Criminal: Mala noche

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Edición original: Criminal Vol. 2 #4 a 7; Icon, Marvel Comics.
Edición España: julio de 2009; Panini Comics.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo y entintado: Sean Phillips.
Color: Val Staples.
Formato: tomo recopilatorio de 120 págs. encuadernado en cartoné.
Precio: 12,95 €.

Con un poco de retraso –cinco meses, ni más ni menos–, retomamos el comentario relativo a la serie Criminal, obra del siempre engrasado equipo creativo integrado por Ed Brubaker y Sean Phillips. Aunque descuidar el tratamiento de una serie como ésta resulta sencillamente imperdonable, viene al caso echar mano del refranero popular para recordar aquello de “más vale tarde que nunca”, con el sentimiento de culpabilidad relativamente apaciguado por saber que entre la anterior reseña y la que hoy nos ocupa ha mediado un excelente artículo centrado en Incógnito, nueva creación de estos dos “sospechosos habituales” que desde el mainstream están haciendo las delicias de los incondicionales del género negro.

Tras disfrutar la inauguración del segundo volumen de la serie, materializada en el arco argumental titulado Los muertos y los moribundos, le llega el turno a Mala noche, calificada por el propio Ed Brubaker como “una historia noir muy diferente a las que hemos hecho hasta ahora.”. En líneas posteriores trataremos de analizar si la aseveración del guionista norteamericano puede ser considerada como categórica, pero vaya por delante la constatación de un hecho que ya se intuía desde la primera entrega de esta colección: cada historia, cada pieza que integra esta crónica de dos generaciones de criminales, está sutilmente interrelacionada con el resto. En este sentido, los lectores más observadores se habrán percatado de que Jacob había aparecido con anterioridad en la colección, y por partida doble: de forma explícita, como viejo conocido y cooperador necesario de Tracy Lawless en Sin ley; y de forma implícita, en Cobarde, como autor de la tira cómica Frank Kafka P.I. De este modo, Mala noche se presenta como la respuesta a las preguntas que nos hemos podido formular en relación a este personaje, al tiempo que consolida la sensación de que los autores tienen en mente una concepción de la serie mucho más ambiciosa de lo que puede parecer en primera instancia.


Criminal Vol. 2 #4, páginas 7 y 8: del lápiz entintado al coloreado
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Dejando atrás ambos cameos, llega el turno de que Jacob asuma un protagonismo casi absoluto, sirviendo su figura como pretexto para la recuperación de tópicos del género negro, pues no podemos olvidar que, a diferencia de propuestas caracterizadas por su “mestizaje” –Gotham Central, Catwoman, Sleeper o Incógnito–, Brubaker y Phillips utilizan Criminal como indisimulado catalizador de su pasión por el género, en sus vertientes literaria, cinematográfica y comiquera. Una aproximación caracterizada por su pureza, por su fidelidad a las claves y convencionalismos propios del noir más esencial, sin filigranas innecesarias ni artificios, buscando claramente el homenaje en detrimento de una innovación sino inexistente, prácticamente inapreciable.

Esta recuperación de tópicos ha permitido que por las páginas de la colección hayan transitado ladrones de bancos, carteristas, sicarios, hampones, drogadictos, polis corruptos, mujeres fatales, desertores, boxeadores fracasados, prostitutas, etc… todo un muestrario de perdedores, de almas rotas conscientes de que la redención está fuera de su alcance, al que se suma un nuevo perfil de personaje, también típico del género negro: el individuo aparentemente normal cuya vida da un giro de 180º por el mero hecho de hacer acto de presencia en el momento y en el lugar oportuno: en este caso, la acalorada discusión entre Danny e Iris, desarrollada en Blue Fly Diner, típica cafetería norteamericana que, mediando una buena limpieza, no costaría imaginar como refugio de “halcones nocturnos”. Subrayamos el “aparentemente normal” apreciable en líneas inmediatamente anteriores, pues habitualmente estos personajes esconden recovecos biográficos que regatean nuestras primeras impresiones, hasta terminar conformando un perfil ligeramente alterado: el del sujeto de pasado dudoso que creía haber dejado atrás la ilegalidad para acomodarse en una vida “normal”, tirando a aburrida.


