Posesión Infernal de Fede Álvarez. Poniendo a punto la motosierra.

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El nombre de Sam Raimi ha quedado ligado para siempre a la historia del cine por ser el director culpable de trasladar a la gran pantalla las aventuras y andanzas de nuestro amigo y vecino Spider-man. El idilio entre el arácnido y el guionista, director y productor estadounidense daría lugar a una trilogía que supuso la apertura definitiva del género superheroico al gran público con un éxito que hasta entonces sólo habían podido saborear los kriptonianos y hombres murciélago de la competencia. No obstante, en ocasiones, parece que esto haya opacado el resto de la carrera de este ecléctico director responsable de títulos tan dispares como Darkman (1990) -su visión personal del género superheroico-, Rápida y mortal (1995), Un Plan Sencillo (1998), Entre el Amor y el Juego (1999), Premonición (2000) o la reciente Oz: Un Mundo de Fantasía (2013). Pero, es legitimo reconocerlo, trepamuros aparte, la obra más recordada e influyente de Sam Raimi fue otra trilogía, en este caso de terror, llena de revulsivo humor negro y supurante gore: The Evil Dead. Esta saga se inició propiamente en 1981 con The Evil Dead, conocida en España como Posesión Infernal, una película de bajo presupuesto que se convertiría en el primer largometraje de Sam Raimi, una cinta de serie B producida a través de su compañía Renaissance Pictures fundada junto a sus amigos y compañeros Robert Tapert y Bruce Campbell.

Previamente, para conseguir la financiación necesaria para su película, Sam Raimi rodaría un corto que le ayudaría también a medir de cara a sus inversores las posibilidades de su proyecto: Within the Woods. Los resultados de este fueron lo suficientemente positivos para embarcarse definitivamente en su primer gran reto como cineasta. La historia es suficientemente conocida, un cliché del género de terror ligado a la mitología de las casas encantadas, un grupo de amigos que se reúnen en una cabaña abandonada en el bosque donde sin ninguna intención despiertan algo maligno y sediento de sangre. La película rodada durante tres meses en Tennessee estaría protagonizada por el carismático Bruce Campbell y Ellen Sandweiss, con un presupuesto muy limitado, y con un joven Joel Coen como editor asistente de la película –Sam Raimi le devolvería el favor trabajando como ayudante de dirección en algunas de las películas de este junto a su hermano Ethan Coen– y, contra todo pronóstico y de forma inesperada, The Evil Dead se convirtió inmediatamente en una película de culto. La propuesta sencilla y fresca, caló rápidamente entre los aficionados, un film que llevaba un nivel más allá el cine gore al que George A. Romero, siguiendo la antiguas pautas de los cómics de EC Comics de los años cuarenta y cincuenta, había reinventado en el clásico La Noche de los Muertos Vivientes (1968).

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La carne de cañón y el matadero listos para el espectáculo

Posesión Infernal, un peldaño por debajo en popularidad respecto a clásicos de la época como Viernes 13 (1980) de Sean S. Cunningham, Halloween (1978) de John Carpenter o Pesasilla en Elm Street (1984) de Wes Craven, seguiría la estela de ese terror más agresivo, desacomplejado y subversivo de finales de los años ochenta, marcado por piezas de coleccionista como Escupiré sobre tu tumba (1978) de Meir Zarchi o Holocausto Caníbal (1980) de Ruggero Deodato. De esta corriente también se declararía heredero un joven Peter Jackson en cuyos inicios nos sorprendía con verdaderas orgías llenas de tripas, sangre y humor negro como Bad Taste (1987) y Braindead (1992). En el año 1987 se estrenaría The Evil Dead 2, Terroríficamente muertos en nuestro país, a la que a pesar de otorgar tratamiento de secuela habríamos de calificar como un remake de la propuesta original de Sam Raimi, con un presupuesto ligeramente mayor, con Bruce Campbell repitiendo como protagonista en una historia calcada en su sinopsis pero con una mitología ampliada que llevaría a la saga a transformarse en todo un icono del cine terror moderno. Esto llegaría a su clímax con la posterior tercera parte de la trilogía, El Ejército de las Tinieblas (1992), la cual se distancia considerablemente de sus precedentes, con una historia ambientada en la Edad Media, una atípica versión en clave de terror fantástico del clásico literario Un yanqui en la corte del Rey Arturo de Mark Twain.

