RESEÑAS
La conjura de cada míercoles 1 a 3, Sergio Bleda; Planeta DeAgostini; 48 págs. c/u. , color, 9,95 a 12,95 €. c/u.
Siempre me he sentido profundamente atraido por el trabajo de Sergio Bleda y, por ello, dedicarle alguna de estas reseñas a una de sus obras era una especie de deuda que tenía contraida conmigo mismo.
Las razones de mi querencia por su producción son diversas y a buen seguro que, en buena medida, algo tuvo que ver en su momento la fuerza con la que irrumpió entre nosotros con El baile del vampiro ya hace algunos años, concretamente en 1997. Por aquel entonces la industria patria se hallaba un tanto en falso y la obra de Bleda era de las pocas que parecía aunar en una única propuesta valores reconocibles y comerciales con particularidades muy personales y novedosas. Algo que hoy, cuando se habla de Bleda, sigue siendo cierto. Su manejo del pincel y del color, su estudiada narrativa visual – que se proyecta en interesantes composiciones de página – y la envidiable habilidad con la que bosqueja argumentos intrigantes protagonizados por personajes de indudable atractivo continuan formando parte de sus señas de identidad autoral y, sin duda, constituyen un destacable activo comercial.
Todo esto puede encontrarse en la trilogía que responde al sugerente título de La conjura de cada miércoles, historia en la que un grupo de asociales con distintas habilidades parapsicológicas – que comparten terapia de grupo – se encuentran de repente inmersos en una conspiración de índole demoníaca que amenaza con acabar con su vida para luego – claro – tener acceso a mayores cotas de poder sobre el mundo. Basta este escueto resumen para adivinar que Bleda se maneja en registros claramente de género a los que añade elementos que dotan a sus conjuntos argumentales de una indudable frescura. En esta obra, concretamente, se dan cita referentes del fantástico de tintes terroríficos y detalles que recuerdan a ciertos productos superheroicos del estilo de los X-Men o la Patrulla Condenada. Incluso, a veces, no son extraños algunos momentos de humor que matizan la caracterización de unos personajes ya de por sí carismáticos. Siendo todo esto bueno – incluso excelente por momentos puesto que el estilo de dibujo de Bleda es siempre dinámico y expresivo, también vigoroso, y ha alcanzado un grado de madurez notable que lo hace fácilmente reconocible – hay algo que falla en ésta y otras obras de nuestro compatriota, ocasionando que su trabajo, a pesar de sus muchos puntos de interés, no remate en el mercado. Decía mi librero que a Bleda, como en su día se comentaba de Josep María Beroy, le faltaba un guionista. Un Pepe Gálvez que dote a sus argumentos de la riqueza, la fluidez y la coherencia tonal que a las historietas de Alfonso López le resultan esquivas cuando no se acompaña de su buen amigo. Son muchos los dibujantes de tebeos a los que, repletos de buenas ideas y dotados de una gran maestría a la hora de narrar con imágenes, les falta sólo un poquito para poder ser considerados también buenos escritores y poder así ser tenidos por autores de cómic también soberbios. Este podría ser el caso de Bleda en La conjura de cada miércoles porque, si bien es cierto que el guión arranca con una intensidad inusitada, en determinado momento la inadecuación dentro del ambiente global del relato de ciertos gags o la falta de consistencia de alguno de los momentos de caracterización restan fuelle al conjunto y convierten una obra apasionante en una lectura agradable. Perdura, eso sí, la maestría que Sergio Bleda esgrime en todo momento en lo que al apartado visual se refiere y, si eso se suma a una historia que nunca deja de ser intrigante y entretenida, nos encontramos ante un cómic que no merece ser obviado.
[Espléndido tutorial de Sergio Bleda a partir de una de sus páginas de La conjura de cada miércoles]
Orn 4: En la batalla, Quim Bou; Dolmen Editorial; 56 págs., color, 15 €, edición en catalán y castellano.
