JSA de Geoff Johns. Parte II.

Los viejos héroes nunca mueren.

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Breve resumen del artículo anterior. En una época dominada (¡una vez más!) por violentos y sanguinarios justicieros ultra-pop, David S.Goyer (reputado guionista de cine, sobre todo a raíz de coescribir la trilogía de El Caballero Oscuro junto Christopher Nolan), James Robinson (autor de culto y creador de Starman) y Geoff Johns (el profeta de los fanáticos de DC Comics) habían recuperado a la JSA de entre las marismas del tiempo y el olvido.

El éxito de su etapa se basó en cuatro puntos: héroes maduros (que no “adultos”), personajes complejos con conflictos interesantes, reflexiones acerca de la justicia al estilo americano y, por encima de todo, un retorno al clasicismo formal.

En un hipotético triángulo equilátero en el que la novela se encontrará en un vértice, el comic en otro y el cine en un tercer vértice, la JSA de Goyer, Robinson y Johns se situaría en un punto del perímetro entre el comic y la novela; mientras que The Autorithy, por ejemplo, se colocaría entre el comic y el cine.

Por absurdo que pueda parecer, esto tiene mucho que ver con el hecho de Goyer, Robinson y Johns son americanos, y Ellis británico.

El retorno de los héroes.

Los ingleses no perciben a los superhéroes como parte de su patrimonio cultural, a pesar de que los tipos con mallas hablan su mismo idioma. En Inglaterra siempre se ha llevado el bélico y la ciencia ficción. El superhéroe es un producto típicamente americano; y es por eso que los británicos nunca se han cortado un pelo en defenestrar, deconstruir e innovar con los soldados del Tío Sam. En ocasiones, esa innovación pasa (como en el caso de Ellis) por importar técnicas narrativas de otros medios.

Sin embargo, los americanos han crecido con los superhéroes. Son una parte esencial de su identidad nacional, como Mickey Mouse, el racismo institucionalizado o la tarta de manzana. Ese amor a los buenos viejos tiempos pasa por un amor a las formas y maneras de los clásicos, lo que a su vez implica un apego a la manera novelística de narrar (no por nada, las principales influencias de los pioneros del comic como Eisner eran los folletines y las grandes novelas del siglo XIX).

Geoff Johns no tiene ningún problema en admitir cuáles son sus mayores influencias: Superman de Richard Donner es mi película preferida. Cuando trabajo con Donner [en Arma Letal y Superman: Último Hijo] no paro de hacerle preguntas sobre Superman. Alguna vez le hago alguna pregunta sobre Los Gonnies, pero es solo para equilibrar la balanza.

Y sobre sus lecturas dice lo siguiente: Me gusta el Capitán América. Es un superhéroe arquetípico de DC, solo que está en Marvel. Suelo leer por autores. [Brian Michael] Bendis y [Ed] Brubaker. Matt Fraction. Greg Rucka. Grant [Morrison].

Richard Donner (en la foto junto a Marlon Brando) es una de las mayores influencias de Geoff Johns.

No fue para Robinson, Goyer y Johns una hazaña pequeña volver a los clásicos en la época de Internet, el cine hipercinético y los 15 minutos de fama. Sus comics nadaban a contracorriente. Pero de todos modos llegaron a tiempo. Tuvieron suerte. Porque JSA es, simplemente, un tebeo que ya no podría hacerse hoy en día.

JSA de Geoff Johns volumen 3
 

Edición original: JSA # 21- 30, JSA secret files 2 USA.
Edición nacional/ España: JSA de Geoff Johns volumen 3.
Guión: Geoff Johns, David S. Goyer.
Dibujo: Buzz, Derec Aucoin, Michael Bair, Peter Snejbjerg, Rags Morales, Stephen Sadowsky.
Formato:Cartoné, 288 págs. a color.
Precio:26,50 €.

 

Las series de corte clásico de los primeros años del siglo también se diferenciaban de los comics “vanguardistas” en su modo de serialización. Mientras que The Authority, Planetary o Alias administraban sus tramas en capítulos autoconclusivos (como las serie de televisión),JSA se articulaba como una enorme novela río (al estilo de grandes clásicos grupales como La Patrulla-X de Claremont/Byrne o Los Nuevos Titanes de Wolfman/Pérez). El genio de Johns y Goyer consigue encadenar una aventura tras otra, un acontecimiento épico tras otro, un concepto asombroso tras otro, y conseguía también que los lectores no pudieran (ni puedan todavía) despegarse de las páginas.

