CAPITÁN AMÉRICA: OTRO TIEMPO, de Ed Brubaker, Steve Epting y Michael Lark

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Edición original: Captain America v.5 # 1-7 (enero / julio 2005); Marvel Comics.
Edición España: noviembre
de 2005 / mayo de 2006; Panini Cómics.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo y entintado: Steve Epting, Michael Lark y John Paul Leon.
Color: Frank D’Armata.
Formato: colección mensual de 32/24 págs.
Precio: 1’70 €.

Bien es cierto que tanto John Ney Rieber y John Cassaday (en este caso, sobre todo a nivel gráfico), como Mark Morales, Robert Kirkman, o Chris Bachalo arrojaron interesantes ideas y planteamientos en sus respectivas etapas al frente de la colección mensual del “Centinela de la Libertad”, pero se hacía urgente y necesariol éste le hacía falta un severo lavado de imagen, pues pese a tratarse de uno de los más longevos y emblemáticos personajes de Marvel Comics, su nivel de popularidad no se correspondía con el halo de grandeza que se le presupone. Al menos si tomamos las cifras de ventas como baremo aplicable. En este sentido, la situación resultaba aún más chocante, por contrastar con la vivida por su contrapartida en el Universo Ultimate, quien gracias a los siempre polémicos guiones de Mark Millar para The Ultimates, se halla constantemente en el ojo del huracán por lo controvertida que resulta su caracterización, su actitud, sus motivaciones y las frases tan lapidarias como incendiarias a las que recurre con tanta frecuencia.

Comenta el propio Ed Brubaker que cuando desembarcó en Marvel Comics, uno de los primeros personajes por los que mostró interés fue el Capitán América (¿tal vez por haber pasado gran parte de su infancia en bases militares?), inquiriendo a Joe Quesada acerca de la disponibilidad para guionizar su colección. La respuesta del Editor Jefe de “La Casa de las Ideas” no se hizo esperar, poniendo todos los medios posibles a disposisición del guionista de Maryland, para así potenciar un título en el que ambos depositaban grandes esperanzas. Para tamaña empresa, Brubaker contaría con la inestimable ayuda de Steve Epting, viejo conocido de Marvel que poco o nada había destacado en los últimos años, y de forma puntual Michael Lark, con quien ya había coincidido en la muy recomendable Gotham Central. De este modo, a principios de 2005 vió la luz el número 1 del volumen 5 de la colección mensual Capitán América., cuyo primer arco argumental, titulado Otro Tiempo, comentaremos a continuación.

SINOPSIS: ”Ante la preocupación de S.H.I.E.L.D. por el estado de ánimo y el errático y violento comportamiento del Capitán América en las últimas semanas, a Steve Rogers no le queda otro remedio que verse sometido a evaluaciones periódicas supervisadas por Sharon Carter (Agente 13). El desmembramiento de Los Vengadores, el fallecimiento de algunos de sus viejos camaradas, y la fuga de Cráneo Rojo amenzanan con quebrar su cordura, y el aislamiento autoimpuesto en un edificio aparentemente abandonado situado en Nueva York, no hace sino sumirlo en sus recuerdos. De este modo, Rogers vive un continuo estado de agitación, propiciado en buena medida por los dramáticos acontencimientos que han sacudido su vida, así como por los extraños sueños que lo retrotraen a la II Guerra Mundial.¿Qué papel jugarán Cráneo Rojo y el misterioso General Lukin en esta trama?.”

Advertencia: en los comentarios relativos al trabajo de Brubaker en este arco argumental, los botones de spoilers no obedecen a un capricho de quien escribe estas líneas, sino que su inserción está justificada por comentarse en dichas líneas detalles muy reveladores acerca de las diversas colecciones de las que recientemente se ha hecho cargo Ed Brubaker (X-Men: Génesis Mortal, Daredevil, Uncanny X-Men, Capitán América).

Especializado en narrar historias de género negro y misterio, Brubaker lleva años dando numerosas muestras de su talento para capturar la atención del lector, llevando un paso más allá los convencionalismos del género para profundizar en la personalidad de los protagonistas de sus obras, haciendo siempre gala de un sentido del ritmo envidiable. Batman, Catwoman o Gotham Central son claros ejemplos de su habilidad, trasladada a las colecciones Marvel de las que ahora se ocupa.

A priori, la empresa de devolver al Capitán América al lugar preeminente que históricamente le corresponde dentro del Universo Marvel parecía harto complicada. Sin embargo, en apenas un par de años lo ha logrado, y con creces. Actualmente, Steve Rogers protagoniza junto a Tony Stark (Iron Man) la miniserie Civil War, evento que parece destinado a sacudir (por enésima vez) los cimientos de “La Casa de las Ideas”, pero la segunda juventud que parece estar viviendo el supersoldado se debe, en buena medida, al nivel de calidad que ha evidenciado su colección mensual desde la llegada del actual guionista, así como por el papel desempeñado por el personaje en la formación de Los Nuevos Vengadores de Brian Michael Bendis (si suele decirse que las comparaciones son odiosas, en este caso la frase hecha se queda corta para reflejar lo antitéticas que resultan ambas propuestas).

