Convergencia: Green Lantern Num. 42

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Edición original: Convergence – Green Lantern Parallax núms. 1 y 2 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Tony Bedard
Dibujo: Ron Wagner
Entintado: Bill Reinhold
Color: Paul Mounts
Formato: Grapa, 48 págs. A color.
Precio: 3,50 euros

 

Entre enero y marzo de 1994 los aficionados al universo DC fueron testigos de la caída de uno de sus más grandes héroes. Ron Marz, guionista de la serie por aquel entonces da un golpe de timón en la serie y aprovechando las consecuencias originadas por la destrucción de Coast City en Superman, desencadena la saga que sería titulada: Crepúsculo Esmeralda. Difícilmente podemos olvidar aquella historia de tres partes, publicada en España por primera vez por Zinco en un solo tomo en el que la viñeta de un Hal Jordan bañado en energía verde, colmado de anillos, borracho de poder y ciego por la culpa se deja llevar hasta las últimas consecuencias posibles. Hal Jordan nos dejó ese día y en su lugar llego Kyle Rayner para soportar sobre sus hombros el peso de ser un ejército de un solo hombre al disolverse por completo el cuerpo de los Green Lanterns.

Todo ha cambiado desde aquella saga. Cientos de historias se han sostenido por lo que Ron Marz planteó, siendo una de ellas el evento de Hora Zero, donde el villano no era otro que Parallax convencido de poder reiniciar el tiempo y por tanto el universo entero y salvar a la ciudad de Coast City.

Bajo este prima y esta situación es sobre la que se sustenta la historia que nos plantea Tony Bedard al encerrar bajo la cúpula a Kyle Rayner y a Hal Jordan, ambos sin poderes, estando el segundo consumido por la culpa de lo que hizo durante la saga Crepúsculo Esmeralda. Un momento para la reflexión en el que se puede analizar con calma lo que para un hombre como Hal implica ser consciente de lo que hizo. Bedard se permite acercase a la figura de Parallax a través de Hal Jordan. Usa la excusa de la falta de poderes para mostrarnos a un hombre roto, fracturado por la culpa. El desarrollo de la historia se toma su tiempo para adentrarnos en la dinámica ya conocida del combate entre ciudades.

La culpa puede matar a un hombre en vida.
La culpa puede matar a un hombre en vida.

Bedard es en ese momento cuando pierde el ritmo de la historia y la situación se torna anticlimática. No hay sensación alguna de peligro, perdiendo el tono psicológico de la historia para acabar sumida en una sucesión de repetidos intentos por parte de Kyle por salvar a Hal de su personalidad perversa. Y aun así, en medio de todo esto, Bedard es capaz de mostrar pequeños destellos geniales que aportan fuerza visceral al relato cuando es capaz de entender a la perfección al personaje de Parallax. Escribir una historia con un personaje de tan inmenso poder resulta siempre complicado, salvo que seas capaz de profundizar muy dentro del personaje y diseccionarlo de manera que sus acciones sean coherentes con su propia personalidad. En eso Bedard triunfa y tal vez sea precisamente por eso por lo que pierde el control del resto de la narración. No es capaz de integrar la acción con el trasfondo de Parallax, lo que lleva a ese desenlace totalmente deshumanizado que al lector no termina de atraparle. Si buscas impactar al lector debes ser capaz de meterlo en la historia y que los personajes, por efímera que vaya a ser su aparición, importen.

Pero como le ocurre a todos los tie in de Convergencia la inconsistencia sigue haciendo acto de presencia en los mismos puntos ya comentados con anterioridad: la falta de solidez en lo narrado y el férreo esquema narrativo impuesto en estas miniseries.

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Estos dos factores encorsetan tanto a los autores que a duras penas consiguen sacar algo claro y rescatable, aun pudiendo jugar con personajes de tanto peso y relevancia como son Parallax y Kyle Rayner, en un entorno en el que la propia premisa se presenta tan irreal que dificulta la lectura.

Una miniserie inscrita dentro de Convergencia que ECC ha encartado en la serie regular del personaje, al igual que hará con la miniserie dedicada a los Corps el mes que viene, que sin ser muy relevante sí que aporta algunos momentos de brillantez y atrevimiento por parte de Bedard. Tal vez con un dibujante más dinámico, menos rígido, con más recursos faciales, la historia psicológica hubiera ganado en fuerza y el conjunto se hubiera visto reforzado, pero el trazo de Ron Wagner se ve desganado, rápido y poco preciso, desluciendo el conjunto.

Una historia que se lee de un tirón, menos dura y profunda de lo que podría haber sido, pero satisfactoria en aspectos importantes del personaje de Parallax que se queda a medio camino a la hora de aportar más a ese lector que sigue recordando a Hal Jordan con los dedos llenos de anillos de poder y los ojos inyectados en sangre, la mente perdida en la locura y el dolor de la perdida de todo en cuanto creía.

Una imagen para el recuerdo.
Una imagen para el recuerdo.
  Edición original: Convergence - Green Lantern Parallax núms. 1 y 2 USA Edición nacional/ España: ECC Ediciones Guión: Tony Bedard Dibujo: Ron Wagner Entintado: Bill Reinhold Color: Paul Mounts Formato: Grapa, 48 págs. A color. Precio: 3,50 euros   Entre enero y marzo de 1994 los aficionados al universo…
Guion - 6.5
Dibujo - 5
Interés - 7

6.2

Valoración

Irregular en su conjunto, pero con interesantes reflexiones alrededor de una de las más extremas caracterizaciones de un héroe caído en desgracia.

Vosotros puntuáis: 4.1 ( 1 votos)
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Lector
22 octubre, 2015 20:07

Hal Jordan como Green Lantern estaba muy bien pero como Parallax era tremendo antiheroe. DC había encontrado al Magneto que tanto le faltaba y que tan buenos dividendos daba a Marvel.
El problema, una vez más, fue que DC no creía en lo que estaba haciendo y Marz se vio en la necesidad de matarlo.
Si bien Johns hizo un trabajo monumental con la serie de Green Lantern, también podría haberlo hecho con Rayner o algún otro personaje. Tanto que tuvo que convertir a Sinestro en una especie de antiheroe cuando siempre fue un villano.

Tomás Martínez
22 octubre, 2015 21:27

Estoy de acuerdo con al reseña, aunque haría más hincapié en eso que comentas de que a la historia le falta dureza. Creo que si bien en su momento el personaje de Parallax no era para tanto, con los años se podía haber tornado más malo, más «evil» por decirlo de alguna forma. La cuestión al final no pasa del «ni fu ni fa» y se convierte en un mero entretenimiento para los fans acérrimos y con mucha nostalgia del personaje, como muchas de las series de Convergencia.