Los proyectos Manhattan tomo 3

11
2014
 
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Edición original: The Manhattan Projects # 11-15 (Image Comics).
Edición nacional/ España: Planeta.
Guión: Jonathan Hickman.
Dibujo: Nick Pitarra, Ryan Browne.
Color: Jordie Bellaire.
Formato: Rústica, 152 páginas.
Precio: 14,95 Euros.

 

Los Proyectos Manhattan es una de esas obras con las que Jonathan Hickman recoge aplausos de una forma más unánime que con su labor con los personajes de Marvel. Editada por Image, da la impresión de que Hickman plasma aquí de forma más libre lo que le interesa, si bien es cierto que con sus 4 Fantásticos y Vengadores no ha ocultado precisamente su pasión por la ciencia. Sin embargo hay en esos trabajos por encargo una gravitas que desaparece en esta obra de tono mucho mas descacharrante. Ese punto alocado e irreverente del planteamiento y desarrollos de Los Proyectos Manhattan juega definitivamente a su favor haciendo que a pesar de su característico decompressive storytelling el resultado sea fresco, estimulante y sobre todo, muy divertido.

Y no se trata de que la colección sea una sucesión de gags humorísticos; más bien la gracia reside en entrar al juego de Hickman y dejarse llevar asistiendo al despropósito que va a ir mostrándonos. Tomemos la premisa argumental como muestra: Los protagonistas son científicos (y algunos políticos y militares), personas reales reverenciadas en los ámbitos académicos por su aportación a la ciencia del siglo XX como Einstein, Oppenheimer y Fermi…o más bien versiones desquiciadas y caricaturizadas de los mismos. Todos ellos trabajan en los Proyectos Manhattan del título (sí, en plural porque se plantea que no hubo solo aquel que diese origen a la bomba atómica) dando lugar a descubrimientos y artefactos adelantados a cualquier tecnología conocida hasta ahora por el hombre. Y así, tienen una computadora programada con la personalidad de Franklin Delano Roosevelt -el fallecido presidente de los Estados Unidos que de esta forma consigue una suerte de inmortalidad-, Werner Von Braun (el ingeniero de cohetes de la Alemania nazi que acabó trabajando para los Estado Unidos tras la guerra) ha sido reconstruido como un ciborg, y Harry Daghlian –el físico que murió por envenenamiento radiactivo en el transcurso de precisamente el Proyecto Manhattan- consiguió sobrevivir transformándose en un esqueleto irradiado que debe permanecer para siempre en un traje de contención. Por el bien de la humanidad y sobre todo de la ciencia se han aliado en secreto en aquellos años de la guerra fría con sus contrapartidas soviéticos de la ciudad Estrella dedicada a la investigación entre los que encontramos a Yuri Gagarin, la perra Laika (con inteligencia y capacidad de habla humana) y el Ministro Dimitri Ustinov, a quien Stalin apodaba La Cabeza Roja y que es un cerebro en un tarro conectado a un cuerpo robótico. Los Proyectos Manhattan no pretende ser un cómic histórico, sino uno que hace guiños a la historia.

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Ayudado por los lápices de Nick Pitarra y el color de Jordi Bellarie, ideales para definir el tono de la serie, Hickman nos cuenta una serie de delirantes aventuras con unos personajes que distan de ser agradables y benevolentes científicos, sino que en su mayoría albergan auténticas monstruosidades en su alma. Algunos de forma más literal que otros. Y a pesar de eso y de la altivez y desprecio por muchas de las virtudes humanas que consideramos básicas, los lectores les cogemos cariño y compartimos su fascinación por la ciencia y el descubrimiento de las maravillas del universo. Estamos ante un tebeo que en realidad es sobre un grupo de supervillanos que casualmente comparten nombres y caras con personajes históricos, pero que distan mucho de por ejemplo el Eistein pacifista y venerable que resuena en la imaginería colectiva. Y como todos los escasos ejemplos de buenos tebeos de supervillanos, usando las bazas del humor y de la atrocidad alternativamente, les cogemos cariño, nos sentimos cómplices y comprendemos en parte qué mueve a estos seres capaces de actos atroces.

Y como en todo tebeo de supervillanos, por supuesto hay traiciones. En el tercer tomo editado por Planeta de esta serie, el interés para con el anterior no decae en absoluto, y los científicos se encuentran de seguido con que albergaban un par de víboras en su seno. Primero, uno de sus miembros se revela como un infiltrado alienígena cuyo condicionamiento sobrepasa su lealtad a sus compañeros y, más tristemente, a la sincera amistad cargada de culpa que mantiene con otro de los protagonistas. Cuando apenas se han recuperado de esta traición que por poco destruye los Proyectos, surge la siguiente, esta vez cuando uno de ellos le filtra al presidente Kennedy la secreta alianza con los héroes de ciencia soviéticos. JFK (o más bien una versión incluso aún mas pasada de vueltas que su equivalente real) no piensa tolerar tal concordato con “comunistas ateos sin corazón”, así que enviará a un psicótico militar, el general William Westmoreland (también un personaje histórico de la guerra de Vietnam) a acabar con esos sabihondos que ya demasiado poder han acumulado a espaldas del gobierno. Esta trama y otra subyacente (la del literal conflicto interno de Oppenheimer, que alcanza proporciones épicas en unas páginas muy imaginativas) verán su conclusión en el siguiente tomo.

