Ruinas arqueológicas, nazis buscando antiguas reliquias para obtener poderes esotéricos y aumentar su dominio mundial, artefactos que ponen en peligro a toda la humanidad, un héroe algo descarado, humor, acción, aventuras… No, no estoy hablando de alguna de las historias que protagonizó el mítico Indiana Jones en su trilogía original, sino de
Argumento
Esta dupla de tomos de Ivrea arranca en el punto geográfico y temporal en el que nos quedamos en el primer volumen, con Joseph Joestar, JoJo, llegando con Speedwagon a Roma para completar su entrenamiento en el arte místico del Hamon. La sorpresa llega cuando la persona que tiene que ayudarle en esa práctica es un joven italiano llamado Caesar Anthonio Zeppeli, ni más ni menos que el nieto de William A. Zepelli, el instructor del Hamon de JoJo que ya conocimos, y del que lloramos su muerte, en
Speedwagon logra poner paz entre los muchachos y juntos se dirigen, entre pullitas, a buscar las ruinas en las que se esconden los Hombres del Pilar, esa raza superior que conocimos en el anterior tomo que supone un peligro para toda la humanidad. Y como no, habiendo indicios de unos seres tan legendarios y poderosos, los nazis tenían que meter el hocico, y han descubierto su ubicación en una de las numerosas catacumbas romanas y mantienen una continua exposición de rayos ultravioleta sobre tres de estos seres. Caesar y JoJo llegan al lugar gracias a la ayuda de Mark, un soldado alemán amigo del menor de los Zeppeli, pero descubren horrorizados que esa iluminación no es tan potente como esperaban, y los Hombres del Pilar despiertan, asesinando a Mark y encarándose con nuestros protagonistas. Caeasr y JoJo intentan enfrentarse a los tres, AC/DC, Wham y Cars, en parte por venganza por Mark, en parte por ser su cometido, su destino. Pero aunque Caesar tiene bastante poder para su edad y que JoJo es tozudo como una mula, ninguno de los dos son rivales para los monstruos, que pretenden dejarlos ahí abandonados y salir al exterior a buscar su verdadero objetivo. Sin embargo, la actitud de JoJo y su potencial consiguen llamar la atención de Wham y AC/DC, y le dan 33 días para entrenarse y enfrentarse a ellos o de lo contrario morirá por el veneno de dos anillos que le han introducido en su corazón y garganta.
A contrarreloj no solo por el destino de la humanidad, sino también por la vida de JoJo, Caesar lleva al último de los Joestar ante su maestra Lisa Lisa, una mujer que vive en Venecia y parece ser la mejor usuaria de Hamon del momento. Lisa Lisa les explica que los tres Hombres del Pilar van detrás de la Piedra Roja de Aja, un mineral que les permitirá conseguir perfeccionar la máscara de piedra y convertirles en la forma de vida definitiva. La Piedra está en posesión de Lisa Lisa y sus acólitos, usuarios del Hamon que tienen como última misión proteger el elemento con su vida, y por ello comienza el entrenamiento intensivo de JoJo y también Caesar, en el uso de la respiración, la canalización del Hamon, diversas tácticas de pelea y estrategia…
Caesar y JoJo progresan más que adecuadamente y cuando ya se han consumido bastantes de los 33 días que tenían para completar su entreno, Lisa Lisa decide ponerlos a prueba y enfrentarles a dos de sus hombres, Messina y Loggins, para que los venzan y demuestren que ya son lo bastante poderosos. Caesar supera su examen sin dificultades, pero JoJo sufre un inesperado revés: AC/DC ha seguido la pista de la Piedra y ha localizado la isla donde Lisa Lisa reside, llegando al lugar y asesinando a Loggins e intentando hacer lo mismo con JoJo. Sin embargo, tras una encarnizada lucha, JoJo usa, para asombro de todos, su inteligencia y su afición por los trucos de magia, para tender una trampa al Hombre del Pilar y derrotarlo, consiguiendo así el primer antídoto para el anillo de su garganta. Sin embargo, AC/DC consigue soltar una especie de forma parasitaria de sí mismo y posee a Suzi Q, la asistente de Lisa Lisa, obligando a Caesar y JoJo a enfrentarse a él y hacer una tremenda demostración del uso del Hamon, ganando tiempo para que la Piedra Roja de Aja llegue hasta Wham y Cars tras haberla enviado a tierra firme a través de un barco postal.