Otro tiempo refleja a un Capitán América que en lo personal se muestra abatido, iracundo, decepcionado y preocupado, y en lo profesional, desmedido, expeditivo y extremadamente violento, pese a que la sitiación no lo requiera. En este contexto, Nick Furia parece decidido a no quitarle el ojo (nunca mejor dicho) de encima, de modo que decide encomendarle su seguimiento a Sharon Carter, con el fin de preservar la integridad y la cordura de quien en definitiva resulta ser el arma más poderosa de S.H.I.E.L.D., lo cual no deja de resultar curioso, si tenemos en cuenta que la famosa organización no sólo ejerce de fuerza pacificadora de las Naciones Unidas, sino también como garante de la seguridad internacional, y promotora y ejecutora de las más modernas técnicas de acción antiterrorista.

Brubaker alterna la narración en presente con sugerentes flashbacks a modo de representación de sueños acerca del pasado de Steve, los cuales, para su inquietud, no se corresponden exactamente con los recuerdos que poseía de tales sucesos. Concretamente, estos episodios oníricos se refieren a una misión acometida por El Capitán América, Bucky, Namor y La Antorcha Humana original durante la II Guerra Mundial, cuando esta curiosa formación de héroes intentó salvar una pequeña aldea rusa llamada Kronas de los planes de Cráneo Rojo. Pero estos flashbacks no sólo se refieren a recuerdos de Rogers, sino también a sucesos acontecidos con posterioridad al episodio de la aldea cercana a Staligrado, con el General Lukin y Cráneo Rojo como portagonistas, y el intercambio de armamento “especial” procedente del arsenal ruso como telón de fondo.

Precisamente esta historia recupera de nuevo a Cráneo Rojo uno de los más clásicos supervillanos de la colección, quien planea una serie de atentados terroristas en algunas de las más importantes metrópolis de la Tierra, con el fin de generar la energía suficiente para recargar un fragmento recuperado del Cubo Cósmico. En este punto es donde intervendrá el Capitán América, pues recibirá el encargo por parte de Nick Furia, de localizar e inutilizar a las células terroristas encargadas de activar los explosivos. Este conjunto de acontecimientos parecen estar relacionados de un modo u otro con Lukin, así como con un misterioso y legendario mercenario apodado El Soldado de Invierno, que durante las últimas décadas ha acometido múltiples asesinatos.

Es decir: un buen montón de información, dosificada de forma pausada en entregas mensuales de 24 páginas. Información, imaginación, y documentación, porque el encaje de bolillos realizado por el guionista para compaginar sus planes con la continuidad del personaje tiene su mérito. Al igual que la capacidad para sorprender, siendo un ejemplo paradigmático el final del primer número, sencillamente impresionante. Otro punto fuerte de esta etapa es la utilización de S.H.I.E.L.D., y la caracterización de Nick Furia, quien desgraciadamente parece condenado a desempeñar el papel de eterno secundario del Universo Marvel. En esta ocasión, Brubaker parece empeñado en llevarle la contraria al resto de guionistas y/o supervisores creativos de la editorial, confiriéndole grandes dosis de protagonismo, pues en lo que a información se refiere, siempre parece ir un paso por delante del resto de personajes. La pregunta es ¿Cómo utilizará esa información? ¿Porqué se reserva determinada información? Llegado el momento ¿cómo la utilizará? Poco a poco, el guionista va respondiendo a las preguntas que se formulan los lectores, intuyo que dejando satisfechos a la gran mayoría (al menos así ha sido en mi caso).

Como curiosidad, comentar que una vez más, Brubaker utiliza dos recursos sobreexplotados en las diversas colecciones Marvel de las que se hace cargo. Por una parte, la explotación de la llamada retrocontinuidad, hundiendo las raíces de sus arcos argumentales en la Historia más profunda de cada colección (evidentes las referencias al

Aviso de Spoiler

Giant Size X-Men #1

en X-Men: Génesis Mortal, y la etapa desarrollada durante la II Guerra Mundial en Capitán América), y por otro, una acusada tendencia a propiciar la muerte de personajes secundarios, como pueden ser los casos de

Aviso de Spoiler

Foggy Nelson en Daredevil, Cráneo Rojo y Jack Monroe en Capitán América, Sean Cassidy (Banshee) en X-Men: Génesis Mortal, e incluso se especula con que suceda algo similar en La Patrulla-X.

Lejos está de mi ánimo criticar estas soluciones argumentales, porque lo cierto es que resultan soprendentes, efectivas, e incluso por momentos emotivas. Pero llama la atención que este esquema se repita de forma casi sistemática en muchas de sus obras.

