
PRUEBA DE FUEGO
«Qué buena chica, ¿verdad?»
Empezamos una nueva serie de reseñas dedicada a la actual etapa de Cody Ziglar al frente de la cabecera de Miles Morales: Spiderman. El autor estadounidense ya se había acercado al mundo arácnido con la iniciativa Beyond, que supuso el regreso de Ben Reilly y que hizo de puente entre la etapa de Nick Spencer y la de Zeb Wells en Amazing Spiderman. De manera similar el artista principal de la serie, Federico Vicentini dio algunos de sus primeros pasos en la editorial precisamente en esa etapa de Spencer. Estos números dieron el pistoletazo de salida de lo que fue el tercer relanzamiento de la cabecera desde el asentamiento del personaje en el universo principal y aquí le echamos un vistazo al primer arco de la etapa para ver si comenzó con buen pie.
La trama se centra en algunos aspectos claves de cualquier Spiderman, como la necesidad de compaginar la vida superheroica y la vida personal que acompaña al personaje desde su nacimiento. Ziglar utiliza personajes y relaciones establecidas por otros autores y apunta a dar mucha importancia al personaje de Misty Knight. El guionista se acerca a algunos aspectos muy interesantes, como Miles teniendo que lidiar con su rabia interior y sus relaciones con otros personajes que conocen su identidad secreta, lo cual es una de las características que más le diferencia de Peter, sin embargo no llega a profundizar en ninguno. Temas tan serios y ligados inevitablemente al personaje como el racismo se tratan sin sutileza y a modo de sermones y el arco rápidamente se vuelve más convencional. Los personajes secundarios comienzan bien utilizados pero acaban reducidos a rehenes indefensos de un villano que de forma casi repentina se torna caricaturesco.
El argumento no entraña muchas sorpresas y transcurre a una velocidad de vértigo sin que los personajes lleguen realmente a resolver los conflictos que se habían creado entre ellos y sin que dé tiempo a que el protagonista pueda aprender o evolucionar de alguna manera. En general el arco parece servir como preludio, lo cual no es de extrañar tratándose del relanzamiento de una cabecera pero me parece que Ziglar no cumple en la tarea de presentar un planteamiento claro de la serie. Son varios los elementos que el autor introduce y que apuntan a tener peso más adelante, siendo el más importante es la relación con Misty Knight, pero los desarrollo importantes son pocos y tardan en aparecer.
El dibujo de Vicentini, brillantemente compaginado con los vibrantes colores de Bryan Valenza, tiene un acabado exquisito y es muy atractivo a la vista aunque en mi opinión algunas expresiones faciales no están a la misma altura. Las escenas de acción son muy dinámicas y las viñetas en las que Miles se desplaza sobre las calles de Brooklyn son algunas de las más bonitas del cómic transmitiendo muy bien la sensación de movimiento. Todo el arte está muy cuidado y con un nivel de detalle muy consistente, la atención continua a los fondos hace que los personajes estén muy ligados a su entorno y hay un elemento muy físico en todas las poses.
En definitiva, un cómic que entra fácil y rápidamente por los ojos pero que cuenta una historia que no sorprende ni emociona. Hay ideas prometedoras y la obra no aburre al lector mas después de cinco números está lejos de haber arrancado. El personaje está pasando probablemente su momento de mayor popularidad, en gran parte debido al éxito su contrapartida animada y en la editorial de Marvel no parecen haber aprendido que una de las raíces de ese éxito se encuentra en la cantidad de personalidad de su protagonista y de la trama en la que se encuentra. Próximamente analizaremos el cruce de la serie con Matanza en El Reino de Matanza que constituyó su segundo arco.
Lo mejor
• El arte de Vicentini.
Lo peor
• La trama es previsible.
Entretenido
Guión - 5.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7
6.7
Un cómic que entra fácil y rápidamente por los ojos pero que cuenta una historia que no sorprende ni emociona.