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Hickman a veces es acusado de ser frío y aséptico en sus historias, preocupándose más de las tramas y conceptos que de los personajes, pero como hiciese ya por ejemplo en sus 4 Fantásticos, demuestra aquí que es capaz de aportar una conmovedora dosis de humanidad a sus protagonistas: desde la triste despedida de Gagarin a Laika y su añoranza de ésta, a la relación entre Fermi y Daghlian. También nos ofrece momentos de escalofriante e impactante atrocidad cuando lo desea, impacto que tal vez, repetimos, aumenta al venir de alguien de quien tenemos una imagen tan distinta como es Einstein. Y en ocasiones Hickman simplemente mola y es macarra. Macarra escala Warren Ellis o Garth Ennis, por mucho que suene a palabras mayores. De nuevo, el dibujo de Pitarra encaja a la perfección y funciona como un mecanismo coordinado con el guión. Cuando es sustituido en algún episodio por Ryan Browne, afortunadamente no sufrimos de un cambio brusco de registro, quedando el suplente en bastante buen lugar. Y luego tenemos el color de Jordi Bellaire, con el que Hickman se permite el lujo de experimentar en la narración: no solo es esencial en las escenas en la mente de Oppenheimer, sino también en el uso de los flashbacks. Se llega a realizar una pirueta narrativa en la que hay dos páginas con idénticos dibujos, pero las tonalidades nos dejan claras que suceden en momentos temporales distintos, estableciéndose paralelismos entre ellas pero con sus propios sentidos dentro de la historia.

Los Proyectos Manhattan no baja la calidad de su segunda entrega, la cual ya sufrió cierta subida con respecto a la primera. Léanla, caballeros, es una de las series más cautivadoras dentro de este afortunadamente interesante panorama que venimos gozando en el mundo del cómic estadounidense de los últimos años.

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  Edición original: The Manhattan Projects # 11-15 (Image Comics). Edición nacional/ España: Planeta. Guión: Jonathan Hickman. Dibujo: Nick Pitarra, Ryan Browne. Color: Jordie Bellaire. Formato: Rústica, 152 páginas. Precio: 14,95 Euros.   Los Proyectos Manhattan es una de esas obras con las que Jonathan Hickman recoge aplausos de una…

Review Overview

Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 9

9

Valoración global

La serie mantiene el interés del segundo tomo, cada vez mas demencial si cabe.

Vosotros puntuáis: 9.3 ( 1 votos)
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KimotatomiK
KimotatomiK
Lector
10 diciembre, 2014 13:11

Esta serie me tiene enganchadisimo, ojalá no decaiga con el tiempo.

Naaman
Lector
10 diciembre, 2014 13:50

Hasta ahora, me parece lo mejor de Hickman. Vaya personajes, madre mía.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
10 diciembre, 2014 18:34

A mi me empezó gustando mucho,pero ya se le está yendo mucho la pinza. Para mi,va para abajo y no para arriba.

FotoStorm
Lector
12 diciembre, 2014 7:50

A mi la escalada de ida de pinza me parece un factor positivo. Me queda la duda de si va a poder atar todos los cabos que tiene sueltos pero por lo demás la estoy gozando.

Sr. Summers
Sr. Summers
Lector
13 diciembre, 2014 13:16

Qué pocos comentarios para una serie que para mi es de las mejores que estoy siguiendo ahora a ritmo tpb USA. Además con cada tomo va subiendo de nivel.

Todas las idas de pinza que tiene hacen que ya te esperes cualquier cosa en la historia, siendo en este caso algo bueno. Muy recomendable para cualquiera que le guste la ciencia-ficción, pero elevada a la locura con estos personajes históricos.

Jordi T. Pardo
Autor
13 diciembre, 2014 13:57

Muy buena reseña, Sergio 😉

Comparto impresiones. Para mí de lo mejor de Jonathan Hickman, siendo cada vez más surrealista yo creo que también va mejorando número a número y a pesar de qué Nick Pitarra puede no entrar fácilmente por la vista me parece que también hace un gran trabajo.

Mimico
Lector
13 diciembre, 2014 17:18

Pues en la línea de los últimos comentarios, coincido con los sres. Summers y Pardo, para mí también va mejorando con cada nuevo volumen. De hecho, espero con ganas que salga el cuarto. Por cierto, gran reseña sr. Aguirre.

Dillinger
Dillinger
Lector
14 diciembre, 2014 1:37

Pues pensaba dejarla tras el segundo tomo pero viendo la reseña, quizás me anime a seguir un tomo más, por lo menos.

Pero puede que me siga pareciendo una sucesión de imagenes y tramas absurdas entrelazadas entre sí, sin saber muy bien qué contar mas allá de la barbaridad. Un poco a lo Ennis pero más currado.

Buena reseña.

Dillinger
Dillinger
Lector
14 diciembre, 2014 1:41

Sr. Summers
13 diciembre, 2014 de 13:16

«Qué pocos comentarios para una serie que para mi es de las mejores que estoy siguiendo ahora a ritmo tpb USA. Además con cada tomo va subiendo de nivel. »

Puede que tenga mucho que ver el prohibitivo precio portada por 5 números que se casca Planeta. El segundo tomo es finisimo a lo que sumamos el hecho de que a Hickman le encanta dejar páginas en blanco y con esquemas chorras.

Argumentos estos, demasiado válidos como para pasar de la serie.

Sr. Summers
Sr. Summers
Lector
14 diciembre, 2014 20:21

Dillinger
14 diciembre, 2014 de 1:41

«Puede que tenga mucho que ver el prohibitivo precio portada por 5 números que se casca Planeta. El segundo tomo es finisimo a lo que sumamos el hecho de que a Hickman le encanta dejar páginas en blanco y con esquemas chorras»

Te tengo que dar la razón en lo del precio de planeta. Yo esperé a ver con qué precio lo publicaban porque me interesaba el planteamiento de la serie, y al ver la gran diferencia respecto al precio al que puedes conseguirlo en Book depository (alrededor de 10 euros con descuento), me decidí definitivamente por los tbp en inglés.