Para finalizar, no podría terminar esta reseña sin ensalzar el excepcional trabajo realizado por Steve Epting. Desde sus inicios en la industria dio sobradas muestras de su talento, revelándose como un dibujante solvente en títulos como Los Vengadores, X-Factor, XSE, Los Invasores o más recientemente Crux. Pero el grado de detalle alcanzado en este cómic resulta digno de elogio, evidenciando un trazo que le sienta como un guante a la historia narrada. Dramatismo, seriedad, realismo, dinamismo, espectacularidad, dominio de la narrativa, y de los juegos de luces y sombras. Todo ello conjugando a la perfección un evidente regusto clásico con los estilos imperantes en el panorama contemporáneo. Una auténtica delicia, aderezada por la aportación de Michael Lark, también excepcional en la plasmación de los flashbacks, donde su estilo sencillo (que no fácil), casi lineal, casa a la perfección con la época reflejada, en parte gracias al coloreado de Frank D’Armata.

Una obra sobresaliente, mezcla diligente e inspirada de thriller de espionaje y género superheróico, con grandes dosis de acción (impresionantes algunas de las secuencias: dinámicas, enérgicas, y perfectamente “coreografiadas”), misterio, e intriga. Perfecto anticipo de los arcos argumentales que estarían por llegar en la colección, de los cuales os daremos cumplida cuenta en Zona Negativa.

Un saludo y hasta pronto! (eso espero)

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R
R
27 enero, 2007 12:03

Yo no había comprado (ni siquiera me había planteado comprar) la cole del Capi hasta que leí el número 1 de esta etapa de Brubaker y la verdad es que aunque la cadencia mensual hace que en mi opinión la facilidad para seguir la trama se resienta un pelín, la estoy disfrutando mucho.

No sé qué es exactamente lo que me gusta de ella (no podría decir si es por lo que cuenta, o por cómo lo cuenta, o por el trabajo de Epting y Lark o por todo ello) pero me gusta y eso es suficiente.

Tiene como un aire a clásico instantáneo, un olorcillo a comic completo, compacto, efectivo en todos los frentes que me obliga a cogerlo de la estantería de la librería especializada todos los meses.

Javier
Javier
27 enero, 2007 15:15

El capi era, es y será un gran personaje. Es muy conocido en E.E.U.U. donde es un icono a la altura de Superman, Batman o Spider-man. Pero es cierto que sus comics no son tan seguidos como los de estos. Solo tenemos que ver el montón de colecciones que tienen y el capi solo tiene una o con suerte 2 (sin contar los Vengadores y similares). También es cierto que el capi tiene etapas muy buenas (ver Biblioteca marvel del capi para empezar), esta no es la única etapa a considerar. Con esto no digo que no es para tanto, todo lo contrario, esta es una de las etapas importantes del capi, y espero que surjan muchas más.
Nadie se atrevió a tanto con el «difunto» Bucky para no encontrar las iras de los aficionados, pero la mayoría de estos aplauden la nueva creación.
Una vez resuelto el primer arco argumental, seguimos con las mismas fórmulas narrativas (espionaje, acción y ese mundillo relacionado con el pasado el capi) que nos hacen esperar con agonía el siguiente número para ir completando esas historias que nos tienen en vilo.
La Actual Guerra Civil afecta a la colección del capi, donde se sigue con el último arco argumental pero desviándose (o pausándolo)un poco para poder reflejar el impacto que este evento tiene en el capi y su entorno.
Esperemos que pueda seguir este equipo de artistas con el capi durante mucho tiempo y que no se vean influenciados por nada (ni siquiera por eventos interesantes como la Guerra Civil).
Larga vida al Capitán América.

Craneo
Craneo
28 enero, 2007 3:37

Totalmente deacuerdo con lo dicho. Es cierto que el Capi es mirado con prejuicios y, si bien es cierto que puede llegar a ser muy cargante dependiendo del guionista, cuando se hace cargo de el alguien que nos enseña lo que hay detras del personaje, lo que defiende y significa de verdad, nos deja historias impresionantes. Como ha dicho Javier, la etapa de Englehart en la BM o la Waid son viva prueba de ello.

En cuanto a Brubaker, parece que estamos ante una de las etapas que se van a recordar para siempre, para mi, ya esta entre las favoritas, un clasico.

señor punch
3 febrero, 2007 7:44

Parece que Brubaker no sabe hacer malos comics, efectivamente. Y este Capi es un ejemplo de profesionalidad e inteligencia, aunque no sea un tebeo excepcional ni rupturista. Como dice David, es un inteligente engarzado argumental, muy sólido. Añado que me parece Bru un artesano capaz de adecuarse a cualqiier género clásico (aquí estamos ante un puro relato de espías) y tratarlo bien, no insultando jamás la inteligencia del lector 🙂