Portada Encías quemadas, de Natalia Velarde

Edición original: Encías quemadas (Reservoir Books, 2025)
Guion: Natalia Velarde
Dibujo: Natalia Velarde
Color: Natalia Velarde
Formato y precio: Cartoné. 192 páginas. 22,90€

Exorcizando el duelo.

«Aquí ya hace rato que todos se han roto y nos hemos quedado a oscuras.»

Muchas veces cuando nos acercamos a un libro, una película o un cómic nos preguntamos las causas que han llevada al autor o autores a querer embarcarse en contarnos una historia de ese tipo. Hay muchos motivos para querer contar una historia y todo son igual de legítimos. En algunos casos es algo tan prosaico como pensar que puede tratarse de una trama que conecte con el público, algo que no es ninguna garantía de éxito, ya que no existe ninguna fórmula que lo garantice. Pero en la mayoría de las ocasiones tras leer o ver esa historia no sabemos los porques de su creación y tampoco hace falta. Sin embargo, cuando terminamos obras tan rotundas y viscerales como Encías quemadas (Reservoir Books) de la venezolana radicada en Madrid desde 2025 Natalia Velarde (1994) podemos aventurar si mucho riesgo a equivocarnos que su creación obedece a la necesidad imperiosa de la autora de tratar de sobreponerse al duelo por la trágica pérdida de un ser querido. Estamos ante una lectura de esas que te agarran de la pechera y arrastran de forma ineludible por unas páginas rebosantes de talento que te sumergen en un torrente de emociones ajenas, pero que acabas por sentir como propias provocando que tras finalizar el viaje quedes totalmente noqueado y desarmado. Antes de seguir nos gustaría advertir que, si has llegado a esta reseña sin haber leído la obra, que dejes de leerla y te abalances al cómic creado gracias a la beca de creación Injuve en 2022 sin saber mucho sobre él, ya que es la forma en la que más lo vas a disfrutar y te va a sorprender.

Tal y describe la propia autora su obra estamos ante las desventuras de Piel de Perro, una torpe y extraña criatura, con cara de persona y cuerpo de animal, cuya aparición parece haber traído el fin de la civilización. Ahora Piel de Perro, junto a Cielito, otro superviviente de la hecatombe, un tipo pequeñito, azul y malhablado, deberán ir tras la pista del Autor, una suerte de deidad que, de existir, tendría la capacidad de reescribir la historia. Una base que vincula la historia con obras como El mago de Oz y el tradicional viaje del héroe, aunque en esta ocasión no hay nada de épico en la travesía que emprenden nuestros protagonistas y todo resulta mucho más lisérgico, trágico, sorprendente e inesperado.

Tras tres años de realización por fin ve la luz un cómic de una potencia brutal y rotunda, tanto en la forma como en el fondo. Un cómic que no tiene ningún miedo de ser exigente con un lector que debe dejar de lado cualquier miedo para zambullirse en una experiencia catártica que empieza por todo lo alto y nunca baja el nivel, hasta llegar a unas últimas páginas que se queda grabadas en el corazón. La obra entremezcla el diario cercano e íntimo con un relato fantástica en un mundo postapocalíptico donde conviven elementos extraído de diferentes mitologías y repleto de unos sueños que nunca nos dejan claro si lo que vemos es fantasía o realidad. Una mezcolanza creada para tratar de procesar la pérdida de un ser querido que nos ha acompañado durante años y al que nos resistimos a dejar marchar de nuestro corazón, aunque ya hace un tiempo que no está entre nosotros. Una historia triste y dramática, pero en la que hay espacio para un refrescante toque de humor que la dota de autenticidad.


Como ya hemos mencionada el tema principal de Encías Quemadas es la gestión del duelo y la dificultad de encontrar fuerzas para levantarse tras la perdida y seguir el camino, pero a través de esa deidad llamada Autor que buscan los protagonistas, Natalia Velarde nos invita a reflexión sobre la figura del creador como un demiurgo capaz de dotar al mundo de sentido. Un ejercicio de metacómic que redundan en la idea de estar también ante una obra que es un intento de autoconocimiento y catarsis. Sin embargo, en lugar de ser un cómic autocomplaciente y autoindulgente sin ningún interés para el lector, su lectura se convierte en una grata sorpresa y una de las mejores obras publicadas en este primer semestre.

Narrativamente nos encontramos con una autora que gusta de experimentar con el diseño, el estilo y el uso del color para romper con la forma tradicional de narrar un cómic. En sus arrolladoras páginas vemos como el estilo va mutando entre influencias de la animación clásica, el underground más visceral y el manga de forma que vemos como conviven dibujos barrocos muy detallados junto con otros apenas abocetados, pero muy expresionistas. Asimismo, vemos como los colores explotan en las páginas y las palabras se transforman en imágenes mientras las viñetas desaparecen para que los personajes no tengan ningún tipo de atadura a la hora de desplazarse por donde quieran. Una orgía visual tremendamente impactante que deja ver una personalidad tan salvaje que por momentos parece que se va a perder, pero que siempre tiene claro que todo lo que aparece en página sirve para contar la historia o transmitir sus emociones al lector.

La edición de Reservoir Books tiene una gran reproducción y tamaño que permite recrearse con las páginas de Velarde. Nos alegra mucho ver como una editorial tan grande se atreve a arriesgarse a publicar cómics de un carácter tan experimental como este.

Con Encías Quemadas Natalia Velarde se presenta por todo lo alto ante un público que no conocía su trayectoria en el mundo del fanzine donde ya había dejado intuir todo lo que podemos ver en esta obra. Un cómic arrollador, complejo y tremendamente libre que te zarandea mientras te que guía por una historia sobre el duelo llena de la belleza de unas páginas arrebatadoras. Una impactante carta de presentación que nos permite atisbar a uno de esos talentos generacionales que se convierten en referente ineludibles del medio que sabe conjugar la experimentación con las mentiras que siempre esconde la imaginación con la dolorosa sinceridad de la realidad.

Lo mejor

• La descomunal potencia visual de la propuesta.
• La capacidad para transmitir emociones.
• Hacen falta más obras como esta que sean exigentes con el lector.

Lo peor

• Los ya habituales carcas del cómic seguro que tuercen el morro cuando Encías Quemadas empiece a acumular premios y presencias en las listas de lo mejor del año.

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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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LECTOR FURIOSO
LECTOR FURIOSO
Lector
25 junio, 2025 17:07

Buena reseña. Aunque este tipo de obras que suscitan tanta unanimidad me hacen sospechar (más de un chasco me he llevado y no es infrecuente ver alguna multilaureada coger polvo en librerias y portales de segunda mano la temporada siguiente) ciertamente en lo gráfico parece apabullante y lo que comentas que tiene de catártico la hace intrigante por lo que la próxima vez que vaya a la librería le echaré un ojo. Mi método puede resultar un poco raro pero lo que hago es ver el final, así a lo bestia. Si está a la altura de la propuesta, me lo compro. ¡Quien dijo miedo a los spoilers! 😀
En otro orden de cosas, me gustaría veros reseñar por aquí Lo que sueñan los Dioses, de los autores mexicanos Francisco Soriano y Eduardo Pichardo que ha editado aquí Itineraria. Me parece una de las mejores lecturas del año, un comic refrescante, cinético y con mucha sustancia.