Una regla no escrita en el terreno de las relaciones sentimentales malogradas es asegurarse de mantener una distancia de seguridad respecto a tu expareja si no quieres enfrentarte a consecuencias de repercusiones cataclísmicas. Esto es especialmente importante si has conseguido pasar página y actualmente disfrutas de una tranquila existencia en compañía de un nuevo amor. Y es que da igual lo bien que te puedas llevar con tu ex o lo adultos que os consideréis, que mientras más próxima sea la cercanía entre tú y tu ex, más probabilidades de desencadenar una reacción en cadena que dejaría a Chernobyl a la altura de una tarde en las Fallas de Valencia. Si la chica en cuestión se ha hecho unos «arreglitos» que incluyen un sofisticado cuerpo biónico y un Cinexin en la cabeza, las probabilidades de que algo salga mal se multiplican exponencialmente. No hablemos ya de si introduces a un Galaktus cadavéricos y a un puñado de superhéroes más bien rarunos llegados al presente desde los confines del tiempo.
Básicamente esto es lo que está apunto de descubrir Reed Richards en el número de los Cuatro Fantásticos que se publica esta semana con Ryan Stegman debutando a cargo de los lápices y el regreso de los Nuevos Defensores (¿o eran los Fantastic Force?) con Ted Castle, Alyssa Moy, Lord Lightwave y Natalie X (haciendo oposiciones para convertirse en la nueva MODAM desde que se convirtió en la Unimente del Nu-World) a la cabeza (pun not intended). El problema es que con ellos llega también el inestable hijo de Hulk Scorpion Skaar Hiro Kala Lyja Robert Bruce Banner Jr, quien desde que fue sometido a unos 500 años de evolución se parece demasiado a cierto personaje de Futuro Imperfecto. Buscando encontrar la solución a la crisis con Galactus, el grupo tendrá que decidir que hacer con el cuerpo de la versión futura del devorador de mundos, mientras la portada nos promete una intensa ensalada de tortas entre La Cosa y esta nueva versión de El Maestro.
Fuente: Comic Book Resources.
Hostias como pan de pipas!
Las piernas del «llamas» molan, ¿eh?