Deathstroke #03 (Renacimiento)

Deathstroke queire hacer del mundo un lugar mejor. Un lugar mejor bajo su particular tutela. ¿Puede un villano hacer tal cosa?

5
1858
 

Edición original:.
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión: Deathstroke núms. 20-25 USA.
Dibujo: Carlo Palugayan, Diogenes Neves, Larry Hama.
Entintado: Jason Paz, Sean Parsons, Trevor Scott, Norm Rapmund.
Color: Jeromy Cox.
Formato: Rústica, 144 págs. A color.
Precio: 13,50 euros.

 

Hay una máxima que es la de renovarse o morir. El talento de aplicar este dicho es saber cuando hacerlo, cuando es necesario dar ese volantazo para regenerar algo que ha caído en el tedio, encarrilándose en unas vías de un solo sentido, sin posibilidad de innovación alguna. Una zona cómoda en la que las cosas pasan sin más y todo parece seguir su curso bajo la ley de mínimo esfuerzo. Priest, el cerebro tras esta magnífica etapa a cargo de la serie de Deathstroke, ha sabido darse cuenta cuando era necesario ese cambio de rumbo, ese volantazo capaz de sacar del sopor algunos conceptos que estaban empezando a caer, a fin de despertar nuevos puntos de vista de un personaje que era necesario desligar de esa dualidad eterna de héroe y villano.

Slade Wilson, alias Deathstroke, el mejor y más letal asesino del mundo, estaba moviéndose, tenuemente, eso es necesario matizarlo, en aguas turbias donde se empezaba a sentir cierto desgaste de la fórmula malo/bueno. Priest ha sabido, bien porque todo forma parte de su enorme plan estructural, o bien por su enorme talento como escritor, sacar de esa situación al personaje para poder avanzar de forma clara hacia nuevos horizontes. Si en los dos anteriores tomos teníamos a un Slade moviéndose con soltura dentro del rol de villano y padre despiadado, ahora toca descubrirlo en su faceta de héroe y padre despiadado. Un cambio que viene motivado por lo narrado en el arco argumental titulado El Contrato Judas, donde ciertos parámetros del que hasta ahora había sido el yunque de la forja moral de Slade, se resquebrajan. Slade no quiere seguir siendo quien es, pero es muy consciente de que es lo único que sabe hacer y para ello pone en marcha un grupo, atípico, lleno de alianzas al estilo de la serie, en la que la nueva Power Girl, Jericó, Terra, Kid Flash y su hija Destructora, se ven dirigidos por un implacable Slade en su nueva misión global por hacer del mundo un lugar mejor.

La trama continúa siendo una disrupción narrativa donde Priest salta de un personaje a otro, cosiendo infinidad de conceptos y situaciones vistas en el tomo dos de la colección. Un ejemplo más de como Priest tiene pensada toda su etapa de principio a fin, pues esto no puede ser fruto tan solo de la casualidad. Aquí hay un plan más grande y es algo que se lleva intuyendo desde el primer tomo de la colección.

Toda esta historia desemboca en uno de los mejores números de la serie hasta ahora y en el que Priest se permite, usando a miembros de la Sociedad, escribir todo un número en el que se reflexiona sobre el mal y lo que implica su existencia. Poder ver a villanos consagrados debatir de forma intelectual sobre este concepto tan ambiguo es realmente estimulante a todos los sentidos. Tan interesante es lo que Priest pone encima de la mesa que resulta muy difícil cerrar el tomo y no dedicar unos minutos a la reflexión interna sobre lo leído sobre el mal.

Deathstroke es una serie que a cada entrega gana en solidez, que sabe reinventase cuando es necesario, llevando al protagonista a enfrentarse a nuevas situaciones que se salen de lo que se puede esperar de un personaje de este tipo.

Sin embargo, hay un lastre que no acaba de poder quitarse de encima la serie y es el baile de dibujantes que continúa sin estabilizarse. El problema no es la calidad individual de estos dibujantes, pues por separado son solventes, son elegantes, son interesantes en su propuesta y narrativa visual, pero en conjunto resultan molestos tantos cambios. Ya hemos llegado a más de 20 números USA y la situación no se normaliza, dando la sensación de que la cadencia quincenal de la serie en su país de origen lastra mucho la homogenización visual de la colección.
Un pero que es necesario señalar, por hacer justicia al conjunto, pero que también se asume y tolera con relativa facilidad gracias al trabajo de Priest en los guiones. Su texto se eleva por encima de este problema y lleva al lector a ignorar los cambios con soltura y tolerancia.