Considero que Quim Bou es un creador de gran honestidad autoral. Su dibujo siempre es elaborado y vocacionalmente narrativo y se hace patente que, como guionista, nunca deja de proyectarse en sus historias, de vivirlas, porque sólo escribe relatos que tengan sentido para él tanto emocional como conceptualmente. Esta máxima se cumple todavía más en la serie de Orn, casi el único trabajo de cómic con el que se encuentra totalmente comprometido mientras que invierte el resto de su tiempo en «ilustración de subsistencia».
En esta nueva entrega de la colección – una colección que deberíais estar leyendo TODOS los amantes del cómic de género dotado de entrañas – siguen estando presentes esas características que antes le elogiaba, y lo están en grado sumo. El dibujo está enormemente cuidado y la épica de la batalla en la que nuestro protagonista se ve envuelto permite que el arte de Bou destaque en muchos momentos, también a nivel de story-telling. Pero lo que a mí me ha llamado poderosamente la atención es algo en lo que Bou siempre se muestra excelso: nadie como él para expresar preocupaciones y problemas de nuestra sociedad moderna a través de escenarios y personajes fantásticos. Bou siempre utiliza personajes de raigambre tolkieniana para reflexionar sobre nuestros usos y costumbres más problemáticos y conflictivos, pero lo hace midiendo los tempos del relato sobremanera, para que su discurso de fondo sea evidente sólo llegados a un determinado momento, cuando ya nuestros prejuicios no pueden evitar que la conclusión del discurso de Bou nos resulte evidente. Esto es lo que sucede con la situación de los habitantes de Vilavella en esta historieta, una circunstancia heroica y amarga con la que cualquier lector empatizará y cuyos paralelismos con nuestra España de hoy en día no os voy a destripar para no restarle ninguno de sus encantos al argumento.
Todo lo expuesto hasta ahora explica parte de las extrañezas que, en determinadas ocasiones, puede producir el enfoque desde el cual Bou ha planteado este nuevo ciclo en las aventuras de Orn que lleva el título genérico de Historia Universal. Si en el recopilatorio Orn: Dos espadas tenía un mayor peso la historia pasada del personaje, en Historia Universal gana en preponderancia el entorno, la vicisitud cambiante del mundo por el que Orn se desenvuelve. Si ya por su naturaleza berserker habíamos comparado a Orn con Hulk en anteriores reseñas, ahora el cáriz que está tomando Historia Universal nos lleva a pensar en aquella teleserie protagonizada por el Gigante Esmeralda, eterno peregrino vagando de aquí para allá para verse envuelto en mil aventuras, cual ronín sin señor como cierto conejo samurai. Hace dos semanas, en el Píldoras Nacionales 28, un librero advertía a Bou sobre los riesgos de estirar demasiado sus anéctodas. Siendo cierta la existencia de ese peligro, hoy por hoy parece que el autor sigue siendo capaz de mantener el delicado equilibrio que nos garantiza que cada nueva obra suya nos resultará sumamente gratificante. Por todo ello Orn 4: En la batalla es… ¡nuestra recomendación de la semana! Por si alguien lo dudaba.
[Artículo sobre Orn donde podreis encontrar todavía más enlaces + Entrevista a Quim Bou en ZN]
Peter Petrake. De los años 70 al siglo XXI, de Miguel Calatayud; El Patito Editorial; 96 págs., color, 20 €.
«A veces nos encontramos con obras que viven por sí mismas y otras veces nos encontramos obras que viven por su autores.
Peter Petrake es una obra que vive por sí misma y amarrada a la figura de un creador irrepetibe, Miguel Calatayud.
Obra que arrebata al lector desde la propia concepción de sí misma en la que un agente secreto entre pop y psicodélico, vital e idealista, nos acerca a una explosión inusitada de mensajes entre pacifistas y ecologistas inusuales para la época en que se público por primera vez.
