Capitán América / Lobezno: Jauría de Lobos

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Edición original: Marvel Comics – junio – diciembre – 1992
Edición España: Comics Forum – abril – agosto – 1994
Guión: Mark Gruenwald
Dibujo: Rik Levins, Larry Alexander
Entintado: Danny Bulanadi, Don Hudson, Ray Kryssing, Steve Alexandrov, Ariane Lenshoek
Color: Christie Scheele, Gina Going, George Roussos, John Cebollero, Ariane Lenshoek, John Kalisz
Portada: Rik Levins, Danny Bulanadi
Precio: 300 pesetas (sere limitada de cinco números de 48 páginas cada uno)

 

En enero de 1994, Forum ejecutaba una decisión editorial tomada meses atrás, en la que se cancelaba buena parte de las colecciones clásicas de Marvel. Series centenarias como Los Cuatro Fantásticos o Los Vengadores tocaron a su fin, mientras que otras –como las cabeceras duales en las que sobrevivían el Capitán América, Thor, Hulk y el Hombre de Hierro- cerraban a los pocos meses de su aparición. La situación para la afición marveliana no era lo que se dice halagüeña, pero paradójicamente, aquella crisis fue sinónimo de oportunidad. Viejas y nuevas fórmulas fueron utilizadas para que aquella parroquia –de número insuficiente para mantener cabeceras regulares- no se quedara sin su ración de sus personajes preferidos.

En el caso del Capitán América, se daba la circunstancia de que su permanencia en el mercado bajo cabecera propia llevaba muchos años en el alero. Primero, su colección había pasado a bimensual, compartida con Thor. Luego, algunos de sus números fueron publicados en otras cabeceras como La Patrulla-X o Los Vengadores –por la necesidad de que unas sagas como La caída de los mutantes o Actos de Venganza se vieran íntegramente en España sin excesivo desfase- o Marvel Héroes –para aprovechar el tirón de alguna historia especialmente interesante, como la Saga de la gema sangrienta-. Maniobras como estas mantenían al Capi en los quioscos y librerías, pero no evitaban el creciente desfase entre las ediciones estadounidense y española. Cuando el abanderado perdió su colección, se refugió durante dos años y medio en miniseries y tomos recopilatorios, pero una parte de las historias de ese período permanece inédita. Una de las cabeceras específicas que sirvió para que, al menos una vez al año, hubiera una ración de escudo en grapa, fue esta Jauría de Lobos, que recogió la aventura Man and Wolf, publicada dos años antes en la serie regular norteamericana. Para captar la atención del público y, sin duda, aumentar las ventas, se elevó a la categoría de co-protagonista a Lobezno, aunque solo fuera en las portadas.

La historia comienza justo después del final de Operación: Tormenta Galáctica. La solidez de los Vengadores como grupo se ha visto seriamente afectada por la decisión de siete de sus miembros de ajusticiar a la Inteligencia Suprema de los kree. El Capitán América ha considerado eso como una ejecución y se replantea su condición de presidente. Pone su cargo a disposición del equipo, pero sus integrantes rechazan ese conato de dimisión; sin embargo, cuando intenta convocarles a un seminario sobre lo que implica su «profesión» solo tres (y un rezagado Eric Masterson) acuden a la llamada. El Capi es aún reconocido como la brújula moral de la asamblea, pero su forma de pensar empieza a considerarse desfasada. En la colección dedicada a los Vengadores de la costa este –responsabilidad en ese momento de Bob Harras, Steve Epting y Tom Palmer- Steve decide tomarse una excedencia que, en su propia colección coincidirá con dos aventuras de búsqueda: la primera, de John Jameson, su piloto; la segunda, de Rachel Leighton, Iguana, su pareja. Ambas historias correrán paralelas, pero se resolverán de forma sucesiva. Durante varios números, las desdichas de la compañera del Capitán se contarán en forma de complemento.

La decepción por la actitud general del equipo –que en su propia colección principal está adaptándose a las tendencias dominantes en el género- se ve acompañada por la noticia de que John Jameson, el hijo del conocido editor periodístico y colaborador del Capitán América, ha desaparecido. Este será el primer paso para que Gruenwald haga repaso de todo bicho de reminiscencias lupinas –de origen mágico, químico o genético- que poblaba por aquellos días el universo Marvel. Jameson es el nexo de unión, por cuanto estuvo aquejado por un mal licantrópico y colabora con el Capi, pero también se asomarán Jack Russell –el Hombre Lobo marvelita por antonomasia- Feroz (de Fuerza-X), Loba Venenosa (de Factor-X), Lobezno (de la Patrulla-X) y el arquitecto de la trama, un viejo enemigo del abanderado, conocido como Druida Demonio. Con semejante adversario, no es raro que Rogers eche mano de un antiguo vengador que no había acabado bien con el equipo, el Doctor Druida. El resultado es una de esas historias en las que Gruenwald entretiene a la afición, recuperando y metiendo en danza a todo tipo de personajes, así como poniendo al protagonista principal en uno de esos bretes de los que sale airoso haciendo demostración de que pueden doblegar su cuerpo, mas no su espíritu.

