La semana pasada decidí rescatar del olvido esta colección, quizás (no voy a negarlo) por el interés que siempre despertaron en mí las novelas de
Vaya por delante que no es en absoluto necesario leer las novelas si se quiere leer este cómic. El haberlas leído sólo enriquece la experiencia, por ser capaces los lectores de conectar determinados hechos, pero los cómics se entienden perfectamente por si solos sin que el lector deba para nada preparar previamente su lectura.
Es evidente que el que a partir de aquí, Marvel decidiera contar una historia distinta a la de las novelas, se debía sin duda a que había desatado una fructífera fuente de ingresos, por lo que editorialmente no interesaba adaptar tan sólo las novelas en sentido cronológico, puesto que de esa forma, en solo siete TPB o recopilatorios, la historia finalizaría. No obstante, el que estemos ante un truco editorial, no quiere decir que los cómics productos de él no tengan calidad, pudiendo perfectamente darse ambas cosas a la vez, llegando el descenso de calidad de la colección mucho más tarde.
Pues bien, si
Y es que, el protagonista a duras penas (y como mucho sufrimiento tanto a nivel físico como emocional) lograba escapar de Hambry, pero ya atisbábamos al final del Nacimiento del Pistolero que los ciudadanos de aquel pueblo no iban a dejar de perseguirle tan fácilmente.
Por otro lado, Roland no sólo había cumplimentado su misión de dictaminar si el pueblo de Hambry era un traidor al gobierno de Gilead o no, sino que además y motu propio, había decidido robar el llamado Pomelo de Maerlyn, una bola de cristal rosada cuyo influjo era mortalmente peligroso para los hombres y para quienes estaban a su alrededor.
Así pues, la historia se dividirá entre una persecución que nunca termina, sin permitir a los protagonistas pararse a descansar ni un segundo, y las ensoñaciones que un ya malogrado y totalmente nuevo Roland sufre a manos del peligroso Pomelo, que abre su mente hacia un Universo mucho más complejo que aquel que compone Gilead, sus dominios y la revolución de Farson contra dicho imperio.
Y es aquí, queridos lectores de Zona Negativa, donde el magnífico dúo compuesto por
El dibujo de esta obra es más cercano a la ilustración pura y dura, digna de los mejores posters que empapelan nuestras habitaciones que al noveno arte en sí, al tener tantísima calidad y ser capaz de transmitir sufrimiento en todas y cada una de las expresiones de los personajes, puesto hasta en los momentos más felices, ellos sufren. Y es que si hubiera que elegir una sola palabra para definir a La Torres Oscura, esta sería sin duda, Sufrimiento.
No puedo dejar de recomendaros esta colección, siendo éste su segundo tomo, tanto si sois fans de Stephen King como si no, porque lo que cuenta este cómic, va mucho más allá de la simple adaptación, no estando para nada ante un producto barato que trate de encumbrar a unas novelas que a día de hoy, y en aquel entonces, no necesitan de ningún empuje externo para alcanzar la grandeza.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 7
7.7
Original
Continuamos con el traslado a las viñetas de la gran epopeya de Roland Deschain en la literatura.