Criminal Vol. 2 #4, páginas 9 y 10: del lápiz entintado al coloreado
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

En este caso concreto, tenemos ciertas pistas indicativas de la verdadera naturaleza de Jacob: sabemos que ejerció como falsificador y –tal y como apreciamos en Sin ley– que en un pasado reciente, sufrió algún tipo de percance físico que le llevó a portar muletas. Pero, ¿qué sorpresas se reservan los autores?

Para la construcción de este personaje, Brubaker reconoce una inspiración determinante: “David Goodis hizo muchas historias de este tipo, en las que un tipo normal se veía envuelto en situaciones equivocadas, y esta historia tiene mucho de eso. Leo es un carterista profesional, que en el pasado mató a una persona. Tracy fue un soldado profesional, quien termina trabajando para hampones, probablemente como sicario. Los personajes de las historias publicadas durante este año existían en un mundo criminal. En este caso, se trata más de una persona media, siendo empujada a un mundo que creía que había dejado atrás hace mucho tiempo.”. Efectivamente, el novelista David Goodis (Philadelphia, EE.UU.; 1917- 1967) parecía especializado en retratar a individuos aparentemente normales, pero embargados por cierta desazón existencial, marcados una mala suerte camuflada en forma de sucesos que truncan el normal desarrollo de sus vidas, envolviéndolos en acontecimientos que les superan y auguran desenlaces poco halagüeños. Para muestra de estos rasgos, basten las adaptaciones cinematográficas de algunas de sus novelas más ilustres, como La senda tenebrosa (Dark Passage; Delmer Daves; 1947), Disparen sobre el pianista (Tirez sur le pianiste / Shoot the Piano Player; François Truffaut; 1960) o La calle sin retorno (Street of no return; Samuel Fuller; 1989).

Resulta especialmente interesante el contexto laboral del personaje, adivinándose más de un guiño de complicidad entre Brubaker y Phillips, habida cuenta de que Jacob ejerce de historietista, concretamente de creador de la tira de prensa diaria protagonizada por un detective privado. Una circunstancia que permite alguna que otra reflexión acerca de las peculiaridades y la soledad implícita en la profesión, en este caso agravada por el insomnio que padece el protagonista. Un extraño conjunto que en palabras de su guionista, deriva en “una historia muy psicológica, como un cruce de Hitchcock con Jim Thompson.”.


Frank Kafka P.I., tira de prensa diaria creada por el protagonista de Mala noche

En cuanto a la edición española, por cuenta de Panini Cómics, decir que mantiene el formato habitual, esto es: encuadernado en cartoné y un tamaño ligeramente superior al del comic-book estándar. En lo negativo –muy negativo, de hecho– la ausencia de los artículos redactados por los creadores de la serie y sus compinches: en su edición original se pueden paladear cuatro entregas de The secret ingrediente is crime, correo de los lectores en el que Brubaker responde a dudas y comenta detalles acerca de Angel of Death, su aventura cinematográfica; un artículo obra del escritor Bob Calhoung, centrado en la película Noche en la ciudad (Night and the city; Jules Dassin; 1950); una entrevista a Charles Ardai, novelista y responsable de la editorial de género negro Hard Case Crime; otro artículo del guionista Marc Andreyko, sobre la película Un paso en falso (One False Move; William Friedkin; 1992); otro artículo obra de Steven Grant, opinando acerca de la figura del escritor Eugene Izzi; una entrevista centrada en Incógnito, publicada originalmente en Newsawama, varias páginas de avance de la serie; un análisis de la serie televisiva Harry O (ABC; 1974-1976), por cuenta del guionista Jaey Faerber; las reflexiones del escritor de cómics Mark Rahner en torno al personaje Burke, creado por el novelista Andrew Vachss; e incluso un anuncio publicitando la venta de originales de Sean Phillips en Splash page art.

Hablando en plata: es una auténtica putada no poder disfrutar de este tipo de contenidos, que hacen de Criminal una serie sumamente especial, convertida en punto de encuentro de los amantes del género. En descargo de Panini, decir que las ediciones americanas de los recopilatorios de esta colección tampoco se incluían estos artículos, por ser empleados como reclamo y contenido exclusivo de la serie en grapa. Pero no es menos cierto que mientras que en los tres primeros tomos sí pudimos leer algunos de estos contenidos, en Mala noche nos topamos con un único artículo creado para la edición española, centrado en la saga Millenium de Stieg Larsson. No es ésta una práctica criticable, creo: se había hecho con anterioridad en los cuatro tomos hasta ahora publicados, intercalándolos con los originales, pero creo que se está cayendo en el error de desvirtuar este material adicional, pasando de unos artículos creados por los autores y sus colegas, en los que se repasaban clásicos del género, a –espero que no se ofendan los seguidores de Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist– hacer referencia al best-seller del momento, que además de no necesitar publicidad adicional, sale bastante mal parado, puesto en comparación con algunas de las obras mentadas por Brubaker y compañía.

