#LeoAutorasOct – Reivindicamos el papel de las autoras de cómic (3 de 4)

¡Cada semana te descubrimos 10 autoras de cómic!

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Este mes de octubre en Zona Negativa nos sumamos a la iniciativa #LeoAutorasOct un proyecto nacido hace cuatro años que nos invita a dedicar el mes de octubre a leer y descubrir autoras, en nuestro caso, autoras de cómic. Si queréis saber más sobre el #LeoAutorasOct os recomendamos consultar esta página web o esta cuenta de Twitter desde donde se está promoviendo la iniciativa y creando contenidos como la imagen de portada de este post, creación de Laura Soriano.

Desde aquí, nuestra aportación será la publicación de cuatro entradas y, en cada una de ellas, hablaremos de diez autoras haciendo hincapié en su biografía y destacando alguna de sus obras. Para ellos nos hemos juntado un grupo de redactores de diferentes secciones: Alejandro Ugartondo, Diego García Rouco, Edu Sesé, Fer García, Gustavo Higuero, Igor Álvarez Muñiz, Jordi Molinari, Jordi T Pardo, Luís Javier Capote Pérez, Mònica Rex, Nacho Pena, Pablo Menéndez, Raúl Gutiérrez, Sergio Fernández y Tristan Cardona.

Devin Grayson

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Devin Kalile Grayson es el nombre legal de esta autora que empezó a escribir para DC Comics a finales del siglo pasado. Comparte apellido con Richard Grayson, y eso no era casualidad en su pasión tanto por los cómics de DC como especialmente por Nightwing. Tal fue así que sus primeros trabajos fueron dentro del universo de Gotham City y eventualmente en 2002 se haría cargo de la serie regular de Nightwing. Entre esos trabajos previos encontramos su primera obra publicada en en compendio The Batman Chronicles, varios números sueltos en series del universo Batman, una mini-serie de 4 números con Nightwing and Huntress y una etapa de veinte números en la serie regular de Catwoman, la cuál sería su primera serie regular como escritora. Posteriormente en el 2000 escribiría Batman: Gotham Knights durante casi sus tres primeros años de andadura, convirtiéndose en la única escritora en escribir una serie regular de Batman.

No sólo sus primero trabajos se centraron alrededor de Gotham, también escribió una mini-serie de cuatro números sobre Arsenal y su paternidad, y otra mini-serie de tres números titulada JLA/Titans con dibujos de Phil Jimenez donde ambas formaciones entrarían en conflicto mientras se repasa toda la historia y formaciones de los Titanes. Siguiendo con este grupo obtuvo su primera serie regular empezando desde un #1 titulada The Titans, donde escribió los 20 primeros números. En la serie veíamos los Titanes originales y sus relevos, desde un Cyborg de vuelta que parecía más un miembro de los Metal Men junto a Starfire, Argent, Jessie Quick y Damage.

Antes de encargarse de escribir las aventuras de Dick Grayson, Devin había escrito User en Vertigo, una mini-serie donde la protagonista exploraba su identidad de género a través de llevar un caballero en un juego de rol virtual. Esta obra la llevó a ser nominada en 2001 a los Premos GLAAD, algo que hizo especialmente ilusión a Devin tanto en su faceta de autora como por ser bisexual. Nightwing no sólo acabaría siendo para muchos su trabajo más recordado, también para la mayoría sería una de las etapas más emblemáticas de Dick Grayson. Por desgracia, la serie no se cerró como Devin tenía planeada y acabó abandonando DC Comics, y mucho material suyo aún no ha sido reeditado de forma adecuada – afectando también en tenerlo editado en España.

Su contrato en sus primeros años no era de exclusividad, así que también la hemos visto escribir en Marvel en títulos como dos mini-series de 3 números de Black Widow, una de 6 números titulada Ghost Rider: The Hammer Lane para el sello Marvel Knights y una mini-serie de ocho números titulada X-Men: Evolution basada en la serie de animación de los 90. Este sería su último trabajo en muchos años en la editorial, puesto que dejó ambas grandes editoriales al mismo tiempo. En 2017 regresaría a trabajar con Marvel y la veríamos en números sueltos de series como Power Pack o Ms. Marvel, así como participando en números de eventos tales como Marvel Rising #0, Marvel Rising: Alpha y Marvel Rising: Omega y War of the Realms: War Scrolls #2 con una historia del Dr.Strange.

Para la editorial Wildstorm escribió el número unitario Everquest: Transformation y la mini-serie de seis números Matador junto al dibujante Brian Stelfreeze, una novela detectivesca protagonizada por la detective Cardona intentando atrapar al asesino apodado «El Matador». En Dynamite ha escrito un par de historias sobre La Sonja Rossa y Bluebeard’s Blood, y en IDW ha escrito un par de historias en las antologías tituladas Womanthology, un número de las Tortugas Ninjas, el número de Star Wars Forces of Destiny dedicado a Hera y el Ghostbusters: 35th Anniversary: Answer the Call con las protagonistas de la última entrega en cines de la franquicia de los Cazafantasmas. Su último trabajo publicado ha sido el GLOW Summer Special basado en la serie de Netflix.

También ha publicado varias novelas basadas en personajes del universo DC y de Marvel, y en 2009 fue contratada por Perfect World Entertainment, un MMO gratuito chino para escribir la adaptación del videojuego para el público occidental. Devin es diabética de tipo I, lo que le afectó a su deseo adolescente de ser actriz, que acabó derivando en su pasión como escritora. En el ámbito personal está casada desde 2015 y tienes dos hijos adoptados.

Obra destacada


Nightwing/Huntress, de Devin Grayson, Greg Land y Bill Sienkiewicz. DC Comics (inédita)

Como comentábamos en la biografía de la autora, hay partes de su recorrido por DC Comics que aún a día de hoy no están debidamente recopilados, afectando con ello su posible publicación en España. Revisando las obras de Devin Grayson publicadas por ECC Ediciones vimos que no había ningún tomo unitario de la autora, todos formaban parte de recopilatorios de historias de Batman, Robin, Wonder Woman, Joker… Ante un panorama tan deprimente, encontramos el recopilatorio de la mini-serie de Nightwing and Huntress. La autora es sobretodo famosa por su etapa con Dick Grayson, y sin los primeros números de su etapa recopilados – si así sus dos últimos arcos en la serie -, nos fijamos en esta obra enmarcada en una época donde Helena Bertinelli estaba siendo una de las piezas más refrescantes y revolucionarias dentro del universo Batman.