Las andanzas de Ash Williams, escopeta a la espalda y motosierra en mano, han traspasado la pantalla del cine para saltar a las de los videojuegos y a las viñetas de los cómics en la que ya en 1992 Dark Horse publicaría una miniserie de tres números escrita por el mismo Sam Raimi. En 2008, la misma editorial estadounidense, repetiría jugada con una historia dividida en cuatro partes guionizada por Mark Verheiden e ilustrada por John Bolton. Por otro lado, a partir de 2004, Dynamite Entertainment, en relación a la tercera parte de la saga, llevaría a cabo sus propias continuaciones en Army of Darkness: Ashes 2 Ashes de Andy Hartnell y Nick Bradshaw o Army of Darkness: Shop Till You Drop (Dead) de James Kuhoric, Nick Bradshaw y Sanford Greene, e incluso se atreverían con alguna propuesta tan llamativa como Army of the Darkness vs. Re-Animator de los mismos autores en la que el bueno de Ash Williams se veía las caras con el Dr. Herbet West creado por H.P. Lovecraft e intrepretado por Jeffrey Combs en el Re-Animator (1985) de Stuart Gordon. En esta línea de «crossovers imposibles» en los últimos años hemos visto cosas como Darkman vs. Army of The Darkness escrita, nada más y nada menos, por Roger Stern y Kurt Busiek e ilustrada por James Fry, o Freddy vs. Jason vs. Ash y su secuela Freddy vs. Jason vs. Ash: The Nightmare Warriors, nuevamente de James Kuhoric, Jeff Katz y Jason Craig. Incluso Marvel Comics se animaría a seguir el juego en Marvel Zombies vs. The Army of Darkness de John Layman y Sean Phillips en donde Ash Williams llegaba a formar equipo con el mismísimo Howard el Pato.

Esto sólo es una muestra de lo que ha dado de sí la saga The Evil Dead en los cómics, mientras Sam Raimi, por otro lado, continuaba distancido de ella y enfrascado en otros proyectos, regresando al género de terror que le había encumbrado con Arrástrame al Infierno (2009), una película protagonizada por Alison Lohman y Justin Long con bastantes reminiscencias a The Evil Dead. De esta siempre se había hablado de posibles secuelas y continuaciones pero nunca se habían concretado nada hasta llegado el año 2011 en que se confirmaría el remake de la película original realizado por Fede Álvarez. Este director uruguayo sería elegido personalmente por Sam Raimi para esta nueva versión, producida por él mismo en colaboración con Bruce Campbell y Robert Tapert, y con un guión escrito propio que revisarían Rodo Sayagues y Diablo Cody. Esta nueva incursión en la mitología de The Evil Dead, sin Bruce Campbell en sus filas, supone el relanzamiento de un universo en el que en un futuro cercano volverá a profundizar Sam Raimi regresando, posiblemente, al asiento de director. Por lo pronto, en el presente remake encontramos un reparto formado por jóvenes talentos como Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas, Elisabeth Blackmore o la nueva candidata a musa del terror Jane Levy. La historia, apenas sufre cambios en su concepción original, un grupo de amigos se reúnen en una cabaña en el bosque para ayudar a su amiga a alejarse de las drogas y acabarán despertando a una terrible entidad maligna que pondrá a prueba su fuerza de voluntad.

