Fueron viñetas y ahora son fotogramas: Soy una matagigantes/I Kill Giants

Primera entrega de esta nueva sección que pretende ahondar en el resultado de la adaptación del cómic a la pantalla.

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En una infinidad de ocasiones se toca el tema de la adaptación de forma superficial, sin ni siquiera realizar un mínimo análisis de base adecuado para poder estudiar y contextualizar la obra que ha sido trasladada de un medio a otro medio. Hay una frase que resume perfectamente lo anteriormente expuesto: “el libro era mejor”. Y sí, muchas veces el libro era mejor, pero simplemente se lanza esta sentencia como punto y final, obviando cualquier tipo de ejercicio que explique los porqués de esa oración. Así pues, esta nueva sección pretende entrar de lleno en las adaptaciones de cómics al mundo audiovisual. Por un lado, se analizará el cómic original, y la versión que se ha hecho para la (gran) pantalla. Por otro lado, mediante este análisis veremos cómo se llevó acabo la adaptación. Para poder realizar esto, aplicaremos el método usado en el mundo del periodismo de las Cinco W (también conocido como Seis W, o Cinco W y una H) con el que se redactan las noticias y que responden a una serie de preguntas básicas:
Qué (What). Aquí nos referimos a qué obra en concreto se está adaptando. Hay que saber muy bien qué se está llevando a la pantalla para poder discernir las dificultades del proceso. Hay obras que debido a su complejidad narrativa o incluso a la nulidad de la misma, son especialmente difíciles de adaptar.
Quién/Quiénes (Who). Hace alusión a las personas que se encargan de llevar a cabo dicha adaptación. A veces, los mismos autores de la obra original estarán implicados en dicho proceso de traslación a imágenes y sonidos. A que tener muy en cuenta este apartado porque, en más de una ocasión, veremos que los autores de la nueva versión carecen del talento de los creadores del cómic en el que se basa, afectando drásticamente a la calidad de la adaptación.
Cuándo (When). Está estrechamente ligada a por qué, debido a que muchas veces el momento de la adaptación tiene que ver con la idoneidad de la misma.
Dónde (Where). En qué medio se reproduce esta adaptación: cine, tv, plataforma de streaming. También es interesante saber qué país es el encargado de cometer tal empresa, sobre todo, si difiere del de la obra original.
Por qué (Why). Aquí sabremos cuáles son los motivos por lo que hemos visto determinada obra adaptada. Las razones pueden ser muy variadas: el tema que toca es tendencia; el autor tiene mucho tirón comercial; la obra fue un bestseller; es un cómic de calidad con una historia potente…
Cómo (How). Cómo ha sido acometida la adaptación: presupuesto, medios de producción…
Si somos capaces de responder a la mayoría de estas preguntas podremos determinar de una manera mucho más precisa y profunda, si la adaptación en cuestión ha sido buena o mala y por qué.

Como ustedes bien sabrán, cómic y cine han ido de la mano desde sus inicios. Son dos medios que se complementan y se retroalimentan con elevada frecuencia. A lo largo de las sucesivas entregas de esta sección, veremos todo tipo de casos: cómics mejores que sus adaptaciones; películas mejores que el cómic original; libres adaptaciones; adaptaciones fieles; implicaciones directas de los creadores del cómic en la película… Con todo esto, se pretende abarcar el asunto de la forma más amplia y variada posible. Sin más dilación, les dejamos con la primera obra a tratar: Soy una matagigantes/I Kill Giants.

Soy una matagigantes (Cómic)
 

Edición original:I Kill Giants (Image Comics)
Edición nacional/ España: Norma Editorial
Guion:Joe Kelly
Dibujo:J.M. Ken Niimura
Entintado:J.M. Ken Niimura
Formato:Rústica con sobrecubierta
Precio:12 euros

 

I Kill Giants se publicó en 2009 en nuestro país por Norma Editorial con el título Soy una matagigantes. El cómic cuenta con Joe Kelly al guion, y con los lápices del dibujante hispano-japonés J.M. Ken Niimura que crearon esta maravillosa obra allá por 2008 para Image Comics.

Soy una matagigantes es el ejemplo perfecto de cómic en el que la labor de sus dos artistas se complementa y se retroalimenta dando lugar a un tebeo en el que funcionan a la perfección todas sus partes, tanto de forma individual como en su conjunto. Kelly nos trae una historia con corazón y alma; sensible, pero no sensiblera, que toca la fibra del lector, pero con respeto a sus emociones. Es un relato construido de forma inteligente en el que destaca, sobre todo, la caracterización de su personaje principal, Barbara Thorson, una chica que sobrecogida por la tragedia se mueve a medio camino entre el mundo real y el de sus propias fantasías, con las que pretende luchar con esa cruda realidad a la que, desgraciadamente, le ha tocado vivir.

