Doppelgänger en la línea Yokohama 2

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Edición original: Yokohama-sen Doppelganger, Shueisha 2014.
Edición nacional/ España: Editorial Ivrea 2017.
Guión: Vanessa Chihiro Tamaki.
Dibujo: Vanessa Chihiro Tamaki.
Traducción: Pablo Tschopp.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta (B6), 200 páginas.
Precio: 8,50€.

 

Si una persona se encuentra con su doppelgänger, morirá. Esta curiosa premisa es lo primero que supe de este manga, que supuso el debut en el medio de la artista Vanessa Chihiro Tamaki y que me picó la curiosidad. Tras una ojeada rápida se puede ver que Doppelgänger en la línea Yokohama es una obra con un estilo bastante peculiar para el tipo de trama que luego desarrolla, ya que presente un dibujo al que estamos más acostumbrados a ver en el shôjo o el josei, con una temática puramente seinen basada en un desarrollo de misterio y suspense que bebe directamente de obras como Monster, Desaparecido, Museum y similares. Tras un primer acercamiento en el tomo número 1, donde la autora nos proponía una introducción llena de eventos y un ritmo de lectura bastante elevado, nos presentamos ante el segundo de los cuatro volúmenes que forman la serie y que continúa el “caso de los asesinatos en serie de escultores de la línea Yokohama”.

Doppelgänger en la línea Yokohama tiene como protagonistas a dos jóvenes japoneses, que en realidad son uno solo. Makoto Kenzaki es un escultor de gran éxito gracias a la aparición de sus obras en la televisión que ve como su vida se desmorona cuando es incriminado de una serie de crímenes perpetrados contra sus antiguos compañeros de estudios. Kenzaki nunca cometió esos asesinatos, pero el asesino se propuso a conciencia su culpabilización, colocando pruebas que apuntasen en su dirección y aprovechando la ausencia de coartada. Tras pasar varios años en la cárcel, Kenzaki es ajusticiado en la horca, pero en lugar de morir, consigue de manera inexplicable volver atrás en el tiempo, a un mes antes de los hechos que le llevaron a prisión, dándole una magnífica oportunidad de trabajar para desenmascarar al asesino y evitar que los asesinatos se cometan. Para ello se pone en contacto consigo mismo, el Makoto Kenzaki del pasado, y entre ambos se proponen contactar con sus antiguos compañeros para intentar extraer si el asesino ya ha estado en contacto con ellos.

En el primer tomo veíamos como uno de los primeros miembros de la escuela de arte de Kenzaki con el que se comunicaban era Keiji Kinugawa, uno de los artistas con los que Kenzaki peor se llevaba. Después de coincidir por casualidad tanto con Kenzaki como con Makoto, Kinugawa era asaltado por el asesino, quedando encerrado con él en una especie de nave industrial que hacía las veces de taller de escultura. Este segundo tomo arranca justo ahí, con Kinugawa siendo atacado por el asesino y sobreviviendo con estoicidad. Sin embargo, lo que en un primer momento parece demostrar que el asesino es alguien descuidado y torpe en su desempeño al no comprobar si su víctima está realmente muerta tras su ataque, se torna en inteligencia, ya que cada paso que da está perfectamente pensado para llevar a Kinugawa hacia una muerte segura. Ni Makoto ni Kenzaki se enteran de este suceso y siguen trabajando en el caso creyendo que aún faltan 21 días para el asesinato de Kinugawa, sin darse cuenta de que las intervenciones de ambos han provocado un efecto mariposa que está cambiando los eventos originales del caso de asesinatos de la línea Yokohama.

