Daredevil 7. Pecado original

 

Edición original: Daredevil vol.4 #6-10
Edición nacional/ España: Panini Comics
Guión: Mark Waid
Dibujo: Javier Rodriguez, Chris Samnee
Entintado Álvaro López
Color: Javier Rodriguez, Matthew Wilson
Formato: 100% Marvel, 112 págs.
Precio: 11,5€

 

Dos son los protagonistas absolutos de este séptimo volumen del Daredevil de Mark Waid, por un lado Margaret Murdock quien se erige en parte importante de la primera aventura en dos partes, y en segundo lugar Zebediah Killgrave, o más conocido como El hombre purpura quien junto a sus vástagos pone en serios aprietos a Matt Murdock en el segundo arco en tres partes.

Ambas historias esconden terribles secretos y abren interesantes hilos que podrán ser explorados por Mark o sucesivos guionistas, en el caso de Margaret, más conocida por los fans de la serie como Maggie, se trata ni más ni menos que de la madre de Matt Murdock, y en poco más de cuarenta páginas se desvela porque motivo abandonó tanto a su hijo Matt como a su marido Jack. El desencadenante de esta historia es el evento Pecado Original que da título a este volumen, siendo benévolos podemos decir que la historia creada por Jason Aaron y Mike Deodato ha pasado con más pena que gloria pero ha desencadenado una serie de interesantes acontecimientos que poco ha poco han ido germinando en las distintas series, para poneros en contexto si no habéis leído dicho evento basta saber que alguien asesinó al Vigilante y como consecuencia de ello han salido a la luz secretos que él tenía muy bien guardados, esos secretos durante una de las batallas entre el Orbe – uno de los villanos de la historia – y varios héroes del universo Marvel hizo que esos secretos se clavasen en su mente como cuchillas ardientes desvelándose ante ellos dolorosos pasajes de su historia que desconocían. Matt estaba en dicha batalla, algo cogido por los pelos todo sea dicho puesto que sus aventuras se han trasladado a San Francisco con lo que tuvieron que sacarse de la chistera que cuando aconteció dicha batalla Matt andaba por New York arreglando algunas gestiones de su traslado.

El secreto en su caso sitúa a su padre como el causante del abandono de su madre, son sólo flashes, ecos del pasado, pero hacen entender a Matt que su padre quizás no el hombre al que siempre admiró. Con esta revelación tenemos la primera sacudida a los cimientos de Matt, si había tomado como modelo del hombre que quiere ser a su padre, ¿quizás sin saberlo no había errado a la hora de escoger en quien parecerse? Matt necesitará respuestas, o más bien confirmación de que realmente eso fue lo que sucedió y la única persona que puede responder a esas preguntas es su madre Margaret Murdock, unas preguntas que necesitan respuesta desde la primera aparición de Margaret en Daredevil 229 en abril de 1986, demasiado tiempo esperando. Y hete aquí que casi sin que nos demos cuenta Waid mueve por segunda vez los cimientos de la serie dándole un papel más predominante a Maggie alejándola del papel de monja sin más en el que la teníamos encasillada y convirtiéndola en una monja activista que junto con dos compañeras decidieron cometer un acto vandálico de pintadas en una base militar para poner el foco de la prensa en ella tras haber llegado a sus oídos que en ella se estaban realizando pruebas químicas. En territorio americano la sanción habría sido más leve, pero teniendo en cuenta que la base ha sido adquirida por el gobierno de Wakanda la condena por haber sido cazadas en su acto delictivo es por lo pronto la extradición a la región africana para ser allí juzgadas. Tenemos pues, a Matt queriendo resolver las dudas de su pasado, a Maggie y sus compañeras a punto de ser enviadas a Wakanda y unos oscuros motivos que tendrá que descubrir Matt si quiere ayudar a su madre.

Más allá de lo acertado del planteamiento de esta historia, insisto esperaba una historia más íntima del estilo de La conversación (Amazing Spider-Man #38), al contrario, Waid se decanta por una historia de corte más aventurero con varios giros sorprendentes que dejan a sus padres en una situación idónea para construir un futuro interesante a partir de ello, veremos si Waid es lo suficiente valiente como para aprovechar los puentes que él mismo ha tendido y si quien venga detrás omitirá ese detalle tan importante o por el contrario estamos ante un futuro completamente diferente. Estos dos capítulos están bellisimamente dibujados por Javier Rodríguez quien también pone color a su trazo, como indiqué en la reseña del segundo volumen de Hulka siento auténtica devoción por autores de estilo limpio y agradable como Javier, y estos dos capítulos son un buen ejemplo de sus maravillosas virtudes a la hora de encarar una página en blanco.

Para la segunda aventura Waid recupera al villano Hombre Púrpura, personaje segundón donde los haya, sus primeras apariciones fueron francamente ingenuas, debutó precisamente en la serie de Daredevil en su cuarto número en 1964. Sería de la mano de Brian Michael Bendis en Alias donde le daría la vuelta al personaje mostrándolo como un ser repulsivo, inmoral y carente del respeto por la vida humana. Se trata de un ser con la capacidad de persuadir a sus víctimas para hacer lo que él quiera mediante las feromonas que su cuerpo genera y que utiliza con su voz para convencer a sus víctimas. Esta versión es la que toma como partida Mark y lo hace para explorar qué ha sucedido con los varios hijos que ha tenido con las víctimas a las que obligaba a tener sexo con él. Como se indica en el artículo introductorio la historia tiene pizcas de Los niños del Brasil. mucho de terror y de cómo todos los actos tienen consecuencias, y cuanto más terribles sean esos actos… Esta historia lo cierto es que tiene un potencial enorme, y aunque parezca extraño Waid no consigue sacarle todo el partido a lo que es una idea brillante en su origen pero con una ejecución no acorde a alguien de sus habilidades literarias. Con todo, construye una historia interesante, trepidante y que como decía al inicio deja plantada una semilla que puede ser interesante recuperar en un futuro por guionistas dados a recuperar pistas perdidas, la idea desde luego da para mucho. En esta ocasión, el dibujante de la historia es el Chris Samnee que como viene siendo habitual realiza un trabajo excelente bajo sus lápices los niños si que tienen ese aire terrorífico que los guiones no consiguen transmitir. Un narrador único, quien sin grandes espectacularidades ni efectos especiales se antoja como el dibujante ideal para un personaje como Daredevil.

Estamos pues ante un volumen perfecto para ver el tono que Mark, Chris y Javier le han dado a la serie, un equipo creativo al que si por mi fuese renovaría por varias décadas porque es imposible encontrar en el mercado un equipo creativo mejor que el que ellos forman.