Trilogía Millennium: Lisbeth Salander debe vivir

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Los grandes estudios saben que hay vida más allá del cine, que a la gente le gusta ver la televisión, leer un tebeo o degustar un buen libro; por eso se preocupan de hacerse con los derechos de todos los bestsellers que van surgiendo. Aunque también preparan (y han preparado) sus versiones o adaptaciones de las grandes novelas de la literatura universal. Parece que muchas veces prefieren la labor de “adaptar” a la de “crear”.

El cine siempre se aprovecha de otras industrias culturales. Y a muchos lectores les encantara sentarse en una sala y poder disfrutar durante un rato de la reimaginación de sus personajes favoritos. Algunos libros movilizan tantas pasiones que los personajes, las tramas y los lugares se aferran con fuerza en los lectores. Uno de los principales atractivos de estas adaptaciones de bestsellers es descubrir, cada uno, de manera individual, si el director, guionistas y actores, han conseguido imaginarse la historia de una manera similar a la que nosotros, como lectores, habíamos imaginado antes.


Los ejemplos de este tipo nos los encontramos casi semanalmente en la cartelera, hoy hablaremos por aquí del fenómeno Millennium en el cine. Ahora que la última de las películas basadas en la obra de Stieg Larsson está en nuestras salas, aprovechó para realizar un texto completo con tres pequeñas críticas (cada una puede leerse por separado o como conjunto), una por cada película.

Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres

El año pasado y aprovechando el tirón editorial se realizó y estrenó la primera película basada en la trilogía literaria Millennium, escrita por el fallecido Stieg Larsson (que desafortunadamente no pudo disfrutar de su éxito). Los hombres que no amaban a las mujeres se ha convertido ya en uno de esos fenómenos editoriales que se pueden contar con los dedos de la mano. Un éxito de ventas transformado en una interesante película de misterio y asesinatos sin resolver.


La película sueca nos llega con el tono de un thriller. Todo comienza hace 40 años, cuando Harriet Vanger desapareció de una reunión familiar en una isla que pertenece al clan familiar de los Vanger, una familia muy poderosa e influyente. Nunca se encontró su cuerpo, pero su tío siempre creyó que fue asesinada y que el asesino es un miembro de la familia. Para investigar contrata a un periodista y a una hacker informática terriblemente tatuada, juntos empezarán a deshilar la madeja y relacionarán la desaparición con una serie de grotescos asesinatos y una oscura historia familiar. Misterio y género negro unidos con maestría. Michael Nyqvist se hizo con el papel de Blomqvist, el periodista, mientras que el papel central, el de la joven Lisbeth Salander recayó sobre la actriz Noomi Rapace, ambos bastante similares a los personajes literarios, especialmente ella.


Como adaptación no decepciona, la esencia del libro se encuentra en la película. Algunos personajes secundarios desaparecieron en el filme, algunas tramas se suavizaron, algunas líneas familiares se simplificaron (sobre todo en cuanto al parentesco de varios de los Vanger) y varias subtramas se eliminaron. Lo bueno de la adaptación de un libro es utilizarlo como referencia, más que seguirlo a pies juntillas.

Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

La segunda parte de la trilogía literaria de Larsson llegaba poco después. Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina continua la historia de Lisbeth Salander y Michael Blomqvist tras los terribles sucesos vividos en “Los hombres que no amaban a las mujeres”.


Daniel Alfredson sustituye a Niels Arden Oplev tras las cámaras; mientras que la pareja protagonista repite en sus respectivos roles: Michael Nyqvist como Blomqvist y Noomi Rapace como Salander. Esta vez la especial hacker ha desaparecido sin dejar rastro; un par de colaboradores de “Millennium”, la revista que dirige Blomqvist, han muerto y las huellas de Salander están en el arma del crimen; Michael hará todo lo posible para encontrarla y ayudarla (ella le salvó la vida anteriormente, se lo debe). Por el camino de esta trepidante historia iremos descubriendo algunos oscuros secretos del pasado de la chica.

Tras el éxito de la primera película: Las hombres que no amaban a las mujeres, era lógico intuir que pronto nos llegarían las continuaciones.