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Makoto y Kenzaki piensan que los crímenes y su inculpación están directamente relacionados con una venganza contra ellos por culpa de un incendio que ocurrió años atrás en el antiguo edificio donde estudiaban, así que se centran en intentar encontrar a Saginuma, el antiguo ayudante de su profesor (que falleció en el incendio). Sin embargo, Saginuma también terminó falleciendo a causa de las heridas provocadas en el accidente, como así demuestra su lápida en el cementerio, que curiosamente está perfectamente cuidada y adornada. Los protagonistas comienzan a seguir a una chica que estaba dejando flores en la tumba, y que casualmente resulta ser otra de las personas que tienen que proteger: Rei Kohriyama, otra de sus ex compañeras. Rei ha cambiado mucho desde que la conocieron y ahora trabaja en un cabaré para poder costearse su estudio de escultura, y pese a mostrarse amable niega rotundamente el hecho de haber visitado la tumba de Saginuma.

Desconcertados por la actitud de Rei, Makoto y Kenzaki vuelven a su estudio y reciben un sms de Hikari Natsuki, otra de sus antiguas amigas, concertando una especie de reunión de antiguos alumnos entre todos. Este mensaje y esta reunión nunca llego a producirse en el pasado original, por lo que Kenzaki se da cuenta de que le línea temporal está cambiando y eso les quita gran parte de su ventaja contra el asesino. Por ello idea un plan con el objetivo de usar a sus amigos como cebo y de esta manera atraer al criminal y acabar con él de una vez por todas. Sin embargo, una serie de circunstancias provocan que el plan de Kenzaki falle estrepitosamente y todos tengan que afrontar un enorme riesgo al mismo tiempo que descubren la terrible verdad que hay detrás de la identidad del asesino, algo que dará un giro total a la manera de enfocar sus actuaciones desde ahora.

Vanessa Chihiro Tamaki sigue en este segundo tomo de Doppelgänger en la línea Yokohama la misma fórmula que en el primero, y que no es otra que irnos presentando multitud de piezas de un puzle que, poco a poco, va juntando a lo largo del volumen para terminar con una revelación final que permita a la trama avanzar. La verdad es que a nivel de estructura narrativa, pese a ser un manga sencillo y típico dentro del género, es una obra bastante satisfactoria, que pese a contar con los giros de guión típicos del seinen de misterio y crímenes, no necesita tirar de cliffhanger al final de cada tomo para conseguir enganchar a la lectura. Eso lo consigue gracias a presentar una historia bastante interesante y en cierto sentido ambiciosa, que se acerca a otras que ya hemos visto como Museum o Desaparecido, pero con un toque bastante personal de la autora. El nivel de calidad general está aun unos peldaños por debajo de otros mangas de la misma temática, pero aplaudo el valor de la mangaka para intentar meterse en un argumento que necesita de mucha hilazón y mucha habilidad para no resultar un disparate o sacarse deus ex machinas de la manga para que la historia tenga una coherencia.

Doppelganger_línea_yokohama_2_Makoto

Vanessa utiliza muy bien el elemento sobrenatural de la resurrección/viaje en el tiempo como mcguffin para crear la trama alrededor de él, pero trata de darle cierta explicación, algo que lo deja a caballo entre esas dos obras que mencionaba anteriormente: mientras que Desaparecido no intenta en ningún momento dar explicación a lo sobrenatural que da pie a su trama, o Museum utiliza la racionalidad para explicar ciertos detalles que hacen que su argumento sea como es, Doppelgänger en la línea Yokohama opta por la vía de mezclar ambas soluciones, dando una explicación con apariencia lógica de lo que le ha pasado a Kenzaki pero sin necesidad de que sea racional. A falta de que en los próximos tomos el argumento pueda explicar más el porqué del viaje en el tiempo del protagonista, la explicación que la autora desliza aquí de que las emociones y el tener algo pendiente puede hacer que alguien que lo desee logre crear un doppelgänger, aunque manida, me parece suficiente.