Deathstroke es una serie para seguir dentro de las series de Renacimiento, por su arriesgada narrativa, su planteamiento río, su propuesta intensa y el exigente tratamiento que hace Priest de los personajes con los que trabaja de manera acertada y precisa. Deathstroke no defrauda, es sincera y honesta con su propuesta, siendo esta última entrega mucho más accesible a los lectores que los primeros números de la colección en los que Priest resultaba muy abrupto a la hora de construir la historia. Este tratamiento suave que parece haberse instaurado en la colección no ha de llevar a engaño a nadie, pues se trata de una capa superior que esconde otra cargada de matices tan potentes como la paternidad de Slade, la relación con su exmujer, sus hijos o como es capaz de asumir el liderazgo de un grupo. Una capa con un sinfín de ideas capaces de atraer a un sinfín de lectores y que están ahí para que cada uno pueda descubrirlas a su ritmo.
Slade Wilson, el más letal de los asesinos del mundo invita a introducirse en un mundo lleno de ambigüedades, donde nada es blanco ni negro, en contraposición a los uniformes del equipo de Slade, y que demuestra que el gris tiñe al mundo y que cambiarlo es posible si se tiene la motivación suficiente.

  Edición original:. Edición nacional/ España:ECC Ediciones. Guión: Deathstroke núms. 20-25 USA. Dibujo: Carlo Palugayan, Diogenes Neves, Larry Hama. Entintado: Jason Paz, Sean Parsons, Trevor Scott, Norm Rapmund. Color: Jeromy Cox. Formato: Rústica, 144 págs. A color. Precio: 13,50 euros.   Hay una máxima que es la de renovarse o…
Guion - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5

7.5

Renovación.

Ha llegado el momento del cambio de rumbo y reenfocar los objetivos de la serie.

Vosotros puntuáis: 7.96 ( 6 votos)
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elBlueNules
elBlueNules
Lector
23 junio, 2018 10:32

Me parece lo mejor que está editando DC con diferencia.

Drury Walker
Drury Walker
Lector
23 junio, 2018 12:15

Buenas!

Me gusta tu reseña porque se ve que disfrutas con la lectura y te mueve a la reflexión. Me parece formalmente una serie con una fórmula narrativa interesante y es encomiable que un guionista haga los deberes y no sólo tenga una idea de hacia donde ir y cómo, sino que lo haga de forma lo suficientemente orgánica como para que el lector vea como se va desarrollando el proceso de forma natural. En el lado malo la falta de unidad en el apartado visual como apuntas. Y dicho todo esto tengo que confesar que soy de ese grupo minoritario que no termina de conectar con la historia por lo que me tomaré una pausa hasta deathstroke vs batman. Ahora bien el número de la Sociedad es estupendo y sólo por él merece la pena el tomo. Además sigue la regla de que el acertijo está bien escrito cuando sientes que se merece que le partan la cara, y eso es un punto!

AlbierZot
AlbierZot
Lector
23 junio, 2018 13:01

Veremos qué tal pero esto es lo que se espera de una serie de estas características. A mí este cambio de rumbo me va a hacer retomarla. El primer tomo me encantó pero el segundo me pareció un más de lo mismo pero peor, y que no llevaba a ningún sitio.

Andrés
Andrés
Lector
En respuesta a  AlbierZot
23 junio, 2018 15:45

Si no recuerdo mal el segundo tomo lleva a Titanes: El contrato Lázaro, y de ahí el cambio de rumbo que és este tercer tomo.

Yo es que no puedo separarlos, porque entre el primero y el segundo hay números que se van conectando entre si, y al menos para mi, al final los dos primeros tomos són como una única gran historia.

Este tercero ya me ha parecido algo más desconectado, si que tiene referencias a cosillas de los otros números pero ya va por otros derroteros.

Me ha gustado bastante menso que los dos anteriores, la verdad sea dicha 🙁

Paulo Hernando
23 junio, 2018 18:03

Gracias por la reseña. Esta serie me encanta y me sorprende la versatilidad de Priest, en este numero bien podria ser Peter David en plena forma. Hay muchas series de grupos adolescentes que no consiguen atraer lo que atraen estos numeros . Y no es que innove ni revolucione la manera de encarar al grupo, lo hace igual que se hace siempre, igual que todos, pero bien hecho. Luego esta Slade , claro, para darte lo que has venido a leer. Creo que este tercer tomo no es peor que el primero y el segundo , tan solo es menos sugestivo . O al menos te sugiere algo a lo que estas mas acostumbrado. » cuando no pueda matarlos a todos en 30segundos» jeje como me mola