Este cómic nos muestra una historia de aceptación y superación ante un tema tabú en nuestra sociedad. Y no es un camino fácil para Barbara. Me gustaría también destacar lo bien que están construidos el resto de personajes, y lo bien que están trabajadas las relaciones entre ellos. Pese a su extensión (más de 200 páginas) es un cómic con un ritmo envidiable que hace que la lectura sea rápida, amena e intensa. De este modo, Kelly trabaja muy bien el ritmo en una historia que, a priori, podría haber sido más dura y pesada. Precisamente, esto es una de las grandes bazas del guion, y es que, pese a un tema fuerte, Kelly no quiere caer en el drama fácil, cargante y machacón. Poco a poco, y haciéndonos partícipes de esa realidad paralela de Barbara, vamos adentrándonos en su cabeza, su universo y su tragedia personal, que se nos muestra casi como si fuera un misterio, a pequeñas y sutiles dosis.

Con respecto a la parte gráfica, Ken Niimura capta perfectamente el tono de la historia y la esencia de los personajes. Con un estilo desenfadado, y unos juegos de luces y sombras, tenemos de forma visual ese doble mundo a través de los ojos de Barbara. Niimura entiende mejor que nadie el guion de Kelly y lo plasma con soltura, y nunca mejor dicho, está a la altura del escritor estadounidense. Así pues, tenemos un cómic muy equilibrado. Niimura también pone su granito de arena para el ritmo de la historia. Es especialmente reseñable como se mueve este artista con total facilidad para pasar de momentos más humorísticos a momentos más dramáticos; de saltar de la claridad a la oscuridad; de mezclar lo real con lo irreal…

El diseño de los personajes creado por Niimura, junto al uso del blanco y negro, suponen dos grandes aciertos visuales para la historia.

En resumen, estamos ante un gran cómic que merece la pena ser leído por cualquier tipo de público. Es una obra hecha con cariño que seguro que les llegara directa al corazón.

I Kill Giants (Película)
 

Dirección: Anders Walter
Guion: Joe Kelly
Música: Laurent Perez del Mar
Fotografía: Rasmus Heise
Reparto: Madison Wolfe, Zoe Saldana, Imogen Poots, Sydney Wade, Ciara O’Callaghan, Jennifer Ehle, Noel Clarke, Rory Jackson, Aideen Wylde, Amanda Stuart
Duración: 106 minutos
Productora: Treehouse Pictures / XYZ Films / Umedia / 1492 Pictures / Having Me Films
Nacionalidad: Estados Unidos

 

El 6 de agosto de 2018 se estrenó en España gracias a Netflix la adaptación audiovisual del cómic de Kelly y Niimura con el mismo título que el de la obra original. La película sin apenas andadura comercial a nivel mundial en salas cinematográficas, ha tenido en las plataformas de contenido en streaming su principal fuente de exhibición. El filme está producido por Chris Columbus, que se encarga del prólogo del cómic en la edición especial del quinto aniversario que hizo Image Comics, que es anterior a los planes de llevar esta obra a la pantalla. De este modo, podemos observar cómo Columbus estaba realmente interesado en este cómic, hasta el punto de producir posteriormente su adaptación.

I Kill Giants es un buen ejemplo de adaptación en la que los creadores del cómic original tienen implicación directa con la versión cinematográfica del mismo. En este caso, habría que hablar en singular, ya que, únicamente, Joe Kelly está vinculado a esta versión. Su relación no es precisamente tangencial, puesto que Kelly se encarga del guion de la película. Es decir, Kelly se adapta a sí mismo. Sin mirar los títulos de crédito se nota que este escritor está detrás del guion porque copia literalmente escenas y diálogos del cómic. Que esté presente uno de los autores de la obra original nos garantiza que la esencia e idea de la historia se mantenga intacta, pero esto no quiere decir que se acierte de lleno. Kelly comete dos errores: por un lado, es demasiado literal; es decir, nos ofrece exactamente lo mismo sin aportar nada; por otro lado, cuando se aleja del cómic, lo empeora. Las relaciones de los personajes están peor trabajadas y son mucho más superficiales que en el cómic (los temas de la amistad y el acoso escolar, tan bien tratados en el cómic, aquí apenas se desarrollan satisfactoriamente); se rebaja el tono de los comentarios de Barbara en un intento forzado hacia lo políticamente correcto, y lo que es peor, no se trata al espectador con la misma inteligencia que al lector. Desde el comienzo, tenemos la presencia física de un gigante, algo que rompe por completo con el tono y el tratamiento del cómic. Es como si pensaran que el espectador necesita ver desde el primer minuto al gigante al que da título la obra, o si no se marchará de la sala/cambiará de canal. En el cómic esto se nos da de una forma más sutil, progresiva, despertándonos el interés. En cambio, en la película ya se nos da mascado desde el principio.