Por otro lado, el tomo nuevamente está cargado de eventos, pasan muchas cosas en todos los capítulos, el lector recibe mucha información y la situación al final del mismo es muy diferente a la del principio. Esto es bueno, ya que el ritmo de lectura es rápido y el lector queda con la sensación de que la trama avanza y que no da rodeos, pero tiene el riesgo de saturar, de que sea difícil de seguir o que todo quede demasiado desmadejado. Todo lo contrario, ya que la autora tiene una gran pulcritud a la hora de planificar y estructurar lo que va ocurriendo, dando lugar a un relato bastante limpio y ordenado, lógico y fácil de seguir y que, pese a ser algo previsible, tiene unos giros bastante satisfactorios. El caso está muy bien planteado y tiene tanto presente, como futuro y pasado, haciendo que en todo momento, aunque vayamos descubriendo cosas (algunas muy importantes y que serían casi de tomo final en otras obras), sigamos teniendo un misterio más por descubrir, un poco de curiosidad por atar todos los flecos. No deja de ser una obra de una calidad aceptable, nada para tirar muchos cohetes, con situaciones que ya hemos visto otras veces, pero el esfuerzo que se ve en ella y la claridad de ideas de la autora hace que la lectura sea entretenida y aporte lo que busca todo lector de mangas de crímenes y suspense.

A nivel artístico sigue notándose que es una obra de una autora poco experimentada, que sin embargo se esfuerza por dar su mejor versión posible. El dibujo sigue teniendo ese curioso estilo shôjo en los personajes, por llamarlo de algún modo, que se combina con un intento de generar una atmósfera oscura y opresiva. El contraste está ahí, y creo que le da un sello bastante personal a la obra, le sienta bien. Chihiro tiene muy buena mano a la hora de dibujar escenas en primer plano y muy buenas ideas a la hora de elegir poses, perspectivas y enfoques. Sin embargo cuando el plano se aleja o necesita reflejar movimiento, el dibujo se resiente bastante, dando lugar a unos personajes estáticos y poco naturales, y algún que otro problema de proporción. Se aprecia mucho sus intentos a la hora de hacer un buen trabajo de iluminación y sombreado, abusando a veces demasiado del rayado, pero en general me gusta bastante cómo logra enfatizar ciertas expresiones o situaciones a base de luces y sombras, usando un claroscuro muy embrionario pero que tiene bastante potencial. Además, a nivel de composición de páginas la mangaka tiene algunas muy buenas ideas, como la manera de utilizar los bocadillos y los elementos de la viñeta para hacer sentir al lector que desde ese punto de vista el paso de un tren ahoga el sonido y por ello el bocadillo aparece cortado por el vehículo. Los fondos son sencillos y aparecen poco, teniendo en cuenta que la autora se mueve mejor en el plano corto, pero creo que son aceptables. En resumen, un apartado artístico mejorable, con algunos errores de principiante y otras muy buenas ideas que no terminan de ejecutarse del todo bien, pero que en general es satisfactorio y, sobre todo, muy personal.

Doppelganger_línea_yokohama_2_Kenzaki

Doppelgänger en la línea Yokohama está resultando ser una obra bastante interesante, que si bien queda algo lejos de otras similares de su género, tiene lo suficiente para gustar a aquellos aficionados a los misterios, los crímenes y el suspense. Una trama que avanza a buen ritmo, bien construida y estructurada, que mantiene al lector pegado a las páginas, directa y sencilla. Veremos a partir del tomo 3 como avanza la cosa, ya que alguna revelación de este volumen hará que se introduzca, en principio, bastante más acción de la que hemos visto hasta ahora.

  Edición original: Yokohama-sen Doppelganger, Shueisha 2014. Edición nacional/ España: Editorial Ivrea 2017. Guión: Vanessa Chihiro Tamaki. Dibujo: Vanessa Chihiro Tamaki. Traducción: Pablo Tschopp. Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta (B6), 200 páginas. Precio: 8,50€.   Si una persona se encuentra con su doppelgänger, morirá. Esta curiosa premisa es lo…

Valoración Final

Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 7

6.8

El misterio en torno a los asesinatos de la línea Yokohama sigue su curso, con una buena estructura narrativa y un buen ritmo de la misma. Este Doppelgänger esta resultando ser una obra interesante, todavía lejos de la calidad necesaria para ser una obra muy recomendable, pero que sin duda tiene lo necesario para entretener y satisfacer al lector habitual de misterio.

Vosotros puntuáis: 8.1 ( 2 votos)
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