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Pasar el mono de las drogas nunca ha sido tan chungo

Esta nueva Posesión Infernal de Fede Álvarez viene dispuesta a verter litros de sangre sobre nosotros, a renovar nuestro fetichismo por la motosierra y a intentar conseguir hacernos saltar del susto de la butaca del cine. Necesitaréis estómago para digerir esta película, escatológicamente demoníaca, con una atmósfera realmente perturbadora e inquietante a la que contribuye el apartado de fotografía de Aaron Morton realmente apegado al tono turbador del filme. El humor negro de las cintas originales sólo lo podréis encontrar aquí a costa de la propuesta, en las habituales decisiones absurdas de algún personaje o en esos momentos que dejan tan mal cuerpo que esbozamos una risita nerviosa para aparentar que no nos afecta tanto lo que estamos viendo, pero todo esto no resulta buscado explícitamente por Fede Álvarez ni por Sam Raimi. Las posibles debilidades argumentales, ya presentes en la original The Evil Dead, siguen ahí porque son parte del juego, las reglas de ese tipo de serie B en estado puro que salpica y nos obliga a girar la cara tan alejada de los cánones implantados en el género de principios de este siglo por el éxito de El Sexto Sentido de M. Night Shyamalan. Es cine de terror a la vieja usanza, como asegura su director, afirmando no se hizo ningún CGI para la película y todo lo que se ve en ella es real habiendo «investigado un montón de trucos de magia e ilusión» para lograrlo. En ocasiones, por este crudo y estético realismo, cuesta de creerlo, pero el caso es que estos trucos de artesano consiguen apabullarnos más que cualquier superproducción reciente repleta efectos digitales.

El resultado es una film con una fuerza realmente envidiable, para una historia que tarda algo en despegar, que se toma su tiempo para preparar el terreno mientras se explora y amplia, ligeramente, la mitología de la saga, intentando profundizar y dotar de mayor cuerpo a los personajes y también a sus propios demonios. No es este el típico intento por hacer creíble una situación fantástica, lo cual a menudo acaba por restar interés a la propuesta y la sume en el ridículo, sino que el interés se halla en reforzar y poner de relieve cuestiones que ya sobrevolaban la versión original de The Evil Dead. Por lo tanto, Posesión Infernal resulta deudora del pasado, los guiños a las películas anteriores serán evidentes para los aficionados, aunque no forzados ni metidos a calzador y, normalmente, reinterpretados de la forma más brutal posible y sin ningún tipo de concesiones. Pero, más allá de eso, Fede Álvarez y Sam Raimi logran convertir Posesión Infernal en un vórtice de referencias al cine de terror, sutiles y veladas, bien hilvanadas e integradas en el argumento y desprovistas de toda ostentación o arbitrariedad. En este sentido, Posesión Infernal recoge la tradición e imaginería de películas ya míticas como El Exorcista de William Friedkin, Carrie de Brian De Palma, REC de los españoles Jaume Balagueró y Paco Plaza, el Hellraiser de Clive Baker e incluso parece tener espacio para marcarse un homenaje a la citada El Sexto Sentido de M. Night Shyamalan o al acuoso y estimulante cine de terror japonés de la última década.

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El beso lésbico más húmedo de la historia del cine

Todo tiene cabida en una pequeña y destartalada cabaña abandonada en el bosque, las vueltas de tuerca apelan a nuestra suspensión de la incredulidad en algún momento pero lo aceptamos con agrado porque el resultado es arrollador, imprevisible y, porque no decirlo, satisfactorio. Los actores partiendo de unos personajes en cierta manera prototípicos, etiquetados desde el primer minuto como carnaza, en su mayoría apenas están esbozados, pero sus verdaderos protagonistas, un correcto Shiloh Fernandez y una perturbadora Jane Levy, consiguen hacer suyos sus respectivos papeles con sobriedad en el caso del primero y con plástica y necesaria sobreactuación por parte de la segunda. El resto de intérpretes están, más o menos, de paso, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas, Elisabeth Blackmore, son rotros poco conocidos, la última de hecho debuta en este filme mientras a Lou Taylor Pucci lo hemos podido ver en la rescatable Infectados de los hermanos Àlex Pastor y David Pastor -los cuales recientemente han estrenado en España la apocalíptica y recomendable Los Últimos Días– y a Jessica Lucas la podemos recordar de la migrañosa Cloverfield (Monstruoso) de Matt Reeves producida por J.J. Abrams.