La Cazadora es una vigilante del lado de los buenos, pero con una actitud mucho más agresiva, incluso sin remordimientos en asesinar. Eso chocaba tanto con la filosofía de Batman como con sus compañeras Barbara Gordon/Oráculo y Canario Negro en las Aves de Presa. Dick Grayson compartía muchas de las enseñanzas de su mentor, pero siempre había tenido una actitud mucho más positiva y empática con los demás. Y a pesar de la muerte de Jason Todd – su sucesor como Robin -, la parálisis de Babs y haber tenido que romper su relación con la alienígena Starfire, seguía siendo alguien preocupado por el bienestar de todos los habitantes de la ciudad de Gotham. Especialmente con una morenaza italiana como era Helena, porque si algo corre por las venas de Dick es tensión sexual con cualquier hembra que se cruce con él.

La historia empieza con el asesinato de una prostituta. El principal sospechoso es un mafioso, pero justo en ese instante estaba Nightwing frustrando un acto criminal y apresándole. En este punto ambos protagonistas se cruzan para esclarecer los hechos. Pero mientras Dick busca justicia, a Helena sólo le preocupa la violencia. La mini-serie gira alrededor de la búsqueda de la verdad, la pasión y los desamores, mostrando que podía escribir perfectamente tanto a Nightwing como a Dick Grayson, trabajo que la llevaría unos años después a encargarse de la serie regular del mismo. En el apartado visual tenemos a un Greg Land que aún no era famoso por sus polémicas acompañado por Bill Sienkiewicz con los colores de Noelle Giddings. Un trabajo conjunto muy sobrio e interesante, ideal tanto para conocer a la autora como para disfrutar de una aventura auto-conclusiva de sus protagonistas.

Fiona Staples

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Si hubiese que dar el título de “Dibujante de la décadaFiona Staples estaría entre los primeros puestos, sin ninguna duda. Y si esa calificación se la llevara ella nadie se extrañaría porque, si bien no es una dibujante que nos haya dado una cantidad enorme de trabajos, la calidad ha estado presente en todo momento.

Fiona Staples estudió Arte y Diseño en la provincia canadiense de Alberta, su lugar de nacimiento. Su primer trabajo es muy llamativo, no por bien o mal, sino por el tipo de cómic, se trata de Amphibious Nightmare, incluido en una antología hecha sobre un reto creado por Scott McCloud, el 24hour comic, que consiste en dibujar 24 páginas en 24 horas. ¡Ahí es nada!. Este reto fue muy popular en la primera década del actual siglo y no deja de ser curioso que la primera publicación de esta asombrosa artista sea precisamente en él.

De ahí ya salta a hacer una miniserie, Done to death, con el también canadiense Andrew Foley, conocido por Cowboys & Aliens, y un pequeño trabajo para la adaptación de la película Trick’r Treat en Wildstorm, donde se convierte en dibujante del sello de DC realizando especiales de DV8 o la miniserie dedicada a Jack Hawksmoor, en La historia secreta de Authority. Un inicio corto, al que se le pueden sumar colaboraciones puntuales en Northlanders, Jonah Hex o Mistery Society, porque su siguiente trabajo es en 2010 y ya le valió la nominación a un Eisner, se trata de North 40 junto a Mike Costa, también para Wildstorm y publicada en España por Norma.

De ahí en adelante es historia, su amigo Steve Niles le presenta a Brian K. Vaughan y juntos crean Saga. La cantidad de premios que se ha llevado tanto la serie como Fiona Staples es demasiado grande como para contarlos. Harvey, Hugo, Eisner… tiene varios de todo y bien merecidos. Saga es una serie regular pero la artista se toma descansos para variar su trabajo, uno de los últimos para dibujar Archie, con guion de Mark Waid. Su arte es muy peculiar, mezcla dibujo a mano con técnicas por ordenador, sus influencias van más allá de su continente, lo que le ha hecho evolucionar mucho en muy poco tiempo. Una de esas personas tan amantes de su trabajo que, aún ganando premios por allí donde va, sigue investigando para mejorar.

Obra destacada


Saga, de Fiona Staples y Brian K. Vaughan. Planeta Cómics (Image Comics)

Poco se puede decir sobre Saga que no se haya dicho ya, parece una frase muy manida, pero es que tanto nosotros como cientos o miles de páginas han hablado o escrito sobre esta serie. ¿Cómo no hacerlo?, es la comidilla del mundo del cómic desde que fuera creada en 2012, probablemente el segundo gran hito del cómic independiente norteamericano del siglo XXI, junto a The Walking Dead.

Saga nos presenta una historia de tintes épicos pero que, casi desde el principio, decide irse a lo personal, a la familia. Y lo hace no solo porque los protagonistas son una familia, sino porque enfoca desde un punto de vista muy íntimo a todos los personajes, incluidos antagonistas, perseguidores u otros que aparecen de forma más puntual. Nos plantea una guerra entre dos superpotencias, un conflicto bélico espacial que confronta a Terrada y Guirnalda y que originalmente se vendía como “una mezcla entre Star Wars y Juego de Tronos”, nada más lejos, es una space-ópera con muchos guiños al género, planteada casi como una road movie donde el camino es el crecimiento de una niña, Hazel, cuyos padres eran de bandos, y especies, diferentes, ¿Romeo y Julieta?, Marko y Alana, y los intentan cazar desde príncipes hasta mercenarios.

Saga es una obra de lectura sencilla, te lleva de una página a otra por sí sola, es de las que gustan de ser releídas y tiene un guion maravilloso por Brian K. Vaughan así como un dibujo espectacular por Fiona Staples. No hay nada malo que decir de ella, ni una pega. Sin embargo, aun siendo sencilla, es complicada de explicar sin entrar en detalles sobre los personajes, esto se debe a que el punto fuerte de la serie son los sentimientos. Se trata de una obra muy personal, donde lo que nos preocupa no es qué pase con los bandos enfrentados o cómo se desarrolle la guerra sino la vida de todos y cada uno de los personajes. Todos ellos, porque hasta los que se alzan como contrarios se muestran desde un punto de vista muy humano, por ello nos harán reír y llorar. Si a eso le añadimos el buen manejo que tienen de los cliffhangers… digamos que nos puede llegar a desesperar, y no hay muchos cómics que logren tantas emociones juntas en sus páginas.

Evidentemente esta obra no sería lo mismo sin el arte de Fiona Staples, Vaughan firma muy buenos guiones, pero con esta artista encontró a la narradora perfecta para Saga. Además de la belleza de cada una de sus páginas y de su estupenda narrativa, la autora consigue reflejar las emociones con sus dibujos, lo cual es muy complicado cuando hablamos de personajes extraterrestres que van desde fantasmas con las tripas colgando hasta miembros de la realeza con un televisor por cabeza.

Actualmente Saga está en un hiato, los autores han admitido que están ya en la mitad de la historia y nosotros no podemos hacer otra cosa más que mordernos las uñas ansiosamente mientras esperamos. Una obra única con una dibujante única.

