
Investigaciones e inquisidores
«Yo confieso…»
En ocasiones aparece entre las novedades del mes algún cómic de esos que no tenías en el radar, o al menos alguno al que no habías prestado demasiada atención. Personalmente me pasó en alguna ocasión con las novelas gráficas que publica Planeta. Recuerdo en los últimos años haber disfrutado mucho del experimento de James Romberger en Post York o de la pseudo biografía de la juventud de Ethan Hawke en Meadowlark, con Greg Ruth. Pues esta vez la sorpresa viene de nombres bien conocidos y bajo el nombre Hereje.
Aunque Planeta ha puesto la fuerza de su promoción en el dibujante Charlie Adlard, lo cual es lógico pues hablamos del autor que hizo casi todo The Walking Dead con Robert Kirkman, el guion de Hereje corre a cargo de Robbie Morrison, escritor consagrado con el Juez Dredd y muchos otros trabajos en 2000 A.D., pero al que también hemos visto por los Estados Unidos con Batman, Spiderman o The Authority, por ejemplo. Pero este no es el primer trabajo que hacen juntos, ya llevan unos añitos coincidiendo aquí y allí, de hecho Planeta publicó hace más de una década La muerte blanca. Y ambas tienen algo en común, la atmósfera de peligro, el blanco y negro y el tono de ficción histórica.


Hablar del dibujo de Adlard es hablar del artista que realizó la que se puede considerar la obra del cómic independiente más importante del siglo, por muchos motivos, así como un cómic sencillamente impresionante. Pero lo cierto es que ha evolucionado. En Hereje sigue con su narrativa sencilla pero cien por cien funcional, solo que su estilo se mueve hacia un tono aún más realista, dejando esos toquecitos de cartoon de lado que se veían en algunas partes, más limpio también y con los fondos más pulidos. Y hay que añadir que la obra lo pide, pues no estamos ante una fantasía post-apocalíptica ni en una historia de magia como Damn Them All, sino frente a una historia ficcionada a partir de hechos reales.
Tras una breve introducción, Hereje nos lleva a la primera mitad del siglo XVI en Amberes para conocer a dos personajes, Henry Cornelius Agrippa von Nettesheim y Johann Weyer. Ambos son personajes reales con historias poco comunes. En una época en la que el conocimiento y las ciencias estaban avanzando para cambiar el mundo, mientras que la iglesia trataba de mantener su poder, Agrippa era un hombre que defendía ideas de progreso. Eso, y ser judio, le generó ciertas enemistades eclesiásticas, aunque su dinero y su reputación le hizo estar lo suficientemente bien relacionado como para tener protección desde las altas esferas. Weyer era su discípulo en sus años jóvenes, luego sería conocido también por sus escritos, en ocasiones relacionados con la demonología.
Adlard y Morrison toman dos personajes reales pero muy enigmáticos y los sitúan en una ciudad que se movía entre lo permisivo, al dejar a los judíos practicar su religión, y lo extremadamente peligroso, con una Inquisición propia que ejercía prácticas brutales. Dice la historia que más incluso que la española, pero ellos sí rendían cuentas a una entidad externa y no gozaban del poder absoluto de la nuestra.


Con todo este rico contexto, que los autores desarrollan de manera excelente tanto en guion, por las descripciones y los diálogos de Morrison, como en dibujo, con todo el detallismo de Adlard, Hereje nos plantea un thriller en el que los protagonistas deben resolver un asesinato. Al estilo “Holmes y Watson Renacentistas”, como lo define el propio escritor, pero con muchísima importancia del entorno. Las persecuciones, las torturas o las acusaciones de brujería están a la orden del día, generando un peligro constante para todos los personajes que van apareciendo en el cómic.
Se trata de una obra mordaz, con un relato que la hace ágil, en tanto que uno se engancha fácilmente a la historia, pero denso por detalles y conversaciones. Agrippa es construido como un personaje muy inteligente y con muchas habilidades, pero no deja de ser un judío metido en medio de temas que tocan profundamente a la Inquisición. Tiene un toque de aventura y un poco de terror, aunque la historia se centra en el suspense generado por los asesinatos, haciendo de este trabajo un ejemplar muy variado y con una riqueza innegable.
La edición de Planeta es de gran tamaño, lo que nos hace disfrutar del buen hacer de Adlard, al que siempre le sienta muy bien el juego de grises aunque usa acertadamente el color en algunas páginas. Tiene una buena traducción y parece robusta, además de incluir un texto ilustrativo sobre la génesis y el devenir de Hereje, escrito por Morrison.
Hereje ha sido una grata sorpresa, como decía al principio. Una obra con la que esperaba pasar un buen rato, por los antecedentes de sus autores, pero que da mucho más que eso. Válida para quienes gusten de las ficciones históricas, de las historias detectivescas o simplemente de un trabajo bien hecho.
Lo mejor
• La construcción de la historia y su ambientación.
• Los personajes, todos muy bien aprovechados.
• El dibujo de Adlard es maravilloso.
Lo peor
• Me hubiera gustado que, al igual que hace con el color rojo en dos momentos puntuales, hubiera jugado con meter color a algún asesinato, como el dorado por ejemplo, pero es solo una idea.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Interesante y entretenida a muchos niveles.