Ahora nos cuentan muchos más detalles sobre la vida del personaje más interesante, tanto del libro, como de las películas, Lisbeth Salander (una joven peculiar que se dedica a investigar y a piratear equipos informáticos). Toda la película se centra en ella y la actriz Noomi Rapace, que se vuelve a meter de lleno en el papel protagonista, nos guía por una Suecia repleta de corrupción, asesinatos y violencia contra las mujeres (esta es la temática de fondo de la trilogía: la denuncia de la violencia machista).


Blomqvist (Michael Nyqvist) tiene una deuda pendiente con Salander ya que ella le salvó la vida en la primera parte. En este filme, los misterios se van desentrañando con cuentagotas, lo que produce una sensación de ligera pesadez en el espectador no conocedor de la historia del libro. El nuevo director, Daniel Alfredson nos entrega una película más larga que la anterior y en la que no se oculta su bajo presupuesto, similar al de una película realizada para la televisión.

Personalmente echo en falta algo más de continuidad entre las dos partes (a parte de que la historia del primer libro es mejor que la del segundo, que continúa en el tercero), aunque se agradece que aquí aparezcan brevemente algunos personajes clave de los libros (guiño que gustará mucho a los fans). Parece que las relaciones entre literatura y cine son cada vez más cercanas y la tendencia es adaptar al máximo lo que ocurre en las páginas. Todo lo que está en el libro está en la película y viceversa.


Millennium 3: La reina en el palacio de las corrientes de aire

Esta tercera parte, La reina en el palacio de las corrientes de aire, continúa exactamente donde terminó la anterior: con Lisbeth herida y toda la trama de espionaje y conspiraciones al rojo vivo (a punto de destaparse el pastel). En los roles protagonistas repiten, de nuevo, los mismos actores y Daniel Alfredson también vuelve a «jugar» con guiños a los lectores en la aparición de los secundarios.


Esta vez el producto da un giro hacia lo judicial, siendo el juicio de Salander una tercera parte del metraje. Ya no nos sorprende el carácter excéntrico y friki de la protagonista (ella pasa de ser “la ayudante” de la primera película, a ser el hilo conductor y el motor de la historia), pero sí que nos interesa saber qué le pasará porque hemos empatizado con el personaje.


Millennium 3 es algo más pesada que las anteriores entregas (de nuevo uno de sus principales fallos es su excesivo metraje, dos horas y media), el ritmo decae, muchas veces, hasta niveles ínfimos (aunque en otros momentos sube de golpe) y, para muchos, las ganas de echar una cabezadita pueden ser superiores a las de descubrir cómo termina toda la historia.

“Kalle” Blomqvist, el periodista, protagonista de las anteriores, va cediendo parte de ese protagonismo en Millennium 2, y aquí, en Millennium 3, se ve ensombrecido por Salander, casi hasta mera comparsa.

Las tramas políticas y de conspiración se van solucionando con naturalidad, aunque los fans más acérrimos de los libros volverán a echar en falta algunos puntos secundarios y algunas subtramas que, aunque pudieran parecer “claves”, eran prescindibles. Toda la historia se centra en la reparación al daño que ha sufrido Lisbeth Salander durante toda su vida, así como el justo castigo de todos los que fueron partícipes de esos atropellos.


La planificación es tradicional y salvo escasos momentos (un par de escenas de acción en toda regla), toda la película se mueve por escenas de sumo quietismo. Un producto muy ligado a la anterior entrega, que funciona mejor como un todo.

Como en las otras dos películas de la trilogía, en ningún momento se esconde su bajo presupuesto (siendo evidente en su factura, similar a la de un producto realizado para la televisión), aunque en esta ocasión sorprende la puesta en escena, además de varias vistas hermosísimas de Estocolmo y un cuidado trabajo fotográfico.

Las piezas del puzzle que comenzó en la mente de Stieg Larsson y que se fueron montando el año pasado en Los hombres que no amaban a las mujeres se completa ahora, un año después, y ha sido un puzzle de esos muy entretenidos de montar y muy interesantes de observar en conjunto.


La dificultad de adaptar un libro con muchas subtramas se ha solventado con éxito en el fenómeno editorial del año pasado, esta trilogía que podría empezar a llevar el apelativo “de culto”; aún con su estética de tv movie, cada una de las tres películas son películas de género negro (sobre todo la primera), de intriga criminal y policiaca, muy interesantes.