El ataque de la Sociedad de la Injustica de Johnny Sorrow provocó una invasión multidimensional por parte de El Rey de las lágrimas, una criatura lovecraftiana que, en la particular cosmología del Universo DC, representa a los Señores del Caos (junto con los Señores del Orden, representaciones de la concepción dualista occidental acerca del cosmos). Tras detener a este demonio, Flash se perdería en el tiempo y acabaría en el antiguo Egipto, el lugar donde se desarrollaría la trama de Black Adam comentada en la primera parte de este artículo, y hogar por tanto del príncipe Khofu, el primer Hawkman.

Johnny Sorrow y El Rey de las lágrimas.

En Egipto se plantarían las semillas de un acontecimiento fundamental para la serie: el retorno de Hawkman. Dice Johns sobre Carter Hall: Creo que James y yo comenzamos a meternos en la cabeza de Hall en este punto, desde el mismo principio. Es un personaje bipolar. Con el casco puesto, es un guerrero imparable, y si hay un problema, lo golpeará. Pero sin el casco habla un montón de lenguas muertas, conoce cada religión de la Tierra y su conocimiento de la cultura y de la alta cocina es superior a la de cualquiera. Pero tiene un problema separando esas dos identidades, el guerrero y el caballero.

Carter Hall había sido miembro fundador de la JSA y, en cierto modo, había compartido con el grupo aventuras y desventuras: sufrió la persecución política en los años 50, vivió el esplendor de la Edad de Plata, quedó atrapado en el limbo después de las Crisis en Tierras Infinitas y volvió brevemente a la vida para después desvanecerse en el mundo espiritual del Dios Halcón.

Pero ese no fue el final de Carter Hall. Speed Saunders, un viejo aventurero de los años 40, descubrió que el espíritu de su hija (la anterior Hawkgirl) se había rencarnado en su nieta, Kendra Saunders, quien a la postre se convertiría en la siguiente Hawkgirl. Pero Kendra ha comenzado a tener visiones, visiones que hablan de vidas pasadas, de un amor perdido, de un destino cruel e ineludible. Y esas visiones quizá estén relacionadas con las aventuras de Jay Garrick en Egipto, y con la misteriosa profecía que augura el regreso de Hawkman.

Carter Hall, el gran halcón.

En las páginas centrales de este tomo todo lo que rodea a los dos halcones aventureros cobra una importancia vital y creciente (hasta llegar al número #22 USA, una de las cumbres de esta colección por el inteligente uso de la narrativa simultanea). Entre estos elementos destaca el metal Nth y el planeta Thanagar, conceptos explorados aquí por primera vez por Johns y desarrollados en la genial cabezera spin off Hawkman (una vez más con la inestimable ayuda de James Robinson).

Entre el Cartel Hall de la Edad de Oro y el Cartel Hall de la Edad de Plata, vivió sus aventuras un segundo Hawkman, conocido como Katar Hol. Este aventurero no obtenía sus poderes del antiguo Egipto ni de la alta fantasía; era en realidad un policía rebelde (un tema muy en boga en los setenta, véase los comics originales de El Capitán Marvel o Serpico) procedente de un planeta militarista llamado Thanagar, capaz de volar gracias al metal Nth.

Johns y Goyer consiguieron integrar el metal Nth y al propio Katar Hol en la historia del nuevo Carter Hall. Según ellos había sido la exposición prolongada al metal Nth del príncipe Khofu y de su consorte el motivo de que los dos entraran en un círculo de reencarnación infinito. En la serie de Hawkman, Johns se dedicó con ahínco a explorar las vidas pasadas y futuras de Hall (Katar Hol, Hawkman del lejano Oeste y Hector Hall incluidos).

En cierto modo, es su visión del personaje la que ha perdurado hasta nuestros días, y la concepción gráfica de Hall que disfrutamos hoy en día es heredera del arte de su compañero Rags Morales. Su Hawkman es Conan el Bárbaro, decía un Geoff Johns encantado por este nuevo éxito heredero y compañero de JSA.

Hawkman, por Rags Morales,

Pero no solo de Hawkman vive el hombre. El tercer tomo de la JSA contiene muchas más aventuras. Black Adam también regresa, y esta vez intentará hacerse un hueco en el grupo. Solomon Grundy se pasará brevemente por la cabecera, y Ruleta sumergirá a nuestros héroes favoritos en un horrendo casino.

Es importante reseñar que entre el retorno de Hawkman y la saga de Ruleta el grupo se vio involucrado en un evento a escala cósmica conocido como Nuestros mundos en guerra (saga escrita por Jeph Loeb y recopilada por ECC en un bonito tomo). La JSA debe unirse al resto del Universo DC para detener a una amenaza tan poderosa que aterra incluso a Darkseid: Imperiex, la personificación de la entropía.

