
Tigre, tigre
Alfred Bester me ha dejado roto. Con esta única frase podría terminar ya la reseña de
Pero el tigre tenía otros planes.
En el siglo xxv, cuando las técnicas de teleportación han cambiado de forma radical la sociedad de la Tierra, un hombre motivado por pasiones extremas emprende un carrera desesperada por cambiarse a sí mismo. Gully Foyle fue abandonado a su suerte y logró sobrevivir milagrosamente a una situación sin esperanzas; desde entonces ha venido acumulando riquezas y poder con un único objetivo: vengarse.
La obsesión por la venganza, pero también la búsqueda de la identidad y la evolución de la humanidad gracias a las técnicas mentales, al descubrimiento de que el mayor poder se encuentra dentro de nosotros. Narrativamente,
Los temas que trata la novela ponen el foco en el desarrollo de la humanidad, aparte de la venganza. Y es que el jaunteo, la teletransportación mental que se desarrolla en el futuro y cómo afecta esto a la humanidad, cómo cambia la manera de desarrollarse, de entenderse, de colonizar el Sistema Solar y de volver a ciertos cánones del pasado, con gusto por los retrofuturismos entre las altas clases de la riqueza, componiendo un sistema social y político completamente diferente de lo que podríamos esperarnos.
Mención aparte merecen tanto la nueva edición de bolsillo, con nuevo diseño, más elegante, y una estupenda cubierta obra de Corominas; y la traducción de Cristina Macía y Sebastián Martínez.
Alfred Bester. Escritor y periodista estadounidense nacido en Nueva York el 18 de diciembre de 1913 y fallecido el 18 de diciembre de 1987 en Doylestown, Pennsylvania. Es considerado como uno de los más importantes escritores de ciencia ficción de mediados del siglo XX. Aunque trabajó escribiendo guiones para radio y televisión, se hizo popular con su novela de 1952-1953 (fue publicada por entregas en la revista Galaxy) El hombre demolido (The Demolished Man), que fue merecedora de la primera edición del Premio Hugo, el más importante del mundo de género fantástico. Su siguiente novela importante, Las estrellas, mi destino (The Stars My Destination, 1955) supuso su confirmación como uno de los autores más importantes de aquellos primeros tiempos de la ciencia ficción moderna. Sin embargo, no hablamos de un autor prolífico: abandonó la ficción para trabajar para la revista Holiday, de la que llegó a ser redactor jefe, no retomando la ciencia ficción hasta la década de los setenta, aunque su retorno fue un fracaso tanto de crítica como de público.
¿V? Nunca vi ese parecido, veo más un conde de Montecristo espacial
Bester es un autor a reinvindicar. En su tercer album, Seven and the Ragged Tiger, Duran Duran incluyó un tema dedicado a este libro, llamado Tiger, Tiger