YAZAWA Ai

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YAZAWA Ai (1967) es una de las figuras claves de las publicaciones shojo y josei desde mediados de años noventa del pasado siglo. No se conocen muchos datos biográficos sobre Yazawa debido al hermetismo de la propia autora sobre su propia vida. Si sabemos que nació en la ciudad de Amagasaki, prefectura de Hyogo, y asistió a la Escuela de Moda de Osaka aunque no acabó sus estudios. Esta decepción la trasladaría posteriormente a sus obras donde la moda y los diseños de ropa siempre tienen un papel destacado. En 1986, cuando Yazawa todavía tenía diecisiete años, debutó en la revista Ribon de Shūeisha con la historia 15-nenme sobre un triángulo amoroso de instituto. También destaca en sus primeros pasos en el medio Love Letter (1987), la historia de amor entre una pareja con una cierta diferencia edad y con una relación a distancia entre Taiwán y Japón.

Le seguirían historias como Escape (1988), Kaze ni Nare! (1988) y Ballad Made Soba ni Ite (1989) que partiendo de su contexto académico nos empiezan a mostrar algunas de la señas de identidad de la autora. El principal, su arquetipo de personaje que busca la realización a través de intereses y pasiones como la música, los deportes y la moda. La renuncia, el fracaso y la aceptación propia son cuestiones que preocupan a sus personajes y que se comienzan a hacerse más patentes en obras posteriores como Marine Blue (1990), Tempestad color cereza (1992) y No soy un ángel (1992). El amor está presente en sus historias, pero no es el fin último que buscan sus personajes que deben lidiar siempre por compaginar sus aficiones y su propia identidad con sus relaciones personales.

Yawaza acabaría por perfilar su estilo con Historia de un vecindario (1995). En esta obra nos presenta a Mikako Koda, una joven estudiante de arte de la Escuela Secundaria de Arte Yazawa que intenta cumplir su sueño de convertirse en una exitosa diseñadora de moda. Historia de un Vecindario aborda sin tapujos cuestiones como el crecimiento personal, las relaciones de pareja, los problemas familiares, el sexo y la búsqueda del éxito profesional. Este trabajo destaca por logrado equilibrio entre humor y drama y su tratamiento de personajes. El éxito de Historia de un vecindario llevaría a Yazawa a perfilar una obra con elementos muy parecidos, pero con un tratamiento de su argumento y personajes todavía más adulto si cabe. Esta obra titulada Paradise Kiss (1999) funciona como secuela de Historia de un vecindario ya que se ambienta en el mismo universo y algunos de los personajes de esta esta aparecen como secundarios en un momento dado de la trama. Paradise Kiss, al contrario que todos los anteriores trabajo de Yazawa que habían visto la luz en Shūeisha, se publicó en las revistas Feel Young y Zipper de Shōdensha.

Finalmente, Yazawa iniciaría su obra cumbre en el año 2000 con Nana, nuevamente al amparo de Shūeisha y reincidiendo en cuestiones que ya había tratado en obras previas. En 2003, Yazawa recibió el Premio Shogakukan por su trabajo en Nana que fue adaptado al anime como había pasado unos años antes con Paradise Kiss. No obstante, en 2009 la obra quedó en pausa al contraer Yazawa una enfermedad repentina de la que no han trascendido más datos. La obra sigue a día de hoy inconclusa después de veintiún volúmenes publicados y un éxito arrollador a lo largo del mundo. Yazawa tampoco ha retomado su trabajo como mangaka en este tiempo y apenas ha realizado algunos encargos e ilustraciones puntuales.

Obra destacada


Paradise Kiss, de YAZAWA Ai. Ivrea Editorial (Shōdensha)

Pese al arrollador éxito de Nana a la hora de destacar un título en la producción de YAZAWA Ai parece natural hablar de Paradise Kiss ya que este fue el manga que acabó por definir el estilo de su creadora, situándola en lo sucesivo como un referente del manga josei moderno. La historia publicada entre 1999 y 2003 en la revista Zipper de Shōdensha es un trabajo maduro, complejo y con un apartado gráfico elegante y atractivo que supone un salto de calidad respecto a las obras anteriores de la mangaka.

Paradise Kiss trata el drama personal de Yukari Hasayaka, una joven con una relación conflictiva con su madre que intenta encontrar su propio lugar en el mundo. Finalmente, y casi por accidente, Yukari descubrirá su vocación como modelo de pasarela al entrar en contacto con el enigmático George y otros estudiantes aspirantes a diseñadores de moda del Colegio de Bellas Artes Yazawa. Este manga -como ya pasaba con Historia de un vecindario– se hace eco de la experiencia personal de Yawaza en el mundo de la moda y con un sistema educativo japonés con el que la autora siempre se ha mostrado bastante critica.

Paradise Kiss nos habla de sueños y sacrificios, pero principalmente es un viaje hacía la madurez en la que su protagonista descubrirá que el amor no puede ni debe condicionar el resto de su vida. Yukari lidiará con todo tipo de prejuicios y con una relación tóxica que se interpone en su crecimiento personal. De esta manera, Paradise Kiss profundiza en temas que su autora ya había tratado en Historia de un vecindario, planteando una atípica secuela de esta que añade matices muy interesantes a su universo. La obra fue adaptada al anime en 2005 por el estudio Madhouse y en 2011 se estrenó una adaptación en imagen real dirigida por Takehiko Shinjo.

Annie Goetzinger

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Annie Goetzinger (Paris, 1951) ha sido una de las voces femeninas más destacas y constantes de la BD francesa de las cuatro últimas décadas.

Se formó en la escuela de Arte donde estudió diseño de moda, trabajo que ejerció en paralelo a su carrera como historietista y que influenció profundamente su estilo gráfico.

Comenzó a publicar a principios de los 70 en revistas como Circus, L’Écho des savanes y Pilote en la que empezó una fructífera relación profesional con la editorial Dargaud. En 1976 consiguió un notable éxito de crítica con su primer álbum en solitario, Légende et réalité de Casque d’Or, con el que logró el premio al mejor álbum francés y al de mejor nueva artista en el festival de Angouleme.

Durante buena parte de los 80 y 90 colaboró con el guionista Pierre Christin con quien produjo obras notables como «La Demoiselle de la Légion d’honneur» (Dargaud, 1980), «La Diva et le Kriegsspiel» (Dargaud, 1981), «La Voyageuse de la petite belt» (Dargaud, 1985), «Charlotte y Nancy» (Dargaud, 1987), «Le Tango du disparé» (Métaillé, 2008), «Le Message du simple» (Le Seuil, 1994), «La Sultane blanche» (Dargaud, 1996) y «Paquebot» (Dargaud, 1999). Con Victor Mora desarrolló “Felina” una especie de mezcla de Fantomas y Catwoman a la europea.

Su obra se caracteriza por la presencia de protagonistas femeninas fuertes que deben enfrentarse a la incomprensión del mundo que las rodea. Esta característica se hace especialmente patente en varias de sus obras en las que repasa la vida de mujeres históricas como Maria Antonieta o a Georg Sands (alias de la escritora Amantine). Durante la década de los 80 su obra se consideró innovadora en su descripción de las mujeres, tanto históricas como ficticias, en la que hacía énfasis en la psicología y emociones de sus protagonistas.