Paralelamente a los sucesos mencionados se publicó también JSA Secret Files and Origins v1 #2, un número en el que se plantan importantes semillas para el futuro, al tiempo que se recogen frutos de subtramas que tenían un largo (larguísimo) recorrido, como la que atañe a las aventuras y desventuras de Héctor Hall.

Hector, muerto y engañado en el mundo de los sueños (como se vio en The Sandman), regresó a la vida al comienzo de esta serie, solo para descubrir que su padre era Carter Hall (Hawkman) y que su destino era detener a Mordru, un villano encargado de asesinar a los Señores del Orden y a los Señores del Caos. Posteriormente, Héctor descubriría, gracias a Mordru, que su esposa pérdida, Lyta, consumía sus días en la cama de un hospital.

Desde luego, si solo se pudiera destacar un aspecto de JSA ese sería el inmenso talento de Johns y Goyer para armar un gigantesco relato épico a partir de piezas dispersas.

Hector Hall en su recordada aparición en The Sandman, cortesía de Neil Gaiman.

JSA de Geoff Johns vol. 4
 

Edición original:JSA núms. 31 a 40 USA.
Edición nacional/ España:JSA de Geoff Johns vol.4.
Guión:David Goyer, Geoff Johns.
Dibujo:Keith Giffen, Leonard Kirk, Patrick Gleason, Peter Snejbjerg, Stephen Sadowsky.
Formato:Cartoné, 248 págs. A color.
Precio:24,00€.

 

El acontecimiento más importante en la primera mitad de esta volumen es el regreso de Power Girl, otro de los personajes favoritos de Geoff Johns y otro miembro de la JSA que acabaría protagonizando su propia serie (escrita por Geoff Johns y Jimmy Palmiotti y dibujada por Amanda Conner).

Power Girl apareció por primera vez en All Star Comics #58, en 1976, siendo una creación de Gerry Conway y del genio nunca suficientemente reivindicado Wally Wood. Versión de Supergirl en Tierra-2, su origen comparte varias similitudes con esta última: llegó a la Tierra proveniente del lejano planeta Krypton, vivió en un estado de animación suspendida dentro de su nave que permitió que llegara a nuestro planeta completamente desarrollada y fue “entrenada” por su primo Kal-El.

No obstante, a pesar de ser miembro de la JSA, Power Girl nunca gozó del mismo éxito que Supergirl. Mientras esta última alcanzó la gloria en Crisis en Tierras Infinitas, Power Girl ni siquiera disfrutó de un exilio heroico con el resto de sus compañeros en el limbo. Permaneció en la Tierra, donde se unió a la Liga de la Justicia Internacional.

Por aquel entonces DC tenía la intención de convertir a Superman en el único kryptoniano vivo, así que, en una retorcida y bizarra vuelta de tuerca, se descubrió que Power Girl era en realidad un atlante. Johns y Goyer comenzaron a solucionar el desaguisado en número 31 de JSA. Unos sencillos análisis por parte del Dr. Destino revelaron a Power Girl que el origen de sus poderes no tenía nada de mágico. No era en realidad más que la primera semilla de Crisis Infinita y un comienzo de la conocida megalomanía de Geoff Johns, quien empezó a cogerle el gusto a construir enormes tramas épicas que se extendían durante años entre diversas colecciones.

Dice nuestro guionista al respecto: Mucha gente me compara con Brian Michael Bendis. Y yo también lo he hecho, aunque somos escritores diferentes. Además del hecho de que ambos escribimos muchos libros casi al mismo tiempo, Brian realmente se compromete con los personajes. Brian no viene y hace tres números de alguien y luego se va. […]Sé la dirección en la que voy a conducir a los personajes. Quiero poder tomar todos esos componentes y trabajar con ellos en diferentes escenarios. Y también me gustan estos personajes. Quiero pasar tiempo con ellos.

Power Girl, por Amanda Conner.

Pero de eso hablaremos más adelante. De momento, nos interesa quedarnos con que Power Girl se une al equipo sustituyendo a Canario Negro. Pero de todos modos, no es difícil entender porque la superheroina rubia favorita de todos genera tal fascinación en el guionista de Michigan. Johns siempre ha sentido un especial cariño por las superheroinas femeninas fuertes y valientes. Quizá sea un homenaje a su hermana tristemente desaparecida a una edad temprana.

Goyer y Johns no dejaron de lado a su pareja de halcones preferida mientras traían a Power Girl a la primera línea superheroica. En el número de JSA Secret Files mencionado más arriba, se desvelaba también que Sandy (el compañero de Wesley Dodds) sentía algo más que aprecio por Hawkgirl. Como era de esperar, esto alterará a Hawkman, quien intercambiará unas reveladoras palabras con Sandy.

