Batman – Justicia Ciega

Justicia Ciega es un trabajo arrollador dentro de la trayectoria del Hombre Murcielago.

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Edición original: Detective Comics núms. 598-600 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Sam Hamm.
Dibujo: Denys Cowan.
Entintado: Dick Giordano, Frank McLaughlin.
Color: Adrienne Roy.
Formato: Cartoné, 160 págs. A color.
Precio: 16,95 euros.

 

1989 fue el año del murciélago.

El 29 de septiembre de ese año llegaba a los cines la película de Tim Burton, Batman, destinada a ser un punto de inflexión en la carrera cinematográfica del personaje. La taquilla respondió a las expectativas y la batmanía se extendió por todo el planeta. Zinco, valedora aquellos días de los derechos de DC en España, aprovechó el momento para publicar toda una oleada de especiales alrededor de la figura del Caballero Oscuro. Y es que todo el mundo quería leer comics de Batman.

Ese mismo año Batman también estaba de aniversario y en Zinco tampoco dejaron escapar la oportunidad, y llegó a las tiendas especializas no solo la adaptación al cómic de la película (en dos formatos distintos), sino también un especial 50 aniversario, el especial gigante de Batman y Hulk (con guion de Len Wein y dibujo de José Luis García-Lopez), así como un tomo de lujo dedicado a recopilar las 50 mejores historias del hombre murciélago, la nueva serie regular Leyendas de Batman y un especial escrito por Morrison (anterior a la película) destinado a cambiarlo todo, Arkham Asylum. Y todo ello sin dejar de publicar la serie regular.

Entre todas esas novedades se lanzó una miniserie de tres números que recopilaba el arco argumental Justicia Ciega, escrito por el guionista de la película de Burton que estaba arrasando en la taquilla, Sam Hamm. Tres números de 68 páginas para poner al alcance de los lectores una de las historias más interesantes del personaje.

Antes de entrar en detalles sobre cómo y por qué Sam Hamm se hizo cargo de estos números en la serie de Detective Comics (culminando la historia en el número 600 de dicha colección), permitirme abrir un inciso y romper las normas para aportar una porción de historia como lector, que vivió aquellos días con unos tiernos 14 años.

El 29 de septiembre del ya citado 1989 fue un día muy importante. Batman estrenaba una película y la estrenaba en un momento en el que no existía Internet y cuya información había ido llegando gracias a los correos de Zinco y su sección de noticias. Ni siquiera recuerdo ver el tráiler en la televisión (diablos, ni siquiera recuerdo que se emitieran tráileres en televisión de las películas que se estrenaban en cine).

Aquella tarde fue memorable.

Como no podía ser de otra forma me contagié de la batmanía y fui comprando algunas de las novedades que Zinco fue lanzando al mercado. Aquello hizo del mes de septiembre y octubre un mes muy complicado financieramente. Pero las ganas de poder leer cosas de Batman eran grandes y cuando Justicia Ciega se agotó en mi tienda especializada habitual, no dudé en recorrer las calles para entrar en todos los quioscos que hubiera para preguntar por el susodicho cómic de Batman. Fue una larga caminata hasta que logré dar con un ejemplar. Su lectura me cautivó, me impresionó, me fascinó, a todos lo niveles, pues tenía 14 años. Hoy, treinta años después, de la mano de ECC (en la que es su segunda recopilación, pues Planeta ya la había editado con anterioridad) toca regresar a esos días de antaño y analizar si el trabajo de Hamm soporta bien el paso del tiempo o el recuerdo de la obra está empañado por la impresionabilidad de un muchacho que llevaba poco leyendo de forma regular.

Y contado esto, despojados de toda sombra de nostalgia, nos adentramos en… Justicia Ciega.

La edición de Zinco.