Gráficamente, Goetzinger desarrolló un estilo muy característico, rico en detalles y con una fuerte influencia de su formación como diseñadora de moda y del Modernismo y el Art decò. Este último aspecto toma especial relevancia en la composición de página de algunas de sus obras repleta de viñetas de formas orgánicas y suaves que dan una inteligente unidad narrativa al conjunto. Otro aspecto destacable de su trabajo fue el uso del color directo como complemento a su detallado dibujo.

La obra y carrera de Annie Goetzinger fue reconocida en numerosos certámenes europeos y en 2015 le fue concedida el mérito de la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno francés.

Annie Goetzinger murió de cáncer en 2017 dejando de sí un impresionante legado como historietista, novelista, ilustradora y diseñadora, y el ejemplo para otras autoras que siguieron sus pasos en el mundo del cómic.

Obra destacada


Una chica Dior, de Annie Goetzinger. Norma Editorial

La carrera profesional de Annie Goetzinger estuvo marcada por su vinculación con el mundo de la moda, tanto a nivel de formación como en su faceta de diseñadora de vestuario para el teatro o como ilustradora para revistas de moda. En 2013 tuvo la ocasión de aunar sus dos grandes vocaciones, la moda y la historieta, en Una chica Dior, que repasa los primeros años de la carrera del modisto Christian Dior.

Clara es una joven periodista que en 1947 es enviada a cubrir un desfile de modas que va a cambiar su vida y el del mundo de la Alta Costura. Es el primer desfile de Christian Dior, un joven modisto francés que presenta ante la alta sociedad francesa la colección que volverá a poner de moda la feminidad y la elegancia en una Europa recién salida de una guerra mundial. Dior seleccionará a Clara como musa y modelo de la firma, y será ella quien nos irá contando sus aventuras en el glamuroso mundo que envuelve a la Maison.

Esta obra es una propuesta amable sobre el mundo de la Alta Costura parisina y un recorrido por la trayectoria profesional de uno de sus máximos representantes. Goetzinger aporta su mirada y amplio conocimiento de ese mundo para dar una visión histórica aunque algo superficial y sin mucho espíritu crítico. La protagonista, mujer pionera en algunos aspectos, está lejos de otros personajes desarrollados por la autora aunque sigue siendo un buen vehículo para dar voz a la especial sensibilidad de la autora.

Donde esta obra brilla especialmente es en el apartado gráfico, donde Goetzinger da una versión preciosa de su arte, repleto de detalles, que recrea con mimo los diseños de Dior y sabe transmitir la feminidad que el modisto pretendía proyectar a través de sus diseños. El color, realizado por la propia artista, es delicado y ayuda a crear una atmósfera de ensueño acorde con el tono del relato.

Una chica Dior no es la más representativa de la obras de Goetzinger aunque es la única disponible en el mercado español y servirá a la perfección para que cualquiera que se acerque a ésta pueda descubrir el inmenso talento artístico de esta autora.

Marie Severin

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¿Cuándo fue la primera vez que fuiste consciente de que, detrás de los tebeos, había un proceso de creación artística? ¿Cuál fue la primera persona relacionada con los tebeos cuyo nombre conociste? En mi caso, tengo que remontarme al lejano 1982, cuando, por unas vacaciones, me dejaron multitud de tebeos, entre los cuales estaba un Pocket de Ases protagonizado por el increíble Hulk. La Masa, como se la conocía por las primera ediciones de los tebeos de Marvel en España, se había hecho célebre gracias a la adaptación televisiva de sus aventuras y desventuras. El parecido entre el original y la obra derivada era un poco el que existía entre un huevo y una castaña, pero, gracias a la televisión, pude descubrir al personaje -transformado en icono cultural de su tiempo- y unas aventuras más fantásticas -en los muchos sentidos de la expresión- que las que me entretenían en la pequeña pantalla.

Si alguien no conoce los Pocket de Ases, tengo que decir que se trata de una de las ediciones más infames de cuantas han poblado los quioscos y estanterías celtibéricos. Formato de bolsillo -como anunciaba el juego de palabras de la colección- remontajes lamentables, materiales publicados al alimón y aventuras originales mezcladas sin ningún tipo de orden ni concierto. Sin embargo ¿qué sabía un niño de nueve años de lo que era la edición original? Devoré una y otra vez aquel tomo, hasta que el lomo quedó completamente gastado y, por primera vez, vi mencionados los nombres del equipo creativo responsable: Stan Lee y Marie Severin. La primera dibujante cuyo trabajo pude conocer y reconocer. Sus ilustraciones presentaban a un Hulk poderoso y a un Banner determinado; al general Ross y al comandante Talbot como bizarros y cuadriculados militares; al Eslabón Perdido -invento del enemigo del otro lado del telón de acero- como un humano casi alienígena. Aquellas imágenes me impresionarion y me engacharon. Mi primer tebeo de la Masa.

Al correr del tiempo, cuando Bruguera, Vértice y Surco dejaron paso a Comics Forum y apareció Internet, pude aprender más sobre los «abajo-firmantes» de cada tebeo. Ahí pude descubrir más sobre la dilatada trayectoria de una artista que nos dejó no ha mucho tiempo: su pertenencia a una célebre saga vinculada a la ilustración -como la familia Blasco, a este lado del charco-; su participación en la creación de personajes que, aún hoy, siguen formando parte de la escudería marveliana en tiempo presente y, por supuesto, que más allá de Hulk había invertido su talento en otras obras. En ese momento, se consolidó mi admiración por una profesional cuyo estilo pertenece a una escuela por la que siempre he mostrado devoción: la de profesionales cuya labor sólo puede definirse como artesana y que, sin trucos ni alharacas, saben contar historias a través de las imágenes. Dominio de la técnica, de las proporciones, de la narrativa, mucho antes de que el ordenador fuera una herramienta habitual y el coloreado informático y las estrategias mercadotécnicas fueran parte del paisaje y del paisanaje en el sector.

En estos tiempos, en los que se recupera material clásico todos los meses y se puede encontrar el mismo en diversos formatos, se puede revisar el trabajo de una artista que contribuyó con su labor al desarrollo de la casa de las ideas y cuyo talento nunca fue en desmedro de su capacidad de trabajo.

Obra destacada


Pocket de Ases nº 7. La Masa (El Increíble Hulk), de Stan Lee, Gary Friedrich, Herb Trimpe, Marie Severin y otros. Editorial Bruguera (Marvel Comics)

Ruego me disculpen si escojo este trabajo por encima de otros, más célebres y con mayor influencia, pero, siendo el que me permitió descubrir a doña Marie, deseo reivindicarlo.