No debemos olvidar que no se puede calcar el contenido de un libro (ni tampoco se debería intentar). Lo bueno de una adaptación de estas características es utilizar el libro como referencia, ésa sería la clave. Aquí lo han hecho y lo han conseguido: el producto es tan digno como las novelas de Larsson.

En Hollywood, por su parte, ya están pensando en cómo hincarle el diente a este material y crear su propia adaptación. Hasta hace poco se rumoreaba que recaería en Brad Pitt y en Quentin Tarantino, que estaban detrás de comprar los derechos para realizar una nueva trilogía; ahora, en Vulture se hacen eco de otro posible acuerdo, esta vez ligado a los nombres de David Fincher y el productor Scott Rudin. Si todo sigue por este camino, dentro de poco podríamos tener al director de Seven y Zodiac encargándose de la obra de Larsson a la americana (allí se titula The girl with the dragon tattoo), con guión de Steve Zaillian (American Gangster y La lista de Schidler) y presumiblemente con la actriz Carey Mulligan, nominada al Oscar por An Education, en la piel de Lisbeth (al menos es lo que pretenden desde Sony).

Al final la base de todos estos productos culturales, ya sean películas o novelas, son sus personajes. Stieg Larsson creó uno que merece la pena conocer (ya sea en las páginas o en los fotogramas, en la versión original o en la americana). Ese personaje se llama Lisbeth Salander y desde aquí proclamo que debe vivir, sobrevivir y ser recordada.


Nos leemos.

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Nemo Nadir
14 marzo, 2010 12:40

La carta ganadora de Millenium reside en la capacidad de Larsson para haber creado un personaje protagonista atractivo, seductor e imbatible: Lisbeth Salander. Su personalidad y su peculiar aspecto salvan una trama que a veces se alarga en exceso perdiéndose en vericuetos rocambolescos. De otro modo las novelas de Larsson no serían más que otros best-sellers de intrigas internacionales cruzado con complicadas redes familiares. Uno no puede por menos que sentir una pequeña punzada al leer estas novelas sabiendo que nunca llegará a descubrir el desenlace final. Porque, en el fondo, lo que nuestro corazoncito sentimental quiere es conocer qué pasa definitivamente con Lisbeth y si el pichabrava de Mikael Blomkvist sienta de una vez la cabeza y con quien.
Al igual que el éxito de las obras de Larsson recae sobre el personaje de Lisbeth, en los filmes que adaptan las novelas es Noomi Rapace quien resulta el motor de la atracción del público. La cuestión es que probablemente todos los que hayan leido los libros en que se basan, acudirán en masa a las salas de cine. Pero pocos de aquellos que vean estas películas se animarán a leer los antecedentes literarios originales y es harto improbable que ni siquiera lleguen a comprender totalmente el argumento. Las transposiciones al celuloide quedan atrapadas en demasiadas elipsis y excesivos sobreentendidos, lo que las convierte en algo mucho más confuso y mucho menos emocionante que los libros. Aunque, claro, eso es igual ¿no? ¿Para qué leerlos estando ya las películas?

El hermano vudú
El hermano vudú
Lector
14 marzo, 2010 13:22

He visto las dos primeras peliculas. La primera no estaba mal, la segunda no me gusto, me parecio falta de ritmo y algo confusa.
El personaje no me atrae nada y las historias de venganzas no me atraen demasiado. Probablemente los libros sean, como habeis comentado, mucho mas atrayentes.

marcus
marcus
14 marzo, 2010 13:25

Bueno, yo no he leído ninguno de los tres libros pero sí he visto las tres películas y aquí va mi opinión: la mejor de las tres me parece sin duda la primera, pues como se dice en el texto se nos presenta a un personaje destinado a ser recordado como Lisbeth. Consigue que todos nos preguntemos qué le sucedió en el pasado y la descripción de sus escenas más duras no se anda con chiquitas. La segunda y tercera entregas las definiría sólo como pasables. Para mí es un error que en ellas todo acabe girando entorno a una trama familiar de la protagonista. Está bien como fuente de sus traumas, pero el punto de base de la primera entrega creo que daba para multitud de historias más aprovechables. Además, en ellas se presenta el que para mi es el peor personaje de la trilogía, el hermanastro, un personaje totalmente plano al que nunca tienes claro qué le mueve, y menos aún después de

Aviso de Spoiler

la muerte de su padre

. Un placer leer el artículo.