O´Neil, el editor de las series dedicadas a Batman deja en el banquillo a Alan Grant durante tres meses para buscar a alguien con más pedigrí de cara a escribir el último arco argumental de Detective Comics, el que ha de llevar a la serie hasta el número 600 USA. Resulta curiosa la decisión, puesto que no se trata de dejar de lado a un desconocido, sino al mismísimo Alan Grant, que había estado escribiendo previamente al Cruzado de la Capa con John Wagner, haciendo un excelente trabajo. O´Neil lo tiene claro y ofrece el trabajo a Sam Hamm, el guionista de la película de Batman, ocioso por estar inmerso en la huelga de guionistas de Hollywood de 1988. Hamm acepta sin dudarlo.

Con el escritor ya contratado, O´Neil también le da un descanso a Breyfogle para que vaya preparando su etapa junto a Alan Grant, entrando en escena Dennys Cowan para encargarse de esos tres números. Todo esta convenientemente alineado para que del trabajo de ambos artistas surja una historia destinada a pasar a la historia por tener en su desarrollo todos los aspectos clave que definen al personaje.

Hamm encara el proyecto como un reto que le obliga no solo a escribir la historia y desarrollar a los personajes, sino a dirigir por completo el proyecto, haciendo uso de las mismas herramientas con las que ha construido el guion de la película de Burton. Los elementos de los que hace gala son aquellos que permiten perfilar la esencia de Batman en todas sus facetas, detective, magnate, filántropo, playboy, héroe atormentado… un cóctel básico que funciona a la perfección dentro del contexto que Hamm construye con precisión quirúrgica.

El guionista hace gala de una extraordinaria habilidad para contar mucho de forma muy concisa, clara y directa, lo que le permite poder jugar con infinidad de conceptos en tan solo tres números. El dominio que tiene de los personajes es tremendamente interesante al unificar todo el microcosmos de Batman en una historia que arranca, como no puede ser de otra forma, con una serie de misteriosos asesinatos.

La estructura argumental es fundamental para el desarrollo de la trama y la introducción de los nuevos elementos, siendo el más representativo de todos ellos, Henri Ducard, personaje que rescataría Nolan para su Batman Begins. Una especie de mentor, de dudoso pasado, pero un medio que usa Bruce Wayne para formarse y estar mejor preparado para el futuro que le espera.

Sin embargo Hamm no se limita a contar una historia de acción, misterio y héroes encapuchados, sino que lleva al lector al pasado de Bruce y nos muestra esos años de formación previos a enfundarse el traje de murciélago. Presenta nuevos personajes a los que hace crecer página a página, consiguiendo que en un breve espacio de tiempo importe lo que viven y experimentan. Bruce, por su parte sufre más que nunca su faceta de héroe, acosado por un pasado traumático al que se resiste con fiereza. Y es que para Hamm el verdadero protagonista de su trabajo no es Batman, es Bruce Wayne y su cruzada obsesiva.

En este trabajo se presenta el drama sucedido por Bruce en su niñez como el detonante para una vida llena de autocompasión en la que el recuerdo no es sino la forma en la que ese niño se recrea en su tragedia como si fuera el único infante que ha sufrido una pérdida de tal calibre en el mundo. Ese acercamiento tan visceral y directo a la psique del protagonista elevan aún más a una trama en la que Bruce Wayne deberá luchar por limpiar su nombre de las duras acusaciones de traición que levantan contra su persona.

Todo camino implica aprendizaje.

Hamm se preocupa de añadir mitología de nuevo cuño a Bruce en sus años de formación, intentando responder a preguntas tan triviales, pero a la vez tan interesantes, como la de ¿cómo es posible que Bruce Wayne tenga tiempo para ser Batman y capitanear activamente Empresas Wayne?. Puede parecer una trivialidad, pero aquí se esconde parte de esa esencia pura y destilada de lo que es Batman y Bruce Wayne.