El tomo en cuestión no está dibujado en su totalidad por la señora Severin. Hay algunos números que corresponden a otro ilustre dibujante de la escudería verde, como Herb Trimpes. Sin embargo, los que traen la firma de la autora demuestran la versatilidad de la misma. Hulk es arrojado a Asgard y, por el habitual sistema de combate por confusión, acaba luchando contra los Tres Guerreros, las huestes de la Encantadora y el Ejecutor y, de paso, con todo el que quiera cuestionar que la Masa es el más fuerte que hay. Después, retorna a la Tierra y se ve las caras con el Rino y con una amenaza venida de la China de Mao Zedong -que eran los tiempos anteriores a la visita de Nixon al adversario que buscaba su propia vía al socialismo-. El cambio de escenarios demuestra la versatilidad de la dibujante, que sabe reflejar la magia inherente al país de los ases, el ritmo vital de la vida urbana y el correspondiente temor que deben generar los oponentes del verdoso protagonista. Siguiendo algunas de las pautas de la época, donde la influencia de Jack Kirby es innegable, Marie Severin consigue hacerse con un estilo propio, donde queda patente la fuerza de los personajes. Hulk, Rino, el Parásito, el Eslabón Perdido… todos ellos son presentados como titanes enzarzados en una lucha épica en la que el alter ego de Bruce Banner no tiene ventaja. Tebeo superheroico en estado puro, de ése que debe leerse para comprender en qué consiste contar una historia en este género de viñetas.

Jill Thompson

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Jill Thompson
nació en 1966 y pronto demostró interés por las artes gráficas, formándose en la Academia Americana de Arte de Chicago, en la que actualmente imparte clases, graduándose en 1987 en ilustración y acuarela. Ese mismo año empezó ya a trabajar en Comico en la serie Elementals durante ocho números no consecutivos, al tiempo que se encargaba de la serie Fathom en la misma editorial. También firmó trabajos en First Comics, Las Crónicas de Corum y Classics Illustrated: The Scarlet Letter.

Tras estos primeros pasos salta a DC donde empieza a trabajar en la serie de Wonder Woman (1990-1992) hasta que da el salto a Vertigo, y a su serie estrella, Sandman, donde ilustraría los números 40 al 49, realizando un trabajo extraordinario con la amazona. Acabada su colaboración en 1993, comienza a trabajar, sin dejar Vertigo, en la serie de Orquídea Negra, colección puesta en marcha tras la revisión del personaje realizada por Neil Gaiman, en la que un desconocido David Foreman intentaría emular el tono adoptado por Gaiman en su miniserie y dar continuidad a un personaje que hasta entonces había estado perdido en el limbo del Universo DC. Thompson se encarga de los primeros seis números (1993), para dejar la serie siendo su trabajo lo más remarcable. Recala en Los Invisibles (1995), encargándose de la realización de una docena de números.

Tras estos trabajos para DC, Thompson emprende en 1997 un proyecto muy personal en el que toma el control total de la obra, escribiendo los guiones e ilustrándolo, Scary Godmother, titulado en España Bruja Madrina. Una serie de relatos a mitad de camino entre el cuento y cómic, donde Thompson vuelca todo su talento tanto para la ilustración y el coloreado, como en el guion, logrando una historia perfectamente válida para niños, como para adultos. La serie saltó de las viñetas a la televisión en forma de dos especiales de Halloween que acabaron siendo emitidos en Cartoon Network en 2004. La propia Thompson mantuvo cierto control creativo de la obra y escribió los guiones.

En 2003 también se hace cargo de un libro con un estilo manga con algunos de los personajes de Sandman, titulado Death: At death´s door, ambientado en los eventos narrados en Season of Mists. Fue uno de los libros más vendidos de ese año de DC. En 2005 se hizo cargo, como autora completa, de un libro en el que usaba a los secundarios de Season of Mists, titulado Death Boy Detectives.

En 2016, escribe, dibuja y colorea una novela gráfica dedicada a Wonder Woman en la que plasma la imagen que tienen el personaje. Thompson considera a Wonder Woman algo aburrida por no tener falla alguna, por lo que se centra en reflejar precisamente todo aquello que hace interesante al personaje femenino más icónico de DC.

Pero las inquietudes de Jill Thompson van mucho más lejos que los comics. Ella también ha estudiado comedia improvisada en Chicago, jardinería y ha ejercido de modelo para varios personajes de muchas obras en las que colaboró. Alex Ross o P. Craig Russell son algunos de los dibujantes que han usado sus rasgos para inspirarse a la hora de diseñar un personaje.

Jill Thompson ha ganado seis premios Eisner y ha tenido otras tantas nominaciones. En 2015 ocupó el cuarto puesto en la encuesta de Top 50 Female Comic Book Artists.

Obra destacada

Wonder Woman: La verdadera amazona, de Jill Thompson. ECC Cómics (DC Comics)

De la producción en solitario de Jill Thompson hay varias obras que merecen estar en este punto como recomendaciones indiscutibles. Sin embargo, es necesario centrar la atención solo en una y vamos a hacerlo sobre este trabajo en solitario en la que la amazona es revisitada en sus primeros años de vida en la isla de Themyscira.

La historia se centra en como Diana, destinada a ser Wonder Woman, esconde en su interior las mismas imperfecciones que cualquier otra de sus hermanas. Thompson lo apuesta todo a una historia de origen centrado en los patrones más clásicos. Diana viene del barro, con vida insuflada de los mismísimos dioses griegos. Una historia que trata temas como el orgullo, la superación, la perfección y la imperfección, o el amor, entre otras, de forma muy natural, especialmente este último, que es representado de manera muy sutil, pero a la vez muy clara, y que es el verdadero motor de la historia y la lección que Diana aprende para darse cuenta de que, en realidad, es tan imperfecta como el resto. La autora quiere mostrar el lado humano del personaje, consiguiendo mostrar un origen conocido por todos los lectores asiduos, pero desde una perspectiva nueva.

Gráficamente la obra es un todo en el que Jill Thompson realiza todas las labores de dibujo y coloreado, con un espectacular efecto acuarela, que se ajusta a la perfección al estilo clásico de la narración y ambientación griega de la obra. La dibujante demuestra saber hacer, profesionalidad y una amplia gama de herramientas gráficas que despliega a criterio de la trama. Thompson, modifica su estilo para ajustarse al tono que desea tener en la obra, logrando que la simbiosis de dibujo y guion sea total.

Una de las características de esta obra es que, recayendo todo el control sobre Thompson, no se aprecian los vicios de otros dibujantes que retuercen la trama a fin de poder dibujar aquello que más les apetece hacer. La autora de Bruja Madrina se controla a la perfección, demostrando los años de experiencia en el mundo del cómic.

Valentía, superación, entrega, aceptación, orgullo, humildad y amor, son los pilares de un trabajo que convence en cada una de sus facetas. Una Wonder Woman familiar, pero que se cae del pedestal para hacer del icono algo mucho más accesible e interesante.