La historia complementaria presenta el proceso de secuestro y lavado de cerebro al que Calavera –fiel secuaz de Cráneo Rojo, un tanto caído en desgracia- somete a Rachel Leighton. El sicario pretende recuperar su posición dando un golpe de efecto del calibre de sojuzgar a la compañera sentimental del mayor enemigo de su patrón y presentado los resultados de su plan en un lugar donde ya no es tan bien recibido. Una vez resuelto el enigma lupino y pasado puntualmente por La Guerra del Infinito, el Capi irá a la búsqueda de Iguana, acompañado de otro viejo colega, el Halcón. La trama de complemento pasará a ocupar un lugar principal pero, antes, Gruenwald tendrá ocasión de mostrar al público las intrigas que se mueven en el tinglado de casa Cráneo, recuperando a algunos villanos de segunda e intentando darles cierta personalidad.

Jauría de Lobos es un buen ejemplo de lo que supuso la larguísima etapa del recordado Mark Gruenwald al frente de las aventuras del cabeza alada: una idea clara del personaje y un conocimiento enciclopédico del universo Marvel. El Capi sigue mostrando una moral inquebrantable, con cierta tendencia a unas reconvenciones morales que pueden resultar cargantes. Esta visión del personaje refuerza su anacrónica condición, pero en aquellos días en los que el género súper-heroico se hallaba profundamente oscurecido, el abanderado parecía aún más desfasado. Don Mark, que tenía el talento para hacer de la debilidad fortaleza, no rehúye este hecho, sino que lo utiliza para recalcar su defensa del modelo clásico. El vengador de la cabeza alada tiene unos ideales sólidos como la roca, pero se está quedando solo y desfasado. No es casualidad que Cable, uno de los iconos de la época, se paseara por allí e intercambiara algunos golpes con el Capitán.

Las labores gráficas corrieron principalmente a cargo de Rik Levins, un autor cuyo estilo era notablemente parecido al de Paul Ryan, pero cuya calidad era notablemente menor. Sus figuras son rígidas; sus escenas de acción resultan acartonadas y su presencia es la demostración de que, si bien a Gruenwald se le dejaba hacer un poco lo que le daba la gana, no se le juntaba habitualmente con dibujantes de primera línea. Sus colaboraciones con Kieron Dwyer –en la colección del Capi- o Greg Capullo –en la serie del Quasi- contrastan con la lidia relativa a ilustradores olvidables y / u olvidados. La parte de complemento corrió a cargo de Larry Alexander, otro profesional que se prodigó algo por la casa de las ideas en aquellos días y cuyas labores carecían del gancho necesario como para resultar interesantes. Del elenco de entintadores destacaría a Danny Bulanadi, cuya presencia contribuyó a reforzar las semejanzas entre Levins y Ryan; de la parroquia de coloristas, me quedo con los nombres de Christie Scheele y George Roussos, veteranos ambos con muchas páginas a sus espaldas.

El Capitán América volvería a los quioscos celtibéricos al año siguiente, dando un salto de casi dos años y presentando a Steve Rogers en la amarga situación de asistir al lento pero inexorable deterioro de su organismo. Último combate sería el título en español de la penúltima aventura del abanderado que narraría Mark Gruenwald que, poco después, se despediría del personaje al que había tratado con auténtica devoción. Desgraciadamente, su carrera no duraría mucho más, víctima de una muerte prematura. Por su parte, Rik Levins –que colaboró con Gru durante tres años- desarrollaría una breve carrera posterior en H. A. R. D. Corps y X-O Manowar, para fallecer de forma igualmente prematura en 2010, víctima de un cáncer.

Ilustración de Rik Levins y Danny Bulanadi
El Capi lobuno

  Edición original: Marvel Comics – junio – diciembre – 1992 Edición España: Comics Forum – abril – agosto - 1994 Guión: Mark Gruenwald Dibujo: Rik Levins, Larry Alexander Entintado: Danny Bulanadi, Don Hudson, Ray Kryssing, Steve Alexandrov, Ariane Lenshoek Color: Christie Scheele, Gina Going, George Roussos, John Cebollero, Ariane…
Guión - 7.2
Dibujo - 6.6
Interés - 7.4

7.1

Vosotros puntuáis: 4.4 ( 6 votos)
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Jack
Jack
Lector
1 agosto, 2017 11:28

Ganas de que empiecen a publicar en Marvel Heroes la etapa completa de Gruenwald.

ZombieSquirtle
ZombieSquirtle
Lector
En respuesta a  Jack
1 agosto, 2017 12:13

Está confirmado??

Sith
Sith
Lector
2 agosto, 2017 17:52

A decir verdad no concuerdo con la puntuación, todavía recuero cuando leí esta historia por primera vez y me pareció terrible, no hay por donde agarrarla para defenderla.