Ohcan
Ohcan
Lector
14 marzo, 2010 14:04

He leido los tres libros y solo he soportado visto las dos primeras de las películas. El personaje de Lisbeth es, no lo pongo en duda, lo más reseñable de la trilogia. Pero poco tiene de novedoso presentarnos, una vez más, una personalidad asocial con la que, buscando nuestra sorpresa, llegamos a conectar. Un popular ejemplo televisivo es Dexter, quien comparte no pocos elementos de caracter con la protagonista de estas novelas/peliculas.
Las novelas además estereotipan al personaje underground de la hacker, personajes que viven al margen de la sociedad, tratando de mostrar a lector media un mundoque le resulte ajeno y exotico. Poco que ver con un intento novedoso u original y mucho con los otros cientos de novelas o peliculas que presentan escenarios similares.
En cuanto a las tramas de los libros, el primero no pasa de ser un «whodunit» adornado, no despreciable pero en ningun momento brillante. El seguno libro es una tierra de nadie, que no llega a ofrecer ninguna conclusión y solo propone tramas e hilos y promesas para el tercer volumen. El tercero, en su mayor parte, propone lomejor de la trilogia literaria, con buenas paginas de trama de espionaje, que termina en fiasco en ese supuesto climax que es el juicio en el que al destaparse las cartas se descubre que el autor no habia guardado nada y que se desinfla, mas que por previsibilidad, por simpleza.
No son «malos libros», pero no pasan de una lectura rapida veraniega algo por encima del best seller habitual.
En cuanto a las peliculas, la primera de ellas es una adaptacion modesta y correcta, clasicista en forma y fondo, que prescinde de los adornos presentes en la novela para centrarse en la resolucion del crimen al mas puro estilo Agatha Christie. Comparado con la media actual de cine del genero no sale mal parada, pero es que el genero no esta precisamente en su mejormomento. La segunda película, se deja llevar mucho más por la comercialidad y la busquedad de las ecenas mas morbosas presentes en el libro que po ofrecer algun contenido cinematografico de calidad (valga el ejemplo de la escena, vista en el trailer, de la mano de lisbeth saliendo de la tierra).
De nuevo ambas peliculas estan por encima de una de por si baja media, que solo las hace aconsejables por comparacion con otras muestras inferiores actualmente en cartel.

sarasaplatense
sarasaplatense
14 marzo, 2010 14:38

Me dijeron que hay algunas diferencias entre el final del libro y el de la pelicula. Si alguno me las puede contar le estaria muy agradecido.

Dicker
Dicker
Lector
14 marzo, 2010 15:07

No he visto ninguna de las pelis, los actores me dan un poquito de repelús, espero que alguien las vuelva a rodar con actores que no sean tan palos,

Los libros me han gustado bastante, sobre todos el segundo y el tercero, aunque Salander no me atrae mucho, me parece un personaje típico que mete Larsson y al que le otorga un rol que le viene grande, amen de que sea una hacker megafamtástica, y ahí sí que se nota que Larsson toca de oído pues…en fin, pinceladas generalidades y omnipotencia.

Me interesa mucho más todo lo que Larsson demuestra conocer sobre la política sueca, me parece que tuvo que ser un periodista incómodo, o lo hubiera sido se se hubiera dedicado más a ello.

ileston
ileston
14 marzo, 2010 16:38

Sólo un apunte rápido, sobre la factura técnica de las películas:

Comentas que en ocasiones parectener un nivel similar al de una producción televisiva. Y lo tiene porque lo es. Se rodaron las tres seguidas con la idea de ser tres miniseries de 3-4 horas para la TV, y ante el boom editorial a nivel mundial, se decidió estrenarlas en cine con un metraje algo más reducido (seguro que en sus versiones completas reaparecen algunas de las subtramas eliminadas de los libros), para emitirlas en TV n tiempo despues. Creo haber leido que Cuatro es quien tiene los derechos para España (pero puedo equivocarme)

Vamos, que al final les sale un negocio redondo. Prácticamente tres taquillazos con presupuesto de televisión, sus ventas en dvd, luego los derechos de televisión y acabarán con los dvds de la versión completa emitida en TV.