Alison Bechdel

Alison-Bechdel
Alison Bechdel es sin duda una de las figuras más relevantes del cómic underground estadounidense. Nacida en 1960 en la ciudad de Lock Haven (Pennsylvania), Bechdel comenzó a dibujar y a escribir ya desde los tres años, profundamente influenciada por la pasión literaria que sus padres le inculcaron desde siempre (ambos eran profesores). Tras graduarse en Arte, la autora se mudó a Nueva York y terminó encontrando trabajo dentro de la publicidad. Allí comenzaría en 1983 a dibujar una serie de tiras cómicas protagonizadas por mujeres lesbianas con las que llamó la atención del periódico WomaNews, que comenzó a publicarlas bajo el título de Dykes to watch out for.

Traducido en España como Unas bollos de cuidado, este trabajo se convirtió en un referente de la cultura LGTB de la época y convirtió el nombre de Bechdel en uno de los más relevantes del panorama. Durante 25 años la autora dio continuidad a sus tiras, consideradas un referente para toda una generación de homosexuales. Fue en ellas precisamente donde nacería lo que se denomina como el Test de Bechdel, un término que a muchos les sonará por su uso recurrente en debates sobre la diversidad en el mundo del cine. Fue en la tira titulada The rule (La regla), publicada en 1985, donde la autora presentaba a uno de sus personajes enunciando los tres requisitos que debía cumplir una película para no considerarla machista: contar con dos personajes femeninos, que estos hablasen entre ellos y que no lo hicieran solo para hablar de otros hombres. Por supuesto, este “test” no tiene nada de científico, sino que es más bien una reflexión sarcástica por parte de la autora sobre el sesgo de género en la ficción. Sin embargo, su agudeza es tal que varias décadas después sigue siendo habitual recurrir a esta particular regla para constatar la imperante supremacía de ficciones masculinas en las que los personajes femeninos ejercen como meras comparsas.

La que es sin duda alguna la obra definitiva de Alison Bechdel llegaría después. Durante los 90 la autora comenzó a compaginar su trabajo en Dykes to watch out for con un proyecto autobiográfico que terminaría convirtiéndose en Fun Home: una familia tragicómica. Publicada en 2006, esta profunda revisión de la infancia de Bechdel y de la peculiar figura de su padre se convertiría en un éxito incontestable que cosechó premios y honores por doquier. Posteriormente la autora cerraría sus memorias familiares con ¿Eres mi madre?, una nueva novela gráfica publicada en 2012 con la que Bechdel se sumergía esta vez en la figura de su madre. Con ella cerraría hasta la fecha una reducida bibliografía con la que sin embargo se ha ganado un puesto en el pabellón de los grandes del cómic y que podéis encontrar en español dentro del catálogo de Reservoir Books.

Obra destacada


Fun Home: Una familia tragicómica, de Alison Bechdel. Reservoir Books (Mariner Books)

Alison Bechdel vivió una infancia profundamente marcada por su homosexualidad y sobre todo, por una relación familiar fría y distante, especialmente personalizada en la figura de su padre. Bruce Bechdel, profesor y gestor de una funeraria a tiempo parcial, erudito del arte y tutor frío como un témpano, constituyó una figura definitoria en la madurez de su hija hasta la catarsis acontecida en el 19º cumpleaños de esta. En aquel endiablado año, como si tuviera prisa, todo sucedió en la vida de Alison Bechdel: confesó su homosexualidad a sus padres mientras se encontraba en la universidad; descubrió la propia homosexualidad de su padre, enfrentado a cargos de escándalo por sus líos con jóvenes, y al poco recibió la noticia de la muerte de este tras ser atropellado por un camión en un desafortunado accidente. Un accidente que la autora siempre ha visto como un victorioso intento de suicido.

Todo esto y más es Fun Home: una familia tragicómica. La que sin duda es la obra magna de Alison Bechdel supone una ventana abierta a la vida e intimidades tanto de su autora como de su atípica familia, siempre con el especial protagonismo de su padre. Con un estilo muy personal en el que más que cómic encontramos prosa acompañada viñetas, Bechdel realiza un retrato sin igual que cala hasta los huesos y que no se parece a ninguna otra obra. Los sucesos y los momentos temporales se desordenan y se repiten una y otra vez porque Fun Home en ningún momento trata de narrarnos una sucesión de hechos, sino desnudarnos por completo el ascenso a la vida adulta de su creadora desde todos sus ángulos. Con el azul como único color de acompañamiento, Bechdel realiza un trabajo soberbio en el que pone en contexto personal y social toda su infancia y adolescencia de trastornos obsesivos y de descubrimiento sexual, y persigue sus raíces hasta psicoanalizar a su padre y reflexionar sobre mil y un perspectivas de la vida en general y de la suya en concreto.

Publicada originalmente en 2006, Fun Home supuso una auténtica revelación en el mundo del cómic y enamoró allá por donde pasó. Publicaciones como Time, Entertainment Weekly o NY Times la situaron entre los mejores libros del año, los Eisner la premiaron con una estatuilla e incluso logró llegar a ser finalista en los prestigiosos National Book Critics Circle Awards, convirtiéndose en el primer cómic en lograrlo. Una rotunda obra maestra que en España podemos leer, tanto en físico como en digital, gracias a Reservoir Books y que nadie debe perderse.

Okazaki Kyoko

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OKAZAKI Kyoko nació el 13 de diciembre de 1963 en el famoso distrito de Setagaya, situado en la ciudad de Tokio (Japón). Creció en el seno de un gran núcleo familiar, formado por sus padres, abuelos, tíos y primos, que convivían en una gran vivienda, en la que incluso acogían a los aprendices de su padre, peluquero de profesión. En 1983, mientras se encontraba cursando sus estudios en la escuela Atomi Junior, debutó como mangaka profesional en Manga Buriko, un revista dedicada al manga erótico. Con posterioridad a su graduación, en 1985 consiguió publicar Virgin, el que sería su primer manga, pero su primer gran éxito no llegaría hasta cuatro años más tarde, cuando vio la luz Pink, la historia de una joven de 20 años que trabaja en una oficina para poder labrarse un futuro próspero, pero que decide ejercer la prostitución para tener un tren de vida superior, lo cual incluye tener un cocodrilo como mascota. En este título Okazaki consolida las líneas maestras que caracterizarán sus trabajos posteriores, basándose en un dibujo sencillo, casi abocetado por momentos, y una aparente perspectiva desenfadada, positiva y optimista, que en realidad esconde una mordaz y feroz crítica hacia las desventajas que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo y al cinismo de una sociedad machista, que perpetúa estas injusticias a través de las diferentes generaciones. A pesar de recurrir a un tono cómico, esta autora consigue dejar un poso de reflexión en los lectores, consiguiendo que empaticemos fácilmente con problemas de los que no nos cercioramos como debiéramos.