Su estética es deudora de la más rabiante modernidad entre el pop y el surrealismo a medio camino entre las aventuras del James Bond de turno y las odiseas rocambolescas de Roberto Alcázar y Pedrín. Pero también es una obra en la que el autor demuestra una destreza inusual en la utilización de recursos narrativos, su poesía secuencial, perspectivas nunca vistas, resoluciones más que ingeniosas y qué decir del color y su tratamiento gráfico de la mano del poderoso Calatayud.
En definitiva, una obra de una rabiosa modernidad y con un discurso más que actual. No se la pierdan ya que hay pocas obras que trasciendan al tiempo en que se crearon para pasar a ser obras atemporales y de una actualidad apabullante, y más si las obras las enriquecen prólogos tan excelentes como el escrito por Pedro Porcel para esta nueva edición en la que incluso Calatayud nos regala con otra vuelta de tuerca más en su misma nueva portada.»
El experimento, de Juaco Vizuete; Ediciones Glénat; 96 págs., color, 19’95 €.
«Los amigos de Zona Negativa me piden una nueva receta de cómic nacional en forma de píldora y a mí no se me ha ocurrido otro de los leídos últimamente que El Experimento, cuyo principal efecto secundario observado es que genera adicción. Les cuento.
El experimento es una obra inclasificable que bajo la apariencia formal de un cómic de superhéroes y el homenaje a la estética de aquellos que lo hicieron grande en los sesenta (Lee/Kirby) esconde un cómic de autor en el que el autor se pasea por distintos géneros y, de paso, experimenta con el lector y su percepción de una historia sembrada de trampas inteligentes y retorcimientos metalingüísticos sin más objeto que sembrar una medida confusión que permite tantas interpretaciones como lecturas se realicen. Sin embargo, no hay que confundirse, Vizuete no engaña al lector que busque una lectura fácil desde la incapacidad del esforzado o la negligencia del acomodado sino desde el conocimiento del que domina los secretos de la narración y ha mamado cultura popular desde la infancia y conoce sus resortes, tomando con ecléctica sabiduría los aciertos de los que le precedieron– Kafka, Clowes, Lynch, Burns, Vigalondo, Prado, Hitchcock, Welles…- y hacerlos suyos para montar su poliédrico experimento con el que atrapa al lector capaz de seguir sus referencias y homenajes en su particular versión de la cinta de Moebius hecha cómic.»
Archivo de Píldoras nacionales.
Increible articulo como de costumbre TONI.
ORN es una compra segura para mi ,ya lo sabes,pero a sido una grata sorpresa descubrir LA CONJURA DE CADA MIERCOLES ,que no la conocia ,pero a buen seguro la conocere.Este mes ya estoy hasta arriba, entre las series vertigo y el MICE TMPLAR,pero me lo apunto para abril, tanto ORN como la obra de bleda
Por cierto esta ultima me a parecido leer que no es autoconclusivo verdad,aclaramelo te lo agradeceria.
Después de lo que publicó Dude y recopiló Maqui Edicions, Orn ha iniciado una nueva saga bajo el título genérico de Historia Universal. Esta saga lleva cuatro entregas, siendo este «En la batalla» la cuarta de las mismas. El arco completo se prolongará todavía algunos álbumes más, creo que son entre 8 o 9 , pero no estoy seguro. dE todas formas, cada entrega tiene cierto carácter autocontenido que las hace disfrutables por sí solas.
Me referia a la obra de BLEDA, ORN afortunadamente lo llevo al dia
La Conjura son 3 álbumes. Los ha editado Planeta en España.
Me lo apunto TIRSO ,muchas gracias.
Hola- Pues ORN: HISTORIA UNIVERSAL serán TRECE álbumes, aunque se puede hablar de una especie de cierre de un primer arco argumental dentro de un par de entregas. Gracias por la reseña, me alegra que os haya gustado.