El gran enemigo de este cuarto tomo será el Ultra-Humanita. Quizá este no sea el archienemigo de Superman (un título que sin duda pertenece a Lex Luthor), pero si ostenta el honor de ser el primero. Y también ostenta el honor de ser, hasta este punto de la colección, el mayor peligro al que se había enfrentado la JSA. De la noche a la mañana, este científico loco conquistará el mundo, manteniendo a todos los héroes bajo su control. ¿A todos? ¡No! Un grupo de irreductibles justicieros (entre los que se encuentran Power Girl, Hourman, Wildcat y Doctor Fate) deberán unirse para salvar el día.

Ultra-humanidad, el primer enemigo de Superman.

Conclusión

Hasta este punto este texto se ha dirigido a los convencidos. Estas últimas palabras hablan a los escépticos. A los desconfiados. A los que miran con recelo el comic clásico de superhéroes americanos.

Decía Kurt Vonnegut que hay cinco tipos de historias, según la posición que ocupen en un sistema de coordenadas cartesianas, en el que el eje y se define positivamente por el PREMIO y negativamente por el CASTIGO. El eje x se define negativamente por el ORDEN y positivamente por la ENTROPIA.

Un sencillo diagrama para explicar como funcionan las historias.

En el tipo de historia número 1 el protagonista sufre una caída en picado desde el premio hasta el castigo, un descenso al Infierno. Es, por supuesto, la historia de Orfeo. En el tipo de historia número 2 el protagonista transita por un sendero de ascensión-caída-redención. El Rey Lear es un buen ejemplo de esta clase de cuentos. La Cenicienta es un buen ejemplo de historia que permite a la protagonista viajar, siempre de manera ascendente, desde el castigo hasta el premio. En el tipo de historia número 4, el protagonista comienza su aventura en las fosas más profundas del castigo y empieza a bajar desde ahí. ¿Ejemplo? La metamorfosis.

En el tipo de historia número 5 el nivel de PREMIO/CASTIGO se mantiene estable en torno al eje ORDEN/ENTROPÍA.
Es el tipo de narrativa de la que comúnmente se dice que “no pasa nada”. Es el tipo de narrativa de los libros de historia, pero también lo es de Hamlet. Es el tipo de narrativa que intenta imitar (en su fondo y forma) el devenir de la existencia humana. Es, también, la herramienta que utilizan los comics de superhéroes.

Las formas de las historias, según Kurt Vonnegut.

Pensemos en Umberto Eco y en su tiempo onírico. Es, en esencia, una teoría que defiende que los superhéroes (como los personajes de los cuentos de hadas) viven en una especie de tiempo del sueño en el que no existen ni el principio de causalidad ni la lógica. Un mundo en el que el tiempo está abolido. Un mundo en el que “no pasa nada”. Y, como ya se ha mencionado, un mundo (una narrativa) en el que “no pasa nada” es un mundo que imita la esencia de nuestra propia realidad.

Por descontado que hace mucho que los superhéroes abandonaron el tiempo onírico. Con el paso de los años sus historias se fueron volviendo cada vez más serias, más maduras, más “adultas”. Y por eso el trabajo de Johns, Goyer, Robinson, Waid y compañía es un trabajo de gigantes, una proeza nunca valorada en su justa medida.

Al volver los ojos hacia el pasado descubrieron las semillas del futuro. Devolvieron a los héroes a su esencia primaria. También descubrieron una verdad terrible e inquietante, pero hermosa: las mejores historias son aquellas en las que no pasa nada, salvo el tiempo.

Kurt Vonnegut les invita a seguir leyendo.

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Drury Walker
Drury Walker
Lector
2 mayo, 2019 15:16

Gracias por el artículo. Me gusta como escribes. El primer párrafo es muy divertido y engancha!

No obstante creo que hay una errata. Si no me equivoco creo que James Robinson es británico, aunque como él mismo afirma rn los textos qu acompañan su «Cry for Justice» desde pequeño leyó y colecciono varios comics americanos de la golden y silver age, lo que sería congruente con una sensibilidd cultural hacia el clasicismo de ese género tan de EEUU como apuntas.

Un saludo!

alienigena100
alienigena100
Lector
2 mayo, 2019 16:40

Una etapa realmente emocionante y llena de aventuras e imaginación. Lo mejor de todo el gran respeto por la continuidad y el trabajo de guionistas anteriores; de hecho se recuperan historias o conceptos de All Star Squadron o Infinity. Y todo con personajes muy bien construidos o recuperados con gran acierto.