En esta época también trabajó en Tokyo Girls Bravo, una serie publicada en CUTIE, una revista de moda dirigida a un público joven. Pocos años después, volcó parte de su experiencia vital en Happy House, una serie en la que la protagonista de 13 años debe hacer frente al divorcio de sus padres, lo que la lleva a darse cuenta de que no quiere vivir con ninguno de los dos ante la imposibilidad de ser feliz con ninguno de ellos, por lo que siente la necesidad de emanciparse desde una edad temprana. En el año 1996, Okazaki se vio envuelta en un accidente de tráfico al ser golpeada por un conductor ebrio, sufriendo lesiones de gravedad y obligándola a pausar sus trabajos de manera indefinida, hasta completar su recuperación.

Probablemente debido a su origen, Okazaki sitúa sus historias en contextos urbanos, por lo que sus personajes suelen sufrir el ajetreo de la vida en las grandes ciudades y comparten las preocupaciones e intereses de las personas que viven en los grandes núcleos poblacionales. En sus obras refleja el papel de la mujer en la sociedad japonesa y las actitudes que las oprimen, por lo que se apoya en personajes femeninos de fuerte personalidad, descaradas y luchadoras, que dan un paso adelante para hacer frente a estas injusticias y servir como un referente al resto de personas, con el fin de solventar esta desigualdad y contribuir a la construcción de una sociedad más justa desde su pequeño mundo.

Obra destacada


Helter Skelter, de OKAZAKI Kyoko. Ponent Mon

Además de sus labores como mangaka, Okazaki tiene una gran implicación con el mundo de la moda, ya que a lo largo de su carrera ha colaborado con diversas publicaciones de este tipo, reflejando este mundo en sus historias. En el año 2003, Okazaki publicó Helter Skelter, la que se considera su obra más inspirada, que ha sido publicada por Ponent Mon en un único volumen. En esta historia de corte tragicómico, como suele acostumbrar esta autora, se señalan los estereotipos, las falsas necesidades, el vacío de lo efímero, los ídolos de barro, la crueldad y la violencia del sistema capitalista, que es capaz de convertir en juguetes rotos a las personas después de utilizarlas, de devorar sueños, ilusiones e incluso la vida de quienes forman parte él.

La protagonista de Helter Skelter es Ririko, una joven modelo de espectacular belleza que goza de una desorbitada popularidad en los mundos de la moda, la música o la publicidad, estando relacionada con algunas de las personalidades más importantes de estos ámbitos y cuenta con una numerosa legión de admiradores, enamorados de su magnetismo. Sin embargo, poco a poco iremos conociendo la verdad sobre la protagonista, el precio que ha pagado para llegar a su posición y la acompañaremos en un descenso a los infiernos a través de una espiral de autodestrucción.

Se trata de un manga que remueve la conciencia de quienes se acercan a él, que invita a replantearnos nuestras prioridades, a reflexionar sobre el camino que ha tomado nuestra sociedad y sobre nuestro rol en ella. Este título fue adaptado a una película live action, estrenada en el año 2012, y con él Okazaki fue merecedora del Excellence Prize del Japan Media Arts Festival y del Premio Cultural Osamu Tezuka, recibiendo críticas muy favorables y una buena recepción por parte del público allí donde se ha publicado.

Julie Doucet

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Julie Doucet es una historietita canadiense sin la que es imposible entender el auge del cómic alternativo en los años noventa de la mano de la editorial Drawn & Quarterly. Ella sirve de unión entre el underground norteamericano más feroz de autores como Crumb, Spiegelman o Shelton y la nueva hornada de autores surgido en Canadá que realizaban cómics autobiográficos como Seth, Chester Brown o Joe Matt, aunque es menos conocida que ellos, ya que sus trabajos siempre han sido demasiado crudos y punks para el mercado. Aunque hace años que abandono el medio, su influencia se puede ver en autoras como Debbie Drechsler, Ulli Lust o Marjane Satrapi, ya que fue una de las pioneras en abrir el cómic a la realidad femenina.

Julie Doucet nació en 1965 en Montreal, allí fue a colegios religiosos femeninos lo que potenció su carácter contestatario. Mientras estudiaba Bellas Artes a finales de los ochenta redescubrió el cómic como modo de expresión gracias a los trabajos de Crumb y del francés F’Murr. Tras lo que comenzó a publicar en fanzines locales. En 1988 creó su propio fanzine titulado Dirty Plotte, editado en fotocopias que vendía por tiendas locales. En sus páginas éramos testigos de todo lo que bullía por su cabeza contando con total libertad y con un sentido del humor de lo más acido. Su trabajo llamó la atención de Drawn & Quarterly, que le propuso publicar con ellos una revista con el mismo título, en la que vieron la luz sus trabajos antiguos y los nuevos que produjo para ella. Entre 1991 y 1998 aparecieron 12 números de la revista. Por su trabajo en la revista fue galardonado con el premio Harvey a la autora revelación en 1991 y la revista nominada como mejor serie nueva.

En 1995 se mudó a Nueva York, una experiencia que reflejo en Diario de Nueva York, posiblemente su trabajo más celebre. Posteriormente se traslada a Seattle y luego a Berlín, donde conoce a los miembros de L’Association, con los que publica su primer trabajo en francés Ciboire de criss. Tras su vuelva a Canadá, en concreto a Montreal, en el año 2000 publica El caso Madame Paul, que es su último trabajo en cómic. Durante estos años también publicó en revistas como Heck!, Rip-Off Comix, Wimmen Comix, Buzzard o Weirdo. Sus obras tuvieron problemas con la censurada en países como EE. UU. o Rumania.

En los últimos años se ha expresado a través de otras modalidades artísticas como la escultura, ilustración, serigrafía, grabado o pintura. En 2008 vuelve de manera tangencial al cómic con el corto de animación que realiza junto al director francés Michel Gondry titulado My new New York diary.

Obra destacada

Todos los cómics, de Julie Doucet. Fulgencio Pimentel

Hasta que aparecieron estos dos tomos, en España solo habíamos podido leer la obra de Doucet de manera muy desperdiga y fragmentada. Lo poco que había sido publicado se lo teníamos que agradecer a Max y Pere Joan que la dieron a conocer en nuestro país en las páginas de su maravillosa y poco valorada revista Nosotros somos los muertos. Posteriormente también se encargaron de publicar tres recopilaciones de sus historias: Si yo fuera un hombre, Diario de Nueva York y El caso madame Paul. Las tres las podemos encontrar en este cofre formado por dos volúmenes en los que la editorial riojana que recopila todos los cómics de la canadiense de manera cronológica. Es tan exhaustiva y completa que ha servido para la posterior edición que ha realizado la editorial Drawn & Quarterly.