Los dos protagonistas y Lisa Lisa siguen la pista de la Piedra hasta Suiza, en St. Moriz, donde el grupo tiene un encuentro con un grupo de nazis liderados por un sorprendente personaje: Stroheim, el oficial alemán aparentemente muerto en la lucha con Santana, que ha vuelto en forma de ciborg. Pese a formar un curioso grupo, ambos bandos deciden aliarse para acabar con Wham y Cars y planean dirigirse hasta un antiguo castillo donde parecen residir los dos monstruos. Sin embargo la planificación se va al garete cuando Cars intenta robarles la Piedra, casi destruyendo a Stroheim y siendo detenido en un enorme esfuerzo conjunto de Caesar y JoJo. En ese momento Caesar decide actuar sin pensar y lanzarse a la caza de los Hombres del Pilar, un acto tan apasionado como temerario, que solo se explica cuando conocemos la compleja historia de los Zeppeli y el sacrificio que tanto su abuelo como su padre realizaron para proteger al mundo y al joven Caesar de los horrores de la máscara de piedra.
Caesar y Messina llegan al castillo y se enfrentan a Wham, que gracias a su dominio del viento es capaz de crearse una protección contra la luz solar. Wham acaba con Messina y comienza a pelear con el joven Zeppeli, que demuestra ser un rival más que digno y consigue infringirle al villano un daño como ningún otro humano había conseguido. Sin embargo, pese a ello, la diferencia de poder y habilidad sigue siendo un problema, y Wham vence, no sin que en un último esfuerzo consiga arrancar el aro con el antídoto de JoJo y preservarlo en una burbuja de Hamon hasta la llegada de este al castillo. JoJo llega con Lisa Lisa y descubre el trágico final de Caesar, tomando por ello la decisión de no tomar el antídoto hasta que honre su memoria derrotando a Cars y Wham. Cuando llegan a la sala principal, Lisa Lisa y su discípulo descubren que no solo los Hombres del Pilar les están esperando, sino también un centenar de vampiros. Tirándose un farol, Lisa Lisa amenaza a los monstruos con destruir la Piedra Roja si no aceptan un duelo entre usuarios del Hamon y Hombres del Pilar por el destino de la joya, algo que Wham y Cars aceptan. El tomo concluye con JoJo yendo a recoger la Piedra para llevarla al lugar del combate y, de paso, descubriendo gracias a una foto, la verdad detrás de la identidad de su misteriosa mentora.
Una lucha por la supervivencia descentralizada
El principal rasgo que le veo a este arco de Battle Tendency y que ya comenté en la primera reseña, es su grandilocuencia, esta vez no solo en términos de guión como en Phantom Blood, sino también en lo referente a el espacio y el tiempo narrativos, los diseños, el ritmo con el que nos cuenta
Además, el uso que hace Araki de estos cambios de escenario le permiten regular mucho mejor el ritmo narrativo y manejar el paso del tiempo entre capítulos, haciendo que todo quede mucho más fluido, más creíble y menos precipitado que en el anterior arco. De hecho, debido a ese continuo salto de localización en localización, al lector le parece que pasan muchas más cosas de las que en realidad ocurren, aumentando como decía esa sensación de grandilocuencia, manteniendo ese aluvión de acontecimientos que ocurrían en Phantom Blood, pero dando más espacio a explicarlos, a hacernos sentir cómodos con los personajes, conocerles un poco mejor y entenderles, profundizando en ellos y en la historia, pero sin renunciar a un ritmo constante y sin pausa. Este hecho da la posibilidad también de leer unos personajes mucho mejor construidos, más detallados y con mayor profundidad, con los que empatizar mucho más y que de esta manera nos importe lo que ocurre. En este sentido el que más ganando sale es Caesar, sobre todo si lo comparamos con el otro Zeppeli que conocemos, su abuelo William.
