir disfrutando de esta saga familiar que por fin está siendo editada como se merece.

Salut!

  Edición original: Les maîtres de l’orge (Éditions Glénat. Mayo, 2001) Edición nacional/ España: Los maestros cerveceros. Integral 1. Dolmen Editorial. Julio 2018 Guion: Jean Van Hamme Dibujo: Francis Vallès Color: Marie-Paule Alluard Formato: Cartoné, 208 páginas Precio: 34’90€   Este primer tomo editado por Dolmen de la colección integral…
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8

7.8

Convencional

Una serie bien documentada y de hermosa factura

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sibaix
sibaix
Lector
16 agosto, 2018 13:47

Buen articulo, lo acabo de terminar y yo le subo la nota el dibujo espectacular un 9 detallado sin fisuras y el guión engancha desde la primera pagina personajes muy bien desarrollados y ambientación histórica de lujo, se cuentan cosas y no se alarga la trama innecesariamente, para mi uno de los defectos del cómic en la actualidad, por eso otro 9 al guión, otra joya de la BD publicada magníficamente por Dolmen.
Nunca entenderé porque se puntúa en general con mas nota a los dibujantes de superheroes con respecto a los del cómic europeo, si este dibujo es de 8 los que veo en cómics de superheroes son de 5 en muchos casos y veo unas notazas.