Colección Jim Starlin nº 6. El Guantelete del Infinito. El Día Después.

 

Edición original:Silver Surfer v3, 60-66 y Annual 5 USA.
Edición nacional/ España:Panini Comics.
Guión:Ron Lim.
Dibujo:Ron Marz, Steve Carr, Deryl Skelton.
Formato:Tomo en tapa dura, 192 páginas.
Precio:19,95€.

 

El Guantelete del Infinito no fue el primer gran evento Marvel. Si tuviera que poner un inicio y decir cuál fue para mí el mayor evento de Marvel que tuvo el honor de ser el pionero, diría sin duda alguna que Secret Wars, bajo la batuta de ese visionario que fue Jim Shooter y de la empresa de juguetes Mattel, marcó el inicio de lo que un gran evento Marvel tenía que ser. Gran Crossover de superhéroes y villanos, enfrentados unos a otros en una épica y grandilocuente batalla campal, con una trama “más grande que la vida” que afectaba trascendentalmente a las colecciones de todos y cada uno de los superhéroes que en el evento en cuestión se dieron cita.
El Guantelete del Infinito es bajo mi estrictamente personal criterio, el segundo gran evento marvel, y en ese sentido, lo que en sus páginas se desarrollaba, irremediablemente afectaba a las colecciones propias de los personajes que en él se involucraban, siendo uno de los héroes marvelitas más importantes del Guantelete, nuestro heraldo de Galactus favorito: Estela Plateada. En anteriores reseñas ya tuvimos ocasión de abordar los números de la colección de Estela Plateada que hacían de tie in, esto es, que tenían lugar a la par que el Guantelete del Infinito, debiendo ser leídos intercaladamente para poder tener una visión más completa de lo ocurrido.

Sin embargo, en esta ocasión, el sexto tomo de la Colección Jim Starlin, aborda los sucesos que tienen lugar en la colección de Estela Plateada, una vez Thanos ha sido derrotado, encontrándose el Guantelete en poder de Adam Warlock. En ese sentido, no estamos ante una gran obra, Ron Marz ni es Jim Starlin, ni pretende imitarle, y se limita a hacer de enlace entre las distintas epopeyas cósmicas narradas por su predecesor en la colección, elaborando unos números mínimamente entretenidos que no aportan demasiado a Norrin Rad como personaje.
El volumen arranca con el miedo compartado de Stephen Strange y Estela Plateada al respecto de que un personaje ya de por sí tan poderoso como Adam Warlock, sea ahora omnipotente, al haberse hecho con la posesión del Guantelete del Infinito para salvaguardar el Universo. No obstante, no se abordará más este tema, al ser ya propio del siguiente gran evento starliniano, La Guerra del Infinito, que podréis ver en vuestras librerías especializadas (y reseñado en esta casa) en el mes de Julio de 2018.

Ante una amenaza que Estela no sabe si es tal, el surfista cósmico decide hacer lo que mejor se le da: Recorrer el cosmos en pos de quienes le necesiten, lo que le llevará a unir fuerzas con El Coleccionista, abyecto y vil primigenio del universo, cuya negligencia ha dejado un gran peligro vírico suelto por la galaxia.
Seguidamente, Estela vivirá una experiencia onírica que lo llevará a enfrentarse a la oscuridad de su interior, para lo que contará con la inesperada ayuda de Mar-Vell, el Capitán Marvel original, que en 1992, año en el que se publicaron estos cómics, ya llevaba un tiempo fallecido, si bien en el Universo Marvel, y más si hablamos de experiencias en las que los elementos mágicos y espirituales están relacionados, la muerte no es un gran obstáculo a salvar.

Poco más hay que destacar de un volumen que, en comparación con los números de Estela Plateada previos al Guantelete del Infinito, o con el propio Guantelete, se me antojan anodinos e innecesarios, pero que sin embargo cumplen su función: La de servir de enlace entre los dos grandes eventos cósmicos de aquel momento, El Guantelete del Infinito y La Guerra del Infinito.
Por su parte Rom Lim, se encarga de ilustrar todo el tomo (a excepción del séptimo número, Silver Surfer Vol 3, #66 en el que Lim descansó tan solo un mes para ser reemplazado por Steve Carr y Deryl Skelton) haciendo una labor correcta pero no especialmente remarcable, estando como estamos ante un autor cumplidor, que conoce al personaje de Estela Plateada y a su mundo por tener mucha experiencia encargándose de los lápices de dichos seres, y ejecuta un trazo firme y canónico que da lo que el guión exige. Nada más, pero tampoco menos.

Este es un tomo que sin duda, no exige su compra a no ser que el lector sea muy fan del Guantelete del Infinito como evento, y por ello en su ansia completista (como le ocurre al redactor que esta reseña escribe) desee poseer todos los cómics que circulan en torno a uno de los mejores cómics de la Casa de las Ideas.