Pinturas de Guerra

Úna ucronía en el Paris de los ochenta donde se mezclan el arte, las dictaduras sudamericanas, con Rayuela, Dick, Jean Seberg y mucho más.

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Edición original:Reino de Cordelia
Guión:Ángel De La Calle
Dibujo:Ángel De La Calle
Color:Ángel De La Calle
Formato:Cartoné, 304 Páginas
Precio:24,95€

 

Nosotros que queríamos ser el país y apenas éramos el paisaje.

El año pasado Reino de Cordelia publicó dentro de su colección de cómics Los tebeos de Cordelia, Pinturas de guerra la nueva obra de Ángel de la Calle un autor fundamental para entender la evolución del cómic en nuestro país. Una novela gráfica fantástica que con todo merecimiento acaba de ser nominada al premio de mejor cómic nacional del Salón de Barcelona.

Ángel de la Calle es un historietista y teórico del cómic nacido en Salamanca el año 1958. Comenzó su carrera en el cómic a final de los setenta dentro de la revista Star, trayectoria que continuará en los años ochenta dentro de diferentes revistas como Bésame Mucho, Rambla, Zona 84 y Comix Internacional. En los noventa, con la crisis de las revistas, y como tantos otro autores, se centra en otros campos creativos como la ilustración, los storyboards, etc… La llegada del siglo XXI supone su vuelta al cómic por todo lo alto con los dos volúmenes de Modotti una mujer del siglo veinte. Después publicó Diarios de festival, dos volúmenes autobiográficos de sus experiencias como organizador de festivales de cómic, ya que no hay que olvidar que además de su trayectoria como autor de cómics es responsable de las actividades de cómic de la Semana Negra de Gijón y es codirector de las Jornadas Internacionales del Cómic Villa de Avilés. También es autor de varias obras teóricas como Steranko Arte Noir, Hugo Pratt. La mano de dios y El Hombre Enmascarado: En el sendero. Junto a Jorge Iván Argiz fue director de la revista de divulgación Dentro de la Viñeta.

Un español llega a París en busca de documentación sobre la actriz Jean Seberg. Casi sin advertirlo, se ve envuelto en una trama de represión contra pintores latinoamericanos que han escapado de las dictaduras militares de sus países…

Pinturas de guerra es una obra de difícil encaje en ningún genero concreto, ya que toca muchos pero no es parte de ninguno, tiene una parte de cómic político, una de histórico, una crítica al mundo del arte cuestionado su validez como motor de cambio social, otro poco de cómic biográfico y además una trama policíaca. Esto lejos de ser una pega es una de las virtudes, ya que tantos puntos de vista hacen la lectura más absorbente. Estamos ante una novela gráfica que no es fácil, ya que exige al lector, y esto para mí siempre es estimulante. Una lectura no siempre tiene que ser con un fin evasivo. Esta no lo es, trata temas muy duros y de manera muy realista aunque en ningún momento se recrea en ellos. Más sabiendo que son hechos reales.

El protagonista de Pinturas de guerra es el propio autor, aunque es un personaje totalmente anodino cuya única función es conectar las historias cruzadas con él como eje del resto de personajes. Incluso su empeño en escribir la biografía de la actriz Jean Seberg no es sino un McGuffin para situar al personaje en París. En su periplo se encontrará con los pintores autorrealistas supervivientes de la represión en los países sudamericanos por las distintas dictaduras militares durante la Operación Cóndor. Esto servirá para introducir uno de los puntos principales de la obra, que es cuestionarse las posibilidades del arte como herramienta para modificar la sociedad. También se cruzará con otros personajes reales que no necesariamente estaban en París en la época en la que se desarrolla la obra, pero que aportan un punto de vista necesario. Además por todas las páginas hay guiños al cómic y a sus autores. Pese a aparecer multitud de personajes y movimientos artísticos en ningún momento lastran la lectura ya que la historia se entiende a la perfección. Es más sirve para aprender sobre arte de vanguardia.

Los libros son parte principal de la obra, en particular dos: El hombre en el castillo de Philip K. Dick y Rayuela de Cortazar. Del primero toma la mezcla de ucronía con los juegos de percepción de la realidad, en los que el arte es de vital importancia, además de jugar con el lector, haciéndole cuestionarse si lo que nos cuenta Ángel de la Calle es verdad o no. Del segundo toma además de sus similitudes en cuanto a la historia y sus personajes, sus juegos en cuanto a al estructura de la obra imitando la idea de que sus capítulos se pueden leer en cualquier orden. También tiene presencia el cine (Ábout de souffle) pero de manera menos importante, incluso vemos algún guiño al cómic con un superagente de la CIA “defensor del mundo libre y la democracia” que solo podría tener un nombre.

La parte más impactante de la obra son las dos espeluznantes conversaciones entre torturadores que abren y cierran el libro, nos muestran sin concesión lo peor de la raza humana. Algo que se repite en otras partes, como cuando vemos las fiestas en casa de Mariana Callejas y vemos a artistas que sabiendo que ocurren cosas terribles a sus semejantes, eligen mirar para otros lado, algo que hoy sigue ocurriendo en otros ámbitos.

En el apartado gráfico, Ángel de la Calle nos trae una obra muy bien narrada con un estructura de página basada en tres tiras cada una de ellas con un número variable de viñetas. El estilo gráfico es el mismo que el empleado en Modotti. Con un notable uso de luces, sombras y tramas manuales. Sus personajes son reconocibles y expresivos. Durante la obra se puede ver el enorme trabajo de documentación que ha realizado Ángel de la Calle. Brillan por encima de todo las páginas en las que aparece la rayuela y la portada, que explica de manera perfecta lo que encontraremos en el cómic.

La obra fue editada en México antes que en España por la Secretaría de Cultura de Ciudad de México en un formato popular. Reino de Cordelia ha editado Pinturas de guerra de manera extraordinaria, tapa dura, buen papel y reproducción excelente. Su colección Los tebeos de Cordelia es una gran noticia ya que está sirviendo tanto para editar nuevas obras como para reeditar títulos olvidados del cómic nacional.

Estamos ante la historia de una derrota, del fracaso de unos soñadores que creyeron que podrían cambiar el mundo con su arte pero que fueron atropellados por él. Narra una historia que no ha sido contada en ningún otro medio y lo hace de manera extraordinaria, consiguiendo que sea tan importante lo que cuenta y cómo lo cuenta. A veces no es necesario elegir entre el horror y la muerte, puedes elegir leer Pinturas de guerra, una novela gráfica sobresaliente.

  Edición original:Reino de Cordelia Guión:Ángel De La Calle Dibujo:Ángel De La Calle Color:Ángel De La Calle Formato:Cartoné, 304 Páginas Precio:24,95€   Nosotros que queríamos ser el país y apenas éramos el paisaje. El año pasado Reino de Cordelia publicó dentro de su colección de cómics Los tebeos de Cordelia,…
Guión - 9.5
Dibujo - 7.5
Interés - 9.5

8.8

Fantastica

Es una lectura que te atrapa por su complejidad y lo bien que está contada.

Vosotros puntuáis: 8.46 ( 4 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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Norman Fernandez
Norman Fernandez
Lector
9 abril, 2018 15:25

Solo un pequeño matiz: «Pinturas de Guerra» no creo que se pueda entender como una ucronía. Es una historia de ficción construida en base a personajes y hechos reales, desde mi punto de vista.