En el caso de William Zeppeli, teníamos un personaje que prácticamente salía de la nada, que hacía muchas cosas en muy poco tiempo de vital importancia para la saga y para los Joestar, y que luego moría en una escena que pretendía ser épica y emocionante pero que no lo lograba porque todo ocurría en un visto y no visto, no daba tiempo de sentir a ese personaje. Con Caesar, pese a que tiene una aparición similar, en cantidad de viñetas y tomos, sucede todo lo contrario, vemos un personaje que se nos presenta, que tiene un pasado con el que ya enlazamos, que evoluciona y se desarrolla para que logremos conectar con él y sentir que forma parte del mismo viaje que nosotros, del que se nos da una serie de detalles que permite desnudarle ante nosotros y, solo después de todo eso, de que ya sintamos al personaje como uno de los nuestros, se sacrifica. Y a partir de ese momento, todas las emociones que en el manga representan JoJo y Lisa Lisa son, en cierto modo, también del lector, que si que siente esa pena y ese sentimiento por el último gran servicio, por el momento, de los Zeppeli.
Por otro lado tenemos a JoJo, un personaje varios niveles por encima de su antecesor, Jonathan Joestar. JoJo es un personaje con varias capas aquí, que sigue siendo ese trueno que caía en el primer tomo, pero al que también le afecta el desarrollo y el destino de sus acompañantes, por lo que poco a poco crece y se adapta a lo que se espera de él como Joestar, pero sin dejar de lado su irreverente forma de ser. Es un héroe muy agradable de leer, porque tiene esa bondad, valentía y demás valores necesarios en el “bueno” de una historia, pero también es arrogante, suelta frases lapidarias, es capaz de preocuparse más de si ahora se ha convertido en polígamo que del veneno cuando Wham y AC/DC le colocan los “anillos de boda”… Es un personaje a caballo entre el héroe y el antihéroe y que es fiel reflejo de la juventud que Araki quiere infundirle, y sirve a la perfección a la hora de ilustrar como debe ser el proceso de madurez de un personaje. Además, por su carácter, es mucho más digerible y espectacular el estilo que tiene al enfrentar enemigos, con intrincados e ingeniosos (y a veces prepotentes) planes para demostrar que es el mejor y va un paso por delante de los demás.
También encontramos a Lisa Lisa, quizá una de las mejores introducciones en este tomo, un personaje tan elegante y potente como misterioso, y que ayuda en cierta manera a tumbar ese aire de “misoginia” que impregnaba una obra con tan poco personaje femenino que “repartiese estopa” en las viñetas. Y por eso Araki nos presenta una Lisa Lisa que es la viva expresión de la sabiduría y el saber estar de un maestro, la guía necesaria que necesitan dos jóvenes arrogantes para seguir el camino que el destino les prepara. Es un personaje que llega mucho al lector desde su primera aparición en las góndolas de Venecia y que termina de romper en la última escena que vincula su existencia a la de los Joestar al final del tomo. La escena en la que se entera del final de Caesar es también digna de mención, uno de los momentos mejor construidos por parte de Araki y la manera en que usa a Lisa Lisa y su rabia y tristeza contenida a través de cómo coge el cigarrillo.
Por último, tenemos a estos nuevos Hombres de Piedra, Cars, AC/DC y Wham. Es difícil compararlos con Dio, porque el rollo es bastante distinto, ya que estos tres representan a la perfección ese canto a la supervivencia que es JoJo’s Bizarre Adventure para su autor. Araki demuestra muy bien que no son humanos precisamente en la comparación con Dio: el malvado Dio Brando quería la máscara y sus poderes para ser el más fuerte y cumplir todas sus fantasías de poder y longevidad, mientras que estos Hombres del Pilar solo la quieren para imponer su supremacía y sobrevivir en lo alto de la cadena alimentaria. Tienen una concepción bastante japonesa, en el sentido de ese respeto que sienten al enfrentar a un rival fuerte, a un rival con honor, y en varias ocasiones a lo largo de estos dos volúmenes dan muestras de seguir ese bushido nipón, esa ética y lealtad tan valorada. Son los enemigos, si, pero no son malvados per se, sino que tienen una lógica en su manera de actuar que te hace respetarlos y admirarlos. Además, su diseño y las técnicas que utilizan son espectaculares.