En resumen, Posesión Infernal se desentiende de la tónica habitual de los remakes estadounidenses, normalmente intrascendentes e inferiores en todos sus aspectos a sus precedentes, la película ya no cuenta con el factor sorpresa ni resulta el revulsivo que en su día resultó ser The Evil Dead pero ofrece una actualización suficientemente interesante, honesta en su propuesta y fiel a la esencia original de la violenta creación de Sam Raimi. Teniendo en cuenta el ya largo recorrido de la saga The Evil Dead, el hecho de que esta nueva interpretación juegue con elementos sobradamente conocidos, con su repetición de esquemas esperada dada su condición de remake, resulta, no obstante, sorprendente como sus responsables logran aún marcar en nuestra cabeza, a fuego y sangre, muchas de sus inquietantes y espeluznantes escenas de perversión demoníaca. En definitiva, Posesión Infernal de Fede Álvarez es una una cruel y sádica delicia, una película que arrebata de un plumazo el trono sangre y vísceras que han intentado ocupar en los últimos tiempos y sin merecerlo sagas como Saw, iniciada por James Wan, o el Hostel de ese «maldito bastardo» de Eli Roth, totalmente prefabricadas y carentes de alma que ninguna entidad sobrenatural pueda poseer.

Para los amantes del género gore una cita ineludible, los aficionados de la saga original, en términos generales, no se sentirán defraudados con este “remake del remake”, más allá de no contar con Bruce Campbell en el reparto -aunque atentos al regalo al final de los créditos-, y los que nunca se hayan acercado a las películas anteriores, o incluso a este tipo de cine, resultaría recomendable avisarles para que no vayan con el estómago lleno a verla.

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Hasta el último fotograma todo es grito

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NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
15 abril, 2013 18:22

 A mi se me hizo un poco sosa, tiene un par de momentos chulos y no mucho más. Pero «suspensión de la incredulidad» tiene un rato largo XD

A su favor, pensé que se cortarían con la sangre y me equivoqué.

Enrique Ríos
15 abril, 2013 18:27

A mí me gustó pero los actores no me acabaron de cuadrar. A 4 de ellos les faltaba carisma… (con lo que se agradece que mueran dolorosamente).

Por cierto, a mi perro le encantó la decoración del sótano!!!

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
15 abril, 2013 18:31

 Y una pequeña puntualización, en Marvel Zombies vs. The Army of Darkness, Ash no hace equipo con Howard, sino contra Howard (entre otros) 😉

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
15 abril, 2013 18:35

 Hombre, a mi es que la sangre por la sangre…Es divertido que haya sangre, pero tiene que haber algo más detrás. Yo creo que uno de los problemas es lo que dice Enrique, los actores son un poco muermos. También es verdad que las escenas más brutas están un poco veladas, no hay nada como aquel lápiz en el pie que dolía sólo de verlo. Vamos, que la película tiene su mérito, que tiene momentos muy majos, pero a mi me resulta floja, sobre todo teniendo tan reciente Cabin in the Woods, que vale, no es lo mismo, pero mola mucho más.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
15 abril, 2013 18:37

 Bueno, miento, si hay una escena que se le acerca, 

Aviso de Spoiler

la mano atrapada debajo del coche

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
15 abril, 2013 18:50

 No, si no digo buenas interpretaciones, digo que son unas sosaínas. Y al «intelectual», está para darle dos hostias, pero no lo haría porque 

Aviso de Spoiler

el tío es más resistente que el puto demonio candariano (o lo que sea) XD

Reverend Dust
Lector
15 abril, 2013 18:55

¿Por qué? ¿POR QUÉ? Ya tengo suficiente presión metida con que debería haber visto ya la película como para hasta en ZN me lo recuerden. Nyaaaaah! A ver si voy mañana, que tengo un deber moral hacia la película…

Enrique Ríos
15 abril, 2013 18:58

El problema no es que estén más o menos desarrollados sino que los actores son sosos a más no poder (y el gafotas el que más). Hay tropecientas pelis de género que consiguen dar vida a los personajes con efectos muy simples. La lista no es tan corta como parece. En Pesadilla en Elm Street siempre se jugaba con el desarrollo de los personajes porque las muertes estaban pensadas según la personalidad de la víctima. A veces el desarrollo era risible pero estaba. En Scream casi todos los personajes tienen un carisma increible. Hasta los que mueren en la primera escena. En Viernes 13 no tiene nadie carisma, pero bueno… Y en Halloween depende de cuál hablemos… Ummm… House on Hanted Hill: sí. 13 fantasmas: sí. La matanza de Texas: no. Y no voy a pensar más.