La obra se remata con un trabajo gráfico de extraordinaria fuerza, con un dibujo, por parte de Cowan, áspero, rudo, lleno de aristas, sin formalidades artísticas especialmente elegantes, pero que acompañan a los textos de Hamm con brillantez. Cowan, que ya había demostrado su extraordinario talento en la serie The Question, se deja llevar y sus lápices desgarran cada viñeta como las cuerdas de un violín al frotarse con una sierra. Un espectáculo visual feo, pero hipnótico.

Justicia Ciega es una obra fundamental en la historia de Batman, una obra que ha pasado a la historia de forma silenciosa, que debe ser descubierta por las nuevas generaciones. Unas generaciones que se sentirán fascinadas por lo que van a descubrir de su personaje favorito. Y es que nunca se sabe todo sobre Batman y esta obra es una clara muestra de ello.

  Edición original: Detective Comics núms. 598-600 USA. Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Sam Hamm. Dibujo: Denys Cowan. Entintado: Dick Giordano, Frank McLaughlin. Color: Adrienne Roy. Formato: Cartoné, 160 págs. A color. Precio: 16,95 euros.   1989 fue el año del murciélago. El 29 de septiembre de ese año…

Obra fundamental.

Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 10

8.7

Un trabajo soberbio de corto recorrido que enriquece al personaje y añade nuevo valor a su mitología. Una obra enterrada entre otras con más marketing que el tiempo se esta encargando de ir poniendo en su lugar. Un pilar básico en la historia de Batman.

Vosotros puntuáis: 8.32 ( 8 votos)
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silver draper
Lector
9 marzo, 2019 11:29

Maravillosa. Me cogio mas o menos con tu edad y es de las primeras historias que lei del personaje. Ademas solo pude comprar las dos primeras partes. Me tocaron años de peregrinaje de tienda en tienda hasta que encontre el final de la historia en una tienda de segunda mano que tenia la.conclusion. Aun recuerdo la emocion. Internet ni se soñaba por entonces, pero gracias a eso somos una generacion dura. Acabo de releerla y sigue siendo fascinante miles de historias despues. Eso si a mi el.dibujo me parece muy por debajo del nivel y la emocion del guion. Con un buen dibujo habria tenido mas repercusion Ese Gordon soltando indirectas…impagable.

Dopplerman .·.
Lector
11 marzo, 2019 3:19

Aún conservo los tres tomos de zinco que compre en formato taco acá en Chile en el año 1993. Hace unos días la volví a leer (Por la reciente aparición de Henry Ducard en Detective Comics) y la verdad a madurado muy bien, el guión es bastante profundo y coincido con el al análisis, es más una historia de Bruce Wayne. A Batman se le ve muy poco.
Respecto al arte, en su tiempo lo encontré grotesco y poco atractivo, pero encaja a la perfección con el guión y con la naturaleza de la historia. Ahora lo encuentro bastante genial.
También está el plus que en el número dos zinco tiene dos historias más: una de O’Neil y Adams y otra de Grant y Breyfogle.

TheQuestion
TheQuestion
Lector
12 marzo, 2019 12:33

Una pregunta ¿Esta edición presenta alguna mejora respecto a la de Planeta? Tengo esta (y la de Zinco) y no me apetece gastar dinero innecesario. Me queda tantísimo por comprar…

Xlin
Xlin
Lector
19 marzo, 2019 12:00

La verdad que es una pena que una historia como la que nos ocupa esté tan infravalorada. El guión, especialmente a nivel de personaje, es muy muy bueno. Si leemos lo que se hacía en las colecciones de Batman en aquella época, es una joyita singular. Quizá la trama no deslumbre tanto, penalizando el resultado final, pero aún así opino que el tratamiento que se hace de Batman y Bruce Wayne es brillante.
El dibujo puede gustar más o menos debido a su particular estilo, pero en cuanto a composición y narración poco puede objetarse.
Como impresión muy personal, creo que si esta historia llevara otra firma de mayor calado en el medio, tendría una consideración mucho mejor a día de hoy.
Por mi parte he vuelto a disfrutar de ella y agradezco el artículo y la oportunidad de compartir opiniones.
Un saludo!