La mayoría de las historias contenidas en el primer volumen son cortas, como suele ser habitual en su trabajo. Desde sus primeras páginas ya podemos ver la libertad para hacer y dibujar lo que le dé la gana, por encima de las convenciones sociales reinantes o los temas más comerciales. Sus historias son provocadoras, irreverentes y contestatarias, pero también encontramos un poco de la inocencia de quien está tratando de definir su identidad. Aunque se use a sí misma como personaje principal, no todo lo que le sucede en sus viñetas es real, ya que lo que hace se propia catalogar auto-ficción, pero lo que piensa y quiere reivindicar sí que queda reflejado convenientemente en sus historias.

En las historias contenidas en el primer tomo se centra en temas como la menstruación, la higiene femenina, los pasajes oníricos en los que explora su identidad sexual o las frustraciones de la vida cotidiana. Una serie de relatos deudores del underground más punk, pero tremendamente feministas e individualistas. Algo que sigue estando presente en sus trabajos posteriores, pero en su segunda etapa se va centrando cada vez más en temas más cotidianos abandonando los relatos en los que narra sus sueños, aunque sin perder su sentido del humor caustico, hasta a llegar a Diario de Nueva York, en la que relata su estancia en la ciudad a modo de crónica social a mediados de los años noventa. Es trabajo más «convencional», aunque siempre con una visión única y muy interesante.

En sus historias Doucet se nos muestra con todas sus inseguridades, las propias y las que le genera la sociedad, de la manera más realista y con una honestidad brutal. Su representación de la mujer se aleja de la que podíamos ver en el cómic norteamericano, tanto mainstream como underground, poblado de mujeres idealizadas con pechos enormes. En cambio, en los cómics de Doucet vemos a mujeres con medidas más realistas, despeinadas, lejos del ideal masculino imperante. Un soplo de aire fresco en una industria dominada en esos años por los hombres.

Una obra imprescindible para los amantes del cómic alternativo, que nos permite conocer a una de las figuras claves en la evolución del cómic en los últimos treinta años.

Emil Ferris

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En 1962 Emil Ferris nació en la ciudad de Chicago (Illinois) en el seno de una familia de artistas con pocos recursos económicos. Al empezar cada curso, su madre le compraba dos cuadernos y un par de bolis con los que comenzó a realizar sus dibujos. Algo que, como veremos más adelante, se antojaría fundamental en su ópera prima. Podemos catalogar la vida de Ferris como de película, por la cantidad de obstáculos que se ha ido encontrando desde que llegó a este mundo. El trayecto, hasta la publicación de su primera y única novela gráfica, ha sido un continuo ejercicio de superación.

Ferris está titulada en Bellas Artes por el Art Institute de Chicago y durante muchos años trabajó de ilustradora médica y técnico, así como diseñando juguetes para compañías como McDonalds. Sin embargo, también trabajó como empleada del hogar y camarera para poder sacar su vida adelante. En el año 2001 una picadura de mosquito le produjo la (tan de actualidad) Fiebre del Nilo, por lo que perdió la movilidad de cintura para abajo así como el movimiento de su mano derecha, con la cual dibujaba.

Mientras se recuperaba de las secuelas, la futura autora comenzó a desarrollar lo que hoy conocemos como Lo que más me gustan son los monstruos. Llama la atención que su idea inicial fuese plantear la historia como obra de teatro. En ella, los protagonistas eran un personaje transexual con las características de Frankenstein y una pequeña mujer-lobo latina. Tras darle varias vueltas, la idea acabaría arribando al universo del noveno arte no sin antes encontrar el rechazo como respuesta de decenas de editores que no vieron el proyecto viable.

Cuando se encontraba realizando la segunda parte de la novela gráfica, se le estropeó el ordenador, por lo que Ferris organizó un crowdfunding ofreciendo a cambio dibujar a los patrocinadores. La iniciativa resultó ser un tremendo éxito. Lo que más me gustan son los monstruos iba a ser publicada en 2016, pero la compañía china que se encargaba de realizar el envió quebró, quedando la tirada varada en el Canal de Panamá. De la mano de Fantagraphics el Libro Uno, por fin, vio la luz un año más tarde. En España tuvimos que esperar a 2018 para que Reservoir Books publicase este precioso primer volumen.

Lo que más me gustan son los monstruos ha resultado ser un éxito de ventas y crítica, cosechando todos los premios habidos y por haber. Mejor novela gráfica, mejor artista y mejor coloreado en los Eisner… y ganadora, entre otros, de dos premios Ignatz, el premio fauve D’Or en el Salón de Angouleme o el premio al mejor Cómic Internacional del Salón Internacional del Cómic de Barcelona

Emil Ferris es una rara avis que tiró la puerta abajo con su primera publicación a los 55 años. Nuevos colegas de profesión como Art Spiegelman o Chris Ware han reconocido su lugar en el Olimpo de las autoras de cómic. Lo que más me gustan son los monstruos se ha convertido en un auténtico clásico contemporáneo.

Obra destacada


Lo que más me gusta son los monstruos, de Emil Ferris. Reservoir Books (Fantagraphics Book)

Emil Ferris firma una historia con tintes autobiográficos que comienza siendo una novela gráfica detectivesca a lo Se ha escrito un crimen, pero que termina teniendo más capas que una cebolla. Quizá por esta planta herbácea nos descubramos purgando nuestros lacrimales en su lectura, o puede que no. Puede que la trama con una cantidad de tragedia desbordante nos de un puñetazo en el estómago que nos deje sin respiración. Ambientada en el Uptown de Chicago de finales de los años sesenta, acompañamos a Emil Ferris Karen Reyes en la investigación del asesinato de su vecina, Anka Silverberg.

Karen es una preadolescente que se representa a sí misma como una niña-lobo puesto que lo que más desea en el mundo es convertirse en un monstruo. Un monstruo que le permita escapar de una realidad gris y decadente además de tener la fuerza suficiente como para hacer frente a los grandes males que le rodean. Ferris no da puntada sin hilo en una obra que trata temas tan diversos como el Holocausto nazi, los abusos sexuales, la homofobia, el racismo, la enfermedad terminal o la amistad.

El derroche de fantasía de Ferris permite regalarnos una amalgama de personajes de lo más variopinto. Nos encontramos ante un clásico contemporáneo gracias a su particularidad gráfica. Seguimos la historia con el cuaderno de Karen, que recrea artísticamente su día a día. Utilizando únicamente bolis Bic, Ferris demuestra que la herramienta más poderosa que tiene el ser humano es su imaginación. Fresca, original, única y tremendamente emotiva… la lectura de Lo que más me gusta son los monstruos llega al fondo de nuestra alma. La capacidad observadora de su protagonista permite que tengamos unas descripciones bellamente detalladas. A pesar de tratarse de una obra indispensable, avisamos a navegantes despistados de que este voluminoso ejemplar es únicamente el Libro Uno. Varios cabos quedaron sueltos al final del mismo y deberemos esperar al 15 de septiembre del próximo año para conocer todas las respuestas.

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