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
15 abril, 2013 18:59

 Para mí el mejor actor es la pistola de clavos.

Y me uno a Nob, sosa sosa. Entré nervioso al cine y salí diciendo :»ya está? esto es todo?»,  las llaves que se caen cuando vas a meterlas, la motosierra que no arranca ni a la de tres y la mala que se hace la víctima para engañar a la buena? Y ojo que no son spoilers, que esto lo vemos en TODAS las películas. Y para una vez que creo que voy a ver algo diferente, crudo de verdad, me trago lo de siempre. Un par de momentos buenos, alguna escena para un póster y poco más.

P.D: Jordi, viva El asesino de Green River!

bowler02
bowler02
Lector
15 abril, 2013 19:21

 Remake insustancial y que no aporta nada. La peli original es de muy buena mala leche.

Omar Little
Omar Little
Lector
15 abril, 2013 21:14

No tenía ninguna esperanza en este remake y, aún así, piqué tras leer buenas críticas en la red. Lo típico. Mucha casquería y continuas y repentinas subidas de volumen para acojonar al espectador. Efectismo puro «sin chicha ni limoná». Lo único que consigue es que me guste más, todavía, la de Raimi.

Enrique Ríos
15 abril, 2013 21:40

 : discrepo completamente! No acordarse no es prueba de que no tengan carisma, sino de que tienes mala memoria!!! 😉 Es por casi todo el mundo conocido lo de Deep en PEES y de hecho la he visto varias veces por amigas-fans de Johnny que aún no habían visto a su ídolo en esa peli… Y el uso de los clichés no es malo en sí mismo. Si funciona, adelante con todos los clichés del mundo. Los guionistas se ahorran un trabajo de desarrollo que no siempre es necesario en este tipo de pelis.

Juan Luis Daza
Autor
15 abril, 2013 21:48

 El único personaje de Scream que podría destilar algo de carisma es Randy Meeks, porque los demás son la pena. Skeet Ulrich y su cara de mapache depresivo, Matthew Lillard sobreactuado hasta la nausea, Courtney Cox es un cliché de periodista ambiciosa andante, Neve Campbell pone cara de tener problemas muy chungos por su «vida dura» pero no lo consigue ni de lejos y ya el Dewy de David Arquette (actor normalmente inspoportable) está para colgarlo de un pino y mira que aguanta el tío las agresiones, ni Rasputín. Salvemos también los pezones de Rose McGowan, pero no a la actriz ni su papel.

Que los personajes hagan algún comentario en plan metareferencia mostrando la autoconsciencia cinematográfica del guión no hace que tengan carisma, ni en en Scream 1 ni en la 2 o la 3, que son las que yo he visto.

De todas formas en la última época las únicas víctimas del cine de terror que no son sólo un esbozo y por las que he llegado a preocuparme son las de Las Colinas Tienen Ojos de Alexandre Aja y Los Renegados del Diablo de Rob Zombie, pero esas juegan en otra liga.

Pd: Buen artículo Jordi, la veré el miércoles seguramente.

Juan Luis Daza
Autor
15 abril, 2013 21:59

  Y más grave es eso cuando piensas que siempre era una persona distinta la que llevaba el traje. 

Bueno, pero la saga nos confirma desde bien pronto que la gente de Woodsboro es de naturaleza más bien idiota 🙂

Tildoras
Tildoras
Lector
15 abril, 2013 22:47

Jamás y digo bien, JAMÁS de los jamases ni aunque esta fuese la única película que se hiciese me llevaríais a ver esta película.

No he visto las originales y me gusta como el que más el cine de terror, pero NO me gusta el cine gore. El terror es infinitamente mejor si es psicológico, si se intuye, si se ve, pero no se sabe bien qué va a venir.

