Baltimore 5: El Apóstol y la Bruja de Harju

 

Edición original: Baltimore: The Witch of Harju #’s 1 a 3 y Baltimore: The Apostle #’s 1 y 2 USA, Dark Horse Comics.
Edición nacional/ España: Norma Editorial.
Guión: Mike Mignola, Christopher Golden.
Dibujo: Peter Bergting, Ben Steinbeck.
Color: Dave Stewart.
Formato:Libro rústica, 144 páginas.
Precio: 17,50 €.

 

Quizás Lord Baltimore haya puesto punto final a su enemistad con su archienemigo, el vampiro Haigus, y con ello haya cumplido el objetivo al que había dedicado de forma exclusiva su vida, pero sus andanzas están lejos de haber terminado. La Europa de principios del siglo XX por la que deambula continúa asolada por las criaturas sobrenaturales que despertaron junto a los chupadores de sangre, y quizás solo Baltimore y sus compañeros de viaje sean los únicos cualificados para enfrentarse a ellas. Y en este tomo del que venimos a hablarles hoy seremos testigos de dos de estos enfrentamientos, reflejados en las dos breves miniseries aparecidas en EEUU que recopila.

En la primera de ellas, La Bruja de Harju, Baltimore y su partida de caza llegan en febrero de 1920 a la localidad Estonia con el nombre del relato. La región está siendo asolada por una plaga de muertos vueltos a la vida que persiguen y aterrorizan a los vivos. No se trata de vampiros, sino de cadáveres alzados por la magia de una bruja con la que nuestros héroes deberán acabar. Lo cierto es que esta primera parte resulta un tanto decepcionante considerando lo que hasta ahora veníamos habiendo leído en la colección. Cumple con las premisas de la serie, cierto, pero excepto por esas espectaculares escenas de enfrentamiento final y resolución de los enigmas, parece un poco concebida con el piloto automático. No ayuda mucho a defenderla el arte de Peter Bergting, que deja bastante que desear. Resulta un caso curioso, pues su trazo recuerda al del genial Guy Davis, y los bocetos que vienen incluidos en los extras de las páginas finales del tomo sorprenden por su calidad. Pero a pesar de que a su favor haya que resaltar también lo bien lograda de esa oscura ambientación de folklore europeo, el resultado final es bastante mediocre. Berting admite en dichos extras que estaba bastante nervioso con el encargo y que apenas dejó fluir su propio estilo para adaptarlo al canon estético marcado por Mike Mignola y sus colaboradores en sus creaciones. Quizás más adelante el dibujante despegue alejándose de tan alargada sombra y nos asombre mostrando sus auténticas capacidades, pero aquí, su nota ha de ser por fuerza bastante baja.

Para El Apostol, nos reencontramos con Ben Stenbeck, el artista habitual de la serie, y afortunadamente con él también vuelven los estándares de calidad que hasta ahora nos habíamos encontrado en ella. En Yalta, en la Crimea de marzo del mismo año, Baltimore se entrevista con el único superviviente de un grupo de inquisidores que trataron de poner fin a la amenaza de un antiguo miembro de su organización, un viejo conocido nuestro, el Juez Duvic. El sanguinario e implacable fanático quedó maldito recientemente por una de sus víctimas, e irónicamente ha quedado transformado en una de las impías criaturas a las que había dedicado su vida a perseguir con fervor. Con la marca del Hombre Lobo encima, Duvic se siente traicionado por Dios e inicia una ola de terror allá por donde sus pasos le guíen, descuartizando de forma demente a aquellos que tengan la desgracia de cruzarse con él. Y muy especialmente, se deleitará ensañándose con los que hasta poco eran sus compañeros de persecución en nombre de la fe.

La historia está contada como una terrorífica narración dentro de la narración, en la que Baltimore solo es testigo del relato del superviviente, mientras este despliega ante el protagonista —y ante nosotros los lectores, claro— las macabras escenas llenas de acción de su encuentro con el feroz y maligno licántropo, así como el destino de sus compañeros de grupo. Resulta curioso que si bien al comenzar el tomo el grupo de personajes principales pierde un miembro, entre las dos historias al final gana a cambio dos nuevos.

Como decíamos, en El Apostol volvemos a encontrarnos sin reservas con los motivos por los que esta serie se ha ganado nuestra fidelidad. Tanto Stenbeck en sus lápices impecablemente coloreados por Dave Stewart, como Mignola y Christopher Golden con su guión, todos están al alto nivel acostumbrado, dándonos aquello que veníamos a buscar a estas páginas.

Teníamos curiosidad por ver cómo iba a transcurrir esta cabecera tras el cambio de status quo que se produjo en la anterior entrega y por comprobar si agotada la premisa inicial, la colección resistiría la prueba de mantener el interés. Y el veredicto es que si la tónica va ser como la primera parte de este tomo, mal andamos y nuestra pasión irá desvaneciéndose. Pero que si en cambio continua por el camino de la segunda historia, seguiremos mucho tiempo esperando con impaciencia la aparición de nuevos números de Baltimore. Veremos.