#ZNSeries – Samurai Jack (quinta temporada), de Genndy Tartakovsky

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Género: Animación para adultos
Dirección: Genndy Tartakosvky
Guión: Genndy Tartakovsky
Reparto: Phil LaMarr, Greg Baldwin, Mako, Grey Friffin, Sap Shimono, Kari Wahlgren, Tara Stron, Chris Parnell, John DiMaggio, Aaro La Plante, Kevin Michael Richardson, Keegan-Michael Key
Producción: Cartoon Network Studios / Williams Treet
Canal: Adult Swim / TNT
País: Estados Unidos

 

Cualquier persona que tenga cierta afición a la animación que se ha desarrollado durante el último cuarto de siglo, conocerá sin ningún género de dudas la figura de Genndy Tartakovsky. El nombre de este caballero ruso-estadounidense está vinculado a series de culto como El laboratorio de Dexter, Las SuperNenas, Las guerras Clon o el título que hoy traigo por aquí: Samurai Jack. La originalidad de sus propuestas y la singularidad del estilo gráfico contenido en las mismas, se combina con un notable bagaje en lo que a conocimiento del medio se refiere; sus trabajos han sido bendecidos por el público, la crítica y los galardones, pero si tuviere que elegir una obra sobre todas las demás, me quedaría con Samurai Jack.

La primera vez que escuché hablar de las aventuras de un espadachín exiliado contra su voluntad en el futuro fue en el otoño del año 2001. Un buen amigo me relataba el episodio en el que «Jack» debía enfrentarse a tres arqueros ciegos mientras dábamos un paseo. Yo aún no tenía televisión de pago –ya que la serie se emitía en Cartoon Network- así que tardaría unos cuantos años en comprobar por mí mismo la calidad de aquella serie que se me había recomendado encarecidamente. La animación –simple, pero efectiva- podía resultar un tanto chocante para un ojo acostumbrado a un estilo más clásico –ya fuera oriental u occidental- pero su estilización, unida a un magistral juego de colores, contrastes y sombras, me cautivó y me convirtió en seguidor de las aventuras y desventuras de aquel guerrero que buscaba desesperadamente el camino de regreso a su hogar.

Antes de seguir, pongamos al público despistado en situación. Para ello, nada mejor que recuperar la cabecera de entrada de la serie:

El demonio Aku (con la voz del inolvidable Mako) cuenta a la audiencia lo que necesita saber. El protagonista de la serie es un samurái cuya katana tiene el poder para doblegar a una entidad que representa la perversión definitiva (como denota su propio nombre, que en japonés -悪- viene a significar «maldad»). Tras un combate singular, el espadachín consigue subyugar a su oponente, pero este logra evitar el golpe definitivo, desplazando temporalmente hacia el futuro al guerrero y arrojándole a un mundo en el que, como consecuencia de aquel acto, ha padecido el gobierno del mal. En ese planeta Tierra configurado como una pesadilla daliniana, nuestro innominado amigo recibirá el apodo de «Jack» y asumirá la misión de buscar el camino para retornar a su tiempo. Si lo consigue y retorna para asestar el tajo final a Aku, el dominio de este sobre el mundo jamás habrá tenido lugar. El demonio, bien consciente de la situación, hará todo lo posible para que su temido adversario fracase en esta nueva búsqueda.

A lo largo de cuatro temporadas, Jack y Aku libraron un duelo sin cuartel en el que el resultado de cada lance eran unas insatisfactorias tablas. El samurái veía frustradas una y otra vez sus oportunidades de regresar, pero el demonio era igualmente incapaz de asestarle un golpe definitivo, ya fuera de forma directa o por medio de secuaces. En su búsqueda de un camino de regreso a su época, Jack exploraba –y con él, la audiencia- las rarezas de aquel mundo en el que Aku había abierto la puerta a todo sinvergüenza, pillo, bandido o criminal que se preciara. Esto sirvió de excusa para que Tartakovsky y su equipo brindaran a la parroquia una larga sucesión de diseños de personaje, escenario y ambientación en los que la originalidad y la rareza se combinaban con todo tipo de guiños, homenajes y préstamos tomados de otros parajes de la fantasía, la ciencia-ficción o el entretenimiento. La serie jugaba con la premisa de un mundo nuevo y pervertido en el que, empero, había aún espacio para la esperanza. Eso era campo abierto para la imaginación y, por eso, cada entrega presentaba una propuesta nueva: hubo comedia, melancolía, acción, misterio y terror. Dejando aparte las lógicas limitaciones de una serie dirigida para un sector del público especialmente protegido, cualquiera podía disfrutar de aquella serie y sorprenderse descubriendo referencias a los espagueti-western de Sergio Leone (por citar únicamente un ejemplo). Sin embargo, al final de la cuarta temporada, la serie terminó sin tener un final definido.

El éxito de la serie abrió la puerta a Tartakovsky para encargarse de Las guerras Clon, una propuesta que enlazaba los episodios segundo y tercero de Star Wars –y que se cuenta entre lo mejor que aportaron las precuelas a la franquicia-. Sin embargo, la afición aspiraba y esperaba que, en algún momento del futuro, don Genndy daría el prometido final a aquella épica historia que les había cautivado. En los tebeos, Jack alcanzó –desde cierto punto de vista- su objetivo, pero éramos muchos quienes queríamos que la serie tuviera una continuación. Se habló de una nueva temporada; se rumoreó que habría una película que cerraría la trama, pero los años fueron pasando. Cuando todo el mundo asumía que no había nada más que esperar, saltó la sorpresa: Tartakovsky volvía para una quinta y última temporada. A esta primera noticia se unió otra, casi tan interesante como la anterior: el final de la historia se vería en Adult Swim, el canal dedicado a la animación para personas adultas. Durante sus cuatro años en Cartoon Network, Jack se había limitado a destripar robots (de reacciones sospechosamente humanas, añado) ¿qué supondría trasladarse a un lugar catódico donde las reglas del juego eran distintas?