Me gustó mucho más la pelí de Mamá de Gillermo del Toro (aun a pesar de que también tenía los manidos sustos de subida de volumen de la música).

Una película de gente cortándose miembros, reventandose, rajándose lenguas o párpados… lo siento, pero cuando vi el trailer las palabras que venían a mi mente eran «¿hacía alguna falta?»

Sinceramente prefiero ir al cine a pasármelo bien, no a vomitar por las nauseas de ver eso que quieren hacer pasar por una historia.

Sputnik
Sputnik
Lector
15 abril, 2013 23:10

 «Sinceramente prefiero ir al cine a pasármelo bien, no a vomitar por las nauseas de ver eso que quieren hacer pasar por una historia.»

Es que el tema es que, en el caso tanto de las pelis originales como de la nueva, la casquería no es particularmente desagradable. O dicho de otro modo: es tan disparatadamente excesiva que no es chunga, sino divertida siempre y cuando uno sea capaz de disfrutar del desfase premeditado.

Para mí el mayor problemo de la peli fue el amago de presentar personajes con un trasfondo que, al rato, dejó de importar un carallo. Dudo que existiese un solo espectador en el mundo al que le interesase la relación entre los dos hermanos, el pasado del grupete de amigos y… y la rubia, que debió de ser el último personaje en ser creado, ya que parece que ya dijeron «a esta pasa de meterle trasfondo. Es la rubia y ya».

Con todo me moló. Aunque lo mejor de la peli es volver a casa y verse la original, qué duda cabe.

Juan Luis Daza
Autor
15 abril, 2013 23:13

 Es que el gore es eso, disfrutar con el exceso grandguiñolesco del desmembramiento premeditadamente exagerado. Hay gente que no lo disfruta, sí, pero somos muchos los que lo pasamos bien viendo estas burradas.

Ocioso
Ocioso
Lector
15 abril, 2013 23:22

De hecho a mí me divierte el gore pero no soporto el cine «de miedo»

Por cierto, un buen ejemplo de posesión infernal sería que se te follase Lauren Postigo.

Juan Luis Daza
Autor
15 abril, 2013 23:29

 Por cierto, un buen ejemplo de posesión infernal sería que se te follase Lauren Postigo.

Vestido de zulú, por supuesto.

Juan Luis Daza
Autor
16 abril, 2013 0:13

 Es que la empatía con el videojuego es mucho más acentuada que con el cine, por motivos lógicos, esl comprensible que te de caquita.

Sputnik
Sputnik
Lector
16 abril, 2013 0:16

EVIL DEAD (las originales) deben ser visionadas por cualquier aficionado a la subcultura que se precie, a poder ser acompanado de unos colegas y unas birrillas con su pizza.

Juan Luis Daza
Autor
16 abril, 2013 0:29

Y Ash es un dios entre nosotros, pobres mortales.

Sputnik
Sputnik
Lector
16 abril, 2013 0:53

Los videojuegos son un terreno perfecto para el suspense y el terror, aunque me tocan un poco los cojones los «juegos de terror» basados en poner música chunga y pegar sustacos en la oscuridad. Es muy efectivo, claro, pero ya jode que ese parezca ser el único recurso. Pocos juegos he visto que realmente jugasen con el suspense.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
16 abril, 2013 10:15

 De acuerdo con Jordi y Samano. Pero por un lado, algunas pelis me tienen en tensión con el «ahora vendrá el susto con la música» y efectivamente, es más el sobresalto que otra cosa. Y desde luego como el miedo que pueda dar jugar a Silent Hill (el 2, uno de los mejores juegos que existen) o Amnesia no hay nada parecido en película, por obvios motivos.

Javier Agrafojo
16 abril, 2013 12:14

Sin ánimo de ser puntilloso, Jordi… ¡la protagonista de Pesadilla en Elm Street no era rubia! Y yo sí que me acuerdo de su nombre: Heather Langenkamp. Regresó en la tercera parte (Los guerreros del sueño) y en La nueva pesadilla de Wes Craven. Es la Jami Lee Curtis (esta sí, rubia) de la saga.