Martin
Martin
14 marzo, 2010 20:06

Desgraciadamente no he leído los libros, en varias oportunidades he estado a punto de comprarlos pero por privilegiar otros o por diversas razones nunca lo hacía.
De las películas solo vi dos, pero voy por la tercera.
A mi me parecen excelentes películas, atrapantes como hace bastante tiempo no veía. Cierto que la primera tiene, para mi gusto, un guión mucho mas interesante, atractivo, atrapante y conciso que la segunda.
Es más, al comenzar a ver la segunda creí que no iba a gustarme, por suerte a medida que la película avanzaba no fue así, y terminó pareciendome una buena película, aunque mucho más básica y predecible que la anterior.
Coincido en que el personaje de Salander es el más rico del film, y creo que está excelentemente interpretado.
Algo que me decepcionó es el papel de Blomqvist en el segundo film ( no se si en el libro será igual ). El caso es que no tiene la mas mínima relevancia, o sea, si, descubre cosas, realiza investigaciones, etc, pero no le aporta absolutamente nada al desarrollo y resolución de la trama de Lizbet. Ella también descubre todo por su cuenta, sin la mas mínima necesidad del periodista. Es más, ni siquiera Blomqvist tiene injerencia en el final, » rescantando», «salvando» o «ayudando» a Salander. Simplemente llega cuando todo terminó , lo cual encuentro un punto algo débil de la película.

Por lo demás , me parecen films interesantes, atractivos y atrapantes que , por cierto, no creo que necesiten mas presupuesto. La historia no desluce a pesar de parecer un «telefilm».

Un detalle, que ya he visto en otras reseñas además de en esta: en la primer película Vanger no «contrata a un periodista y a una hacker informática terriblemente tatuada» para investigar. Solo contrata al periodista!! La hacker se «inmiscuye» en el asunto, tal vez por creer que le debe algo a Blomqvist, y a partir de allí comienza a ayudar en el caso, primero a distancia y luego en persona. Pero Vanger jamás la contrata para investigar el caso ( en todo caso la contrata anteriormente por intermedio de su abogado para investigar a Blomqvist)
Es un detalle sin importancia, pero no esta de mas aclararlo.

Muy buen artículo, Saludosssss

jorgenexo
jorgenexo
14 marzo, 2010 20:43

He leído la triglogía. De las pelis no he querido saber nada. Los libros son pésimos, lamentablemente entretenidos. Sus personajes son ridículos y su caracterización pone de manifiesto un triste machismo, tirste sobre todo porque todo el trasunto de la historia es pretendidamente feminista. Todos los personajes femeninos tienen dos puntos en común: 1º Una sexualidad que las define y condiciona: bisexualidad, sadomasoquismo, incesto, violaciones 2º Todas se sientes atraidas por el patán del protagonista, iman irresistible que se zumba a todo lo que se le pone por delante básicamente porque él es así. En los personajes femeninos su sexualidad es fuente de confilcto, en los masculinos, de definición de sí mismos.
El error de hacer padre a Blonkvist en el primer libro se subsana no volviendo a hacer referencia alguna a su hija: cuando habla a su último y vigoréxico ligue de las mujeres importantes en su vida, ni cita a su hija. ¿Para qué? Un hombre no tiene esas preocupaciones, la paternidad resta atractivo al personaje como macho individualista y sin ataduras de tipo alguno.
Y para rematarlo, la anarquista punkie asperger que no debe nada a nadie y a quien le importa una mierda la sociedad, ¿qué es lo primero que hace con su inverosímilmente lograda fortuna? Ponerse tetas. Con un par. Y la peña definiendo la «obra» como literatura feminista. Vergonzoso.
Lisbeth Salander es un deux ex machina con patas, con ridículas habilidades sin las cuales toda la trama resultaría irresoluble: memoria fotográfica, hacker inconmensurable, combatiente cuerpo a cuerpo nivel 10… y una capacidad de resistencia a heridas (y de curación de las mismas) que deja en ridículo a alguno de los personajes habituales en esta web.
Es una historia inverosímil de principio a fin, totalmente tramposa, ridicula. Pero muy entretenida: las asombrosas buenas críticas del primer libro vertidas probablemente por la misma editorial responsable de su publicación fueron decayendo conforme los libros se iban leyendo. Las barbaridades que se pudieron llegar a leer sobre la calidad literaria de estos libros carecen de parangón en la crítica literaria actual, sobre todo por su direccionamiento y falsedad.
De estos libros poco bueno puede salir en su adaptación filmica, o nada. En fin, el aprecio que siento por la literatura a veces me fuerza a consumir este tipo de lecturas, básicamente por comporbar en mis carnes qué tienen que las hace tan grandes, que hace que sean consumidas ávidamente por millones de personas. Y la respuesta es la misma que para fenómenos similares en cine y televisión: una potentísima campaña de marketing de la que no se escapa medio alguno y la predisposión innata a consumir basura cuando nos la ponen a huevo que parecemos tener casi todos y todas. Si no, no entiendo qué sentido tiene lo de, por ejemplo, El símbolo perdido.
La ventaja que tienen estas obras es la rapidez de su consumo: son el equivalente literario a los cereales con fibra.
Y Lisbet Salander es Kiera Knigtley.