La temporada final se emitió entre los meses de marzo y mayo de este año, siendo TNT –el contenedor de la versión española de Adult Swim- la encargada de la emisión por estos barrios. A lo largo de diez episodios, se retoma la historia y se le da un final que, hay que advertirlo, no satisfará a todo el mundo. Tartakovsky traslada la acción cincuenta años en el futuro y convierte a Jack en el narrador introductorio de la historia: medio siglo ha pasado, pero él ha dejado de envejecer. Aku controla omnímodamente el pasado, el presente y el futuro, de manera que el samurái ha dejado de ser el gallardo y bizarro guerrero que mantenía una visión caballeresca y esperanzada del porvenir. Después de tanto tiempo, aún está obsesionado por el regreso al hogar, pero todo parece más ominoso y siniestro. En el primer episodio, nuestro héroe luce un poderoso aspecto, con una armadura completa y un impresionante kabuto. Se desplaza en motocicleta y sigue intentando combatir la dictadura de un Aku que, prácticamente, no sale de su fortaleza. El demonio parece instalado en una abulia que parece correr paralela a la angustia de su viejo enemigo. Hace mucho que ha asumido que sus intentos por capturarle o darle muerte han fracasado; hace mucho más que no ha asumido una acción directa. Después de tanto tiempo, sigue temiendo la hoja de la espada de Jack, pero hay un pequeño detalle: el samurái errante tiene un vasto arsenal a su servicio… pero la katana no forma parte del mismo. Su falta se hará patente cuando un escuadrón entrenado de seguidoras del demonio –las Hijas de Aku- asuma con fanática devoción la tarea que tanto tiempo ha atormentado a su patrón: la muerte de Jack.

Don Genndy aprovecha la libertad inherente al nuevo canal anfitrión para abordar de lleno situaciones que en las temporadas precedentes le estaban vetadas. La temporada final muestra un nivel de oscuridad sin precedentes –descontando aquellos episodios en los que se el autor se adentraba en el terror-. Tartakovsky nos presenta a un Jack cuya perdida esperanza se combina con una creciente deriva hacia lo que parece ser la locura: una versión distorsionada de sí mismo entabla constantemente discusión con él; los fantasmas del pasado le acosan con acusaciones de abandono y un fantasmal samurái parece seguirle, montado en un espectral caballo. Los secuaces de Aku son más despiadados que nunca, recreándose en la destrucción y en la tortura. En un acto de suprema perversión, alguien entrenará a siete jóvenes en la creencia de que el demonio es un benévolo creador y Jack una serpiente en ese paraíso. Forjadas a fuego –de forma literal y figurada- demostrarán tener gran habilidad como guerreras y una fe inquebrantable en las palabras de su progenitora, leal servidora de Aku.

TNT ha emitido hasta ahora la mitad de esta última temporada y, en esos cinco primeros episodios, se encuentran todas las virtudes que hicieron de Samurai Jack el título de culto que es en la actualidad. Todo ello se encuentra corregido y aumentado por una animación acorde con los tiempos que corren y respetuosa con el legado de las temporadas precedentes. El duelo entre Jack y las Hijas de Aku ocupará buena parte de esta primera parte, en la que queda patente el potencial del personaje y su mundo. Con estos mimbres, diez episodios saben a poco (sobre todo si buena parte de los mismos se dedica a la satisfacción de la nostalgia de la afición).

Esta quinta temporada cierra, por fin, una historia que empezó hace dieciséis años. Guste o no el fin que su creador le ha dado a las aventuras de Jack, toda la serie es altamente recomendable.

Avance de la serie:

  Género: Animación para adultos Dirección: Genndy Tartakosvky Guión: Genndy Tartakovsky Reparto: Phil LaMarr, Greg Baldwin, Mako, Grey Friffin, Sap Shimono, Kari Wahlgren, Tara Stron, Chris Parnell, John DiMaggio, Aaro La Plante, Kevin Michael Richardson, Keegan-Michael Key Producción: Cartoon Network Studios / Williams Treet Canal: Adult Swim / TNT País:…
Dirección - 9
Guión - 7.5
Reparto - 8
Apartado visual - 9.5
Banda sonora - 8

8.4

Vosotros puntuáis: 9.58 ( 4 votos)
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Sith
Sith
Lector
18 julio, 2017 19:38

Gran reseña, se agradece!

Esperaba de hace mucho esta nueva temporada, corrieron demasiadas versiones en todos estos años y hasta que no la vi al aire no lo podía creer.

En mi caso, recien comencé a ver la última temporada (ya que tuve que ver todos los episodios de nuevo para ponerme a tono) pero la calidad de la serie se mantiene intacta, sigo sosteniendo que Genndy Tartakovsky es garantía de calidad.

Como deseo personal, ojala que en algún momento como logro retomar este proyecto pueda hacer lo mismo y finalizar su trabajo en Sym-Bionic Titan, que es otra gran serie y como proyectos para futuro pagaría oro por verlo hacer una serie animada de los Avengers en general o de Thor en particular, sería la gloria.