Por cierto que menudo destrozo hicieron en el remake, pese acertar en el fichaje de Rorschach.

Mr. X
Mr. X
Lector
16 abril, 2013 12:23

 «Por cierto que menudo destrozo hicieron en el remake, pese acertar en el fichaje de Rorschach.

» Efectivamente, Sr Agrafojo, era muy mala, pero cumplió su función, que era preparar el lanzamiento al estrellato de Rooney Mara y, de ese modo, mantener el equilibrio de la fuerza. Los caminos del destino son misteriosos.

Javier Agrafojo
16 abril, 2013 12:42

Jajaja. Yo soy más de Jennifer Lawrence. 😉

Juan Luis Daza
Autor
16 abril, 2013 13:47

 A mí me gustó el remake de Pesadilla en Elm Street. Tenía una atmósfera mórbida y onírica muy adecuada, Jackie Earle Haley estaba bordado como Freddy (esa modulación de voz, el uso de las garras) y por fin tuvieron cojones de confirmar lo que a Craven no le dejaron en la original, la pedofilia del personaje principal.

Javier Agrafojo
16 abril, 2013 18:32

Debes de ser el único, Amin. Cosa más mala…

Reverend Dust
Lector
16 abril, 2013 19:14

Acabo de llegar de verla. Y muy contento, oyes. Pero creo que vamos a disfrutar más los fans de la saga original, por sus continuos guiños y clichés, que los que no tengan puta idea de lo que van a ver y vean a una rubia haciendo de rubia, a gente que se separa del grupo para hacer lo que sea, como irte al bosque en plena tormenta, etc.

Me ha encantado, más como remake (chapó) que como película (que se le perdona menos que a su peli «madre») por su ritmo irregular y su momento de «calma antes de la tempestad», excesivamente subrayado por música halagüeña. Afortunadamente después vino el momento estelar de la motosierra en plena lluvia de sangre. Lo quiero en póster de 2×2, gracias.

Groovy! Esta noche lo reseño en el blog. Y si hay alguien interesado, aquí está el análisis de la original y el de su secuela.

Sputnik
Sputnik
Lector
16 abril, 2013 19:32

2×2 metros de poster? Menuda nenaza.

Juan Luis Daza
Autor
16 abril, 2013 20:17

 Debes de ser el único, Amin. Cosa más mala…

Cosa más mala el remake de Viernes 13 o el de The Fog, el de Pesadilla en Elm Street es Ciudadano Kane al lado de esas.

Juan Luis Daza
Autor
16 abril, 2013 20:19

 y vean a una rubia haciendo de rubia

Hay gente que quiere ver el mundo arder.

katmudah
katmudah
Lector
17 abril, 2013 0:04

 Una película tan bestia como disfrutable, si bien es verdad que prácticamente todas las escenas brutas están en el trailer. De todos modos tengo una duda que estaría bien debatirla por aquí:

Aviso de Spoiler

Aparentemente, Satán es de letras, porque según la profecía del libro, al poseer a 5 almas, el mal emergerá. Sin embargo, en la peli poseen a Mia la yonki, Olivia la enfermera,la rubia sosona y al rubito erudito. El hermano de la yonki muere en la explosión, y el perro no cuenta, digo yo. Además, si al final Mia resucita y se enfrenta al demonio, ¿significa que volvió a la vida sin alma?

Reverend Dust
Lector
17 abril, 2013 0:52

Katmudah,

Aviso de Spoiler

O cuenta el perro, o cuenta la chica del principio. Mi hipótesis es que, efectivamente, del alma de Mia ya se ha alimentado, y que a su hermano lo absorbe en el momento en que muere ardiendo, razón por la cual comienza en ese preciso momento la lluvia de sangre. Así que, nene, tenemos a una Mia sin alma para la secuela. Cuento los días :P

Reverend Dust
Lector
17 abril, 2013 0:53

Y sin hacer spoiler, al fin he hecho mi crítica. Pasen y lean, si lo desean.