César
César
15 marzo, 2010 9:50

Estoy completamente de acuerdo con la opinión del compañero Jorgenexo.
Mi impresión tras la lectura de las novelas fue rotundamente parecida y, supongo que al igual que a él, me ha costado alguna discusión con una amiga completamente fascinada con la protagonista (una iletrada resolviendo el enigma Fermat como si fuera un Sudoku mientras se recuperaba de su operación de aumento de pechos???).
En fin, lo que decís todos, lectura entretenida pero no más…

Rolo
15 marzo, 2010 17:32

Escelente!! Solo habia pillado la primera en internet, ni idea de las otras dos, y aunque no he leido ningun libro, me gusto la primera pelicula asi que las buscare. Ojala los gringos no hagan su reedicion, el cine de factura europea demuestra un nivel bastante superior a los vecinos de los estados juntos, que ya han arruinado bastante cine español y oriental con sus «remezclas».
Gracias por el articulo

jorgenexo
jorgenexo
15 marzo, 2010 17:51

«Ojala los gringos no hagan su reedicion, el cine de factura europea demuestra un nivel bastante superior a los vecinos de los estados juntos» Sí, desde luego que estamos ante la demostración de que la industria del cine europeo es netamente superior a la hollywoodiense…
Aunque, de todas formas, con consumidores como el que nos ocupa, ¿qué más da dónde o cómo se hagan las pelis? Las buscamos/pillamos y a cascarla. Escelente!

Frasier Crane
Frasier Crane
16 marzo, 2010 0:47

Felicidades por el artículo, es fácil y agradable de leer. Los comentarios han sido incluso más interesantes. Yo sólo he visto la primera película y no he leído ninguno de los libros. Estoy de acuerdo con la crítica de Jorgenexo en general, aunque he de reconocer que a mí me gustó la película, el personaje femenino principal -pese a ser un deux ex machina con patas-, y los actores. No saber de qué iba en absoluto puede que haya ayudado, puesto que no tenía ninguna expectativa y por lo tanto no me llevé ninguna decepción. Además, tengo debilidad por las películas que muestran localizaciones exteriores con abundancia, como en esta peli. También me gusta no haber reconocido a ninguno de los actores: no sé, últimamente estoy hartísimo de ver las mismas caras en el cine.
Saludos.

estela
estela
17 abril, 2010 1:09

Jorgenexo…solo para comentarte la misma protagonista pense para Lisbeth Salander.

spherus
spherus
16 mayo, 2010 17:53

Impresionante relato corto secuela de la trilogía, la tal lula consigue una mini continuación con estilo larsson… no os la perdáis, de verdad merece la pena llegar hasta el final, ya me diréis!

http://millennium2.savor.es/es/los-relatos-del-millennium/ver-relatos/la-mujer-que-queria-destruir-su-reflejo/c7r22/

Mazziken
Mazziken
Lector
16 mayo, 2010 18:08

De acuerdo con todo lo dicho por jorgenexo, yo también me leí el primer libro por aquello de conocer lo que vende tantísimo, y vaya una m…Pero chicos, probad a leer Crepúsculo, porque eso se comprende muchísimo menos (ahora, os recomiendo encarecidamente su lectura para hablar con pleno conocimiento de causa de cómo son realmente los musculosos brazos de Edward). por hablar de literatura feminista, XD