Araki utiliza además a los personajes para cubrir ese cupo de referencias a la cultura popular que lleva usando desde que arranco este manga, algunas de las cuales ya comenté en la reseña anterior. En este caso la referencia más clara está en uno de los villanos,
Poco más que decir en este apartado narrativo y de personajes, el resto de la parte argumental sigue siendo muy clásico de JoJo’s Bizarre Adventure, con toneladas de humor absurdo, dejando a un lado el melodrama para dejar paso a la acción y la épica. Las batallas son más espectaculares que nunca, muy bien planeadas y desarrolladas y con resoluciones que sorprenden y que en más de una ocasión requieren una explicación detallada de Araki de que ha pasado, no porque no se vea o aprecie, sino porque hay tanto giro y contragiro entre los luchadores que acabas igual de confundido que el objetivo del ataque. El concepto del Hamon sigue su desarrollo y me gusta como siempre Araki intenta usar la física y la lógica para explicar las técnicas en un mundo en el que los principios básicos de esa misma física están de adorno. Y además el propio Araki utiliza esa física ilógica en algunos momentos, con personajes sacando venas que inyectan sangre a presión en sus rivales, enemigos que doblan en ángulos de 90º los troncos para esquivar la luz solar, o dislocaciones varias de articulaciones para poder dar un puñetazo… Es un manga muy autoconsciente en este sentido y a Araki no se le caen los anillos a la hora de “burlarse” de su propio mundo y personajes para conseguir un efecto que sorprenda al lector. Por otro lado, resulta abrumadora la cantidad de texto que hay en muchas ocasiones, y las peleas, pese a lo frenéticas que son, resultan en muchas ocasiones un gran respiro para descansar de las peroratas que sueltan unos personajes que explican absolutamente todo lo que ocurre, ha ocurrido y ocurrirá. Además la voz en off siempre se presenta con exclamaciones, como si gritase, por lo que leer un tomo de Battle Tendency equivale a beberse un par de latas de bebida energética.
En cuanto al apartado artístico, también notamos la evolución al igual que en el desarrollo argumental, con unos personajes mejor definidos, diseñados y cuidados y un elaborado y minucioso nivel de detalle, tanto en estos como en los fondos. El estilo general acompaña la manera de narrar y el ritmo de la obra, con unos escenarios sobrecargados de elementos, sin embargo muy bien dispuestos y realizados, con una notable mejoría en el uso de la violencia algo más cruda (con sus límites) y sobre todo un mejor trabajo de elementos como los efectos elementales, especialmente la luz, con un gran juego de luces y sombras que depende mucho del habitual trabajo de sombreado de Araki. Antes decía que no se estilaba mucho el lenguaje no verbal en estos tomos, pero eso no es del todo justo, ya que los personajes, pese a seguir siendo “mostrencos”, son mucho más plásticos en cuanto a rasgos y a movimiento, con una amplia gama de expresiones y especial cuidado en el uso de los espectaculares primeros planos. Las escenas de acción siguen siendo el plato fuerte de JoJo’s en este Battle Tendency pero mejoradas gracias a ese mejor trabajo en el dinamismo y plasticidad, así como en el uso de la desproporción a favor de la espectacularidad y la sorpresa. Hablaré de todo ello en la reseña final del arco en mayor profundidad, pero en general es un dibujo muy notable, con mucha personalidad y carácter, que va como anillo al dedo a la trama y que Araki va mejorando capítulo a capítulo, manteniendo los elementos característicos pero disponiendo de ellos mucho mejor.
Valoración Final
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9.5
9.2
Battle Tendency apuntala su desarrollo con estos dos tomos intermedios que confirman el salto de calidad que pega Araki tanto a nivel argumental y narrativo, como en un desarrollo mucho más atractivo y plausible, todo ello sin dar la espalda a las "sobradas" a las que JoJo's Bizarre Adventure se abona cada vez más. Una historia con mucha más acción y ritmo que su precuela y que deja muy buen sabor de boca a la espera de cerrar el arco en el cuarto tomo. Leyéndolo se entiende porque esta saga y este JoJo son de los favoritos de los lectores.