Anders Walter debuta en la dirección con esta película de 15 millones de presupuesto y se nota que no tiene el mismo talento visual que Niimura. El filme con su paso al color no capta la esencia de Barbara y esa dualidad de mundos. Estamos pues, ante la realización más bien de un telefilme que de otra cosa. I Kill Giants se nos presenta aquí doblemente pobre: tanto a recursos visuales como con un presupuesto que denota un diseño de producción muy justito. La banda sonora, muy genérica, y los limitados efectos especiales no dan la talla, tampoco. La mayor complejidad de I Kill Giants a la hora de adaptarlo a la pantalla reside en que hay que saber muy bien cómo definir ambas realidades y cómo llevar el cambio del mundo real al fantasioso, y que este último sea lo suficientemente atractivo y potente para generar sensaciones en el espectador. Lamentablemente, Walter no es capaz de llevar a buen puerto esta empresa haciendo, como hemos dicho antes, una realización plana propia de un telefilme. El mejor Tim Burton podría haber acometido dicha labor, pero por desgracia esto no fue así.

Con respecto a los actores, destacamos la labor de Madison Wolfe que da vida a Barbara, haciendo un notable trabajo. Entre el reparto, también habría que mencionar la presencia de Zoe Saldana, conocida de sobra por ustedes por su papel de Gamora.

Como ustedes verán, llegados a este punto, hemos ido respondiendo a varias de las preguntas básicas para entender una adaptación: qué, quiénes, dónde y cómo. Si lo piensan, faltan dos que son especialmente importantes y que a veces están muy interrelacionadas: por qué y cuándo. Sí, por qué se ha adaptado este cómic y cuándo se ha hecho. Pues bien, la respuesta es bien sencilla: Un monstruo viene a verme. La película de J. A. Bayona se estrenó en 2016 y supuso un enorme éxito nacional, que encadenó entrando de lleno en Hollywood al rodar uno de los blockbusters más importantes del año pasado, Jurassic World: El reino caído. I Kill Giants y Un monstruo viene a verme comparten temática y una cronología muy estrecha. El libro en el que se basa la película de Bayona salió después del cómic de Kelly y Niimura, pero se adelantaron al adaptarlo a la gran pantalla. Si bien es cierto que el libro que estaba escribiendo Siobhan Dowd data de 2007, fue Patrick Ness quien lo publicó finalmente en 2011, debido a la muerte de la escritora. Así pues, cuando una obra se adapta, suele generar un efecto de arrastre en otras de temática similar para aprovechar el tirón. Si en teoría hay mercado para Un monstruo viene a verme, debería de haberlo también para I Kill Giants. Ése es el principal motivo de la adaptación, más allá de que el cómic de Kelly y Niimura sea excelente.

En definitiva, esta adaptación no está a la altura de la obra original por las razones anteriormente expuestas. La película no es que sea mala o un desastre, pero parece más bien un telefilme que poco o nada aporta sobre la obra original. Debido a esto, a aquellas personas que hayan leído el cómic, no les recomiendo el visionado de esta película. El cómic cuenta más y mejor la historia, tiene más talento, y es una gran obra. En cambio, a aquellas personas que hayan visto la película, sí que les recomiendo la lectura del cómic. Con la obra original tendrán una visión más rica y con mejores valores artísticos que los de la versión audiovisual, ampliando y mejorando así su experiencia.

Me despido de ustedes, pero antes les recuerdo que en el futuro tendremos más ejemplos de adaptaciones de cómics a la pantalla. Si tienen alguna petición especial de adaptación que les gustaría que analizara, háganlo saber en los comentarios, por favor.

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supermanumolina
supermanumolina
Lector
26 febrero, 2019 23:38

Vi la peli hace relativamente poco y, sin haber leído el comic (supuse que era una adaptación al ver el nombre de Joe Kelly en los créditos), me gustó bastante, lo suficiente como para buscar la obra original en Whakoom y tenerla apuntada para cuando llegue un mes flojito de novedades (ja ja, como si eso existiese). Como dices, le faltan cositas para ser algo más recordable, pero me tocó la patata en alguna secuencia.