Dejando a un lado esta cuestión, Criminal ofrece más de lo mismo: entretenimiento de calidad. Probablemente no alcance las cotas de tensión, interés e inspiración apreciables en otros arcos argumentales, pero mantiene un nivel medio envidiable, que una vez más, y como ya apuntamos en las primeras líneas de este texto, hace las delicias de los que tanto disfrutamos con el género negro.

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Un saludo y hasta pronto! (eso espero)

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José Torralba
5 diciembre, 2009 10:26

Excelente artículo David. No deja de maravillarme cómo, a pesar de haber tratado esta serie en profundidad varias veces en el pasado, siempre tienes capacidad para exponernos nuevas perspectivas sobre ella cada vez que le dedicas un escrito. Respecto a la carencia de los textos originales, es lo de siempre: en USA el tomo tampoco los tendrá, pero es que allí pueden comprarse las grapas. Suerte que a estas alturas aquí, los que sabemos inglés, también podemos.

Y respecto a Millenium, independientemente de que guste o no (a mí las aventuras de Lisbeth me han entretenido mucho, y creo que es buena literatura de evasión, ni más ni menos) no pegan ni con cola aquí. Millenium es un thriller político en cuya primera parte se usa un esquema de whodunnit clásico (tan clásico como que es una variante de la habitación cerrada) como excusa –posteriormente desligada de la línea argumental de la trilogía– para que dos personajes se conozcan. Es una evolución de la novela detectivesca británica que evoluciona a suspense político, mientras que Criminal es un homenaje al noir americano en su forma de hardboiled. Sinceramente, muy poca comprensión de la obra se tiene para haberlos mezclado, la verdad.

curioso
curioso
Lector
5 diciembre, 2009 11:27

excelente articulo, como los que a  mi me gustan, si señor.

también soy de los que se ha dejado cautivar por este universo creado por el señor Brubaker.

y aunque esta sea una saga algo distinta, un paseo a la locura del protagonista, me ha encantado. sobre todo las conversaciones con el detective ficticio que utiliza como protagonista para la tira cómica.

bueno, ahora a esperar el siguiente tomo en el que al parecer siguen las aventuras de Tracy Lawless.

saludos

Parábola Durden
Parábola Durden
5 diciembre, 2009 16:04

Muy buen artículo. Suscribo cada palabra y cada punto. Hace mucho que no coincido tanto con un artículo. El penúltimo párrafo es como si me lo hubieran quitado de la boca. Yo disfruto mucho con esos extras esenciales en la serie, que le da ese regusto de revista clásica del género. No entiendo su ausencia. Si Panini hubiera descuidado más la edición de Criminal, pero en apariencia ese no ha sido el caso. No lo entiendo.

Larga vida a Brubaker-Phillips!!

(Por cierto José, todavía no he leído Incognito. Ya lo tengo, y lo miro y lo acaricio a cada dos por tres, pero no he encontrado el mejor momento 😉 Ya te dejaré un breve comentario por ahí)
(Segundo por cierto: llevo más de dos años buscando Un paso en falso, tb llamada Falso movimiento, y no la encuentro en ningún sitio. El dvd está descatalogado, las tiendas de segunda mano no la tienen… Debe ser de los pocos neo noir decentes q me faltan)

José Torralba
5 diciembre, 2009 16:41

Parábola, en cuanto lo leas me cuentas. Si te da por comentar, no dudes en dejarme un breve recordatorio en algún artículo reciente de Vertigo. Mira que si no, o da la casualidad de que vea el comentario en el texto de incgónito o se me va a pasar. Intentaré estar atento por si las moscas. En el de 100 Balas te contesté; tarde pero lo hice 😉

Y no… Un paso en falso no se encuentra por ninguna parte.

Parábola Durden
Parábola Durden
6 diciembre, 2009 0:11

Por cierto David, x si lo quieres corregir, creo que querías poner Mala Noche en el penúltimo párrafo y pusiste Malas Calles. Se te escapó una vena Scorsese. 😉